lunes, 16 de septiembre de 2019

Robert Graves,Bomarzo, Stendhal ,Verlaine o a Mallarmé,etc. Bioy Casares. Diarios íntimos. Borges.


Viernes, 30 de noviembre. 1962.
(...)
De Robert Graves dice: «Cada veinte poemas suyos que leo entiendo
cinco. Esos cinco me parecen admirables. Deduzco que si los entendiera
también hallaría admirables a los otros». De Sabato, en cambio, dice: «Al
enérgico mal gusto, la desenfrenada egolatría, la sincera preocupación
por el propio y continuado triunfo, hay que agregar la melancolía porque
éste no sea mayor y el entusiasmo con que acoge los modestos productos
de su mente activa y mediocre».


***
Sábado, 1º de diciembre. 1962.

Comen en casa Peyrou y Borges. Peyrou
dice que Bomarzo es un libro lábil, superficial y tumultuoso. Borges protesta
y pregunta si no nos gusta Los ídolos. BIOY: «Todo Mujica Lainez me
parece de mala calidad. Hay en él errores de gusto y de discernimiento,
verdaderas vulgaridades, como tomar por dignas cosas que son secundarias,
que son meras derrotas o triunfos de la vanidad. Lo que admiro en
él es una energía intelectual muy superior a la mía; la capacidad, por lo
menos aparente, de improvisar un soneto, con frases bien terminadas,
con expresiones no exentas de gracia. En el tiempo en que yo venzo la
obnubilación, la opresión que sobre mi conciencia ejerce el saber que
otros aguardan el resultado de mis facultades, la pereza y torpeza propias
de dichas facultades, él es capaz de escribir, no un soneto, sino un libro
de sonetos. Cuando lo oigo hablar con el certero calificativo y la frase
fluida y bien gobernada, me digo: "Su energía intelectual es grande".
Cuando leo sus libros pienso: "Es un escritor, pero esos mismos libros y
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sus discursos leídos, todo lo que preparó en su casa con tiempo, están viciados
de superficialidad". Como dijo Peyrou, es frecuentemente tonto y
vanidoso, no descubre nada esencial, casi nunca es noble, ni épico, ni patético,
ni siquiera muy verdadero: es la fatua expresión de sentimientos
y pensamientos corrientes, no decantados. En su discurso de agradecimiento
a la comida que le dieron por Bomarzo, cómo se tomó en serio,
qué largamente expresó las verdades de la Palisse de la relación de un autor
con el libro que escribe. Preparó ese discurso con tiempo y no descubrió
que todo lo que diría era trivial, trillado, vanidoso. Es ágil, pero la
índole de su alma es barata y lo que saca de sí no es de buena calidad».

***

Jueves, 6 de diciembre. 1962.
Come en casa Borges. Leemos unas páginas
de Los últimos románticos, de Baroja. Malo, aburrido, escrito de cualquier
modo. Leemos Le juif de Stendhal: extraordinariamente bien contado,
en estilo muy directo; la historia es curiosa, muy entretenida. Al protagonista
sólo le interesa el dinero; las sumas con que trafica son muy modestas;
las recuerda todas. BORGES: «El protagonista dice que él fue de
una gran belleza física. Está bien, no importa que lo diga él: uno le cree,
porque el protagonista no es vanidoso; no le importa ser feo o lindo; sólo
piensa en el dinero. ¿Así que Souvenirs d'un gentilhomme italien es plagiado?
¿Y Mina de Vanghel también? Bueno, es una forma de escepticismo
». Dice que Stendhal por exceso de caracterización no propone
personajes imaginables y que por lo mismo, porque todo el tiempo explica
y analiza, no logra intimidad: «Todo está contado de lejos. Estos
cuentos no parecen cosas vistas por él, sino cosas que le llegaron de oídas.
Tienen algo de chismes; él, de chismoso».

***

Sábado, 8 de diciembre. 1962.
Comen en casa Borges, Peyrou y Ema Risso
Platero. Leemos La vida es sueño. Borges observa que en el teatro clásico
español se advierte la prisa de los autores por pasar a otra cosa. Después
de oír las primeras escenas comenta: «Qué inteligente era entonces el
público, si podía entender esto. ¿O no había nada que entender? Es
claro, esto no significaba nada, son frases echadas al azar». Dice que Rubén
Darío admiraba a poetas franceses de segundo orden: «Para lo que
él quería, le servían. En ellos encontraba el simbolismo, mientras que en
Verlaine o Mallarmé encontraría a Verlaine o a Mallarmé, además del
simbolismo».

***
Domingo, 9 de diciembre.  1962.
Come en casa Borges. Leemos, después de
largadas fracasadas, Le rose et le vert, de Stendhal.
Me habla de un escritor de escasos conocimientos: «Su bagaje de ignorancia
es verdaderamente considerable y variado, acaso universal.
Confunde thriller con trailer. Lo malo es que reveló esta ignorancia en una
frase, destinada a señalar la ignorancia de terceros, que no sabían que
1. Cf. «La señora mayor» (1970).
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thriller era una suerte de remolque. Esta circunstancia lo ponía a uno en
una situación difícil, porque por un lado había que reconocer con él que
esa gente era extremadamente ignorante y por otro corregir su error de
confundir el thriller, un causante de estremecimientos, con un trailer, un
remolque».



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