jueves, 27 de junio de 2019

López Velarde, Herrera y Reissig, Milton, Homero. Bioy Casares. Diarios íntimos. Borges.

Miércoles, 18 de diciembre. 1957
 Come en casa Borges.
BIOY: «El momento en que conocí "La suave patria" fue uno de los de mayor
exultación literaria de mi vida. Estábamos en mi casa, en avenida
Quintana, y vos recitaste las estrofas del paraíso de compotas y de quiero raptarte
en la cuaresma opaca.1 Me pareció un poema tan variado que tardé en
advertir que todos los versos eran endecasílabos». Leemos «La suave patria
». Cuando voy por la estrofa:
Tus entrañas no niegan un asilo
para el ave que el párvulo sepulta
en una caja de carretes de hilo,
y nuestra juventud, llorando, oculta
dentro de ti el cadáver hecho poma
de aves que hablan nuestro mismo idioma...
Borges comenta: «López Velarde trabajó con esos mismos elementos —el
párvulo, los carretes de hilo, las aves— en todos los otros poemas, y no
logró nada. El destino le reservaba la suerte de poder reunirlos una vez
mágicamente en "La suave patria". El poema fue hecho por encargo del
gobierno: es un bric-à-brac deliberado que salió bien».
De López Velarde también leemos con agrado «El retorno maléfico»
y Borges aun reputa afortunadas las bromas finales de:
...el lloro de recientes recentales
y
...el amor amoroso
de las parejas pares.
Sobre el verso final:
...Y una íntima tristeza reaccionaria
siempre ha dicho: «Está muy bien».
1. «Cuando nacemos, nos regalas notas,/ después, un paraíso de compotas,/ y luego te
regalas toda entera,/ suave Patria, alacena y pajarera. [...] «Suave Patria, vendedora de
chía:/ quiero raptarte en la cuaresma opaca,/ sobre un garañón, y con matraca,/ y entre los
tiros de la policía».
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***
Leemos a Herrera y Reissig. BORGES: «Lo narrativo en Herrera es sólo
una apariencia, un verbo. Nadie entiende lo que ha pasado. En sus poemas
está todo el esquema de lo narrativo, sólo que no pasa nada...
(Pausa) O el verso final continúa el simulacro de una acción incomprensible
».
Leemos «Fiesta popular de ultratumba», de Herrera. BORGES: «Todo
parece soñado en un conventillo. Todo se le vuelve pacotilla. El bric-à-brac
es feliz en López Velarde y horrible en Herrera. Los poemas de Herrera
son como una casa de compra y venta de la calle 25 de Mayo puesta en
un bosque: todos los objetos están entre los árboles. Quiza el uso del todo
en Herrera sea su momento de mayor falsedad, como en:
Todo suspira y ríe.»1
En trance de encontrar poemas para la antología, prefiere «El despertar
» —aunque la sotana del cura que se pasea sola2 estuvo a punto de
disuadirlo— y «Color de sueño». BORGES: «Qué manía con los curas. Y sin
duda él era un señor ateo». De los versos de «Color de sueño»:
Y hacia la aurora sesgan agudas golondrinas
como flechas perdidas de la noche en derrota...
observa: «Sin duda escribió primero perdidas golondrinas, flechas agudas, y
después corrigió agudas golondrinas, flechas perdidas. De todos modos, hay
que agradecerle que haya llegado a esos versos aunque sean un poco mecánicos.
Es claro que noche en derrota no está muy bien».
Le digo que prefiero la insulsez de «El despertar» al mal gusto de
«Color de sueño». Borges, sin embargo, poco a poco va prefiriendo «Color
de sueño». Ponderando el soneto dice: «Tiene el barro, tiene el feo
olor de Herrera». Silvina también aprueba «Color de sueño».
***
Martes, 24 de diciembre. 1957.
Borges había pensado hacer su mito de Homero con Milton. BIOY:
«Ya no sería un mito, sino un juego de erudición y de ingenio». BORGES:
«Nadie puede emocionarse con Milton». BIOY: «Con Homero es poético;
esa poesía se perdería con Milton. Has sorteado el peligro de poner
como héroe a Milton; peligros como éste, que siempre acechan al creador,
pueden arruinar un cuento». BORGES: «Y, sin embargo, con Homero
o con Milton la idea es la misma». Observa que, para el cuento, debe cuidar
especialmente la transición de un mundo bárbaro indeterminado a
un mundo griego.

miércoles, 26 de junio de 2019

Homero, Borges-Premio Nacional de Literatura, Manucho, Herrera y Reissig, Baudelaire., etc. Bioy Casares. Diarios íntimos. Borges.


Domingo, 24 de noviembre. 1957.

(...)
Estuvo leyendo la Odisea en la traducción de Rouse.2 Dice que esta
traducción lleva a su extremo la tendencia que empezó Butler; en este
sentido, la traducción de Butler es half-way. BORGES: «Si se comparan las
escenas de violencia de Homero con las de Faulkner o Sartre, se ve que
a Homero, aunque sabía describir bien ese tipo de escenas, la violencia
no le gustaba; lo que le gustaba eran las reuniones de mucha gente, para
comer y oír música: lo que le gustaba era la civilización. Es claro, la
1. Esta mujer, vista como ridicula, debe de ser la pobre Inés; que haya dicho que era
un honor para ella estar en ese asiento, me parece bastante natural; en cuanto a la leyenda
de la gente de Las Armas y de Lezama, hasta este momento he creído en una parecida
(¡pero tan distinta, porque está basada en la irrefutable experiencia!): la honesta gente
de Pardo, comparada ventajosamente con la de Cacharí, donde hormiguea el vicio (Nota de
ABC).
2. ROUSE, W. H. D., The Story of Ulysses (1937).
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1957
civilización era entonces la novedad. Homero era un hombre dulce y suave,
a quien le hubiera encantado el mundo de las novelas de Proust... En
aquella época se daba mucha importancia a hablar: les debía de parecer
que hablar era muy difícil. Un hombre que hablara bien, con frases largas
y pensadas, impresionaba. Si se reunían a comer, primero comían y
después hablaban... Por cierto que si hubieran pretendido comer y hablar
al mismo tiempo se hubiesen atragantado. Sospecho —pero no me
atrevo a afirmarlo, porque leí el libro hace tiempo— que hay dos planos
en la Odisea: uno muy realista, que corresponde a lo que dice Homero;
otro más fantástico, con los relatos de Ulises. Ulises, el viejo héroe, podía
ser un poco macaneador... A veces, uno teme que Homero se equivoque;
pero no se equivoca. Le dicen a Ulises que él debe de ser un comerciante,
interesado en las mercaderías; él contesta que no, que también
es capaz de proezas físicas. Toma una gran piedra y la arroja más
lejos que nadie. Uno teme que también derrote a los otros en luchas y en
carreras; pero, no; basta la prueba de la piedra».

