¿Sabe que el arte del interrogatorio no está en la tortura misma, sino, en el momento idóneo de aplicar la tortura? Por ejemplo, a mí, en lo particular, no me agrada la tortura. Me parece tan desagradable. ¿Sabe que me asquea el olor de la sangre? La violencia no está en mí. Digo, ese tipo de violencia no la comparto. Ahora mira a los ojos al interrogado, no le ha importado que lo reconozca con posterioridad. Dice Drago: aunque sé que tengo mala fama. ¿Sabe que la mala fama corre más rápido que la buena fama? Esto último, nunca lo he entendido. Creo que en el fondo, a la gente le gusta más lo malo que lo bueno, es la maldad que llevamos dentro pero nadie lo desea confesar, somos hipócritas y perversos. No sé, desde chico siempre lo he pensado, digo sobre la maldad del hombre. De nuevo hace un chasquido de dedos y pide que le quiten el tenedor del hereje. Agrega: creo que así es mejor, ¿verdad? Creo que así nos podemos comunicar mucho mejor. Hay un silencio. Ahora sí, ahora el interrogado escucha el aire acondicionado, la máquina de hacer el frío en la habitación, la máquina de hacer el terror. Cuando le han quitado el instrumento de tortura, siente un aire fresco que roza la cara y el cuello. Piensa por un momento dar las gracias pero, de inmediato, y cae en la cuenta que sería un signo de debilidad ante El Cuervo, y eso es la firma de sentencia de muerte. Él ha escuchado que al Cuervo no le agradan los adulones y serviles.
BORRADOR NOVELA EL VUELO DE LA URRACA O LA DANZA DEL CUERVO
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Mira, dentro de la pintura, más allá de las veladuras, en donde se fragua otro universo de símbolos y espacios, donde ruedan otros mundos y otras sombras. Mira pintor, donde se fraguan los secretos de otras pinturas de símbolos esotéricos.
BORRADOR NOVELA EL VUELO DE LA URRACA O LA DANZA DEL CUERVO
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