Benn Gottfried
Gottfried Benn (Mansfeld -hoy Putlitz-, Brandeburgo, Alemania, 2 de mayo
de 1886 - Berlín, Alemania, 7 de julio de 1956) fue principalmente poeta, pero
también practicó la prosa en distintos géneros: ensayo, narración y relato. Es
considerado el poeta alemán más importante de la primera mitad del siglo XX,
siendo uno de los escritores de mayor influencia antes y después del Tercer
Reich.
Hijo de un pastor protestante, estudió medicina y formó parte del cuerpo médico
del Ejército alemán. En 1912 publicó su primer opúsculo, Morgue und andere
Gedichte (Morgue y otros poemas), en una edición restringida, la cual, empero,
generó una álgida polémica y le brindó una fama pública de escandaloso y
provocador que no le abandonaría ya. No obstante esto, el libro despertó el
entusiasmo de sus contemporáneos, escritores y artistas gráficos, que se movían
en los ámbitos de la nueva vanguardia berlinesa, el expresionismo, movimiento
semejante al futurismo italiano y a otras expresiones de vanguardia de la
época.
Dentro de la atmósfera y la estética del expresionismo se hallarán enmarcados
sus siguientes tres publicaciones, los libros de poesía `Söhne` (`Hijos`), de
1913, y `Fleisch` (`Carne`), de 1917, así como el ciclo de novelas `Gehirne`
(`Cerebros`), de 1916, conocida como las `Ronne novellen`, por ser éste el
nombre del personaje central (en realidad, un alter ego del autor), o bien como
su ciclo bruselense, por haber sido escritas durante su estancia en Bruselas
entre 1915 y 1917. Las breves novelas del ciclo son importantes porque
constituyen el más lejano antecedente de sus obras de madurez, y porque en
éstas es posible observar en acción sus postulados teóricos, de alguna manera
anticipados en su poesía, los cuales comenzará a teorizar en las décadas
subsiguientes.
El conjunto de lo escrito durante estos años (1912-1917), si bien corresponde
con la época de la Primera Guerra Mundial, no puede considerarse `strictu
sensu` como reflejo ni de la contienda ni, mucho menos, de los conflictos
morales y sociales que otros poetas y escritores expresionistas retrataron. Por
el contrario, la obra de Benn es heredera de la de Nietzsche, y en tal sentido
es una constante reflexión de la y sobre la actividad poética en el sentido
nietzscheano de `última actividad metafísica del hombre`, y por eso mismo, no
tanto un reflejo de la realidad histórica circundante, sino del hombre de
pensamiento que siempre fue Benn.
A partir de 1920 Benn alternará la escritura lírica con la
especulativo-reflexiva a través de ensayos teóricos sobre el ejercicio lírico y
la relación del escritor con el poder, lo que lo hará acercarse al nazismo al
inicio de la siguiente década, no obstante haber sido abiertamente apolítico, a
diferencia de muchos de sus contemporáneos. El pesimismo que heredó de la filosofía
nietzscheana, -o mejor- schopenhaueriana y del célebre libro de Oswald
Spengler, `Der Untergang des Abendlandes` (`La decadencia de Occidente`), entre
otras influencias decisivas, lo llevarían a apoyar al nuevo régimen. Sin
embargo, la estrecha visión de los guardianes del nuevo Estado lo llevó a verse
cada vez más restringido en su actividad literaria, y a recibir constantes
ataques de los voceros del régimen.
Empero, el cerco que el Estado nazi había establecido en todas las profesiones
le hizo casi imposible a Benn dedicarse al ejercicio de su práctica, por lo que
decidió entonces refugiarse en la Wehrmacht, en lo que él llamó, en una carta a
Ina Seidel de 1935, `una forma aristocrática de emigración`. En 1937 fue
expulsado de la Reichsschrifttumskammer (Cámara Nacional de Escritores). En
1938 recibió la prohibición de escribir (Schreibverbot). En 1939 aparecería su
último libro bajo el régimen nazi, una recopilación de su obra en prosa, el
cual sería acremente censurado y atacado. La actividad literaria dejaría de ser
pública, y en un aislamiento total escribiría algunos de sus mejores poemas, en
la que es considerada la más fructífera etapa de su trayectoria creativa.
El fin de la guerra no haría que el pesimismo de Benn disminuyese. Habiendo
perdido a tres hermanos en la Primera Guerra Mundial, a otros familiares y a su
esposa en la Segunda, y pesando sobre él además la prohibición del gobierno
aliado en Berlín, todo parecía condenarlo al más atroz olvido. Pero muy pronto
Benn se convertiría en el estandarte de su generación o, al menos, de aquellos
pocos que sobrevivieron a las dos guerras, y su fama en Alemania traspasaría el
estrecho círculo vanguardista en que se había mantenido hasta antes de la
conflagración.
En 1948 publicaría, fuera de Alemania, en la editorial suiza `Die Arche` su
primer libro original en más de una década, `Statische Gedichte` (`Poemas
estáticos`). De repente, la voz de Benn se alzó por encima de la de todos sus
contemporáneos, y la prensa y los lectores no sólo lo recibieron
entusiastamente sino que este hecho significó la reivindicación pública que
necesitaba. Se le consideró, entonces, como la única voz auténticamente nueva y
profundamente original desde Bertolt Brecht y Rainer Maria Rilke, lo cual era
cierto desde mucho antes. A partir de entonces, Benn fue reconocido como el
poeta vivo más importante en lengua alemana, y el renovador de la poesía lírica
de posguerra.
Mantuvo una larga relación amorosa con la actriz Tilly Newes, viuda del
dramaturgo Frank Wedekind.
En 1956 fallecería en Berlín, la ciudad que más amó y en la que vivió
prácticamente toda su vida, a excepción de muy cortas temporadas.
Compliador: DR. ENRICO PUGLIATTI.
***
LA MIRADA CLÍNICA
El poemario Morgue y otros poemas de Gottfried Benn (1886-1965) se publicó en
1912 en Berlín, causando un escándalo tan violento como pocos en la historia de
Morgue no es la primera manifestación de lo macabro
y grotesco en la literatura europea. En antecedentes como La Charogne de Baudelaire, el poema "Morgue'' de Rilke, en sus Apuntes de Malte
Laurids Brigge o en El Día Eterno de Georg Heym se presentan visiones parecidas que también ponen en
duda la imagen idealista del ser humano.
Sin embargo, fue sobre todo esta Morgue la que
representó para el naciente expresionismo alemán el salto definitivo hacia
La concepción del ser humano que se revela en éstos
poemas, un ser reducido a carne enferma o a carroña, despojado no sólo de alma
y trascendencia, sino de todo valor convencionalmente relacionado a su supuesta
condición de ser superior, puede leerse como extrema manifestación de un
nihilismo radical. Pero detrás de la dura superficie de los versos, de los
cadáveres y cancerosos, de la patología humana, surge otro tono, otra
intención. Y posiblemente sea aquí donde radique la fascinación de estos poemas
para el lector actual. Pues una de las motivaciones ocultas para estos juegos
combinatorios se vincula con un profundo e inconfesable sentimiento de piedad,
piedad con ese ser despojado y reducido a lo más carnal de su existencia. El médico Benn, consciente de la vacuidad de todo ideal, logra con la
destrucción del lenguaje poético niveles más profundos de comprensión. Al
describir fríamente la incongruencia evidente entre la realidad y la palabra, su
mirada clínica, pero también piadosa enfrenta las terribles consecuencias de
tal incongruencia. De la distancia existente entre el dolor real y el sueño
ideal surge el presentimiento de una condición humana que trasciende las
convenciones culturales aceptadas.
La presente traducción le debe mucho a la ayuda y sugerencias de
Yolanda Pantin.
Verónica Jaffé
Caracas, 1991
Ein ersoffener Bierfahrer wurde auf den Tisch gestemmt.
Irgendeiner hatte ihm eine dunkelhellila Aster
zwischen die Zähne geklemmt.
Als ich von der Brust aus
unter der Haut
mit einem langen Messer
Zunge und Gaumen herausschnitt,
muß ich sie angestoßen haben, denn sie glitt
in das nebenliegende Gehirn.
Ich packte sie ihm in die Brusthöhle
zwischen die Holzwolle.
als man zunähte.
Trinke dich satt in deiner Vase!
Ruhe sanft,
kleine Aster!
El cadáver del conductor
de un camión de cerveza
fue alzado sobre la camilla.
Alguien le había colocado entre los dientes
una pequeña flor
oscura — clara — lila.
Cuando le saqué el paladar y la lengua
desde el pecho
con un largo cuchillo
debajo de la piel
he debido rozarla
porque la flor se deslizó
hacia el cerebro vecino.
La guardé en el tórax
entre el aserrín
cuando lo cosían.
¡Bebe hasta la saciedad en tu florero!
¡Descansa en paz,
pequeño áster!
SHÖNE JUGEND
Der Mund eines Mädchens, das lange im Schilf gelegen
hatte,
sah so angeknabbert aus.
Als man die Brust aufbrach, war die Speiseröhre so
löcherig.
Schließlich in einer Laube unter dem Zwerchfell
fand man ein Nest von jungen Ratten.
Ein kleines Schwesterchen lag tot.
Die andern lebten von Leber und Niere,
tranken das kalte Blut und hatten
hier eine schöne Jugend verlebt.
Und schön und schnell kam auch ihr Tod:
Man warf sie allesamt ins Wasser.
Ach, wie die kleinen Schnauzen quietschten!
La boca de una niña que había estado mucho tiempo
entre los juncos
parecía tan carcomida.
Cuando le quebraron el pecho, el esófago estaba tan
agujereado.
Por fin, en una pérgola bajo el diafragma
hallaron un nido de pequeñas ratas.
Una hermanita yacía muerta.
Las otras se alimentaban del hígado y del riñon,
bebían la sangre fría y pasaron aquí
una hermosa juventud.
Y hermosa y rápida las sorprendió la muerte:
a todas las lanzaron al agua.
¡Ay, cómo chillaban los pequeños hocicos!
Der einsame Backzahn einer Dirne,
die unbekannt verstorben war,
trag eine Goldplombe.
Die übrigen waren wie auf stille Verabredung
ausgegangen.
Den schlug der Leichendiener sich heraus,
versetzte ihn und ging für tanzen.
Denn, sagte er,
nur Erde solle zur Erde werden.
La solitaria muela de una puta
una muerta sin nombre
llevaba una corona de oro.
Las demás se habían desprendido
como por un secreto acuerdo.
Ésta la extrajo el sepulturero para sí.
Porque, decía,
sólo la tierra debe volver a la tierra.
Dann lag auf Kissen dunklen Bluts gebettet
der blonde Nacken einer weißen Frau.
Die Sonne wütete in ihrem Haar
und leckte ihr die hellen Schenkel lang
und kniete um die bräunlicheren Brüste,
noch unentstellt durch Laster und Geburt.
Ein Nigger neben ihr: durch Pferdehufschlag
Augen und Stirn zerfetzt. Der bohrte
zwei Zehen seines schmutzigen linken Fußes
ins Innere ihres kleinen weißen Ohrs.
Sie aber lag und schlief wie eine Braut:
am Saume ihres Glücks der ersten Liebe
und wie vorm Aufbruch vieler Himmelfahrten
des jungen wannen Blutes.
Bis man ihr
das Messer in die weiße Kehle senkte
und einen Purpurschurz aus totem Blut
ihr um die Hüften warf.
Entonces sobre almohadas de oscura sangre
se recostaba el cuello de una mujer rubia.
El sol rabiaba en sus cabellos
y lamía los pálidos muslos
y se arrodillaba ante los pechos un poco más
oscuros,
aún sin deformar por los pecados y los partos.
Un negro junto a ella: la coz de algún caballo
le había destrozado los ojos y
de su sucio pie izquierdo
se hincaban en la pequeña oreja blanca.