***

Martes, 3 de diciembre. 1957.
Con Silvina, vamos a la Facultad de Derecho,
donde Borges recibe el Premio Nacional de Literatura.
***
Miércoles, 11 de diciembre. 1957.
Come en casa Borges.

Anoche comió en San Isidro con Manucho, Murena y otros. BORGES:
«Manucho está completamente idiotizado. Lo que yo creía que decía en
broma, lo dice en serio. Defendió a Amadeo porque nombró a Mallea, a
Bernárdez, a Abelardo Arias. Por de pronto, habría que probar que esos
nombramientos son acertados. Pero no: lo que a Manucho le importa es
que son nombramientos de escritores.
(...)
Después leemos a Herrera y Reissig. BORGES: «Todas
las palabras parecen erratas».
Leo «Epitalamio ancestral»:
Con pompas de brahmánicas unciones,
abrióse el lecho de tus primaveras,
ante un lúbrico rito de panteras
y una erección de símbolos varones...
BORGES (riendo): «Espero que no diga lo que parece decir».
Sigo leyendo:
...a tiempo que cien blancos elefantes
enroscaron su trompa hacia el ocaso.
BORGES: «De pronto, todo se vuelve de cartón. Esos cien elefantes no
le cuestan nada. Son de cartón o embalsamados».
Leo «La sombra dolorosa»:
...una congoja de holocaustos viejos
ahogaba los silencios campesinos.
BORGES: «De pronto, le da rabia. Es claro: Holocaustos viejos. Holocaustos
de mierda. O si no:
Era su palidez de pobre muerta.1
Seguramente escribía para unos brutos, sus amigos, unos Oliverios
Girondos, que exclamaban "¡Qué bárbaro!" y lo admiraban. ¿Qué pensaría
de él mismo? ¿Que era muy sutil?». BIOY: «Que escribía de cualquier
modo y le salían versos que todos admiraban y que deberían de ser admirables.
Sin duda, se consideraba un genio». BORGES: «Se consideraba
un genio: firmaba Julio I. A un ministro, pidiéndole un puesto, le dijo
que daba al Uruguay la oportunidad de ponerse a la altura de Herrera y
Reissig, pero que como tenía pocas esperanzas, lo esperaba en la Historia.
El stock in trade de Herrera se reduce a la cursilería y a la fealdad, Uno
de los inconvenientes de la pobreza es que induce a dar excesiva importancia
1. «Color de sueño» [Los parques abandonados (1901) ] .
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1957
importancia al lujo: la admiración por el lujo sólo es perdonable en personas
muy pobres; Herrera fue ínfimo empleado de la administración pública,
en Buenos Aires, y pertenecía a una familia tradicional uruguaya. Qué
suerte que a Guillermo le gusten estos versos. Esto demuestra que hay un
orden en el mundo. No creas que los versos que Guillermo cita son muy
buenos:
Los astros tienen las mejillas tiernas...».1
Leo otros versos:
Almas amigas y bellos
gimnastas, liras asones
de la orquesta de Pitágoras,
venusinos Sacerdotes
de la hembra Arquitectura...2
Ya no te amaba, sin dejar por eso
de amar la sombra de tu amor distante.
Ya no te amaba, y sin embargo el beso
de la repulsa nos unió un instante...3
Anoche vino a mí, de terciopelo;
[ . . . ]
Yacía el índice en su labio, fijo...4
Noche de tenues suspiros
platónicamente ilesos:
[ . . . ]
Es la divina hora azul
en que cruza el meteoro,
como metáfora de oro
por un gran cerebro azul.5
1. «Génesis» [Las clepsidras (1910)]. Guillermo de Torre lo cita en el «Estudio preliminar
» de la edición de Losada (1942).
2. «Recepción» [El laurel rosa (1908)].
3. «Amor sádico» [Los parques abandonados (1901)].
4. «Color de sueño» [76.].
5. «Desolación absurda» [Los maitines de la noche (1902)].
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BIOY: «"El azar ungracieux, evidentemente", como decía un viejo señor
». BORGES: «Lo que embroma a Herrera es haber empezado con odas
a Castelar y a Guido y Spano. Y le gustaba Lamartine.1 No creas que le
gustaba Baudelaire: le gustaba Lamartine. ¿Por qué iba a admirar a Bau¬
delaire? Para eso estaba él».

Nº de páginas:1664
Editorial:DESTINO
Idioma:CASTELLANO
Encuadernación:Tapa dura
ISBN:9788423338733
Año de edición:2006

Plaza de edición:BARCELONA


lunes, 24 de junio de 2019

Alfonsina Storni, Revista Sur, Alfonso Reyes, Enríquez Ureña, Henry James, Baudelaire, Rossetti, Víctor Hugo, Ruben Darío, Herrera y Reissig. Bioy Casares. Diarios íntimos. Borges.


Jueves, 24 de octubre. 1957.

BORGES: «Alfonsina es de esas personas que, después de muertas, se
finge que siempre se las aceptó. No hay duda de que, con la muerte, mejoró
socialmente en el mundo de las letras... En general, la gente ignora
que esas personas no pueden colaborar en Sur. Creen que Vedia y Mitre
tiene abiertas todas las redacciones». BIOY: «En realidad, es como si colaborara
». BORGES: «Para él, no. Él sabe que no puede». BIOY: «A nosotros
nos ven como del grupo de Sur. ¿Cuál es el grupo de Sur? Hay dos:
Sur, propiamente, que se compone de Pezzoni, Bianco, Girri, Victoria y
Murena, y el grupo que se conserva para las grandes ocasiones: los González
Garaño, Erro, González Lanuza, Canal Feijóo, los Mantovani (él y
ella), Juan José Castro, Francisco Romero, etcétera».

***
Sábado, 2 de noviembre.1957.

Elogia a Reyes: «Si uno abre al azar un libro de Reyes, probablemente
caerá sobre algo insignificante: por un buen momento tiene
muchos momentos de bobería. Pero todo está bien escrito. Hubiera
sido mejor que le dieran a él el Premio Nobel y no a Gabriela Mistral.
Reyes dijo de un gramático: "Il périra tout entier".1 Es una variante de la
esperanza de Horacio, de non omnis moriar,2 no morir del todo. Esas
frases, en que se ve al fondo otra, y toda una tradición literaria, están
bien».
(...)
Hablamos de Henríquez Ureña, caso opuesto al de Peyrou. Por el
trato, uno distraídamente lo colocaba a Ureña como hombre de vastas
lecturas (tal vez no fueran tan vastas) y, aunque sus libros no son nada,
el recuerdo de aquella personalidad prevalece y todo el mundo lo
pone entre los mejores escritores. BORGES: «Era como la encarnación
de la indulgencia, de la hospitalidad y de la urbanidad. Pero no creas
que era demasiado inteligente. Un día que me vio con un libro de
Henry James, comentó: "Bueno, sí, está bien, pero hoy dicen los críticos
que ya no hay que leerlo, porque Edith Wharton escribe novelas
iguales a las suyas". ¿Qué me decís del espíritu delicado, que lee por
placer?».
Lo llevo a casa de Lisa Lenson, en Belgrano.
***

Lunes, 4 de noviembre. 1957.

