CARTILLA ELECTRÓNICA DEL ESCRITOR J MÉNDEZ-LIMBRICK. Premio Nacional de Narrativa Alberto Cañas 2020. Premio Nacional Aquileo j. Echeverría novela 2010. Premio Editorial Costa Rica 2009. Premio UNA-Palabra 2004.
jueves, 3 de noviembre de 2016
BORGES PROFESOR Curso de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires.
Edición, investigación y notas de
Martín Arias y Martín Hadis
BORGES PROFESOR
Curso de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires
Emecé Editores
Va este libro para mis padres, Ana Maria Goldstein y Alfredo Arias, y para mi hermana Eva, por su constante apoyo hacia to-dos mis proyectos.
Martin Arias
A mi abuela, Ana Rosa R. de Genijovich, con cariño y gratitud por su vasta biblioteca de ilimitados libros ingleses.
Martín Hadis
Sobre este libro
Estas clases fueron grabadas por un pequeño grupo de alumnos de literatura inglesa con el fin de que pudieran estudiar aquellos alumnos del curso que por su trabajo no podían asistir a las cla-ses en el horario establecido. De las grabaciones originales en cinta magnetofónica (aún no existían las cassettes), ese grupo de estudiantes realizó las transcripciones que fueron la base para la confección de este libro.
Las cintas se han perdido; probablemente hayan sido luego utilizadas para grabar otras clases, quizá de otras materias. Seme-jante descuido puede parecer hoy imperdonable. Sin embargo, debemos tener en cuenta que en 1966 —año en que fueron dic-tadas estas clases—Jorge Luis Borges aún no era considerado un genio indiscutido como hoy. Los constantes cambios políticos de nuestro país hacían resaltar más sus declaraciones sobre la actua-lidad que su labor literaria. Para muchos de los estudiantes de su curso, Borges, aunque escritor eminente y director de la Biblio-teca Nacional, debía ser sólo un profesor más. Las transcripcio-nes de las clases, por lo tanto, no fueron preparadas sino para el estudio de la materia, desgrabadas a máquina a las apuradas para cumplir, seguramente, con los tiempos de los exámenes.
Quizás eso debamos agradecerlo: no hubo al desgrabar nin-gún intento de modificar el lenguaje oral de Borges, ni de com-pletar sus palabras, que nos han llegado intactas con sus repeti-ciones y latiguillos. Esto, que resulta evidente al leer las clases, se confirma cotejando el lenguaje utilizado aquí por Borges con el de otros textos tomados de su discurso oral, como las diversas conferencias y entrevistas publicadas. Los transcriptores se preocuparon además por dejar constancia de la textualidad de sus notas, anotando debajo de la transcripción de cada clase la frase: "Es versión fiel". Esta fidelidad mantuvo, afortunadamen-te, no sólo el discurso docente de Borges sino también sus co-mentarios al margen y hasta las palabras coloquiales que el pro-fesor dirigía a sus alumnos.
En contrapartida, el apuro y el desconocimiento llevó a los transcriptores a desgrabar fonéticamente todo nombre propio, nombres de obras o frases en idioma extranjero que aparecieran en las clases, dando lugar a numerosos errores: la gran mayoría de los nombres de autores y títulos de obras citadas aparecían con sus nombres mal escritos; los recitados en anglosajón y en inglés, así como las disquisiciones etimológicas de Borges, resul-taban completamente ilegibles en las transcripciones originales.
Cada uno de los nombres que aparecen en el texto debió ser revisado y corregido. No fue difícil darse cuenta de que "Rose-ti" era Dante Gabriel Rossetti. Llevó sin embargo más tiempo desentrañar que quien aparecía como "Wado Thoube" era en realidad el poeta Robert Southey, o que el transcriptor había es-crito "Bartle" ante cada mención del filósofo George Berkeley. Muchos de estos nombres parecían inhallables y exigieron labo-riosas búsquedas. Tal fue el caso —entre otros— del jesuita del siglo XVIII Martino Dobrizhoffer, que aparecía en el original co-mo "Edoverick Hoffer" o del profesor Livingston Lowes, cuyo nombre había sido transcripto como el título de una presunta obra, titulada "Lyrics and Lows".
La falta de familiaridad de los transcriptores con los textos literarios estudiados queda en evidencia en numerosas ocasio-nes. Nombres tan conocidos como los del Dr. Jekyll y Mr. Hy-de aparecían en el original bajo extrañas denominaciones, que amenazaban con convertir en múltiple la ya terrible dualidad del personaje. El Dr. Jekyll es "Jaquil”, "Shekli" "Shake", "Sheke" o "Shakel", mientras que Mr. Hyde es a la vez "Hi", "Hid" y "Hait", variantes que conviven en una misma página y en oca-siones en un mismo párrafo. Otros personajes y autores adole-cían de problemas semejantes y a menudo resultó difícil detectar que se referían a una misma persona. Así el héroe Hengest apa-recía en una línea correctamente escrito, pero en la siguiente se había convertido en "Heinrich"; el filósofo Spengler se escondía indistintamente tras los apelativos de "Stendler" o "Spendler" o el mucho más lejano "Schomber".
