jueves, 29 de agosto de 2019

Macedonio Fernández, escritura, el Asno de Oro, El Satiricón, Carlyle, el poema, etc. Bioy Casares. Diarios íntimos. Borges.


Lunes, 14 de noviembre. 1960.
Come en casa Borges. BORGES: «Macedonio
insistía en que nada podía perderse. Dejaba sus escritos tirados por todas
partes, sin preocuparse en lo más mínimo. ¿Comprendés? Decía que uno
era tan pobre y que había tan pocas cosas en uno, que no había dificultad
de escribir de nuevo lo que ya se había escrito. Esto es falso: si uno ha
escrito algo, ha resuelto una serie de pequeños problemas y no tiene ganas
de meterse de nuevo en lo mismo. Hay la sensación del déjà vu, que
descorazona».
Observó: «Cada tantos años, no sin monotonía, algunos autores pro¬
fesionalmente jóvenes descubren que eso de escribir bien es anticuado,
que ahora uno debe escribir mal, pero volcarse en la página, etcétera.
Cf., quien tenga ánimo, Dalmiro Sáenz, David Viñas y otros pelafustanes.
El viejo Vedia y Mitre en el treinta y tantos le escribió, en una carta a Ma¬
llea, que en no sé cuál de sus libros decía muchas cosas verdaderas, pero
que pudo decirlas en menos páginas. Mallea contestó —porque, fijate,
contesta las cartas— que eso de escribir bien es un vicio ya superado, que
el escritor moderno escribe mal, pero se vuelca entero, etcétera, etcétera.
Escribir bien, en el confuso fondo de sus mentes oscuras, debe de significar
"escribir lavadamente, chirlemente", como diría una señora o un cocinero.
***
Viernes, 25 de noviembre. 1960.
 Come en casa Borges. Lo fotografío.
Concluimos la lectura de «La víctima de Tadeo Limardo». Hablamos del
Asno de oro, que estoy leyendo en la versión de Graves.1 BORGES: «Tantas
cosas vienen de ese libro... En él nacen la novela fantástica y la novela
picaresca. Qué bien que Lucio esté como loco con la idea de que vive en
casa de una bruja; de que podrá aprender, desde luego con riesgos terribles,
las artes mágicas y que, con la natural inconsecuencia humana,
mientras está en esa casa únicamente piense en pasar todo el tiempo posible
con Fotis, la esclava... También parece muy moderno que el protagonista
del libro sea Lucio Apuleyo, el autor». BIOY: «Hay también un
acierto en que la primera vez que aparece Fotis, de quien se enamora
Lucio, no se insista en que es lindísima; en que la primera vez que aparece
Pamphila, la terrible bruja, esté como una pobre mujer, a los pies
del marido». BORGES: «En cambio, no sé por qué es tan famoso el Sati¬
ricón. Es un libro muy tedioso».
***
Sábado, 26 de noviembre. 1960.
Comen en casa Borges y Peyrou. Fotografío
a ambos. BORGES: «Trabajar en un libro, bueno o malo, es importante
para la felicidad. Como dijo Carlyle, toda obra después de terminada es
deleznable; por lo menos para el autor no tiene ya importancia».

***
Lunes, 28 de noviembre. 1960.
 Un poema debe ser mínimamente explicativo y dialéctico.
(...)

De Bernárdez observa: «No es tan sonso como sus poemas. Lo que le
pasa es que se metió en una manera horrible de escribir. Bueno, la manera
en que uno escribe corresponde a una decisión que se toma una sola vez.
No puede uno escribir de muchas maneras, salvo si escribe muy poco.
Pero si uno adquiere cierta destreza, aprende unos cuantos tricks, se hace
de un stock de manías y para siempre las repite».

(...)

Buscamos fechas del Cid, de la Chanson de Roland y del Beowulf. Manifiesta
su antipatía por el Cantar de Mio Cid.

***
Miércoles, 21 de diciembre. 1960.
Esta noche, en El Malambo, lugar de la
predilección de Borges, hay una comida para Francisco Luis Bernárdez.
El restaurant elegido es pésimo, sucio, pero pintoresco. Borges, por amabilidad
hacia mí, finge que él también prefiere los lugares un poco limpios
y blancos, como por ejemplo los restaurants de grandes hoteles;
pero mantiene su superstición favorable al bistrot pintoresco. Un bistrot en
Buenos Aires es una fonda inmunda.

***

Martes, 2 de mayo. Come en casa Borges. 1961.

BORGES: «Cuando Almafuerte se mudó a Tolosa, las pupilas del prostíbulo
le mandaron de regalo una fuente de empanadas. Al día siguiente,
él se presentó en el prostíbulo para devolver la fuente, y dijo: "Muchas
gracias por las deliciosas empanadas, señoras putas"».4


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