Come en casa Borges. Hablamos de Baude¬
laire, por quien no sentimos una admiración excesiva. Borges encuentra
afinidad entre Baudelaire y Dante Gabriel Rossetti. Bioy: «¿A cuál preferís?
». BORGES: «YO creo que a Rossetti. Bueno, tal vez siento mejor la literatura
inglesa. Creo que en general, la gente prefiere a Baudelaire».
BIOY: «Baudelaire es, para la gente, uno de los grandes poetas. Rossetti es
lateral y secundario». Silvina prefiere a Baudelaire: «Es mucho más intenso
», dice. BORGES: «No creo que la afirmación de Buchanan, de que
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hay algo enfermizo en la poesía de Rossetti,1 sea inteligente ni, en su espíritu,
justa. Sin embargo, tiene algo de cierta: ese carácter enfermizo se
percibe, y de ahí proviene buena parte de su encanto. El tema esencial
de toda su poesía es el acto sexual; cuando no trata del acto sexual, no
escribe con fuerza; el acto sexual es su tema». De Rossetti cita, con aprobación,
el verso:
A sonnet is a moment's monument.2

***

Viernes, 15 de noviembre. 1|957.

Come en casa Borges. Concluimos la traducción
del fragmento de Victor Hugo. BORGES: «Un escritor que no
tiene un solo momento de dignidad, ni de elevación, es Gracián. No se
1. Alusión a SHAW, G. B., Man and Superman (1903), «Epistle Dedicatory».
2. «Baudelaire in our Time» [Essays Old and New (1936)]. 1
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lo puede admirar ni querer. Es más de cartón que el mismo Lugones.
Veía todo en términos de estratagemas, de trampas, de artificios, de astucia.
Me pregunto si sería ateo».
Hablamos de poemas sobre el mar. Recita:
[... ] Y mi deseo
tomó a Thalassa maternal la vista,
pues todo hallo en la mar cuando la veo.1
* Repite el último verso. Dice: «Está hablado. Hay más emoción en esa
línea que en todo "El cementerio marino". El de Valéry es un mar de car¬
ton-pierre. En Lugones casi todo está escrito». Recordamos «Oceánida»:
El mar, lleno de urgencias masculinas,
bramaba alrededor de tu cintura,
y como un brazo colosal, la oscura
ribera te amparaba. En tus retinas,
y en tus cabellos, y en tu astral blancura,
rieló con decadencias opalinas
esa luz de las tardes mortecinas
que en el agua pacífica perdura.
Palpitando a los ritmos de tu seno,
hinchóse en una ola el mar sereno;
para hundirte en sus vértigos felinos.
Su voz te dijo una caricia vaga,
y al penetrar entre tus muslos finos,
la onda se aguzó como una daga.
BORGES: «Eso ya es una locura: comparar el mar con un coito. Lo de
las urgencias masculinas es un absurdo. Desde luego, hay que agradecerle
al poeta que haya puesto como última palabra daga. En ese tren de vulgaridad
podría haber escrito:
la onda se aguzó mismo que un pene.
1. DARÍO, Rubén, «Revelación» [El canto errante (1907)].
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1957
Sí, es admirable que se haya resignado a escribir daga. Daga ahí significa
pene». Dice que la ribera de ningún modo la amparaba: «Qué manera
de amparar es ésa».
Elogiamos:
que en el agua pacífica perdura.
BORGES: «Lugones usa siempre con felicidad la palabra pacífica:
sus pacíficas trenzas de señora».1
Elogia:
[...] mientras abajo el sátiro fornica,
ebria de azul deslíe Filomela.2
Elogia también «Metempsicosis», pero lamenta:
...la imperial becerra
y
...en aquel espasmo las tenazas.
Yo lamento:
...la blanca reina en broma
Recita con admiración:
Cuando el áureo Pegaso
en la victoria matinal se lanza
con el mágico ritmo de su paso
hacia la vida y hacia la esperanza,
si alza la crin y las narices hincha
y sobre las montañas pone el casco sonoro
y hacia la mar relincha,
1. LUGONES, Leopoldo, «A los ganados y las mieses» [Odas seculares (1910)].
2. DARÍO, Rubén, «Yo soy aquel» [Cantos de vida y esperanza (1905)].
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y el espacio se llena
de un gran temblor de oro,
es que ha visto desnuda a Anadiomena.1
De «Lo fatal» lamenta:
Dichoso el árbol que es apenas sensitivo.
Dice que tampoco es afortunada la palabra chorro, usada por Darío en:
...el chorro de agua de Verlaine estaba mudo.2
BORGES: «Me pregunto si la fama de Herrera y Reissig podrá durar».
BIOY: «El secreto de esa fama es que Herrera nació en el Uruguay». BORGES:
«Es claro: se lo opone a Cartago, a Buenos Aires, a Lugones. No sé si puede
durar una fama que se funda en una polémica. Lo que podría salvar a Herrera
es que se lo absuelva invocando el mal gusto de la época; pero ese mal
gusto, fuera de Herrera, no alcanza su perfección. Del beso dice:
es madrigal con que el amor travieso
abre el álbum azul del porvenir.
"El álbum azul del porvenir": te das cuenta, qué animal, el gran reformador,
el poeta moderno. También compara el beso con un tren expreso al sol».
Dice que nadie habrá tenido mejor oído que Rubén. Elogia «A Francia
» y lo recita con exultación:
¡Los bárbaros, Francia! ¡Los bárbaros, cara Lutecia!
Bajo áurea rotonda reposa tu gran Paladín.
Del cíclope al golpe, ¿qué pueden las risas de Grecia?
¿Qué pueden las gracias, si Heracles agita su crin?
En locas faunalias no sientes el viento que arrecia,
el viento que arrecia del lado del férreo Berlín,
y allí, bajo el templo que tu alma pagana desprecia,
tu vate, hecho polvo, no puede sonar su clarín.
1. «¡Carne, celeste carne de la mujer!» [Ib.].
2. «Soneto autumnal al Marqués de Bradomín» [ Cantos de vida y esperanza (1905)].
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Suspende, Bizancio, tu fiesta mortal y divina.
¡Oh, Roma, suspende, la fiesta divina y mortal!
Hay algo que viene como una invasión aquilina,
que aguarda temblando la curva del Arco Triunfal.
¡Tannhauser! Resuena la marcha marcial y argentina,
y vese a lo lejos la gloria de un casco imperial.
BORGES: «En las palabras:
Suspende, Bizancio, tu fiesta mortal y divina
se trasluce la idiotez». Le recuerdo que durante los días tristes de la guerra,
muchas veces lo recitábamos.

Nº de páginas:1664
Editorial:DESTINO
Idioma:CASTELLANO
Encuadernación:Tapa dura
ISBN:9788423338733
Año de edición:2006

Plaza de edición:BARCELONA

domingo, 23 de junio de 2019

Premios nacionales de Argentina, novelas, antología de poesía, Kipling, Dickens. Bioy Casares. Diarios íntimos. Borges.


Jueves, 26 de septiembre. 1957

Borges me dice: «¿Qué sabés de una noticia
para nosotros?». BIOY: «No sé cuál es». BORGES: «¿Estás seguro? Una
noticia nacional». Se trata de los premios de literatura: Manucho le ha dicho
que él y Borges son seguros, que yo soy probable y que, «por motivos
pintorescos», el otro premio posible es Silvina Bullrich. BIOY: «Hoy vos
sos seguro; has madurado para eso; no dártelo parecería un capricho;
Manucho, con una serie de novelas publicadas, ha hecho méritos, y su
posición en La Nación le da fuerza. En cuanto a mí, me parece que sólo
puedo salir por falta de otros o, más claramente, porque el jurado aborrezca
más a los otros. ¿Quiénes, en ese jurado, podrían ser mis aliados?
Victoria y Carmen Gándara. Victoria me quiere tan poco que gustosamente
se amparará, para no votarme, en que es cuñada; la de Gándara,
ha disentido públicamente con mi literatura y sabe que en política no estamos
de acuerdo: ella es católica nacionalista, yo soy liberal. Tal vez,
desde que se mudó a nuestro edificio, está más cerca como amiga; un pasito,
no más. Si no hubiera más rival que Silvina Bullrich, podría salir premiado,
porque a Silvina la detestan más que a mí».
BORGES: «Si uno saca un premio, se gana una lotería. Si no lo saca,
tiene un ratito de malhumor —cinco minutos— y nada más». BIOY: «Para
Manucho no ha de ser así. Si no triunfa, sufrirá y si no saca el primer premio,
sufrirá también. Todo lo que no sea una apoteosis le duele. Para él,
sacar un premio debe de ser muy importante». BORGES: «Y no es nada importante.
Si uno sabe que alguien no se sacó el premio, no piensa mal de
él. Al contrario, se siente más simpatía por los no premiados que por los
premiados». BIOY: «Sin embargo, hay gente que compra por miles de pesos
una antología de Premios Nobel». BORGES: «Te das cuenta. Esos premios
que se otorgan por razones de equilibrio internacional: "¿Qué me
dice de Australia para este año? Yo diría el Paraguay..."». BIOY: «Si sacáramos
los premios dirían que estamos acomodados con el gobierno».

***

Jueves, 3 de octubre. 1957.

Por la mañana supe el fallo del jurado de literatura:
primer premio, por unanimidad, Borges; segundo, Mujica Lai¬
nez; tercero, Murena. Llamo por teléfono a Borges. BORGES: «Qué suerte
que me hablás, porque no me atrevía a decirte nada».
Viernes, 4 de octubre. Borges me refiere que ayer en la tarde,
cuando ya sabía el resultado del premio, recibió, en la Biblioteca, la visita
de un judío, notablemente andrajoso y sucio, que le comunicó:
«Tengo una buena noticia. Una noticia que lo alegrará. El primer premio
es para nuestro gran Manucho. Hay otros premios pero eso, ¿qué
importa? El primero es para Manucho, por justicia y por unanimidad,
no sólo del jurado, sino de nosotros dos, de usted y de mí, que somos
sus amigos. Yo quiero que usted me preste esta tribuna, para celebrar
372
1957
el premio, con una conferencia en que haré el estudio exhaustivo de la
obra del querido y gran Manucho». Borges me confiesa que oía todo
ese discurso con vergüenza (de saber que él tenía el primer premio y
de no decirlo), con rabia, con alarma, con incomodidad. BORGES: «A lo
mejor se trataba de un espía mandado por el mismo gran Manucho.
Qué situación absurda».

***

Miércoles, 9 de octubre. 1957.

Borges observa que nada produce tanta desazón
(y aun repugnancia) como lo que se siente que es falso. Hablando
de no sé qué libro dice que era como un paisaje de kilómetros y kilómetros
de carton-pierre y de telones; agrega que a veces interrumpe la lectura
de libros así, de miedo de que le traigan mala suerte.

***

Lunes, 14 de octubre. 1957.
BORGES: «Me vio Jesualdo. Me dijo que estaba preparando una antología
de la poesía hispanoamericana. Que no nos incluiría a Martínez
Estrada ni a mí, no porque no tengamos buenos versos, sino porque
carecemos de una actitud poética. Yo le dije que hacía muy bien;
pero me parece una guarangada venir a decirle eso a uno. Yo no sé para
qué me visitó. Sí, para decirme que Amorim está muy grave y que se va
a morir en cualquier momento. Pobre: está hecho un esqueleto. El
médico, cuando salió de la clínica, les dijo: "Llévenselo al Salto, para
que muera en su tierra"».
Refiere la conversación

***

Martes, 22 de octubre. 1957.

Come en casa Borges. Hablamos de Kipling.
Dice que se lo juzga por sus cuentos que más gustan —los del Jungle Book,
el cuento «The Man who would be King»—, que son los peores, y que
por eso tiene fama de escritor mediocre. 
(...)

Hacemos una lista de los mejores cuentos de Kipling: para él, «A Madonna
of the Trenches», «The Wish House», «The Gardener», «The Vi¬
llage that Voted the Earth was Flat», «Weland's Sword», «The Eye of
Allah» y uno que no conozco, del Jungle Book, en que se describe el baile
de la elefanta;1 para mí, «The Finest Story in the World», «The Church
that was at Antioch», «Wireless», «On the Great Wall», «A Sahibs' War»,
«The Dog Hervey», «Unprofessional».
BIOY: «En "The Manner of Men" hay demasiados términos náuticos;
parece que Kipling estuviera showing off». BORGES: «Tal vez ese cuento esté
demasiado hecho. ¿Qué será mejor: un cuento demasiado hecho o insuficientemente
hecho? Yo diría que es preferible el demasiado hecho. No sé...
(...)
Comento que estoy leyendo el Dickens de Chesterton; hablamos de
Dickens. BORGES: «Dickens escribe admirablemente los asesinatos. Siempre
recuerdo el que comete Chuzzlewit. ¿Te acordás? Hay una relación
extraña y cambiante entre Chuzzlewit y un chantajista que lo domina;
van en una diligencia y poco a poco el chantajista adivina lo que le va a
pasar y Chuzzlewit empieza a dominarlo; el chantajista tiene pesadillas,
determinadas por su temor, y al fin Chuzzlewit, de acuerdo con lo que se
preveía, lo mata».1
Hablamos de política...

