sábado, 9 de noviembre de 2024

Anacreonte (ca. 570-tca. 485 a. C.)




 Anacreonte

(ca. 570-tca. 485 a. C.)

Este poeta lírico, natural de Teos de Jonia,

marchó de su patria, amenazada por los

persas, a la edad de 25 años. Presencio la

fundación de la colonia Abdera, luego paso

el resto de su larga vida en diversas cortes

reales: en Samos con Policrates, en Atenas

con Hiparco y también en la corte del rey

de Tesalia.

Los antiguos eruditos vieron en las poesías

de Anacreonte tres grupos: por una parte, la

lírica, en la que se incluían himnos y canciones

de amor, por otra los yambos, que contenían

Poesías satírico-burlescas, en parte

agresivas, y finalmente elegías con cantos fúnebres

y dedicatorias. Aunque del conjunto

solo se han conservado tres poesías; sin embargo,

de los fragmentos se infieren indicios

suficientes para definir el estilo y la tendencia

de esta poesía. Las canciones, de sencilla

estructura lingüística, expresan con frecuencia

el gozo de vivir, celebran el placer del

vino y del amor y también dan cuenta del

miedo a la vejez y a la muerte.

Anacreonte figura también en el canon de

los nueve líricos ejemplares (Alceo). Más que

su propia poesía han sido las anacreonticas,

poesías creadas imitando su estilo a lo largo

de los siglos, las que han determinado su perfil

para la posteridad. Han ejercido gran influencia

en la lírica europea, sobre todo del siglo

xvi en Francia y del siglo XVI en Alemania

en los llamados poetas anacreonticos, como

también en Goethe y Morike. La mejor introducción

nos la ofrece esta anacreontica

que, en fiel versión de Goethe, dice así en

castellano:

A la cigarra,

al estilo de Anacreonte

!Qué feliz eres, mi querida pequeña,

tú que en las ramas de los árboles,

entusiasmada con tu parca bebida, .

¡Cantando, vives como un rey!

15 ANACREONTE - ANITE

A ti te pertenece todo

lo que ves en los campos,

todo lo que traen las horas;

amiga de los campesinos,

vives entre ellos sin ser dañada,

! Tú, venerada por los mortales,

¡dulce mensajera de la dulce primavera!

Sí, te aman todas las musas,

Febo incluso tiene que amarte,

pues te dieron voz de plata,

nunca te alcanza la vejez,

tú, sabia, sensible, amiga de los poetas,

nacida sin carne ni sangre,

impasible hija de la tierra,

casi comparable a los dioses.

Bibliografía

E.: E. Diehl, Anthologia Lyrica Graeca I, Leipzig,

21936, fase. 4, pags. 160-192; B. Gentili, Anacreon,

Roma, 19S8 (con traduccion italiana); Z.

Franyo, Berlin (DDR), 21981 (oon traduccion); D.

L. Page, PoetaeMelici Graeci, Oxford, 1962, pags.

172-235; C. Preisendanz, Carmina Anacreontea,

Leipzig, 1912.

Tr.: E. Staiger, Griechische Lyrik, Zurich, 1961,

pags. 58-60; E. Morike, Werke, vol. 3, Leipzig-

Viena, 1923, pags. 457-497.

Ens.: U. v. Wilamowitz-Moellendorff, Sappho

und Simonides, Berlin, 1913, pags. 102 ss.; C. M.

Bowra, Greek Lyric Poetry, Oxford, 21961, pags.

269 ss.; Th. Nissen, Die byzantinisehen Anakreonteen,

Actas de la sesion, Munich, 1940, 3.

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