RICARDO E. MOLINARI
O LA AGONIA
DEL SER EN E L TIEMPO
FE DE ERRATAS
En pig. 5, donde dice 1 ^
debe decir E d ito r ia l A m e m c a u . / ¡
En pag. (i, donde dice Buenos Aires 1985, debe decir
Buenos Aires, 1966.
Ricardo E. Mol i n ar i
JULIO ARISTIDES
Ricardo E. Molinari
o la agonia
del Ser en el tiempo
E D IT O R IA L A M E R IC A L E E / 1965
Esta obra ha sido editada con el apoyo economico
del FONDO NACIONAL DE LAS A R TES
Queda hecho el deposito legal que marca la ley 11.723
c del autor
Buenos Aires. 1965
im p r e s o e n l a a r g e n t i n a
P R I N T E D IN A R G E N T I N A
g L a poesia es lo absoluto real. Esto constituye
el nucleo de mi filosofia. Cuanto mas poetica
es una cosa, tanto mas real es.h
g La vida es una enfermedad del espiritu, un
acto apasionado
La vida es el comienzo de la muerte. La
vida no existe sino para la muerte
N o v a l i s
Los FragmentoS!-
148367
.LETRA VIVA?
Generalmente, cuando se elige como objeto de quehacer critico
la obra de un poeta, nos invaden diversas como importunas
dudas acerca del acierto final de nuestro disparo. .Tiene caracter
fundamental nuestra hermeneutica? .Alcanzamos a revelar
fielmente los hondones simbolicos del creador? Es manifiesto
que a la critica le esta terminantemente vedada la mentira: no
asi el error, que puede convertirse en un manantial de perspectivas.
.Acaso la historia del hombre no es tambien, y lo sera hasta
el fin de los tiempos, una historia de errores y de correcciones?
.No es esa la dialectica de su existencia? Y ademas, .que es la
verdad en poesia? Mi maestro Unamuno, que tanto comprendia
respecto de tiquismiquis literarios, y sobre todo, de las acechanzas
de la critica muerta, utilizaba un cartabon muy particular
para medir la magnitud espiritual de la obra que se proponia
indagar, cuyo mayor merito consistia en aumentarle la vida. De
las ensenanzas del agonista vasco se desprende, que la mision que
nuestra comunidad literaria le encomienda al critico, consiste en
extraer letra viva de los libros, vida. El secreto estriba en no
preocuparse en demasia por lo que el autor puso o dejo de poner
en sus libros, sino en lo que cada uno tiene que descubrir atisbando
con los ojos del espiritu. Todo cuanto resta es letra muerta.
Parece cierto que cuanto mas grande es un creador y mas rica
en significaciones su obra, tanto mas numerosas son las perspectivas
que ella abre al asedio critico. Mas todavia: nos animamos
a declarar, que una ^bra es real en la medida en que logra concitar
perspectivas. .Y en que consiste lo vivo en una hermeneutica
de la poesia? Creemos que consiste en hallar y apoyarse en el
vinculo de la poesia con el hombre que la creo. No vale el cadaver
de la poesia: vale su vida, que se aumenta estableciendo esa
atadura cxistencial con el hombre entero y vivo que subyace en
el poeta. No sabemos porque se nos ocurre pensar ahora, que la
poesia solo se enlraga a la poesia.
.Letra viva? Quien sabe. Por el momento arrojemos la botella
al mar de las especulaciones y los sentimientos, y como dijera
un poeta, el frances Alfredo de Vigni, acaso g Dios velara para
que llegue al puertoh .
E L AUTOR
POETA EN CARNE Y HUESO
Los criticos ocupan una parte considerable de su quehacer, hurgando
en la personalidad y en la obra de poetas de tiempos preteritos,
aun cuando ese tiempo sido de sus vidas se niegue a esfumarse
sosteniendose ea la inmortalidad de la poesia. Sin embargo,
estamos obligados, y ello por exigencia de la temporalidad,
a hacer participes a las gentes de las vicisitudes existenciales y
poeticas de los creadores que con ellas coexisten. Ademas, .en que
medida, con que plenitud conocen, la mayoria de los argentinos,
los hondones de su propia poesia? .Que son para ella nuestros
poetas, entes de ficcion, o seres reales de carne y hueso? .Y en
que medida se puede conocer una poesia cuando se desconoce al
hombre que la creo? Mas alla de esa preceptiva literaria para
quien una obra vale por si misma, desinteresada del creador, confesamos
nuestra personal predileccion por llegar al meollo de la
poesia a traves de la agonia del hombre. Un verso, es verdad,
puede ser escrito con cualquiera de nuestras manos; pero es evidente
que una poesia tiene que ser creada por el hombre entero,
y desde los mismos socavones del ser. Esta premisa responde a la
encuesta de porque los versos nos sumen en la indiferencia, y
en cambio, la poesia nos asombra y nos exalta. .Cual es el camino,
el metodo para lleerar a la hoya de la poesia humana? Es menester
dialogar con el hombre que existe en el poeta; escrutar su
rostro, pulsar su vertigo recatado; traducir su idioma profundo,
y sobre todo, interpretar los signos de su personal tragedia. Esta
solidaridad existencial actua como el impulso que pone en marcha
esta meditacion; no hacia un problema, sino hacia un misterio,
pues de lo que aqui se trata es de rondar el ser de un hombre
que es poeta, cuyo sindrome se revela en su poesia.
