sábado, 31 de diciembre de 2022

Georges Bernanos Francia contra los robots. INTRODUCCIÓN.

 


Esta apasionada defensa de la libertad es un desafío a las idolatrías paganas de ganancia y fuerza, con una increíble actualidad. Esta diatriba contra la sociedad de las máquinas es un grito futurista, para señalar una sociedad en la que es posible llevar una vida digna de seres humanos.

 


 Georges Bernanos

 

 Francia contra los robots

 

 

 

 

 


 

 PARA GEORGES BERNANOS, CON RESPETO Y AGRADECIMIENTO

El texto que aquí se presenta sorprenderá al lector por la visión y la exactitud del autor en lo que respecta a la organización económica y social del mundo venidero; Bernanos adivina con precisión algunas características singulares que ocupan el espacio público de nuestro tiempo, y lo hace más de medio siglo antes.

Anticiparse en el tiempo ofrece un interés real sólo si el camino que lleva a esas conclusiones propone una dinámica de pensamiento y un lenguaje que transportan al lector mezclando profundidad y virtuosismo. Aquí esto se logra. Bernanos es uno de los grandes maestros de la lengua francesa del siglo XX, y el torrente de palabras que nos invita a compartir no deja ningún lugar a dudas.

Sabe mantenernos en vilo, sacudirnos y hablarnos sin demagogia. Años atrás, en su impactante El gran miedo de los biempensantes, ya había explicado lo que debe ser un libro de ensayos: «Escribo este libro para mí y para usted —para que me lea, sí: no para otro, para usted, usted mismo. Prometí que lo conmovería, de amistad o de rabia, ¿qué importa?—. Le entrego un libro vivo».

Podría haber dicho lo mismo de éste. La obra y el destino de Bernanos se sitúan bajo el signo de la lucha en pos de la verdad y del honor, sin tibieza ni hipocresía. Esta búsqueda le costó cara, pero es la razón por la cual hoy en día podemos leer sus libros con la certeza de que en ellos abarca los temas esenciales de nuestros cuestionamientos.

Habitado por una fe cristiana que nunca lo abandonará, desde niño sueña viajar con amigos a Paraguay para relanzar la utopía de las reducciones jesuíticas donde las razas y las culturas se reconciliaban; donde, él creía, esa fe había sobrevivido mejor. Y luego, como toda su generación, conoce el horror de la primera guerra mundial, escondido en las trincheras repugnantes, viendo la muerte cara a cara y alrededor de él. Marcado por esa locura mortífera, se embarca en la escritura y comienza a darse a conocer como autor, anclado profundamente en una tradición monárquica y antisemita.

Es entonces cercano a Maurras y a su movimiento la «Acción Francesa». Bernanos trabaja como vendedor de seguros para satisfacer las necesidades de su numerosa familia. Tiene que tomar los trenes durante las madrugadas brumosas; vivir de forma miserable; ir de puerta en puerta; por las noches, en hoteles modestos, escribir novelas que todavía no circulan.

El éxito tarda en llegar, pero con Bajo el sol de Satanás (1926) finalmente obtiene el reconocimiento que le permite consagrarse de tiempo completo a la escritura. Casi tiene cuarenta años. En sus inicios, gracias al impulso de la crítica de los medios de extrema derecha, conoce el verdadero éxito ante el público. Además de novelas y relatos, también entrega artículos y el panfleto El gran miedo de los biempensantes, donde denuncia a la sociedad francesa que le provoca náuseas por su cobardía, su hipocresía y su miedo a una guerra que exige numerosas renuncias.

Rodeado de los suyos, abandona su país natal y se va a vivir a Mallorca. Ahí, en esa España que se desgarrará en una guerra civil criminal, el destino de Bernanos dará un vuelco. Esa búsqueda de la verdad, que constituye su centro y su motor, lo obligará a modificar sus posturas: al inicio de la guerra, por razones ideológicas, es partidario de Franco; después evoluciona y cambia por completo de opinión gracias a sus análisis de la situación.

Vive en carne propia y en el alma ese conflicto, pero su clarividencia y honestidad lo obligan a decir su verdad. En 1938 sorprende a su público con la aparición de un libro excepcional por su rigor y su discernimiento; Los grandes cementerios bajo la luna. En él acomete contra los golpistas, ataca el autoritarismo de los franquistas y denuncia los atropellos provocados por el levantamiento antidemocrático.

Al romper con sus amigos de extrema derecha, deja España, donde evidentemente está amenazado, y decide abandonar de inmediato esa Europa que rápido se hundirá en la guerra. Nuestro Bernanos vuelve a pensar en Paraguay, en ese lejano lugar donde todo parece posible. Siempre impulsivo, incluso iracundo, se va con su familia el 20 de julio de 1938. El escritor polémico deja detrás de sí una Europa que vislumbra destinada al horror y a la destrucción. Lo impacta la belleza de Río de Janeiro, adonde llega el 4 de agosto; después da una conferencia en Buenos Aires y se dirige hacia Asunción, donde la realidad lo vuelve a alcanzar.

