viernes, 2 de octubre de 2015

El signo de los tres. Eco Umberto y Thomas A. Sebeok


PREFACIO
Los compiladores convienen en que el presente libro no
ha sido ≪programado≫, es decir, no es resultado de regla y
caso, o sea, de una deduccion. Peirce nos enseno que no es
cierto en absoluto que todo acontecimiento este ≪determinado
por causas conforme a una ley≫, ya que, por ejemplo, ≪si
un hombre y su antipoda estornudan al mismo tiempo, esto
es simplemente lo que llamamos coincidencia≫ (1.406). Veamos
la singular sucesion de acontecimientos que enumeramos
a continuacion.
1. En 1978, Sebeok dijo casualmente a Eco que el y Jean
Umiker-Sebeok estaban estudiando el ≪metodo≫ de Sherlock
Holmes a la luz de la logica de Peirce. Eco, por su parte, manifesto
que estaba preparando una conferencia (que pronuncio
mas tarde, en noviembre de aquel mismo ano, durante el
II Coloquio Internacional de Poetica, organizado por el Departamento
de Filologia Francesa y Romanica de la Universidad
de Columbia) en la que comparaba el uso de la metodologia
abductiva en Zadig de Voltaire con el de Holmes. Dado
que tanto Eco como Sebeok eran ya incurables adictos a Peirce,
esta aparente coincidencia no era de extranar.
2. Sebeok senalo entonces que conocia un ensayo, mas
o menos sobre el mismo tema, publicado unos anos antes por
Marcello Truzzi, sociologo y declarado entusiasta de Holmes,
quien no era un especialista en semiotica. Era obvio que Truzzi,
que citaba sobre todo a Popper y no a Peirce, se interesaba
por el problema de la abduccion o, en todo caso, por los metodos
hipotetico-deductivos.
3. Unas semanas despues, Sebeok descubrio que el eminente
logico finlandes Jaakko Hintikka habia escrito dos ensayos
(entonces ineditos) sobre Sherlock Holmes y la logica
moderna. Hintikka no hacia ninguna referencia explicita a
la abduccion de Peirce, pero la cuestion era la misma.
9
4. En ese mismo periodo, Eco leyo un trabajo, publicado
en 1979, de uno de sus colegas de la Universidad de Bolonia,
el historiador Cario Ginzburg, que habia anunciado su aparicion
mas de un ano antes. En ese trabajo se describia el empleo
de modelos conjeturales desde Hipocrates y Tucidides
hasta los criticos de arte del siglo diecinueve. Su autor citaba,
sin embargo, en sus reveladoras notas a pie de pagina, Zadig,
Peirce e incluso Sebeok. Huelga decir que Sherlock Holmes
era uno de los protagonistas principales de ese erudito
estudio, junto a Freud y Morelli.
5. A continuacion, Sebeok y Umiker-Sebeok publicaron
una primera version de su estudio —despues de que el primero
lo diera a conocer en una conferencia, en octubre de
1978, en la Universidad de Brown, en el marco de un encuentro
dedicado a ≪La metodologia en semiotica≫— en el que
se confrontaba Peirce con Holmes, y Eco publicaba su conferencia
sobre Zadig. El propio Eco organizaba, en 1979, en
la Universidad de Bolonia, un seminario de seis meses sobre
Peirce y la novela policiaca. Casi al mismo tiempo, Sebeok
—sin saber nada de la actividad docente paralela de Eco—
ofrecia un curso titulado ≪Semiotic Approaches to James
Bond and Sherlock Holmes≫, como parte del programa de
literatura comparada de la Universidad de Indiana (utilizo,
sin embargo, el ensayo que Eco habia publicado, en 1965, sobre
las estructuras narrativas en Ian Fleming). Una de las consecuencias
mas tangibles del seminario de Eco fue el articulo
escrito por dos de sus colaboradores, Bonfantini y Proni, incluido
ahora en el presente libro; y uno de los resultados del
curso de Sebeok fue su analisis —realizado en colaboracion
con uno de los estudiantes del curso, Harriet Margolis— de
la semiotica de las ventanas en Sherlock Holmes (publicado
por primera vez en 1982, en un numero de Poetics Today).
Mientras sucedia todo esto, Eco proseguia sus investigaciones
en la historia de la semiotica, durante las cuales dio con
la teoria aristotelica de la definicion; el trabajo que Eco publica
en este libro es resultado de esa linea de investigacion.
6. Entretanto, Sebeok y Eco decidieron reunir estos trabajos
en un volumen, proyecto al que acepto unirse, con entusiasmo,
la Indiana University Press. Durante uno de sus cursos
de otono en la Universidad de Yale, Eco entrego el mate10
rial manuscrito a Nancy Harrowitz, quien, aquel mismo
trimestre, escribio un ensayo sobre Peirce y Poe, en el cual
el metodo de Holmes, siguiendo una sugerencia del articulo
de Sebeok, se convirtio en un termino de referencia obligado.
7. Surgio otro hecho sorprendente cuando Eco descubrio
que Gian Paolo Caprettini, de la Universidad de Torino, habia
dirigido, durante dos anos, un seminario sobre Peirce y
Holmes. Caprettini es un conocido estudioso de Peirce, pero
esa era la primera vez que Eco hablaba con el sobre Holmes.
