miércoles, 26 de junio de 2019

Homero, Borges-Premio Nacional de Literatura, Manucho, Herrera y Reissig, Baudelaire., etc. Bioy Casares. Diarios íntimos. Borges.


Domingo, 24 de noviembre. 1957.

(...)
Estuvo leyendo la Odisea en la traducción de Rouse.2 Dice que esta
traducción lleva a su extremo la tendencia que empezó Butler; en este
sentido, la traducción de Butler es half-way. BORGES: «Si se comparan las
escenas de violencia de Homero con las de Faulkner o Sartre, se ve que
a Homero, aunque sabía describir bien ese tipo de escenas, la violencia
no le gustaba; lo que le gustaba eran las reuniones de mucha gente, para
comer y oír música: lo que le gustaba era la civilización. Es claro, la
1. Esta mujer, vista como ridicula, debe de ser la pobre Inés; que haya dicho que era
un honor para ella estar en ese asiento, me parece bastante natural; en cuanto a la leyenda
de la gente de Las Armas y de Lezama, hasta este momento he creído en una parecida
(¡pero tan distinta, porque está basada en la irrefutable experiencia!): la honesta gente
de Pardo, comparada ventajosamente con la de Cacharí, donde hormiguea el vicio (Nota de
ABC).
2. ROUSE, W. H. D., The Story of Ulysses (1937).
398
1957
civilización era entonces la novedad. Homero era un hombre dulce y suave,
a quien le hubiera encantado el mundo de las novelas de Proust... En
aquella época se daba mucha importancia a hablar: les debía de parecer
que hablar era muy difícil. Un hombre que hablara bien, con frases largas
y pensadas, impresionaba. Si se reunían a comer, primero comían y
después hablaban... Por cierto que si hubieran pretendido comer y hablar
al mismo tiempo se hubiesen atragantado. Sospecho —pero no me
atrevo a afirmarlo, porque leí el libro hace tiempo— que hay dos planos
en la Odisea: uno muy realista, que corresponde a lo que dice Homero;
otro más fantástico, con los relatos de Ulises. Ulises, el viejo héroe, podía
ser un poco macaneador... A veces, uno teme que Homero se equivoque;
pero no se equivoca. Le dicen a Ulises que él debe de ser un comerciante,
interesado en las mercaderías; él contesta que no, que también
es capaz de proezas físicas. Toma una gran piedra y la arroja más
lejos que nadie. Uno teme que también derrote a los otros en luchas y en
carreras; pero, no; basta la prueba de la piedra».

***

Martes, 3 de diciembre. 1957.
Con Silvina, vamos a la Facultad de Derecho,
donde Borges recibe el Premio Nacional de Literatura.
***
Miércoles, 11 de diciembre. 1957.
Come en casa Borges.

Anoche comió en San Isidro con Manucho, Murena y otros. BORGES:
«Manucho está completamente idiotizado. Lo que yo creía que decía en
broma, lo dice en serio. Defendió a Amadeo porque nombró a Mallea, a
Bernárdez, a Abelardo Arias. Por de pronto, habría que probar que esos
nombramientos son acertados. Pero no: lo que a Manucho le importa es
que son nombramientos de escritores.
(...)
Después leemos a Herrera y Reissig. BORGES: «Todas
las palabras parecen erratas».
Leo «Epitalamio ancestral»:
Con pompas de brahmánicas unciones,
abrióse el lecho de tus primaveras,
ante un lúbrico rito de panteras
y una erección de símbolos varones...
BORGES (riendo): «Espero que no diga lo que parece decir».
Sigo leyendo:
...a tiempo que cien blancos elefantes
enroscaron su trompa hacia el ocaso.
BORGES: «De pronto, todo se vuelve de cartón. Esos cien elefantes no
le cuestan nada. Son de cartón o embalsamados».
Leo «La sombra dolorosa»:
...una congoja de holocaustos viejos
ahogaba los silencios campesinos.
BORGES: «De pronto, le da rabia. Es claro: Holocaustos viejos. Holocaustos
de mierda. O si no:
Era su palidez de pobre muerta.1
Seguramente escribía para unos brutos, sus amigos, unos Oliverios
Girondos, que exclamaban "¡Qué bárbaro!" y lo admiraban. ¿Qué pensaría
de él mismo? ¿Que era muy sutil?». BIOY: «Que escribía de cualquier
modo y le salían versos que todos admiraban y que deberían de ser admirables.
Sin duda, se consideraba un genio». BORGES: «Se consideraba
un genio: firmaba Julio I. A un ministro, pidiéndole un puesto, le dijo
que daba al Uruguay la oportunidad de ponerse a la altura de Herrera y
Reissig, pero que como tenía pocas esperanzas, lo esperaba en la Historia.
El stock in trade de Herrera se reduce a la cursilería y a la fealdad, Uno
de los inconvenientes de la pobreza es que induce a dar excesiva importancia
1. «Color de sueño» [Los parques abandonados (1901) ] .
403
1957
importancia al lujo: la admiración por el lujo sólo es perdonable en personas
muy pobres; Herrera fue ínfimo empleado de la administración pública,
en Buenos Aires, y pertenecía a una familia tradicional uruguaya. Qué
suerte que a Guillermo le gusten estos versos. Esto demuestra que hay un
orden en el mundo. No creas que los versos que Guillermo cita son muy
buenos:
Los astros tienen las mejillas tiernas...».1
Leo otros versos:
Almas amigas y bellos
gimnastas, liras asones
de la orquesta de Pitágoras,
venusinos Sacerdotes
de la hembra Arquitectura...2
Ya no te amaba, sin dejar por eso
de amar la sombra de tu amor distante.
Ya no te amaba, y sin embargo el beso
de la repulsa nos unió un instante...3
Anoche vino a mí, de terciopelo;
[ . . . ]
Yacía el índice en su labio, fijo...4
Noche de tenues suspiros
platónicamente ilesos:
[ . . . ]
Es la divina hora azul
en que cruza el meteoro,
como metáfora de oro
por un gran cerebro azul.5
1. «Génesis» [Las clepsidras (1910)]. Guillermo de Torre lo cita en el «Estudio preliminar
» de la edición de Losada (1942).
2. «Recepción» [El laurel rosa (1908)].
3. «Amor sádico» [Los parques abandonados (1901)].
4. «Color de sueño» [76.].
5. «Desolación absurda» [Los maitines de la noche (1902)].
404
1957
BIOY: «"El azar ungracieux, evidentemente", como decía un viejo señor
». BORGES: «Lo que embroma a Herrera es haber empezado con odas
a Castelar y a Guido y Spano. Y le gustaba Lamartine.1 No creas que le
gustaba Baudelaire: le gustaba Lamartine. ¿Por qué iba a admirar a Bau¬
delaire? Para eso estaba él».

Nº de páginas:1664
Editorial:DESTINO
Idioma:CASTELLANO
Encuadernación:Tapa dura
ISBN:9788423338733
Año de edición:2006

Plaza de edición:BARCELONA


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog

Un cuervo llamado Bertolino Fragmento Novela EL HACEDOR DE SOMBRAS

  Un cuervo llamado Bertolino A la semana exacta de heredar el anillo con la piedra púrpura, me dirigí a la Torre de los Cuervos. No lo hací...

Páginas