Lo que descubre no tiene nada que ver con sus sueños infantiles, y después de diez días en los que se dedica a recorrer el lugar, muy a su pesar, regresa a Brasil, que tanto le gustó. Todavía no sabe que ése será su país de residencia durante largos años …

Siempre preocupado por diferenciarse de sus pares, decide convertirse en criador de vacas, pensando que con ese trabajo podrá vivir y hacerse rico. La escritura será posible gracias a las ganancias de esa actividad y así el autor tendrá tiempo para consagrar a su arte… Incluso en esos momentos, nuestro escritor sueña. No logra nada con las doscientas cincuenta vacas en las que invirtió los ahorros familiares; pronto debe disponerse a revender lo que queda.

Sacudido por los acontecimientos, termina por instalarse en un lugar modesto, «la granja de la Cruz de las Almas», nombre que parece provenir de una de sus novelas. En Belo Horizonte se conmueve cuando ve a los brasileños llorar al enterarse de la caída de París: las fuerzas nazis invadieron Francia y su estancia se transforma en exilio. Desde su refugio escribe sin cesar artículos y ensayos que muestran la urgencia de intervenir, de decir, de denunciar.

Por cierto, si acaso termina una novela que comenzó hace mucho tiempo, renuncia a ese género literario, pues se dedica por completo a la lucha contra las fuerzas del mal, aquellas que pretenden asfixiar la Libertad. Bernanos siente que es su deber hablar, defender una visión de lo que debería ser el mundo. Se alinea entonces al lado de la Resistencia y del general De Gaulle, publica tanto en periódicos de la Francia Libre como en la prensa brasileña. El tono es poderoso y su palabra provocadora.

La edición de sus textos escritos en Brasil se titula El camino de la Cruz de las Almas, y, a la fecha de su publicación, en 1948, cuenta con cuatro volúmenes… Un trabajo monumental que Bernanos lleva a cabo en condiciones económicas muy difíciles, al retomar su pasado como periodista, ocupación de su juventud. Vocifera, ataca, ridiculiza e interroga. Todos los días va a escribir a un café de la ciudad más próxima, Barbacena, sentado en el bar colonial. Cuando el embajador de Francia, que representa al régimen de Vichy, le envía una invitación oficial, Bernanos la devuelve sin siquiera abrirla y escribe en el sobre: «No recibo cartas de traidores».

Muy rápidamente, algunos temas se instalan y perdurarán; por ejemplo, se pronuncia contra el mundo de las máquinas y el dinero, en particular en una carta abierta al presidente Roosevelt. «El imperio del dinero es el imperio de los viejos», escribe Bernanos, para quien la juventud encarna el ideal.

Bernanos está fascinado con Brasil y ahí encuentra razones para albergar esperanzas. Es sensible a la belleza del lugar y también está muy impresionado por sus habitantes. Se pueden describir dos razones evidentes que lo acercan a los brasileños: por un lado, coincide con su forma de valorar a Francia y, por otro, le preocupa mucho la juventud de esa población.

El escritor francés tiene una visión singular y un tanto quimérica de su país natal: ve en sus compatriotas a un pueblo revolucionario que supo autoafirmarse cuando hubo que levantarse contra la injusticia y la privación de la Libertad. Para Bernanos, el pueblo de 1789 es la más bella y la más evidente manifestación de lo que pudo representar esa población. Es el momento en el que se construye una parte imperecedera de Francia.

No obstante, los brasileños están muy impregnados de esa Francia enamorada de la libertad y de la justicia. El escritor exiliado y los intelectuales locales están en perfecta armonía: su discurso conmueve a los lectores brasileños ya que les habla de una Francia que se asemeja a la imagen que tienen de ella. Todos están enamorados de una representación del país de la Revolución e indignados por las infamias que se cometen contra ella en el transcurso de esa época trágica. En ese sentido, Bernanos vive en armonía en Brasil, pues se nutre de los mismos fantasmas que quienes lo rodean; todos viven con una idea un tanto idílica de esa tierra lejana y de su historia.

Tan pronto regresa a Francia después de la Liberación, escribe a uno de sus pares que viajará al país que él tuvo que abandonar: «Va a entrar en contacto con un pueblo que ama a una Francia que, precisamente, usted ama y comprende perfectamente. Allá, la fidelidad a Francia es algo mucho más profundo que ‘la hispanidad’ de la Argentina». Y justifica sus observaciones con un largo análisis de la historia de las ideas en Brasil: «La asociación de la mística revolucionaria y de la solemnidad comtista es toda la tradición intelectual y moral de la élite brasileña. Esa gente realmente vivió Los miserables de Víctor Hugo». ¿De qué otra manera podría expresar mejor la afinidad y la complementariedad de esas dos naciones?

Es debido a esta visión común de Francia que la entereza de los hombres y mujeres de su país de acogida lo conmueve. Con la idea de que ésta, en muchos aspectos, evoca los sacrificios que, por mucho tiempo, un gran número de sus compatriotas soportó. «Porque solamente sobrevivirán a la inmensa aniquilación que se anuncia los pueblos a los que la soledad y la pobreza les enseñaron a ser pacientes, y a los que el espíritu de la servidumbre todavía no ha envilecido porque no han vivido como un rebaño»… Esa Francia que lucha contra el nazismo y ese Brasil que busca salir de la miseria están en sintonía en su derrotero.

Con esa intimidad reconocida, el otro aspecto del país que cautiva a Bernanos es su juventud. De hecho, cuando debe regresar a Francia, ante todo se dirige a los jóvenes con un «Adiós a la juventud brasileña» que es particularmente conmovedor. En su obra, la infancia y la juventud tienen un papel primordial, ya que son los momentos en los que el sueño todavía es posible. Incluso escribirá que todo su trabajo no es más que un intento por encontrar los énfasis de los momentos más emocionantes que hace mucho conoció, durante los primeros años de su vida.