La coincidencia no debia desperdiciarse y, en consecuencia,
tambien Caprettini fue invitado a colaborar en el presente volumen.
Tenemos la impresion de que, si hubieramos seguido rebuscando,
hubieramos encontrado mas contribuciones similares.
(!Quizas el espiritu de la historia formulado en el Zeitgeist
de nuestra epoca no es un mero fantasma hegeliano!)
Tuvimos, sin embargo, que dar por terminada la busqueda,
sobre todo, por falta de tiempo. Muy a pesar nuestro, tuvimos,
ademas, que excluir material interesante acerca del ≪metodo
≫ de Holmes porque no tenia en cuenta la logica de la
abduccion (cf. la bibliografia del presente libro y, a nivel mas
general, la incomparable World Bibliography o f Sherlock Holmes
and Dr. Watson, de Ronald Burt de Waal, 1974). La literatura
menor acerca de Sherlock Holmes consta de un abrumador
repertorio de titulos, por lo que preferimos concentrarnos
en un numero relativamente pequeno de contribuciones
recientes, que abordan directamente la historia de la
metodologia abductiva.
Durante nuestras pesquisas, nos dimos cuenta de que todos
los modernos estudiosos de la logica del descubrimiento
cientifico han dedicado unas lineas, si mas no, a Holmes. Saul
Kripke, por ejemplo, escribio, el 29 de diciembre de 1980, una
carta a Sebeok en que, entre otras cosas, decia: ≪Tengo ineditas
un par de disertaciones y una serie completa de conferencias
(mis clases sobre John Locke en Oxford) acerca del ≪Fictional
discourse in empty names≫, en las que Holmes podria
ocupar un lugar todavia mas importante≫ que en las referencias
que de el hizo el propio Kripke en sus ≪Semantical Considerations
on Modal Logic≫ o en las Addenda a su Naming
and Necessity. Numerosos trabajos siguen todavia fundados
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en la idea de que el metodo de Holmes se encuentra a medio
camino entre la deduccion y la induccion. La idea de hipotesis
o abduccion aparece mencionada, cuando lo es, solo de
pasada.
Como es natural, no todos los trabajos publicados en el
presente libro llegan a las mismas conclusiones. El proposito
de los compiladores no es discutir las divergencias de enfoque,
sino dejar al lector la libertad de valorarlas y utilizarlas
de acuerdo con su propio interes.
En cuanto al titulo del libro, nuestra intencion fue darle
dos sentidos. Es obvia la referencia al largo relato de Doyle,
≪The Sign of the Four≫, o ≪The Sign of Four≫, que aparecio
primeramente en la revista Lippincott’s y mas tarde, en 1819,
en forma de libro. Ademas, sentimos una compulsion dominante
de remitir al lector al baile de desenfrenadas triplicidades
del juego de las tres cartas de que habla Sebeok en su introduccion.
En la actualidad, la logica del descubrimiento cientifico
—expresion en la que, por supuesto, se reconocera una estrecha
vinculacion con Karl R. Popper— se ha convertido en
un tema candente y de interes capital para la teoria del conocimiento,
desarrollada no solo por el propio Popper, sino tambien
por su colega, el ya fallecido Imre Lakatos, y por su antiguo
discipulo, convertido despues en uno de sus criticos mas
feroces, Paul K. Feyerabend, entre muchos otros. La controvertida
imagen popperiana de la ciencia, como campo de
≪conjeturas y refutaciones≫ —Popper, entre otras ideas, sostiene
que la induccion es mitica, la busqueda de la certeza
cientifica imposible y todo el conocimiento eternamente
falible—, fue anticipada en sustancia por Peirce, a quien Popper
considera, dicho sea de paso, como ≪uno de los mas grandes
filosofos de todos los tiempos≫, aunque la falsacion, como
una tecnica mas de la logica, no fuera en absoluto desconocida
ni siquiera en la Edad Media. Los criticos de Popper,
como T. S. Kuhn y Anthony O’Hear, estan en desacuerdo con
el acerca de algunos de estos puntos fundamentales. Estamos
convencidos de que el enfoque semiotico de la abduccion puede
arrojar nueva luz sobre un debate tan venerable y continuado.
Esperamos que la presente coleccion de trabajos no
solo tenga interes para las huestes de fans de Sherlock Hol-
12
mes, sino que sea leida, tambien, tanto por los partidarios
fervientes de los Analíticos primeros (sobre el silogismo), como
por los de los Analíticos segundos (que tratan de las condiciones
del conocimiento cientifico). Como es natural, esperamos
tambien llamar la atencion de algunos de los que forman
el grupo, cada vez mas numeroso, de los habitués de Peirce,
entre los que nosotros dos figuramos. Creemos que, aunque
de manera modesta, este libro puede ser tambien importante
para la epistemologia y la filosofia de la ciencia.

U m b e r t o E c o
Universidad de Bolonia
T h o m a s A . S e b e o k
Universidad de Indiana

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