Las citas poéticas de Borges eran asimismo ilegibles. Algu-nas, al ser develadas, resultaron directamente cómicas. Quizás el ejemplo más significativo de esta serie sea el verso de Leaves of Grass: "Walt Whitman, un cosmos, hijo de Manhattan", que en el original aparecía transcripto como "Walt Whitman, un cojo, hijo de Manhattan", cambio que sin duda hubiera inquietado al poeta.
Durante sus clases, Borges solicitaba a menudo a sus alum-nos que prestaran su vista y su voz para leer poemas en voz alta. A medida que un alumno leía, Borges iba comentando cada es-trofa. En la transcripción original, sin embargo, los poemas reci-tados por los alumnos habían sido eliminados por completo. Al faltar en la transcripción esos versos, los comentarios de Borges acerca de estrofas sucesivas aparecían apiñados unos sobre otros de modo indescifrable. Para devolverle coherencia a estas clases, las estrofas recitadas por alumnos fueron buscadas y restauradas consultando las fuentes. Los comentarios de Borges fueron lue-go intercalados en una verdadera tarea de montaje.
Un trabajo semejante exigió la restauración de citas en inglés antiguo, transcriptas en el original por fonética. Aunque grave-mente distorsionadas, éstas eran aún reconocibles y se las repu-so utilizando los textos originales.
La puntuación del texto, muy oscura en la apurada transcrip-ción original, debió ser modificada casi por completo, intentan-do siempre seguir el ritmo que las frases debieron llevar en su forma oral.
La presente edición tuvo entonces por tarea la corrección de todos los datos posibles, enmendando todo lo que pudiera ser error de transcripción y haciendo las correcciones necesarias pa-ra pasar de la transcripción original a un texto más o menos flui-do. Asimismo, se buscó la fuente original de buena parte de los textos mencionados, citando en notas al pie los poemas comple-tos en idioma original (si éstos eran lo suficientemente breves) o los fragmentos aludidos (cuando se trataba de obras más exten-sas).
Para facilitar la lectura de las clases, fue necesario en algunos casos realizar modificaciones menores:
1) El agregado de palabras faltantes (nexos coordinantes, conjunciones, etc.), que con seguridad Borges pronun-ció, a pesar de su ausencia en la transcripción original.
2) La eliminación de alguna conjunción, presente en el len-guaje oral pero que realmente dificultaba la comprensión del texto escrito.
3) En contadísimas ocasiones, fue necesario acercar el suje-to y el predicado de frases en las que el entusiasmo de Borges lo llevaba a una larga digresión, aceptable en el lenguaje oral pero que hacía perder completamente el hi-lo del discurso en el texto escrito. Esto fue hecho varian-do el orden de las proposiciones en la oración, pero sin omitir una sola de las palabras pronunciadas.
Dado que ninguno de estos cambios altera los dichos ni la esencia del discurso de Borges, preferimos no indicarlos a lo lar-go del curso, ya que se trata de detalles de edición que podrían molestar al lector, sin sumar por otra parte ninguna información útil al contenido. En toda otra ocasión, aquellas palabras no pro-nunciadas por Borges, agregadas al texto para facilitar su lectu-ra, aparecen marcadas entre corchetes.
De cualquier modo, y esto es obvio, en ningún caso se mo-dificaron las palabras de Borges más allá de estas correcciones.
Las notas al pie tienden a explicar referencias poco claras, o a suministrar información acerca de obras, personas o hechos mencionados que pueda enriquecer la lectura de las clases. Más allá de referencias bibliográficas puntuales, hemos resistido en gran medida la tentación de vincular los temas tratados en las clases con el resto de la obra de Borges. La relación entre el Bor-ges escritor y el Borges de cátedra es tan estrecha que esto hu-biera requerido una cantidad de notas poco menos que inacaba-ble; por lo demás, no ha sido nuestro objetivo realizar una críti-ca o análisis del texto principal.
Muchas de las notas consisten en breves biografías; la longi-tud de cada una de éstas no resulta de un juicio de valor sino que está —en la mayoría de los casos— en proporción a dos facto-res: 1) lo desconocida que puede resultar cada figura y 2) su in-terés e importancia en el contexto de las clases. Así, al pastor de los godos, Ulfilas, o al historiador islandés Snorri Sturluson les corresponden varias líneas; para aquellos personajes más recien-tes o más conocidos, o mencionados al pasar, consideramos su-ficiente dar sus fechas, nacionalidad y otros datos que permitan identificarlos.
El lector encontrará asimismo que muchas de estas breves notas biográficas corresponden a figuras célebres. Su inclusión no presupone, por cierto, que el lector las desconozca. En todos los casos, la presencia de estas notas apunta a brindar la posibi-lidad de situar históricamente a estas figuras, dada la libertad con que Borges salta en sus comparaciones de siglo a siglo y de con-tinente a continente.
Ignoramos si Borges sabía de la existencia de estas transcrip-ciones; estamos sin embargo seguros de que se alegraría al com-probar que estas páginas perpetúan su labor docente. A todos aquellos estudiantes a quienes Borges, durante sus años de cáte-dra, enseñó con dedicación y afecto la literatura inglesa, podrá unírseles ahora una cantidad ilimitada de lectores.
Esperamos que los lectores disfruten tanto al leer este libro como nosotros al preparar su edición.
Martín Arias Martín Hadis
Buenos Aires, febrero de 2000
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