En su bellísimo prólogo que abre Los grandes cementerios bajo la luna, insiste en esa voz de la infancia que trata de recuperar y en el papel que todavía puede tener: «Mi certeza profunda es que la parte del mundo que todavía es susceptible de ser remendada tan sólo les pertenece a los niños, a los héroes y a los mártires». Entonces, a veces con algo de paternalismo, equipara su país de adopción con un universo infantil: «Es un país niño, sus responsabilidades son las de la infancia, todas sus faltas son reparables».

Desde luego, en apariencia, hay un costado ofensivo en esa visión, en ese tono condescendiente, pero cuando visitamos la obra de Bernanos, nos damos cuenta de que esa curiosa forma de expresarse corresponde a un elogio sincero. En ese texto no duda en dar a la juventud brasileña deberes fatigosos por cumplir: «Jóvenes y jovencitas, es verdad, tienen derecho a las ilusiones. Les pedimos, la libertad les pide, sacrificar ese derecho. Ustedes son la última oportunidad de este mundo. El mundo debería poder contentarse con ver con claridad a través de los ojos de los hombres de edad y de experiencia, pero precisamente son esos hombres los que hoy se niegan a ver, ya que, tan pronto levantan los párpados, ven las ruinas que, por avaricia, ellos mismos hicieran o que, por estupidez, permitieron que se hicieran».

Ahí, el autor muestra su confianza en esa juventud no sólo en lo que respecta al futuro de su país natal, sino también en la vitalidad de un pensamiento llamado a ofrecer alternativas al mundo venidero. Desde hace mucho tiempo, sus reflexiones están marcadas por la contraposición que ve desarrollarse entre las diferentes formas de imaginar nuestra relación con el mundo y sobre todo en cómo organizar las sociedades que vendrán. Reunirá sus ideas y las presentará en este texto Francia contra los robots.

A lo largo de 1944, hace lecturas de fragmentos del libro y entrega el texto definitivo al Comité de la Francia Libre de Brasil que organiza la edición y la venta por suscripción. Se publicará en agosto de 1946, y el autor recibirá su ejemplar en París, a donde regresa después de que el General de Gaulle lo invita personalmente. Como siempre, no aceptará ningún puesto ni ningún honor. Cuando le proponen integrar la Academia francesa, responde: «cuando ya no tenga más que un par de nalgas para pensar, me iré a sentar en las bancas de la Academia». Una vez más, asqueado de Francia, de la purga y de la situación política, se vuelve a ir al extranjero, esta vez a Túnez. Pero la enfermedad lo carcome y fallece en 1948, a la edad de sesenta años.

En el texto que aquí se presenta, Bernanos expresa su visión del porvenir y sobre todo hace énfasis en una contraposición original: al dar la espalda al mundo capitalista y al comunista se cuestiona acerca de la capacidad de los hombres de hacer pervivir la libertad en el mundo del mañana. Para él, el capitalismo ayuda al surgimiento de monopolios multinacionales y el comunismo llega a la misma situación, pero con un monopolio único: el Estado. Sin embargo, su lógica es idéntica.

La opresión que sufre la humanidad más que nada se sostiene de la invasión de aquello que él llama «la Técnica», estado mental que apunta a hacer desaparecer la sensibilidad y la libertad del ser humano para que en él tan sólo perdure su capacidad de trabajo y de consumo. Ignoramos si Marcuse leyó a Bernanos, pero él diría lo mismo años más tarde. «Un mundo ganado por la Técnica es un mundo perdido para la Libertad»: así dice Bernanos, utilizando las impresiones que Brasil le legó. En efecto, es sensible a las cualidades humanas de los habitantes de su país de acogida, y muy naturalmente contrapone la mentalidad llamada «latina» a la de los anglosajones, culpables, según él, de dejar que triunfe una manera de ser que degrada al ser humano.

Lo que él llama «Técnica» es el sistema que impone la Civilización de las Máquinas. Dice que la técnica «trata de reformar al hombre, es decir, de formar a un hombre capaz de contentarse con lo que ésta le puede dar, un trabajador eficiente, bien alimentado, atiborrado de vitaminas, jovial y deportista, que acepta sin discutir los ucases de la técnica, en el espíritu de la propaganda oficial, con el fin de conservar todas sus fuerzas físicas y mentales para la producción». Leemos esto con pavor, de tal forma que estamos tentados a darle la razón, setenta y cuatro años después de que emitió esas hipótesis …

Más que nunca, debemos leer a Bernanos, compartir ese amor por la libertad y la humanidad sensible. Y aprender con clarividencia a rehusarnos a desempeñar ese papel, a no aceptar transformarnos en ese ser humano limitado y estrecho que el mundo contemporáneo nos invita a ser, en el que incluso nos obliga a convertirnos. Leámoslo con reconocimiento y sepamos pronunciar junto con Albert Camus: «Ese escritor con clase merece el respeto y el agradecimiento de todos los hombres libres».

 PHILIPPE OLLÉ-LAPRUNE

Ciudad de México, noviembre de 2018

FUENTE:

  • Editorial ‏ : ‎ HarperCollins (6 Octubre 2020)
  • Idioma ‏ : ‎ Español
  • Tapa blanda ‏ : ‎ 304 páginas
  • ISBN-10 ‏ : ‎ 6075620397
  • ISBN-13 ‏ : ‎ 978-6075620398
  • Peso del Artículo ‏ : ‎ 1.2 pounds
  • Dimensiones ‏ : ‎ 5.5 x 0.75 x 8 pulgadas


jueves, 29 de diciembre de 2022

MORGUE Y OTROS POEMAS Gottfried Benn. Versión bilingüe.



Benn Gottfried

Gottfried Benn (Mansfeld -hoy Putlitz-, Brandeburgo, Alemania, 2 de mayo de 1886 - Berlín, Alemania, 7 de julio de 1956) fue principalmente poeta, pero también practicó la prosa en distintos géneros: ensayo, narración y relato. Es considerado el poeta alemán más importante de la primera mitad del siglo XX, siendo uno de los escritores de mayor influencia antes y después del Tercer Reich.

Hijo de un pastor protestante, estudió medicina y formó parte del cuerpo médico del Ejército alemán. En 1912 publicó su primer opúsculo, Morgue und andere Gedichte (Morgue y otros poemas), en una edición restringida, la cual, empero, generó una álgida polémica y le brindó una fama pública de escandaloso y provocador que no le abandonaría ya. No obstante esto, el libro despertó el entusiasmo de sus contemporáneos, escritores y artistas gráficos, que se movían en los ámbitos de la nueva vanguardia berlinesa, el expresionismo, movimiento semejante al futurismo italiano y a otras expresiones de vanguardia de la época.

Dentro de la atmósfera y la estética del expresionismo se hallarán enmarcados sus siguientes tres publicaciones, los libros de poesía `Söhne` (`Hijos`), de 1913, y `Fleisch` (`Carne`), de 1917, así como el ciclo de novelas `Gehirne` (`Cerebros`), de 1916, conocida como las `Ronne novellen`, por ser éste el nombre del personaje central (en realidad, un alter ego del autor), o bien como su ciclo bruselense, por haber sido escritas durante su estancia en Bruselas entre 1915 y 1917. Las breves novelas del ciclo son importantes porque constituyen el más lejano antecedente de sus obras de madurez, y porque en éstas es posible observar en acción sus postulados teóricos, de alguna manera anticipados en su poesía, los cuales comenzará a teorizar en las décadas subsiguientes.

El conjunto de lo escrito durante estos años (1912-1917), si bien corresponde con la época de la Primera Guerra Mundial, no puede considerarse `strictu sensu` como reflejo ni de la contienda ni, mucho menos, de los conflictos morales y sociales que otros poetas y escritores expresionistas retrataron. Por el contrario, la obra de Benn es heredera de la de Nietzsche, y en tal sentido es una constante reflexión de la y sobre la actividad poética en el sentido nietzscheano de `última actividad metafísica del hombre`, y por eso mismo, no tanto un reflejo de la realidad histórica circundante, sino del hombre de pensamiento que siempre fue Benn.

A partir de 1920 Benn alternará la escritura lírica con la especulativo-reflexiva a través de ensayos teóricos sobre el ejercicio lírico y la relación del escritor con el poder, lo que lo hará acercarse al nazismo al inicio de la siguiente década, no obstante haber sido abiertamente apolítico, a diferencia de muchos de sus contemporáneos. El pesimismo que heredó de la filosofía nietzscheana, -o mejor- schopenhaueriana y del célebre libro de Oswald Spengler, `Der Untergang des Abendlandes` (`La decadencia de Occidente`), entre otras influencias decisivas, lo llevarían a apoyar al nuevo régimen. Sin embargo, la estrecha visión de los guardianes del nuevo Estado lo llevó a verse cada vez más restringido en su actividad literaria, y a recibir constantes ataques de los voceros del régimen.

Empero, el cerco que el Estado nazi había establecido en todas las profesiones le hizo casi imposible a Benn dedicarse al ejercicio de su práctica, por lo que decidió entonces refugiarse en la Wehrmacht, en lo que él llamó, en una carta a Ina Seidel de 1935, `una forma aristocrática de emigración`. En 1937 fue expulsado de la Reichsschrifttumskammer (Cámara Nacional de Escritores). En 1938 recibió la prohibición de escribir (Schreibverbot). En 1939 aparecería su último libro bajo el régimen nazi, una recopilación de su obra en prosa, el cual sería acremente censurado y atacado. La actividad literaria dejaría de ser pública, y en un aislamiento total escribiría algunos de sus mejores poemas, en la que es considerada la más fructífera etapa de su trayectoria creativa.

El fin de la guerra no haría que el pesimismo de Benn disminuyese. Habiendo perdido a tres hermanos en la Primera Guerra Mundial, a otros familiares y a su esposa en la Segunda, y pesando sobre él además la prohibición del gobierno aliado en Berlín, todo parecía condenarlo al más atroz olvido. Pero muy pronto Benn se convertiría en el estandarte de su generación o, al menos, de aquellos pocos que sobrevivieron a las dos guerras, y su fama en Alemania traspasaría el estrecho círculo vanguardista en que se había mantenido hasta antes de la conflagración.

En 1948 publicaría, fuera de Alemania, en la editorial suiza `Die Arche` su primer libro original en más de una década, `Statische Gedichte` (`Poemas estáticos`). De repente, la voz de Benn se alzó por encima de la de todos sus contemporáneos, y la prensa y los lectores no sólo lo recibieron entusiastamente sino que este hecho significó la reivindicación pública que necesitaba. Se le consideró, entonces, como la única voz auténticamente nueva y profundamente original desde Bertolt Brecht y Rainer Maria Rilke, lo cual era cierto desde mucho antes. A partir de entonces, Benn fue reconocido como el poeta vivo más importante en lengua alemana, y el renovador de la poesía lírica de posguerra.

Mantuvo una larga relación amorosa con la actriz Tilly Newes, viuda del dramaturgo Frank Wedekind.

En 1956 fallecería en Berlín, la ciudad que más amó y en la que vivió prácticamente toda su vida, a excepción de muy cortas temporadas.

Compliador: DR. ENRICO PUGLIATTI.

***

 LA MIRADA CLÍNICA

 El poemario Morgue y otros poemas de Gottfried Benn (1886-1965) se publicó en 1912 en Berlín, causando un escándalo tan violento como pocos en la historia de la literatura. La edición de 500 ejemplares se agotó en una semana y fue prohibida y confiscada a posteriori en 1916. La conmoción pública le dio a este médico de 26 años una temprana celebridad. Poetas expresionistas como Ernst Stadler y Else Lasker-Schüler recibieron la publicación del libro con entusiasmo. Para el público lector, Morgue significó una ruptura radical con los parámetros literarios vigentes. La combinación novedosa de temas grotescos y macabros tomados de la praxis médica, con estereotipos líricos y frases tradicionalmente poéticas revelaba no sólo la posibilidad de romper y transformar el lenguaje, sino que además señalaba el vacío semántico de la expresión poética tradicional. Frases hechas, valores comunes, como "hermosa juventud", "la felicidad del primer amor", "delirio y patria ", "fe amor esperanza'', se relacionaban con imágenes del despojo humano, cadáveres y dolencias físicas para expresar una crítica feroz al imaginario lírico del momento, trazando por lo demás un cuadro muy diferente del ser humano, de un ser ahora desprovisto de toda trascendencia.

 

Morgue no es la primera manifestación de lo macabro y grotesco en la literatura europea. En antecedentes como La Charogne de Baudelaire, el poema "Morgue'' de Rilke, en sus Apuntes de Malte Laurids Brigge o en El Día Eterno de Georg Heym se presentan visiones parecidas que también ponen en duda la imagen idealista del ser humano.

 

Sin embargo, fue sobre todo esta Morgue la que representó para el naciente expresionismo alemán el salto definitivo hacia la modernidad. La destrucción y recombinación de los elementos líricos, la relación de lo horrible y de lo bello, lo maligno y lo sublime y el rechazo visceral a la visión burguesa y tradicional del mundo, hicieron del poemario de Benn uno de los libros más importantes de la poesía alemana del siglo XX.

 

La concepción del ser humano que se revela en éstos poemas, un ser reducido a carne enferma o a carroña, despojado no sólo de alma y trascendencia, sino de todo valor convencionalmente relacionado a su supuesta condición de ser superior, puede leerse como extrema manifestación de un nihilismo radical. Pero detrás de la dura superficie de los versos, de los cadáveres y cancerosos, de la patología humana, surge otro tono, otra intención. Y posiblemente sea aquí donde radique la fascinación de estos poemas para el lector actual. Pues una de las motivaciones ocultas para estos juegos combinatorios se vincula con un profundo e inconfesable sentimiento de piedad, piedad con ese ser despojado y reducido a lo más carnal de su existencia. El médico Benn, consciente de la vacuidad de todo ideal, logra con la destrucción del lenguaje poético niveles más profundos de comprensión. Al describir fríamente la incongruencia evidente entre la realidad y la palabra, su mirada clínica, pero también piadosa enfrenta las terribles consecuencias de tal incongruencia. De la distancia existente entre el dolor real y el sueño ideal surge el presentimiento de una condición humana que trasciende las convenciones culturales aceptadas.

 

La presente traducción le debe mucho a la ayuda y sugerencias de Yolanda Pantin.

 

 

 

Verónica Jaffé

Caracas, 1991

 

KLEINE ASTER

 

 

 

Ein ersoffener Bierfahrer wurde auf den Tisch gestemmt.

Irgendeiner hatte ihm eine dunkelhellila Aster

zwischen die Zähne geklemmt.

Als ich von der Brust aus

unter der Haut

mit einem langen Messer

Zunge und Gaumen herausschnitt,

muß ich sie angestoßen haben, denn sie glitt

in das nebenliegende Gehirn.

Ich packte sie ihm in die Brusthöhle

zwischen die Holzwolle.

als man zunähte.

Trinke dich satt in deiner Vase!

Ruhe sanft,

kleine Aster!

 


PEQUEÑO ÁSTER

 

 

 

El cadáver del conductor

de un camión de cerveza

fue alzado sobre la camilla.

Alguien le había colocado entre los dientes

una pequeña flor

oscura — clara — lila.

Cuando le saqué el paladar y la lengua

desde el pecho

con un largo cuchillo

debajo de la piel

he debido rozarla

porque la flor se deslizó

hacia el cerebro vecino.

La guardé en el tórax

entre el aserrín

cuando lo cosían.

¡Bebe hasta la saciedad en tu florero!

¡Descansa en paz,

pequeño áster!

 


SHÖNE JUGEND

 

 

 

Der Mund eines Mädchens, das lange im Schilf gelegen hatte,

sah so angeknabbert aus.