Pero ella yacía y dormía como una novia:
orlando la felicidad del primer amor
y en espera de numerosos viajes celestiales
de la sangre joven y cálida.
Hasta que alguien
le hundió el cuchillo en la nívea garganta
y un delantal púrpura de sangre muerta
le cubrió las caderas.
Auf jedem Tisch zwei. Männer und Weiber
kreuzweis. Nah, nackt, und dennoch ohne Qual.
Den Schädel auf. Die Brust entzwei. Die Leiber
gebären nun ihr allerletztes Mal.
Jeder drei Näpfe voll: von Hirn bis Hoden.
Und Gottes Tempel und des Teufels Stall
nun Brust an Brust auf eines Kübels Boden
begrinsen Golgatha und Sündenfall.
Der Rest in Särge. Lauter Neugeburten;
Mannsbeine, Kinderbrust und Haar vom Weib.
Ich sah, von zweien, die dereinst sich hurten,
laghes da, wie aus einem Mutterleib.
Dos en cada mesa. Hombres y mujeres
en cruz. Cerca, desnudos, y, pese a ello, sin dolor.
El cráneo abierto. El pecho partido en
engendran ahora por última vez.
Cada uno llena tres cazuelas: desde el cerebro hasta
los testículos.
Y el templo de Dios y el Corral del demonio
ahora pecho a pecho en el fondo de un cubo
se ríen del Gólgota y del pecado original.
El resto, en ataúdes. Sólo nuevas creaturas:
pierna de hombre, pecho de niño y pelo de mujer.
Yo vi lo que engendraron dos que antaño se jodian,
yacer allí, como si hubiera salido de un cuerpo
materno.
Die ärmsten Frauen von Berlin
—dreizehn Kinder in anderthalb Zimmern,
Huren, Gefangene, Ausgestoßene—
krümmen hier ihren Leib und wimmern.
Es wird nirgends so viel geschrien.
Es wird nirgends Schmerzen und Leid
so ganz und gar nicht wie hier beachtet,
weil hier eben immer was schreit.
"Pressen Sie, Frau! Verstehn Sie, ja?
Sie sind nicht zum Vergnügen da.
Ziehn Sie die Sache nicht in die Länge.
Kommt auch Kot bei dem Gedränge!
Sie sind nicht da, um auszuruhn.
Es kommt nicht selbst. Sie müssen was tun!"
Schließlich kommt es: bläulich und klein.
Urin und Stuhlgang salben es ein.
Aus elf Betten mit Tränen und Blut
grüßt es ein Wimmern als Salut.
Nur aus zwei Augen bricht ein Chor
von Jubilaten zum Himmel empor.
Durch dieses kleine fleischerne Stück
wird alles gehen: Jammer und Glück.
Und stirbt es dereinst in Röcheln und Qual,
liegen zwölf andere in diesem Saal.
Las mujeres más pobres de Berlín
—trece niñas en cuarto y medio,
putas, prisioneras, execradas—
retuercen aquí sus cuerpos y gimen.
En ninguna parte se grita tanto.
En ninguna parte se ignoran tan completamente
dolores y angustias como en este lugar,
aquí siempre grita algo.
"¡Empuje Usted, mujer! ¿Entiende, sí?
No está aquí por diversión.
No alargue la cosa
¡También salen excrementos en este aprieto!
No está aquí para descansar
No viene solo. ¡Usted tiene que hacer algo!"
Por fin llega: azulado y pequeño.
Orina y heces lo ungen.
De once camas con lágrimas y sangre
los gemidos le dan la bienvenida.
Sólo en dos ojos estalla un coro de júbilos al
cielo.
Por este pequeño pedazo de carne
pasará todo: desolación y felicidad.
Y cuando muera entre estertores y sufrimientos,
otros doce dormirán en este pabellón.
Alles steht weiß und schnittbereit.
Die Messer dampfen. Der Bauch ist gepinselt.
Unter weißen Tüchern etwas, das winselt.
"Herr Geheimrat, es wäre soweit."
Der erste Schnitt. Als schnitte man Brot.