***

Nº de páginas:1664
Editorial:DESTINO
Idioma:CASTELLANO
Encuadernación:Tapa dura
ISBN:9788423338733
Año de edición:2006
Plaza de edición:BARCELONA

sábado, 22 de junio de 2019

Nombramiento profesor titular, Sabato, Chesterton. Bioy Casares. Diarios íntimos. Borges.


Viernes, 13 de septiembre. 1957.

Busco a Borges, en casa de Norah, y lo
traigo a la nuestra. Está contento porque parece que el jurado de la Facultad,
por unanimidad, lo puso en primer término en la terna para convertirlo
de profesor interino en profesor titular.
P.359.

***

Miércoles, 18 de septiembre. 1957.

Comen en casa Borges y Peyrou.
Cuenta Borges que Sabato se encontró con alguna amiga que llegaba de
Europa y le preguntó cómo se comentaba en Europa «el asunto Sabato».
La amiga le aseguró que no se comentaba. Sabato le explicó que ella no
había frecuentado los círculos literarios: en éstos no se comentaba otra
cosa. La anécdota recuerda a Borges que una vez, estando con Macedo¬
nio Fernández y Willie Borges, Macedonio dijo que porque había muchos
marinos de ascendencia provinciana, sin duda en el Círculo Naval
tocarían bien la guitarra. Willie, que era marino, replicó que nunca había
oído una guitarra en el Círculo. Sin tomar en cuenta esta negativa,
con extrema suavidad, Macedonio se volvió hacia Borges, que en ese momento
se hallaba detrás de él, y le dijo: «Es un centro guitarrístico notable
», y pasó a hablar de otros temas. BORGES: «Era más puro el deseo de
Macedonio de que las cosas fueran como no eran; en el de Sabato se advierte
la influencia de una estúpida obsesión por la propia literatura». No
sé por qué le interesa tanto Sabato.
P.361.

***
Domingo, 22 de setiembre. 1957.
Borges propone las razones por las que Chesterton no es considerado
un gran poeta: «De una es culpable Chesterton; de la otra, nuestra
época. Recuerdo un diálogo entre un crítico inglés y uno irlandés. El inglés
pregunta: "Sus poetas, ¿nunca piensan?". El irlandés replica: "Sus
poetas, ¿nunca cantan?". En los poemas de Chesterton, el idioma es admirable
y sus metáforas son de aquellas que uno diría que estaban ahí
todo el tiempo, y que no haberlas descubierto antes parece una ceguera
increíble. Sin embargo, esos poemas corresponden a un esquema; en
ellos, el pensamiento siempre está presente, quizá demasiado. En cuanto
a la razón de la que es culpable nuestra época, es la tendencia épica en
Chesterton. Su poesía está llena de espadas y hoy día predomina una misteriosa
antipatía por la épica. Supongo que Kipling, Hugo y William Morris
habrán padecido en su fama por idéntico motivo».
Pag. 365.
Nº de páginas:1664
Editorial:DESTINO
Idioma:CASTELLANO
Encuadernación:Tapa dura
ISBN:9788423338733
Año de edición:2006

Plaza de edición:BARCELONA

miércoles, 19 de junio de 2019

BORGES VIENE A CENAR. HEMEROTECA LITERARIA.



REPORTAJE: MEMORIA INÉDITA DE DOS ESCRITORES
Borges viene a cenar
Adolfo Bioy Casares relató en un diario de 1.700 páginas los encuentros con su amigo
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Madrid 14 OCT 2006
Una tarde de 1931, uno de los escritores jóvenes de mayor renombre en Argentina conoció a un muchacho envenenado de literatura. Hablaron de libros y se volvieron inseparables. El joven, de 32 años, se llamaba Jorge Luis Borges. El muchacho, de 17, Adolfo Bioy Casares. No había pasado un lustro cuando concibieron su primera obra a cuatro manos, un extravagante folleto comercial sobre las virtudes de "un alimento más o menos búlgaro": la cuajada. Lejos de toda frivolidad, aquel legendario cuadernillo tuvo para Bioy un carácter iniciático: "Después de su redacción yo era otro escritor. Toda colaboración con Borges equivalía a años de trabajo". Aquella primera tentativa de literatura láctea desembocó en el nacimiento de Bustos Domecq, el nombre con el que los dos amigos firmaron varias colecciones de cuentos policiales en los que, según Borges, él ponía los argumentos y Bioy, "las frases".
"María Kodama  lo castigaba con silencios. Junto a ella vivía temiendo enojarla"
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·         Esta tarde murió en Ginebra
·         Una amistad
Lo mismo cabría decir de las notas que el propio Bioy Casares dedicó en sus diarios al autor de El Aleph. En efecto, aquél puso los argumentos y éste, las palabras a lo largo de centenares de encuentros consignados la mayoría de las veces con el mismo encabezamiento: "Come en casa Borges". De las 20.000 páginas de cuadernos íntimos que Bioy escribió a lo largo de su vida, su relación con Borges ocupa 1.700. Son las que antes de morir, en 1999, preparó para su publicación con la ayuda de Daniel Martino, su albacea. El resultado es un vibrante adoquín lleno de nombres pero sin índice onomástico que, con el escueto título de Borges, la editorial Destino publicará en todo el mundo de habla hispana el próximo día 19. Aunque el libro se extiende entre 1931 y 1989, la verdad es que Bioy resume los 15 primeros años en una decena de páginas. Eso sí, brillantes. Son los tiempos del primer encuentro, de la cuajada, la fundación de revistas y editoriales efímeras y de la boda, en 1940, entre Adolfo Bioy Casares y la también escritora Silvina Ocampo. El padrino fue, por supuesto, Borges.
Como era de esperar, los diarios borgianos de Bioy están llenos de literatura. Cena tras cena, los dos escritores van alimentando lo que en una entrevista el propio Borges admitió como una profunda amistad "sin intimidad" cuya piedra angular eran los libros. Así, si Georgie se consideraba irónicamente "un viejo discípulo" de Adolfito, éste reconoce nada más abrir sus anotaciones que su amigo le hizo comprender la inutilidad de la libertad total, "la libertad idiota" que había defendido literariamente hasta entonces. Por supuesto, donde hay literatura hay literatos. Así, por aquella mesa pasó también la admiración por los clásicos "queribles" -Stevenson, Kafka, Cervantes, Montaigne- y el desdén por contemporáneos como Ortega, Baroja, Juan Ramón Jiménez -los suecos del Nobel "son mejores para inventar la dinamita que para dar premios"-, Alberti -Marinero en tierra "es una porquería"-, Sábato -"su conversación es anecdótica, sin pensamiento"- o Augusto Roa Bastos -"un subalterno"-.
Con todo, en casi 2.000 páginas cabe mucha literatura pero también mucha vida. Caben los temores de Borges a no ser reconocido por los porteros de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires cuando fue nombrado director en 1955 y caben los crecientes problemas de retina que terminarían en ceguera. Y cabe, con cuentagotas, la política, más la internacional que la doméstica pese al peronismo y al golpe militar de 1976. Así, durante la guerra de los Seis Días, el autor de El libro de arena arremete contra los que defienden la causa árabe frente a Israel: "Los fascina la bajeza [...] Si hubiera una guerra entre suizos y lapones todos serían partidarios de los lapones [...] Los árabes de hoy no son los que levantaron la Alhambra", decía Borges.
Reconocido seductor, Bioy relata menos sus propias aventuras que las tormentosas relaciones de su amigo, que en 1967 se casa con Elsa Astete. "Pongo mi destino en manos de una desconocida", recuerda que dijo Borges. Una desconocida a la que Bioy encuentra ignorante pero respetuosa, "en actitud de sierva enamorada". Cuando llega el turno de María Kodama -con la que Borges, divorciado de Astete, se casó en Ginebra poco antes de morir en 1986-, el tono de las anotaciones no ahorra acritud. Al principio Bioy evita azuzar las inquinas desatadas contra Kodama, a la que algunos consideraban responsable de que el escritor muriera lejos de sus amigos argentinos: "Borges me dijo que para morir da lo mismo un sitio que otro. Y qué lujo: tener un amor, y aun mal de amores a los ochenta y tantos". Pasado el tiempo, cambian las formas: "María es una mujer de idiosincrasia extraña; acusaba a Borges por cualquier motivo; lo castigaba con silencios (recuérdese que estaba ciego); lo celaba (se ponía furiosa ante la devoción de los admiradores). Junto a ella vivía temiendo enojarla". El diario se cierra con un último recuerdo. Antes de morir, alguien grabó a Borges cantando tangos. Y Bioy apunta: "Dicen que en esa grabación Borges ríe con la risa de siempre".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 14 de octubre de 2006
Fuente:

Gracián, premios, Kafka,Swedenborg, Pereda, etc. Bioy Casares. Diarios íntimos. Borges.



Martes, 27 de agosto.

Come en casa Borges. Hablamos de la falta de
criterio de Gracián y la comparamos con la de Guillermo de Torre. BIOY:
341
1957
«Gracián mira las cosas más de cerca; las analiza, estúpidamente, pero las
analiza. Guillermo no lee: se forma ideas sobre los libros hojeando solapas,
y se obstina en ellas».

(...)
BORGES: «La explicación de Gracián2 también está bien». BIOY: «Estos
tercetos son agradables, por cómo se desenvuelve la idea, sin señalarla
crudamente». BORGES: «Y está bien el tono modesto. Todavía no se
había descubierto que lo importante es el tono en que se dicen las cosas.
Gracián sólo sabe elogiar, asegurando que tal poeta es el más grande, el
señor y emperador de los poetas, y que con tales versos vence a todos, a
todos avergüenza. Su mundo es de competencia, de marcar tantos, de
hundir a los rivales. ¿Por qué rivales? Habla de Dios y de los ángeles
como de reyes y de cortesanos; si menciona a la Virgen la llama "la señora
del cielo"».
***

Viernes, 6 de septiembre. 1957.

 Yo no creo que haya un gran mérito moral en rechazar un premio. Total, el honor ya lo
había obtenido; le faltaba recibir la medalla. ¿Qué iba a hacer con la medalla?
¿Venderla? ¿Metérsela en el culo?
Pag.349.
(...)
Hablamos sobre Kafka, sobre el mundo de incertidumbres de
Kafka, que, en vez de ser la tragedia de la vida, se nos aparece como un
juego, o como un consuelo intelectual al que desearíamos apelar en
medio de nuestros infortunios. En nuestra vida, las dichas son dichas;
los fracasos, fracasos. Nuestros problemas son demasiado precisos.
Pienso que en Kafka, sin embargo, ese mundo no era falso; Kafka vivía
pensando en la salvación. Borges dice que esa literatura correspondía
a experiencias religiosas, al calvinismo, etcétera. Tal vez en Buenos Aires,
agrega, no haya una persona que sienta así. Por eso, tal vez, la imitación
de Kafka da resultados tan poco satisfactorios; sólo queda la
forma.
Pag. 350.

***
Sábado, 7 de septiembre.

Leemos nuestro Libro del cielo y del infierno. BORGES: «Es un libro excelente
». Comentamos que es curioso que nadie haya advertido que todo
el infierno de Shaw y de Sartre procede de Swedenborg. BIOY: «La de
Swedenborg es mucho mejor que la escatología católica. Mucho más creíble
». BORGES: «Mucho mejor que la escatología de Dante, que es puro
premio y castigo. ¿Cómo pudo Dante poner en el infierno a Paolo y a
Francesca? Son gente noble».
Pag.351.
***

Lunes, 9 de septiembre. 1957.
 Come en casa Borges.

Recito versos del Castellano leal, del duque de Rivas. Hablamos de
doña Emilia Pardo Bazán y de don Antonio, de Cecilia Böhl de Faber y
su Gaviota, de Pereda. BIOY: «El tema de Peñas arriba y de muchas novelas
españolas, de un hombre de ciudad que por alguna circunstancia va al
campo o a la aldea, me parece rico en posibilidades».
Pag. 354.
Nº de páginas:1664
Editorial:DESTINO
Idioma:CASTELLANO
Encuadernación:Tapa dura
ISBN:9788423338733
Año de edición:2006

Plaza de edición:BARCELONA
















lunes, 17 de junio de 2019

Realismo, lo verosímil del relato,literatura, Sabato, Molinari Bioy Casares. Diarios íntimos. Borges.


Sábado, 10 de agosto, 1957.
Se menciona a Verbitsky y su novela Calles de tango. BORGES: «¡Qué título!
El procedimiento de Verbitsky es bastante extraño: relata hechos verosímiles,
sin deformarlos con ninguna intención, sin ninguna ironía. El
resultado son páginas y páginas de realismo y, sobre todo, de tedio. A vos
Verbitsky te atacó porque le parecía que no podías escribir sobre orilleros.
Pag. 328.
***
Jueves, 15 de agosto. 1957.
Borges llama por teléfono. Me dice: «En Azul y
Blanco me atacan todos los días, en una suerte de folletín. ¿A que no sabés
quién salió a defenderme? ¡Sabato! Qué porquería. Cualquier cosa,
con tal de no quedarse quieto. Cómo no se da cuenta de que parece un
payaso. Ahora aparece con careta. Se saca la careta y vemos que es Sa¬
bato. Ahora aparece de buzo. Se saca la escafandra y vemos que es Sabato.
No aspira a ser majestuoso ni a mostrar una noble indiferencia».
Pag. 330.
***

Lunes, 26 de agosto. 1957.