Als man die Brust aufbrach, war die Speiseröhre so löcherig.

Schließlich in einer Laube unter dem Zwerchfell

fand man ein Nest von jungen Ratten.

Ein kleines Schwesterchen lag tot.

Die andern lebten von Leber und Niere,

tranken das kalte Blut und hatten

hier eine schöne Jugend verlebt.

Und schön und schnell kam auch ihr Tod:

Man warf sie allesamt ins Wasser.

Ach, wie die kleinen Schnauzen quietschten!

 


HERMOSA JUVENTUD

 

 

 

La boca de una niña que había estado mucho tiempo entre los juncos

parecía tan carcomida.

Cuando le quebraron el pecho, el esófago estaba tan agujereado.

Por fin, en una pérgola bajo el diafragma

hallaron un nido de pequeñas ratas.

Una hermanita yacía muerta.

Las otras se alimentaban del hígado y del riñon,

bebían la sangre fría y pasaron aquí

una hermosa juventud.

Y hermosa y rápida las sorprendió la muerte:

a todas las lanzaron al agua.

¡Ay, cómo chillaban los pequeños hocicos!

 


KREISLAUF

 

 

 

Der einsame Backzahn einer Dirne,

die unbekannt verstorben war,

trag eine Goldplombe.

Die übrigen waren wie auf stille Verabredung

ausgegangen.

Den schlug der Leichendiener sich heraus,

versetzte ihn und ging für tanzen.

Denn, sagte er,

nur Erde solle zur Erde werden.

 


CIRCULACIÓN

 

 

 

La solitaria muela de una puta

una muerta sin nombre

llevaba una corona de oro.

Las demás se habían desprendido

como por un secreto acuerdo.

Ésta la extrajo el sepulturero para sí.

Porque, decía,

sólo la tierra debe volver a la tierra.

 


NEGERBRAUT

 

 

 

Dann lag auf Kissen dunklen Bluts gebettet

der blonde Nacken einer weißen Frau.

Die Sonne wütete in ihrem Haar

und leckte ihr die hellen Schenkel lang

und kniete um die bräunlicheren Brüste,

noch unentstellt durch Laster und Geburt.

Ein Nigger neben ihr: durch Pferdehufschlag

Augen und Stirn zerfetzt. Der bohrte

zwei Zehen seines schmutzigen linken Fußes

ins Innere ihres kleinen weißen Ohrs.

Sie aber lag und schlief wie eine Braut:

am Saume ihres Glücks der ersten Liebe

und wie vorm Aufbruch vieler Himmelfahrten

des jungen wannen Blutes.

Bis man ihr

das Messer in die weiße Kehle senkte

und einen Purpurschurz aus totem Blut

ihr um die Hüften warf.

 


LA NOVIA DEL NEGRO

 

 

 

Entonces sobre almohadas de oscura sangre

se recostaba el cuello de una mujer rubia.

El sol rabiaba en sus cabellos

y lamía los pálidos muslos

y se arrodillaba ante los pechos un poco más oscuros,

aún sin deformar por los pecados y los partos.

Un negro junto a ella: la coz de algún caballo

le había destrozado los ojos y la frente. Dos dedos

de su sucio pie izquierdo

se hincaban en la pequeña oreja blanca.

Pero ella yacía y dormía como una novia:

orlando la felicidad del primer amor

y en espera de numerosos viajes celestiales

de la sangre joven y cálida.

Hasta que alguien

le hundió el cuchillo en la nívea garganta

y un delantal púrpura de sangre muerta

le cubrió las caderas.

 


REQUIEM

 

 

 

Auf jedem Tisch zwei. Männer und Weiber

kreuzweis. Nah, nackt, und dennoch ohne Qual.

Den Schädel auf. Die Brust entzwei. Die Leiber

gebären nun ihr allerletztes Mal.

 

Jeder drei Näpfe voll: von Hirn bis Hoden.

Und Gottes Tempel und des Teufels Stall

nun Brust an Brust auf eines Kübels Boden

begrinsen Golgatha und Sündenfall.

 

Der Rest in Särge. Lauter Neugeburten;

Mannsbeine, Kinderbrust und Haar vom Weib.

Ich sah, von zweien, die dereinst sich hurten,

laghes da, wie aus einem Mutterleib.

 


RÉQUIEM

 

 

 

Dos en cada mesa. Hombres y mujeres

en cruz. Cerca, desnudos, y, pese a ello, sin dolor.

El cráneo abierto. El pecho partido en la mitad. Los cuerpos

engendran ahora por última vez.

 

Cada uno llena tres cazuelas: desde el cerebro hasta los testículos.

Y el templo de Dios y el Corral del demonio

ahora pecho a pecho en el fondo de un cubo

se ríen del Gólgota y del pecado original.

 

El resto, en ataúdes. Sólo nuevas creaturas:

pierna de hombre, pecho de niño y pelo de mujer.

Yo vi lo que engendraron dos que antaño se jodian,

yacer allí, como si hubiera salido de un cuerpo materno.

 


SAAL DER KREISSENDEN FRAUEN

 

 

 

Die ärmsten Frauen von Berlin

—dreizehn Kinder in anderthalb Zimmern,

Huren, Gefangene, Ausgestoßene—

krümmen hier ihren Leib und wimmern.

Es wird nirgends so viel geschrien.

Es wird nirgends Schmerzen und Leid

so ganz und gar nicht wie hier beachtet,

weil hier eben immer was schreit.

 

"Pressen Sie, Frau! Verstehn Sie, ja?

Sie sind nicht zum Vergnügen da.

Ziehn Sie die Sache nicht in die Länge.

Kommt auch Kot bei dem Gedränge!

Sie sind nicht da, um auszuruhn.

Es kommt nicht selbst. Sie müssen was tun!"

Schließlich kommt es: bläulich und klein.

Urin und Stuhlgang salben es ein.

 

Aus elf Betten mit Tränen und Blut

grüßt es ein Wimmern als Salut.

Nur aus zwei Augen bricht ein Chor

von Jubilaten zum Himmel empor.

 

Durch dieses kleine fleischerne Stück

wird alles gehen: Jammer und Glück.

Und stirbt es dereinst in Röcheln und Qual,

liegen zwölf andere in diesem Saal.

 


PABELLÓN DE PARTURIENTAS

 

 

 

Las mujeres más pobres de Berlín

—trece niñas en cuarto y medio,

putas, prisioneras, execradas—

retuercen aquí sus cuerpos y gimen.

En ninguna parte se grita tanto.

En ninguna parte se ignoran tan completamente

dolores y angustias como en este lugar,

aquí siempre grita algo.

 

"¡Empuje Usted, mujer! ¿Entiende, sí?

No está aquí por diversión.

No alargue la cosa

¡También salen excrementos en este aprieto!

No está aquí para descansar

No viene solo. ¡Usted tiene que hacer algo!"

Por fin llega: azulado y pequeño.

Orina y heces lo ungen.

 

De once camas con lágrimas y sangre

los gemidos le dan la bienvenida.

Sólo en dos ojos estalla un coro de júbilos al cielo.

 

Por este pequeño pedazo de carne

pasará todo: desolación y felicidad.

Y cuando muera entre estertores y sufrimientos,

otros doce dormirán en este pabellón.

 


BLINDDARM

 

 

 

Alles steht weiß und schnittbereit.

Die Messer dampfen. Der Bauch ist gepinselt.

Unter weißen Tüchern etwas, das winselt.

 

"Herr Geheimrat, es wäre soweit."

 

Der erste Schnitt. Als schnitte man Brot.

"Klemmen her!" Es spritzt was rot.

Tiefer. Die Muskeln: feucht, funkelnd, frisch.

Steht ein Strauß Rosen auf dem Tisch?

 

Ist das Eiter, was da spritzt?

Ist der Darm etwa angeritzt?

"Doktor, wenn Sie im Lichte stehn,

kann kein Deibel das Bauchfell sehn.

Narkose, ich kann nicht operieren,

der Mann geht mit seinem Bauch spazieren."

 

Stille, dumpf feucht. Durch die Leere

klirrt eine zu Boden geworfene Schere.

Und die Schwester mit Engelssinn

hält sterile Tupfer hin.

 

"Ich kann nichts finden in dem Dreck!"

"Blut wird schwarz. Maske weg!"

"Aber —Herr des Himmels— Bester,

halten Sie bloß die Hacken fester!"

Alles verwachsen. Endlich: erwischt!

"Glüheisen, Schwester!" Es zischt.

 

Du hattest noch einmal Glück, mein Sohn.

Das Ding stand kurz vor der Perforation.

"Sehn Sie den kleinen grünen Fleck?—

Drei Stunden dann war der Bauch voll Dreck."

 

Bauch zu. Haut zu. "Heftpflaster her!

Guten Morgen, die Herrn."

Der Saal wird leer.

Wütend klappert und knirscht mit den Backen

der Tod und schleicht in die Krebsbaracken.

 


APÉNDICE

 

 

 

Todo está pulcro y preparado para el corte.

Los cuchillos humean. El abdomen marcado.

Bajo paños blancos hay algo que gime.

 

"Señor profesor, todo está listo."

 

La primera incisión. Como si el pan se rebanara.

"¡Pinzas!" Algo púrpura brota.

Más profundo. Los músculos: húmedos, brillantes, frescos.

¿Hay un ramo de rosas sobre la mesa?

 

¿Es pus lo que salta?

¿Habrán cortado el intestino?

"Doctor, si se para contra la luz,

ni el diablo puede ver el diafragma.

Anestesia, no puedo operar,

el hombre se va de paseo con su estómago."

 

Silencio, pesado, húmedo. En el vacío

tintinea una tijera en el suelo.

Y la enfermera angelical

ofrece algodones esterilizados.

 

"¡No puedo encontrar nada en esta porquería!"

"Sangre se oscurece. ¡Quíteme la mascarilla!"

"Pero—Dios del cielo—querido,

¡apriete mis esos talones!"

Todo deforme. ¡Por fin: aquí está!

"¡El hierro candente, enfermera!" Un siseo.

 

Por esta vez tuviste suerte, hijo mío.

La cosa estaba a punto de perforarse.

"¿Ve usted la pequeña mancha verde?

Tres horas y el estómago se llenaba de mierda."

 

Vientre cerrado, Piel cosida. "¡Esparadrapos, acá!

Buenos días señores."

La sala se vacía.

Furiosa castañea y rechina con las mejillas

la muerte se escurre a la barraca de los cancerosos.