"Klemmen her!" Es spritzt was rot.
Tiefer. Die Muskeln: feucht, funkelnd, frisch.
Steht ein Strauß Rosen auf dem Tisch?
Ist das Eiter, was da spritzt?
Ist der Darm etwa angeritzt?
"Doktor, wenn Sie im Lichte stehn,
kann kein Deibel das Bauchfell sehn.
Narkose, ich kann nicht operieren,
der Mann geht mit seinem Bauch spazieren."
Stille, dumpf feucht. Durch die Leere
klirrt eine zu Boden geworfene Schere.
Und die Schwester mit Engelssinn
hält sterile Tupfer hin.
"Ich kann nichts finden in dem Dreck!"
"Blut wird schwarz. Maske weg!"
"Aber —Herr des Himmels— Bester,
halten Sie bloß die Hacken fester!"
Alles verwachsen. Endlich: erwischt!
"Glüheisen, Schwester!" Es zischt.
Du hattest noch einmal Glück, mein Sohn.
Das Ding stand kurz vor der Perforation.
"Sehn Sie den kleinen grünen Fleck?—
Drei Stunden dann war der Bauch voll Dreck."
Bauch zu. Haut zu. "Heftpflaster her!
Guten Morgen, die Herrn."
Der Saal wird leer.
Wütend klappert und knirscht mit den Backen
der Tod und schleicht in die Krebsbaracken.
Todo está pulcro y preparado para el corte.
Los cuchillos humean. El abdomen marcado.
Bajo paños blancos hay algo que gime.
"Señor profesor, todo está listo."
La primera incisión. Como si el pan se rebanara.
"¡Pinzas!" Algo púrpura brota.
Más profundo. Los músculos: húmedos, brillantes,
frescos.
¿Hay un ramo de rosas sobre la mesa?
¿Es pus lo que salta?
¿Habrán cortado el intestino?
"Doctor, si se para contra la luz,
ni el diablo puede ver el diafragma.
Anestesia, no puedo operar,
el hombre se va de paseo con su
estómago."
Silencio, pesado, húmedo. En el vacío
tintinea una tijera en el suelo.
Y la enfermera angelical
ofrece algodones esterilizados.
"¡No puedo encontrar nada en esta
porquería!"
"Sangre se oscurece. ¡Quíteme la
mascarilla!"
"Pero—Dios del cielo—querido,
¡apriete mis esos talones!"
Todo deforme. ¡Por fin: aquí está!
"¡El hierro candente, enfermera!" Un
siseo.
Por esta vez tuviste suerte, hijo mío.
La cosa estaba a punto de perforarse.
"¿Ve usted la pequeña mancha verde?
Tres horas y el estómago se llenaba de mierda."
Vientre cerrado, Piel cosida. "¡Esparadrapos,
acá!
Buenos días señores."
La sala se vacía.
Furiosa castañea y rechina con las mejillas
la muerte se escurre a la barraca de los cancerosos.
MANN UND FRAU GEHN DURCH
DIE KREBSBARACKE
Der Mann:
Hier diese Reihe sind zerfallene Schöße
und diese Reihe ist zerfallene Brust.
Bett stinkt bei Bett. Die Schwestern wechseln stündlich.
Komm, hebe ruhig diese Decke auf.
Sieh, dieser Klumpen Fett und faule Stäfte,
das war einst irgendeinem Mann groß
und hieß auch Rausch und Heimat.
Komm, sieh auf diese Narbe an der Brust.
Fühlst du den Rosenkranz von weichen Knoten?
Fühl ruhig hin. Das Fleisch ist weich und schmerzt nicht.
Hier diese blutet wie aus dreißig Leibern.
Kein Mensch hat so viel Blut.
Hier diese schnitt man
erst noch ein Kind aus dem verkrebsten Schoß.
Man läßt sie schlafen. Tag und Nacht. — Den Neuen
sagt man: hier schläft man sich gesund. — Nur sonntags
für den Besuch läßt man sie etwas wacher.
Nahrung wird wening noch verzehrt. Die Rücken
sind wund. Du siehst die Fliegen. Manchmal
wäscht sie die Schwester. Wie man Bänke wäscht.
Hier schwillt der Acker schon um jedes Bett.
Fleisch ebnet sich zu Land. Glut gibt sich fort.
Saft schickt sich an zu rinnen. Erde ruft.
HOMBRE Y MUJER CAMINAN
POR
El hombre:
En esta fila regazos destruidos,
en esta otra pechos destruidos.
Cama apesta junto a cama. Las enfermeras se turnan
cada hora.
Ven, levanta sin miedo esta manta.
Mira, este grumo de grasa y humores podridos,
alguna vez fue importante para un hombre
y también se llamaba patria y delirio.
Ven, mira estas cicatrices en el pecho.
¿Sientes el rosario de nudos blandos?
Toca sin temor. La carne es suave y no duele.
Esta mujer sangra como si tuviera treinta cuerpos.
Ningún ser humano tiene tanta sangre. A ésta primero
le cortaron
un niño del enfermo regazo.
Los dejan dormir. Día y noche. —A los nuevos
se les dice: aquí el sueño es curativo—. Sólo los
domingos,
para las visitas, se les deja un rato despiertos.
Es poca la comida que aún se consume. Las espaldas
están llenas de heridas. Mira las moscas. A veces
los lava una enfermera. Como se lavan los bancos.
Aquí se hincha alrededor de cada cama el campo
labrado.
Carne se vuelve llanura. Fuego se pierde.
Humor se apresta a correr. Tierra llama.
824: Der Frauen Liebe und Leben.
Das Cello trinkt rasch mal. Die Flöte
rülpst tief drei Takte lang: das schöne Abendbrot.
Die Trommel liest den Kriminalroman zu Ende.
Grüne Zähne, Pickel im Gesicht
winkt einer Lidrandentzündung.
Fett im Haar
spricht zu offenem Mund mit Rachenmandel
Glaube Liebe Hoffnung um den Hals.
Junger Kropf ist Sattelnase gut.
Er bezahlt für sie derei Bierre.
Bartflechte kauft Nelken,
Doppelkinn zu erweichen.
B-molI: die 35. Sonate.
Zwei Augen brüllen auf:
Spritzt nicht das Blut von Chopin in den Saal,
damit das Pack drauf rumlatscht!
Schluß! He, Gigi! -
Die Tür fließt hin: Ein Weib.
Wüste ausgedörrt. Kanaanitisch braun.
Keusch. Höhlenreich. Ein Duft kommt mit.
Kaum Duft.
Es ist nur eine süße Vorwölbung der Luft
gegen mein Gehirn.
Eine Fettleibigkeit trippelt hinterher.
824: vida y amor de las mujeres.
E1 violoncello se toma un trago. La flauta
eructa profundo en tres compases: la hermosa cena.
E1 tambor termina de leer una novela policial.
Dientes verdes, espinillas en la cara
le hace señas a una inflamación de párpado.
Grasa en el cabello
le habla a boca abierta con almendra faríngea
Fe, amor y esperanza alrededor del cuello.
Joven bocio quiere a nariz de dos bultos
La convida a tres cervezas.
Sicosis compra claveles.
Para ablandar a papada.
Bemol-menor:
Dos ojos lanzan un grito:
¡No derramen la sangre de Chopin en la sala,
para que la chusma la pise!
¡Basta! ¡Eh, Gigi! —
La puerta se desborda: una mujer.
Desierto calcinado. Marrón canaanita.
Virgen. Plena de cuevas. Se acerca un aroma.
Poco aroma.
Sólo es una dulce protuberancia del aire
contra mi cerebro.
Un cuerpo obeso con pasitos cortos salta detrás.
Fuente:
ISBN: 980-07-0601-1
Diseño Gráfico: Víctor Pastore
Textos: Enedé
Corrección: Eduardo E. Estévez
Impresión: Gráficas León
Fondo Editorial Pequeña
Venecia, 1991
Apartado Postal 66353
Caracas 1061-A
Venezuela
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