LITEROMANÍA: lo fantástico y lo oculto en la obra de Jorge Luis Borges.
Prólogo
A: “Evaristo Carriego”. Ensayos. 1930.
Yo creí, durante años, haberme criado en un suburbio de Buenos
Aires, un suburbio de calles aventuradas y de ocasos visibles. Lo
cierto es que me crié en un jardín, detrás de una verja con lanzas,
y en una biblioteca de ilimitados libros ingleses. Palermo del
cuchillo y de la guitarra andaba (me aseguran) por las esquinas,
pero quienes poblaron mis mañanas y dieron agradable horror
a mis noches fueron el bucanero ciego de Stevenson, agonizando
bajo las patas de los caballos, y el traidor que abandonó a su
amigo en la luna, y el viajero del tiempo, que trajo del porvenir
una flor marchita, y el genio encarcelado durante siglos en el
cántaro salomónico, y el profeta velado del Jorasán, que detrás de
las piedras y de la seda ocultaba la lepra.
¿Qué había, mientras tanto, del otro lado de la verja con
lanzas? ¿Qué destinos vernáculos y violentos fueron cumpliéndose
a unos pasos de mí, en el turbio almacén o en el azaroso baldío'?
¿Cómo fue aquel Palermo o cómo hubiera sido hermoso que fuera?
A esas preguntas quiso contestar este libro, menos documental
que imaginativo.
J.L.B.
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