 


MANN UND FRAU GEHN DURCH DIE KREBSBARACKE

 

 

 

Der Mann:

Hier diese Reihe sind zerfallene Schöße

und diese Reihe ist zerfallene Brust.

Bett stinkt bei Bett. Die Schwestern wechseln stündlich.

 

Komm, hebe ruhig diese Decke auf.

Sieh, dieser Klumpen Fett und faule Stäfte,

das war einst irgendeinem Mann groß

und hieß auch Rausch und Heimat.

 

Komm, sieh auf diese Narbe an der Brust.

Fühlst du den Rosenkranz von weichen Knoten?

Fühl ruhig hin. Das Fleisch ist weich und schmerzt nicht.

 

Hier diese blutet wie aus dreißig Leibern.

Kein Mensch hat so viel Blut.

Hier diese schnitt man

erst noch ein Kind aus dem verkrebsten Schoß.

 

Man läßt sie schlafen. Tag und Nacht. — Den Neuen

sagt man: hier schläft man sich gesund. —   Nur sonntags

für den Besuch läßt man sie etwas wacher.

 

Nahrung wird wening noch verzehrt. Die Rücken

sind wund. Du siehst die Fliegen. Manchmal

wäscht sie die Schwester. Wie man Bänke wäscht.

 

Hier schwillt der Acker schon um jedes Bett.

Fleisch ebnet sich zu Land. Glut gibt sich fort.

Saft schickt sich an zu rinnen. Erde ruft.

 


HOMBRE Y MUJER CAMINAN POR LA BARRACA DE LOS CANCEROSOS

 

 

 

El hombre:

En esta fila regazos destruidos,

en esta otra pechos destruidos.

Cama apesta junto a cama. Las enfermeras se turnan cada hora.

 

Ven, levanta sin miedo esta manta.

Mira, este grumo de grasa y humores podridos,

alguna vez fue importante para un hombre

y también se llamaba patria y delirio.

 

Ven, mira estas cicatrices en el pecho.

¿Sientes el rosario de nudos blandos?

Toca sin temor. La carne es suave y no duele.

 

Esta mujer sangra como si tuviera treinta cuerpos.

Ningún ser humano tiene tanta sangre. A ésta primero le cortaron

un niño del enfermo regazo.

 

Los dejan dormir. Día y noche. —A los nuevos

se les dice: aquí el sueño es curativo—. Sólo los domingos,

para las visitas, se les deja un rato despiertos.

 

Es poca la comida que aún se consume. Las espaldas

están llenas de heridas. Mira las moscas. A veces

los lava una enfermera. Como se lavan los bancos.

 

Aquí se hincha alrededor de cada cama el campo labrado.

Carne se vuelve llanura. Fuego se pierde.

Humor se apresta a correr. Tierra llama.

 


NACHTCAFÉ

 

 

 

824: Der Frauen Liebe und Leben.

Das Cello trinkt rasch mal. Die Flöte

rülpst tief drei Takte lang: das schöne Abendbrot.

Die Trommel liest den Kriminalroman zu Ende.

 

Grüne Zähne, Pickel im Gesicht

winkt einer Lidrandentzündung.

 

Fett im Haar

spricht zu offenem Mund mit Rachenmandel

Glaube Liebe Hoffnung um den Hals.

 

Junger Kropf ist Sattelnase gut.

Er bezahlt für sie derei Bierre.

 

Bartflechte kauft Nelken,

Doppelkinn zu erweichen.

 

B-molI: die 35. Sonate.

Zwei Augen brüllen auf:

Spritzt nicht das Blut von Chopin in den Saal,

damit das Pack drauf rumlatscht!

Schluß! He, Gigi! -

 

Die Tür fließt hin: Ein Weib.

Wüste ausgedörrt. Kanaanitisch braun.

Keusch. Höhlenreich. Ein Duft kommt mit.

Kaum Duft.

Es ist nur eine süße Vorwölbung der Luft

gegen mein Gehirn.

 

Eine Fettleibigkeit trippelt hinterher.

 


CAFÉ NOCTURNO

 

 

 

824: vida y amor de las mujeres.

E1 violoncello se toma un trago. La flauta

eructa profundo en tres compases: la hermosa cena.

E1 tambor termina de leer una novela policial.

 

Dientes verdes, espinillas en la cara

le hace señas a una inflamación de párpado.

 

Grasa en el cabello

le habla a boca abierta con almendra faríngea

Fe, amor y esperanza alrededor del cuello.

 

Joven bocio quiere a nariz de dos bultos

La convida a tres cervezas.

 

Sicosis compra claveles.

Para ablandar a papada.

 

Bemol-menor: la Sonata N° 35.

Dos ojos lanzan un grito:

¡No derramen la sangre de Chopin en la sala,

para que la chusma la pise!

¡Basta! ¡Eh, Gigi! —

 

La puerta se desborda: una mujer.

Desierto calcinado. Marrón canaanita.

Virgen. Plena de cuevas. Se acerca un aroma.

Poco aroma.

Sólo es una dulce protuberancia del aire

contra mi cerebro.

 

Un cuerpo obeso con pasitos cortos salta detrás.

Fuente:

ISBN: 980-07-0601-1

Diseño Gráfico: Víctor Pastore

Textos: Enedé

Corrección: Eduardo E. Estévez

Impresión: Gráficas León

 

Fondo Editorial Pequeña Venecia, 1991

Apartado Postal 66353

Caracas 1061-A

 

Venezuela


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