🍽️ Cena en la Mansión de Los Yoses – Noche de deliberación
🕯️ Menú ritual servido bajo luz de candelabros barrocos:
Entrada:
Carpaccio de venado con reducción de brandy y pétalos de hibisco, servido sobre platos de porcelana con inscripciones en latín.
Comentario de Pugliatti: “La carne cruda es la metáfora del texto sin edición.”
Plato fuerte:
Filete de corvina negra en salsa de tinta de calamar y jengibre, acompañado de risotto de azafrán y lágrimas de cebolla caramelizada.
Comentario de Casasola Brown: “El pescado oscuro es el cadáver de Epicuro, cocido con elegancia.”
Postre:
Soufflé de chocolate amargo con centro de licor de Cointreau, decorado con hojas de oro comestible.
Comentario de Belfegor: “El amargor es la lógica del final. El licor, la retórica del placer.”
Entrada: Carpaccio de venado con reducción de brandy y pétalos de hibisco, servido sobre platos de porcelana con inscripciones en latín. Comentario de Pugliatti: “La carne cruda es la metáfora del texto sin edición.”
Plato fuerte: Filete de corvina negra en salsa de tinta de calamar y jengibre, acompañado de risotto de azafrán y lágrimas de cebolla caramelizada. Comentario de Casasola Brown: “El pescado oscuro es el cadáver de Epicuro, cocido con elegancia.”
Postre: Soufflé de chocolate amargo con centro de licor de Cointreau, decorado con hojas de oro comestible. Comentario de Belfegor: “El amargor es la lógica del final. El licor, la retórica del placer.”
☕ Sobremesa:
Se sirvió café turco en tazas de ónix, acompañado de copas de Cointreau y brandy añejo.
Pugliatti encendió una pipa de cerezo mientras recitaba fragmentos de Cita con Rama en griego ático.
Byron Deford propuso quemar una copia de Charlie y el gran ascensor de cristal como gesto simbólico.
Cappelli, antes de retirarse al jardín, dejó escrito en una servilleta: “La novela es el cadáver que aún respira.”
Se sirvió café turco en tazas de ónix, acompañado de copas de Cointreau y brandy añejo.
Pugliatti encendió una pipa de cerezo mientras recitaba fragmentos de Cita con Rama en griego ático.
Byron Deford propuso quemar una copia de Charlie y el gran ascensor de cristal como gesto simbólico.
Cappelli, antes de retirarse al jardín, dejó escrito en una servilleta: “La novela es el cadáver que aún respira.”
🏆 NOVELA GANADORA – Año 1972
📘 Cita con Rama — Arthur C. Clarke
🧩 Resumen de la novela:
En el año 2130, los astrónomos detectan un objeto cilíndrico gigantesco que entra al sistema solar. Lo bautizan Rama. Una expedición humana se lanza a explorarlo antes de que desaparezca. Lo que encuentran dentro no es una nave convencional, sino un mundo artificial, silencioso, vasto, y lleno de enigmas.
Temas centrales: El misterio del contacto con inteligencias desconocidas, la insignificancia humana ante lo cósmico, la ética de la exploración.
Estilo: Sobrio, especulativo, con una tensión constante entre lo científico y lo metafísico.
Impacto: Considerada una obra maestra de la ciencia ficción dura, influenció generaciones de escritores y científicos.
🏛️ Votación del Consejo:
Miembro | Voto | Justificación |
---|---|---|
Belfegor | ✅ | “La lógica del universo se revela en su arquitectura. Es filosofía sin discurso.” |
Pugliatti | ✅ | “La intertextualidad con Platón y la alegoría del viaje la hacen digna.” |
Byron Deford | ✅ | “Es la única novela de 1972 que no necesita sangre para ser inquietante.” |
Cappelli | ✅ | “Epicuro habría aprobado su serenidad ante lo desconocido.” |
Casasola Brown | ✅ | “El crimen aquí es el silencio. Y eso la hace sublime.” |
🥇 Fallo unánime: Cita con Rama es la mejor novela publicada en 1972.
***
La llegada al Sistema Solar, hacia el año 2130, del monstruoso Rama, esa masa de cuarenta kilómetros de longitud, plantea a los científicos de la Tierra una serie de enigmas a estudiar y resolver. ¿Se trata de un astro con luz propia?
¿Es acaso un meteorito escapado del cinturón de Van Allen, o es un vehículo espacial, una aeronave tripulada por seres de una suprema inteligencia o tal vez teledirigido desde algún planeta del Cosmos infinito?