.Como es, como se comporta el hombre Ricardo E. Molinari? La
primera impresion que se obtiene al enfrentarse con el, es la de
un poeta que se esfuerza por aparentar que no lo es. Su humanidad
eclipsa la imagen laureada del personaje. Su humanidad se
muestra fiel a si misma. Realizar su descripcion tipologica no es
azarosa, luego de haber mantenido un largo e intenso dialogo con
el. No obstante, adquiere mas ricas significaciones para el caso,
citar la descripcion que hiciera del poeta un critico espanol, por
lo ecuanime y ajustada a la realidad. Se trata del Prof. Rafael
Benites Claros, autor de un ensayo que titulo: g La poesia de Ricardo
E. Molinarih , publicado en la Revista de Filosofia de la Universidad
de Oviedo, en el ano 1954. Este critico, luego de aseverar,
y con toda justicia, que Molinari es uno de los mas egregios exponentes
de la poesia hispanoamericana, describelo en estos terminos:
g Es un hombre de gris, de mediano tamano, con su hermoso
pelo hirsuto entrecano; una persona a la que inutilmente me
empenaria en describirh . Luego el autor hispano alude a g su cara
timida, compuesta por una frente amplia, undoso pelo, ojos marrones,
grandes y fugitivos, carnosos pomulos, boca generosa, menton
hendidoh . Tambien se refiere a su g figura robusta aunque proporcionada,
cauta en sus desplazamientos, modesta en su exhibicion,
y un algo ausente en su ultimo toqueh . Ha transcurrido una decada
de esta curiosa descripcion, y ella no desmiente la figura
actual del poeta; antes bien, se diria que cada uno de los trazos
que delinean la exterioridad del hombre, se han acentuado en forma
conmovedora en el transcurso de los anos. A pesar de la exactitud
de este esbozo fisico del poeta, ni siquiera se han insinuado
todavia los rasgos fundamentales de su personalidad. Para advertirlos
hay que penetrar en el hombre interior, en cuyas primeras
estaciones se asiste a la actividad del yo respecto de si y frente
a los otros. Por una parte, se produce como un instintivo repliegue
sobre si mismo cuando se lo situa ante la alternativa de tener
que referirse a aspectos de su poesia; pareciera que busca abroquelarse
en el silencio ante la inquisicion extrana, aunque mas
parece el ejercicio de un recondito pudor ante el riesgo de convertir
la poesia en espectaculo del mundo. Por la otra parte, se
muestra ecuanime y generoso en la estimacion de las obras ajenas,
y vehemente y conmovido cuando su atencion se detiene en el
recuerdo de sus amibos. Solo cuando se le exiee hablar de si mismo,
o se amaga indagar en sus sentimientos, su palabra se vuelve
polemica, el gesto nervioso, y la mirada evasiva. Y sin embargo,
estamos ante el mismo hombre, ante el mismo poeta que conversa
con sencillez de los temas fundamentales de la existencia,
revelando disposicion para encarar intrincados problemas de pensamiento.
Y estamos ante el mismo hombre dubitativo e irresoluto
con respecto a los mas nimios menesteres cotidianos. Se diria
que acusa una deliberada intencion de adaptarse a la estatura
intelectual del interlocutor de turno, pero ademas, un desistimiento
para hacer valer la clarividencia del poeta. Esta conciente economia
de factores de triunfo, 110 logra despistar su caudal de conocimientos,
su saber de poeta que opera a voluntad con los jero glificos
del alma humana, y que, entre el g vanidad de vanidadesh
de los inacabados, opta por el g plenitud de plenitudesh de los henchidos
de ser. La indulgencia de Molinari para con los demas
110 significa acatar los influjos extranos y perder su personal
autonomia, por el contrario, el poeta sabe defender aquella parcela
de su yo donde solo tienen acceso unos pocos. Y esta accion
selectiva es precisamente la que pone su ser a cubierto de la trivialidad.
Ricardo E. Molinari es un poeta viviendo intensamente
en hombre; y ese su vivir en humanidad lo autoriza para revelar la
dialectica de sus sentimientos mas antagonicos que cruzan la escala
cromatica del alma; desde el amor al odio, desde la fe hasta el
pecado, desde el ser a la nada. Vivir en hombre es poder transformar
la propia poesia en un estallido de pasion.
g Cuando aborrezco a la gente, a los hombres,
cuando me inunda el odio y me empapa la lengua,
salgo a buscarte por las anchas calles,
para hundirme en tu pecho, igual que en un hondo rio,
y consolarme.h
Vivir en hombre es ser capaz de retirarse a la soledad para
llorar su propia agonia y la de los otros.
g La voz me brota variada, esplendida, en la desdicha.
