lunes, 14 de julio de 2025

LOS ALGORITMOS DE LO CHABACANO DE FB

 


LOS ALGORITMOS DE LO CHABACANO DE FB Por Enrico Giovanni Pugliatti y Jorge Méndez Limbrick

En una era donde los algoritmos ya no organizan información sino apetitos, Facebook se ha convertido en la plaza del escándalo, del meme somnoliento y la opinión convertida en grito. Abundan los opinólogos vacíos.  Su lógica no premia la profundidad ni la coherencia: recompensa la inmediatez, lo escandaloso, lo frívolo,  lo digerible en cinco segundos. El pensamiento queda sepultado bajo la cultura del emoticón y del selfie repetido como mantra de la banalidad. Estamos llegando al tope de una cultura vacía, en donde la juventud no reconoce el oropel del oro.

La frivolidad no es casual: es programada, es lo vulgar que se suma a lo cotidiano. Los algoritmos detectan aquello que mueve más dedos y menos neuronas. Las imágenes que atraen son las que gritan, las que desnudan cuerpos; los textos que perduran son los que insultan. Facebook ya no es red: es vitrina de lo chabacano. Cada scroll es una renuncia a la introspección.

Por contraste, el blog emerge como refugio silencioso del criterio. Escritor y lector se encuentran sin el ruido del scroll, sin el empuje de los likes, sin el mercenario impulso del algoritmo. Allí, se conversa en párrafos, no en exclamaciones. El blog requiere paciencia, pero ofrece resonancia. Es el salón donde se lee a Broch, se debate a Weil, o se disecciona a Jünger sin temor a que el pensamiento sea interrumpido por la última coreografía viral.

En tiempos donde pensar es casi un acto contracultural, el blog no sólo preserva la palabra: la consagra. Es el espacio donde lo simbólico aún tiene altar, y donde el juicio no se reduce a “me gusta” o “me enfada,” sino a una mirada lúcida y compartida.

 

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