Cosmonautas y hombres de ciencia, a la par, dedican todos sus esfuerzos, todos sus conocimientos, a encontrar la solución a tales enigmas, algunos de los cuales podrán aclararse mientras que otros seguirán siendo un misterio cuando Rama, esa verdadera incógnita volante, abandone nuestro sistema planetario para hundirse de nuevo en las procelosas profundidades del insondable espacio cósmico.
Arthur C. Clarke
Cita con Rama
Saga de Rama - 1
Título original: Rendezvous with Rama
Arthur C. Clarke, 1973
Traducción: Aurora C. Merlo
Editor digital: Titivillus
ePub base r2.1
donde subí las escaleras
de los dioses.
Vigilancia espacial
Más temprano o más tarde, tenía que suceder. El 30 de junio de 1908 Moscú escapó de la destrucción por tres horas y cuatro mil kilómetros, un margen invisiblemente pequeño para las normas del universo. El 12 de febrero de 1947 otra ciudad rusa se salvó por un margen aún más estrecho, cuando el segundo gran meteorito del siglo veinte estalló a menos de cuatrocientos kilómetros de Vladivostok provocando una explosión que rivalizaba con la bomba de uranio recientemente inventada.
En aquellos días nada había que los hombres pudieran hacer para protegerse de las últimas descargas al azar del bombardeo cósmico que alguna vez marcó la cara de la Luna. Los meteoritos de 1908 y 1947 se abatieron sobre regiones desiertas; pero hacia fines del siglo veintiuno no quedaba región alguna en la Tierra que pudiera ser utilizada sin peligro para la práctica celeste de tiro al blanco. La raza humana se había extendido de polo a polo. Y así, inevitablemente…
A las 9.46 (meridiano de Greenwich) de la mañana del 11 de septiembre, en el verano excepcionalmente hermoso del año 2077, la mayor parte de los habitantes de Europa vieron aparecer en el cielo oriental una deslumbrante bola ígnea. En cuestión de segundos se tornó más brillante que el sol y al desplazarse en el cielo —al principio en completo silencio— iba dejando detrás una ondulante columna de polvo y humo.
En algún punto sobre Austria comenzó a desintegrarse produciendo una serie de explosiones, tan violentas que más de un millón de personas quedaron con los oídos dañados para siempre. Éstas fueron las afortunadas.
Desplazándose a cincuenta kilómetros por segundo, un millón de toneladas de roca y metal cayó sobre las llanuras al norte de Italia y destruyó con una llamarada de segundos la labor de siglos. Las ciudades de Padua y Verona fueron barridas de la faz de la Tierra; y las últimas glorias de Venecia se hundieron para siempre en el mar cuando las aguas del Adriático avanzaron atronadoras hacia tierra después de aquel golpe fulminante venido del espacio.
Seiscientas mil personas murieron, y el daño material se calculó en más de un trillón de dólares. Pero la pérdida que significó para el arte, la historia, la ciencia —para el género humano en general— por el resto de los tiempos estaba más allá de todo cálculo. Era como si una gran guerra hubiese estallado y se hubiese perdido en una sola mañana, y pocos pudieron sentir algún placer por el hecho de que, mientras el polvo de la destrucción se depositaba, el mundo entero presenció durante meses los más espléndidos amaneceres y ocasos que se recordaban desde el Krakatoa.
Después del estupor inicial, la humanidad reaccionó con una determinación y una unidad que no habría podido demostrar en ninguna época anterior. Semejante desastre, de ello se tuvo plena conciencia, podía no volver a ocurrir en mil años, pero podía volver a ocurrir al día siguiente. Y la próxima vez las consecuencias podían ser aun peores.
Pues bien: no habría una próxima vez.
Cien años antes, un mundo mucho más pobre, con recursos muchísimo más débiles, había dilapidado sus bienes en el intento de destruir armas lanzadas con espíritu suicida por la humanidad contra sí misma. El esfuerzo no tuvo éxito, pero las habilidades adquiridas no se habían olvidado. Ahora podrían ser puestas al servicio de un objetivo más noble y utilizadas en una escala infinitamente más vasta. A ningún meteorito lo bastante grande como para provocar una catástrofe se le volvería a permitir que violara las defensas de la Tierra.
Así comenzó el Proyecto Vigilancia Espacial. Cincuenta años después, y en una forma que ninguno de sus diseñadores habría sido capaz de prever jamás, justificó su existencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario