sábado, 30 de agosto de 2014

Paúl Benavidez Vílchez. Oficio de ciegos. Poesía.


OFICIO DE CIEGOS: OFICIO DE JUGLARES.

Oficio de ciegos es un poemario de Paul Benavides Vilchez publicado el presente año por la Editorial Arboleda Ediciones.
El libro consta de tres secciones o acápites: 
I- LA HORA DE TODOS. II- FUEGO LUNAR. III- DOBLE VIDA.

Oficio de ciegos, es un libro de las interrogantes. El poeta desde la primera hasta la última página se pregunta acerca de: la vida, su razón de ser y sobre el destino del hombre. Pero, ante todo el poeta se cuestiona si es válido el oficio de ser poeta, de ser artista.
Oficio de ciegos es una dualidad constante en las tres secciones. El escritor interroga y se interroga acerca de la existencia y del ser y, va de lo general a lo particular. Es decir, en el primer acápite La HORA DE TODOS, el poeta se manifiesta como un poeta juglaresco, vaticinador del futuro no muy lejano. En esta primera sección extrapola su “Yo” lìrico y subjetivo en un “Yo” de todos. Y ya en el primer poema del libro titulado PATRIA nos abre el canto con un sentimiento de nuestro devenir històrico.

“La patria es la sangre de Juan Rafael Mora,
es mancha en la arena del tiempo
que no termina de secarse en Puntarenas”.

Y ese es el verdadero Oficio de ciegos, el verdadero oficio del poeta: lo solidario, el despertar a los otros, a que no olvidemos quiènes somos.

Igual sucede con el poema Breviario de campaña electoral. En este poema el poeta de nuevo con fina ironía en algunos momentos nos habla de la doble moral de los polìticos corruptos.
Con el poema “Yo el supremo” (que cabe hacer la advertencia es el tìtulo de una gran novela del escritor paraguayo, Roa Bastos) de nuevo el poeta nos da su visión del mundo, de nuestra sociedad. El acicate está ahí y el verso es el làtigo flagelante y perturbador cuando se nos pregunta: ¿ qué es el poder?

¿Para què sirve el poder? Y entonces, la verdad se arrincona, no se deja ver, mirar por el polìtico:
“solo se oirá el sonido de la cicuta arder
en la lengua de Sócrates,
porque de nada sirvió la verdad...”

Es en estas páginas del poemario el autor, increpa al lector y con voz dura advierte:
“A ellos les digo que huyan,
antes que los toque indecente la mentira”.

Entonces, el poeta se vuelve “el guía”, el sacerdote que le abre el camino al Hombre entre tanto vicio y podredumbre de la ciudad y, el tono del poema o de los poemas se hace elocuente, lleno de bravura.
Insinúa un futuro maloliente si no despertamos de nuestra modorra, de nuestra abulia. Porque, el futuro, ¿ existe el futuro? O, ¿es acaso una invención del hombre? ¿Existe la esperanza en el buen hombre?
Y esta visión casi apocalíptica y milenaria del político se une una visión de la “polis”, de nuestra ciudad como sinónimo de enfermedad y la ciudad deja de ser algo bueno para convertirse en algo malo. Esto anterior se ve plasmado en el poema: “El ocaso de los dioses”.

Sin embargo, a toda esta “barbarie” y esta corrupción y corruptela de los polìticos y la polis, existe un símbolo recurrente en todo el libro: la figura del niño. ¿Qué es el niño? El niño es la esperanza, es el renuevo – y quizà un poco- este oficio de cantar, este oficio de aeda y de ciego.

¡Ah los niños de las calles!
....
En oficios plebeyos,
Repartidos en plazas,
Y calles aledañas.
Crecidos.

Es interesante que el autor, en el libro tambièn tenga presente que el artista en general cuando se rebela ante la corrupciòn de los polìticos o ante lo que no debe-ser, levante la voz y esa voz en muchas ocasiones es mancillada, es escondida. Y que mayor ejemplo para lo anterior que el poema: Metafísica de Heriberto Padilla, un poema revelador y violento.

En el segundo acápite: FUEGO LUNAR.
El poeta se vuelve más cadencioso, màs intimista y se proyecta hacia dentro con poemas referenciales de otros textos y de otros escritores.
Es el hipertexto poético que como una pupila totalizadora nos señala con el verbo, con la palabra que muchas cosas que dirá, ya fueron dichas y que el Arte en general es recurrente, es un círculo vicioso que se repite una y otra vez en sus temáticas.

Una realidad ambivalente y presente en Oficio de ciegos.
En: UNA ABUELA, AFUERA, AMANECER, CARNAVAL, todo es ambivalencia y todo es y no es. El “destino” del hombre es incierto que posa y pasa de generaciòn en generaciòn., “detrás del abuelo y delante del padre” como se asegura en HIJO DEL HOMBRE.
Porque el mundo es dual, es doble, se desdobla en imágenes como DOS FUEGOS como la poesía y la poética de Oficio de ciegos, que se devora a sí misma en la orgía de la palabra.