Se habla de Molinari. BORGES: «Para él es muy importante ganar premios.
Si no es un gran poeta, no es nada. A lo que puede aspirar es a alinearse
con los grandes autores que nadie lee; a ser leído no puede aspirar.
Qué raro que para llegar a ser poeta exquisito haya insistido en esa
personalidad suya de muchacho jodón, suburbano y casi rústico. Muy
rústico: "Qué decís pendejo, qué contás". Ahora se me presenta de nuevo
el problema de no votarlo, para el premio de la Cámara del Libro. Molinari
ha dicho que aunque todos se jodan, él va a salir premiado. Ahora
veremos. Está Battistessa, que ha de querer votar por él. Con Mastronardi
tengo que hablar: no creo que Mastronardi se vaya a dar vuelta y vaya a
querer votarlo. Ha de ser como yo: una vez que tuvo rabia, sigue con la
rabia. Esto no es admirable: es una reacción primaria. Pero en este caso
es útil, porque realmente Molinari no vale nada. Cuando estábamos discutiendo
a quién dar el Premio Nacional, mandó a una amiga a casa, que
me dijo que Molinari estaba muy contento de que yo estuviera en el jurado,
y que deseaba ganar el premio porque, contando con el dinero, habría
comprado un terrenito y que se enfurecería si supiera que ella había
venido a verme, porque no quería que me hablara en su favor... Le
contesté que no me interesaba la suerte de Molinari como terrateniente.
Pag. 341.
Nº de páginas:1664
Editorial:DESTINO
Idioma:CASTELLANO
Encuadernación:Tapa dura
ISBN:9788423338733
Año de edición:2006

Plaza de edición:BARCELONA

sábado, 15 de junio de 2019

Antonio Machado, Poe, Maupassant, Huxley, Chesterton. Bioy Casares. Diarios íntimos. Borges.


Domingo, 4 de agosto 1957.
(Nota: Guillermo se refiere a Guillermo de Torre. J. Méndez-Limbrick).

Hablamos de los Machado; de los autores apócrifos, Juan de Mairena
y otros, inventados por Antonio Machado; de un artículo de Guillermo
de Torre sobre Antonio Machado, publicado en La Nación de hoy. BORGES:
«Es muy malo. ¿Por qué lo habrá escrito? En un libro, Martínez Estrada
cita a Guillermo. Qué sospechoso. No creo que pueda engañar a
Martínez Estrada. Aunque Martínez Estrada es tan ignorante... Y tampoco
esa cita puede ser por caridad hacia el amigo. Ha de ser interesada
». Sobre Guillermo dice: «Es un idiota, pero no hay que dejarse engañar
por ello: también es una mala persona».
(...)
Lamenta que Poe haya muerto tan joven. Habría podido escribir mucho:
«Si se tiene en cuenta que lo que uno escribe es una fracción de lo
que uno inventa... Escribió, pensó, inventó, no se resignó a reescribir
siempre el mismo tema. Mucho más diverso que Maupassant y que Ches¬
terton. Ejemplos de diversidad son "The Cask of Amontillado" y "The
1957
Man in the Croad". Aunque haya alguna repetición de frases de asombro,
un poco tontas, son esencialmente concepciones diversas». Reconoce
que, a pesar de algunos recursos mecánicos, hay cuentos muy lindos
de Maupassant.
(...)
Hablamos sobre máquinas. BORGES: «Mi hermana se pregunta por
qué, si a Huxley no le gustan las máquinas, habla tanto de ellas. No habría
que tratar temas que a uno le disgustan. Si no, hay complacencia y
se colabora en la proliferación de las fealdades.

Martes, 6 de agosto de 1957.
(Nota: Victoria Ocampo: Cuñada de Bioy Casares).
Victoria nos invita a comer, con Lanza del Vasto, en San Isidro.
Nos excusamos, con Borges, y la cara de Victoria se descompone.
Come en casa Borges.


martes, 11 de junio de 2019

Sostener la palabra: la poesía costarricense actual.

Sostener la palabra: la poesía costarricense actual

I

La poesía viene de un lugar que nadie domina y nadie puede conquistar.
Leonard Cohen
Hablar de poesía siempre es problemático, es quizás el menos definible de todos los géneros literarios. Esta cualidad, que para algunos es un defecto, para otros constituye su más preciada virtud. ¿Qué características deben tener las palabras reunidas en versos para que en conjunto formen un poema? Ninguna, ni siquiera la rima o una estructura específica en versos y estrofas son condiciones necesarias para que la palabra escrita adquiera la misteriosa y mágica cualidad de ser poesía. Podemos ir más allá, pues tampoco es absolutamente necesario que estén escritas.
En un remoto pueblo de las montañas de Asturias, en el norte de España, conocí hace bastantes años a un poeta campesino. Era ganadero y labrador, naturista y vegetariano por convicción en un medio y un tiempo, los años ochenta del pasado siglo, cuando manejar esos conceptos era algo ajeno a aquel mundo donde prevalecía la dieta del embutido y la falta de conciencia sobre salud física y ecológica. El nombre de este poeta es Hilario Marrón. En nuestros diferentes encuentros, caminatas y charlas al calor del fuego y la amistad, Hilario me recitó un sinnúmero de poemas que nunca habían sido escritos en soporte alguno. Habían surgido de su mente en momentos de inspiración —casi siempre provocada por el asombro ante la sublime belleza de la naturaleza— y permanecían vivos en ella. Incluso habían evolucionado con el tiempo y había hecho correcciones de estilo, en ese mismo soporte neuronal, a aquellas églogas emanadas de la plenitud que sentía en su existencia campestre y bucólica. Con lo expresado anteriormente se pretende corroborar la tesis formulada en un principio: la poesía es la materia literaria más ambigua, no posee reglas ni cánones que sean imprescindibles. Por eso, este ensayo se abre con la cita de un poeta que afirmó que la poesía procede de una zona libre que nadie domina ni puede conquistar.
Aunque el que suscribe no es muy partidario de agrupar a los poetas por nacionalidades –porque la poesía nace en un territorio ignoto y universal donde banderas, fronteras e himnos patrios no tienen cabida–, esta introducción viene al caso para hablar de poesía contemporánea escrita en Costa Rica, con base en la selección publicada en el libro Sostener la palabra. Antología de poesía costarricense contemporánea (San José: Editorial Arboleda, 2ª edición, 2018), compilada por el también poeta y novelista tico Adriano Corrales Arias. Se trata de un volumen que tiene el preciado valor de abrirnos la puerta a la obra de más de medio centenar de poetas, todos ellos con poemarios personales publicados, que de otro modo no podríamos acceder dados los consabidos problemas de difusión que sufre la poesía. Un valor en alza cuando se trata de autores que publican en un círculo editorial con escasa repercusión más allá del ámbito centroamericano.