El caos y una visión apocalíptica.
Anoto tambièn que, el poemario en general posee un carácter pesimista porque ni el mismo OFICIO DE CIEGOS, es en apariencia suficiente para “salvar” o redimir al hombre de su espíritu insano:

“Se olvidaron en la boca, nuestros nombres,
volaron como pájaros”.
Sin embargo, no todo está perdido y, en el poema VIDA BREVE, se dice que:

Cómo reposa el odio en el alma. Lo recojo y abono.
Hago una flor.
Después en el libro se hará referencia – como señalé- a otros autores en un juego de hipertextos como en los poemas de: LEZAMANÍA, Dylan Thomas, Pessoa, etc.

Por ser un poemario tan extenso, he deseado solo hablar de estas dos secciones del libro ya mencionadas. Un libro de poesía de 100 páginas –algo poco visto en la Literatura Nacional-, un libro delirante, y hago la advertencia: no fácil de leer pero que a la vez, solo nos habla de la gran capacidad de su autor, de su vitalidad poética, del dominio del lenguaje. Poesía de conceptos, intelectual, de un lirismo contenido como la buena poesía.

Oficio de ciegos es un libro de: la duda, de la existencia, de la negación del hombre pero, tambièn de la esperanza. Es un libro de vivencias, elegíaco en algunas ocasiones y de premoniciones.
Oficio de ciegos es un libro donde los elementos terrestres -como la lluvia- nos purifican por fuera y por dentro de esa maldad innata en el Hombre.
Pero, tambièn el hombre como la palabra, el verbo, la poesía si ha muerto posee la capacidad que como un Làzaro de resucitar. Porque la vida es un duro aprendizaje, no màs. Porque, la vida es un largo viaje que compartimos con los otros, no hay de otra. Porque, la vida, ¿què es la vida? ¡Una sucesión de recuerdos!
Oficio de ciegos, es un libro impactante y difícil. No es poesía escrita después de una resaca o inflada por la llama del alcohol. Por el contrario, Oficio de ciegos, nos muestra a un poeta con dominio del lenguaje, con una poesía de reflexiòn doliente y lacerante, en donde se confunde el discurso poético con la anécdota.
Oficio de ciegos, es un poemario de honda cavilación, de leer con cuidado, de reflexionar cada palabra, cada verso, cada poema. Es una poesía del detenerse y la cogitación.
Cuando uno lee un poemario como el de Paul Benavides Vílchez siento envidia pero, envidia de la buena de cuánto me hubiera gustado escribir un poemario como Oficio de ciegos porque, como lo dije en un post que publiqué hace varios meses en mi blog acerca de la poesía vs la narrativa:

DIEZ RAZONES DEL POR QUÉ SIGO SIENDO UN FANÁTICO DE LA POESÍA.
1. Porque de todos los géneros literarios, el primero fue la poesía, la poesía es la cuna del lenguaje.
2. Porque de todos los géneros literarios es el más difícil para su cre...ación. Un poema sirve o no sirve. No se le pueden hacer remiendos o quitarle partes y añadir otras como se puede hacer con otros géneros literarios.
3. Porque la Poesía, es el chispazo intuitivo. El poema nace de la oscuridad como la partícula diminuta que se agigante hasta constituir el mismo Universo.
4. Porque un poema no se “planea” llega y punto. En la narrativa, el escritor puede planear y quitar escenas, en el poema no se puede.
5. La Poesía es la cima de la montaña, sus sirvientes son la narrativa, el cuento, la dramaturgia. Pueden existir fugas poéticas en los diferentes géneros literarios como en la novela pero, la poesía como género máximo del lenguaje, no acepta ni admite en ella otros géneros.
6. El poeta es el orfebre de la palabra, su relojero máximo.
7. Porque la Poesía es la esencia del lenguaje. No minimizo la labor del narrador pero, lo que el narrador lo escribe en 100 páginas, el poeta lo dice en una página.
8. En la Poesía no existen horarios. La caza del poema se puede dar en cualquier momento. No así con la narrativa en donde preferentemente el escritor ocupa un horario para su labor y creación.
9. La fina sensibilidad del poeta disiente y se aparta a la del narrador.
10. Y, por último, ante la Poesía todos los géneros palidecen y parecen plebeyos.

Salud y larga vida al poeta Paul Benavides Vílchez.

3 comentarios:

  1. Admiro y disfruto la poesia de Paul Benavides pero este comentario y análisis de Jekyll me hace pensar q me habia quedado corta con en su dimensión real. Estoy identificada con sus palabras q describen a Paul, x q se puede entender aun más la profundidad y el grito de alerta q Paul nos deja con "Oficio de Ciegos" en una sociedad casi indiferente pero no dormida. Simplemente me encanto.

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  2. Sencillamente, me atrapa la poesía de Paúl; me hace recorrer esos corredores mentales de la realidad que obviamos por costumbre.Excelente

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  3. Este libro es una comunión con el alma en lo más profundo del ser existencial. Me lo regaló una amiga de la infancia y lo abrí con miedo temiendo que me hayan dado gato por liebre. Pero sus primeros versos me llevaron a un mundo desconocido y paradójicamente muy mio. El poema de la página 46 por ejemplo que discurre entre la metafísica del amor y la realidad de la muerte se ha convertido en uno de mis versos de cabecera que comparto con todos los que precísamente vivimos entre esos dos fuegos, el que envenena el aire y el que palpita en el centro de la noche ...

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