II

A pesar de su dimensión y variedad, la poesía costarricense es una de las líricas territoriales menos divulgadas en el continente americano aunque, paradójicamente, ha suscitado numerosas antologías, muchas de ellas realizadas por los propios poetas ticos, quizás en un intento de hacer bueno el refrán de que la unión hace la fuerza y así, en bloque combinado de diferentes autores, poder alcanzar la difusión y repercusión que se merecen.
Como precisa Adriano Corrales en su introducción a este libro, la poesía que se escribe desde hace años en Costa Rica —podemos retrotraernos a mediados del siglo pasado—, creada por autores que han nacido o se han afincado en ese territorio, ha tenido un desarrollo particular e interesante. Para cualquier neófito, o incluso alguien versado en poesía costarricense, es condición previa ineludible leer con detenimiento el esclarecedor texto introductorio de Adriano Corrales para ubicarse y poner en contexto lo que va a encontrar en este volumen cuajado de buenos poetas e interesantes composiciones.
Quienes conocemos, aunque sea parcialmente, la realidad poética centroamericana, y la costarricense en particular, somos conscientes de la riqueza y calidad de la poesía que se hace en esa parte del planeta. Los herederos de Darío hicieron buenas sus enseñanzas y a lo largo del sinuoso y bello territorio que une las dos partes del continente americano, ser poeta es algo casi innato, que se lleva con sano orgullo, dignidad creativa e inquietud existencial. Las raíces de la poesía en Costa Rica fueron alimentadas por autores que hicieron florecer y madurar su obra en diferentes épocas. Entre otros muchos, podemos nombrar a Lisímaco Chavarría (1878-1913), un poeta de singular lirismo modernista; Roberto Brenes (1874-1947), activo educador, poeta y ensayista; Eunice Odio (1919), poeta nacionalizada mexicana y fallecida en nuestro país en 1974, que dejó una particular poesía del éxtasis que navega entre el amor y la naturaleza, especialmente en sus obras Los elementos terrestres (1947) y Tránsito de fuego (1957): “Ven/ te probaré con alegría./ Tú soñarás conmigo esta noche/ y anudarán aromas caídos nuestras bocas./ Te poblaré de alondras y semanas/ eternamente oscuras y desnudas.” (“Posesión en el ensueño”); otro ejemplo de su calidad poética son estos versos del poema “Este es el bosque”, escrito en México en 1966: “¿A dónde vamos compañero, sin nada al sol?/ Vamos a la sagrada forma/ que no duerme jamás;/ al atareado aroma solitario, a la sangre/ que sólo sale al viento por un golpe,/ desgastando lo que toca en su tránsito.”
Otros precursores de la poesía contemporánea en Costa Rica, responsables de su importancia y trascendencia, son: Alfredo Sancho Colombari (1924-1992), poeta, novelista y dramaturgo fundador del Instituto Nacional de Artes Dramáticas de Costa Rica (inad), un autor hoy prácticamente olvidado que también vivió y falleció en México (Cantera bruta, 1965); el prolífico Alfredo Cardona Peña (1917-1995), escritor muy relacionado con México a donde llegó en 1938, docente de literatura española en la Escuela de Verano de la UNAM, e integrante de la llamada Generación Tierra Nueva –vinculada a la revista del mismo nombre, al lado de poetas como Alí Chumacero y González Durán—, que publicó la mayor parte de su obra en nuestro país (El mundo que tú eres, 1944, Los jardines amantes, 1952, Sonetos enamorados, 1958, Confín de llamas, 1969): “Es preciso no saber demasiado,/ adivinar las cosas, repartir nuestros ojos/ en millones de mundos que nos miran.”; Isaac Felipe Azofeifa (1909-1997) poeta, educador y político que entre Trunca unidad (1958) y Órbita (1996), dejó una decena de libros que transitan desde el modernismo a las vanguardias poéticas.

III

Entre los que han tenido más influencia en generaciones posteriores está Jorge Debravo (1938-1967), un poeta muy leído y estudiado (Milagro abierto, 1959; Poemas terrenales, 1964; Nosotros los hombres, 1966) que trasciende la tendencia modernista, estilo que copó el horizonte poético costarricense durante la primera mitad del pasado siglo, y abre el llamado “período de vanguardia literaria”. A Debravo le siguen otros poetas más recientes: Laureano Albán, Rodrigo Quirós, Mayra Jiménez, Julieta Dobles y Ronald Bonilla, quienes son el eslabón de la cadena que enlaza con las nuevas generaciones.
De esta variada herencia surgió una amplia nómina de autores que forman la heterogénea escala de voces de la realidad poética actual en Costa Rica. Una poesía experimental y contestataria, contracultural y apasionada, que se encuentra dispersa en un espectro editorial que abarca numerosos libros, revistas y antologías. Sobre la poesía costarricense contemporánea, el escritor Jorge Boccanera apunta en su libro Voces tatuadas. Crónica de la poesía costarricense 1970-2004, que durante ese período la poesía hecha en Costa Rica, además del lenguaje menos rígido y la búsqueda de otras posibilidades estéticas, también había cambiado “el lugar del poeta, situado ahora en el polo opuesto del intérprete del universo, más cerca del antihéroe que echa mano a lo lúdico y se torna sarcástico y coloquial en el desmenuzamiento de la zozobra cotidiana. Se escribe una poesía proclive a la mixtura de estilos y mundos culturales diferentes. Surgen nuevos caminos expresivos que fusionan lenguajes: poesía visual, juegos tipográficos, collage, técnicas de montaje, textos de historieta y letras de canciones.”
En definitiva, la experiencia de sumergirse en la lectura del volumen Sostener la palabra es un acto de lo más recomendable para cualquiera que viva y disfrute la poesía. Supone un baño revitalizante de arte poético donde, entre los más de sesenta autores seleccionados, nos encontramos con la madurez lírica de los poetas nacidos alrededor de 1950: Anabelle Aguilar Brealey, Juan Antillón, Alfonso Chase, Helio Gallardo, Mayra Jiménez, Guillermo Sáenz Patterson, Osvaldo Sauma y Joaquín Soto; la frescura de los nacidos a partir de 1960, entre otros: Melvin Aguilar, Nidia María González, Mainor González Calvo, Ana Istarú, Silvia Piranesi, Adriano de San Martín Corrales, Joaquín Soto y Carlos Villalobos; así como a los nacidos fuera de Costa Rica, residentes o naturalizados, como Carlos Calero, Helio Gallardo, David Maradiaga, Américo Ochoa y Camila Schumacher, que corroboran la tesis de que la poesía vive y crea por encima de fronteras y nacionalidades.
Por último, sólo resta precisar que Sostener la palabra es una antología que renueva la certeza, a veces olvidada, de que en todos los lugares del planeta subsiste una valiosa, y muchas veces desconocida, caterva de escritores que hallan en la poesía la forma de expresar su visión del mundo y comunicar sus experiencias. Este volumen facilita la entrada al espacio lírico de un país de interesante tradición poética, tan cercano como desconocido para los innumerables amantes de la poesía que vivimos en México.

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