Y lloro y recuerdo a mis amigos, sin descamo
Estos agonicos transitos de la pasion del hombre que lucha consigo
mismo, nos ofrecen la medida del poeta grande, solo superado
por el que lucha amorosamente contra Dios.
Un hombre asi esta en condiciones de alcanzar los polos del
sentimiento, sin que la terrible prueba destruya los hilos de la
razon. Pero el poeta lo sabe, estas acezantes contradicciones son el
tributo que debe pagar una vez que ha transpuesto el limite hacia
la vida autentica. La asuncion de todo ese agonioso movimiento
del si y el no de la existencia, muestra la encarnadura del hombre
en el poeta y la fidelidad de este a su condicion. Cuando
Molinari asevera que la gNobleza de la poesia estuvo siempre en
que ella fuera cierta, fielh , debe entenderse que tal certeza, tal
fidelidad, estan referidas a la absoluta identificacion de la criatura
con su creador. Y el creador no es el poeta, es el hombre;
el poeta no es mas que una manera de ser hombre. Esta es la
formula existencial y el fundamento de la fidelidad en poesia, su
rasgo de nobleza. En Molinari descubrimos un tragicismo pudoroso,
represado detras de una recia fisonomia de hombre; un tragicismo
que en ocasiones gana la superficie, se apodera de su
palabra y se cuela en el dialogo. .Que secretas resonancias, que
hondas cavilaciones le suscitaron al poeta aquellas alamedas grises
de su Bella Vista, cuando cierta tarde de Mayo, mientras caminabamos
conversando acerca de g lfinfinita vanita del tuttoh , de que
hablara Leopardi, me confeso que aun tenia la esperanza de emprender
su mas apasionante aventura en el instante de la muerte?
Y esta no es una confesion premeditada, no; Molinari ha estado
macerando su ser a traves de un intenso comercio existencial con
los otros y con el mundo; ha estado viviendo los dias de su vida
en una permanente apuesta a la autenticidad. El poeta sabe y siente
ahora, cuanto puede esperar de la vida; en cambio, ya vislumbra
la gran aventura de su ser: la trascendencia posible.
gDe nadie se tanto, tanto,
como de la muerte, y nada
de ti, amor.h
Y en efecto, nadie puede saber nada de las cosas del mundo,
si no se situa en la perspectiva de la muerte; y nadie puede hambrear
la vida inacabable de la trascendencia, si antes no ha probado
la negra bilis de la muerte. Molinari nos da la medida de
su hombria, es decir, de su plenitud, al asumir con poetica decision
el tema de la mortalidad, que ulteriormente involucra el tema
$
de la vida eterna. La poesia grande, el poeta de carne y hueso,
son luchadores con la muerte.
Ricardo E. Molinari, este hombre de carne y hueso, que ama,
odia, duda, y llora; que lucha consigo mismo, y siente nostalgias,
y sufre una incurable melancolia, y cuya soledad esta habitada
por el recuerdo de sus amigos; este hombre que afirma que g la
obra es tambien inferior al suenoh , es un sonador de su inmortalidad,
un hombre que suena su vida a despecho del tiempo del
mundo. Y el hombre tambien se mide por la dimension de la
empresa que arrostra, y no por lo que consigue. El sueno es tragedia;
llega un dia en que el sonador se reconoce sueno que
suena; pero la inaudita paradoja de la poesia es tomar un hombre
de carne y hueso del mundo y transformarlo, como ensenaba Shakespeare,
en la esencia misma de los suenos, para devolver al mundo
otro hombre que tiene la mirada insondable de Lazaro.
P OEMA S
CUANDO YO NACI, EN E L OTONO
Cuando yo naci, en el Otono,
que viento inmenso
y desesperado maltrataria
al otro viento de la calle,
cansado de mirarle,
de verle su mejilla hambrienta,
su ramo de tierra, la nuca descolorida.
Si, cuando yo naci, que descuido,
que luna abandonada
distrajo algun ojo, la voz, la sangre,
para que una lagrima corrompida
me entristeciera el aire de la calle.
Sopla sobre mi, viento,
que llevo los ojos tejidos
de vacio. Tengo aun muchos dias que perder
esperando. Baname el sentido,
quitame las ramas de la boca,
que quiero conversar con el ansia de la calle,
de una colina del Este.
Mundos de la Madrugada, 1943
1
Ellos diran al verme tan solo: va como un rio, sordo en su corriente,
desatado.
Ellos diran que llevo la soledad parapetada por muchas lanzas,
por el polvo; que tengo los ojos cerrados, irritados por la luz.
Ellos diran: manana volvera a su muerte, a ser rehen, campo
mustio de amapolas, tristeza sombria.
Ellos diran: al fin la espada de su voz descansa junto a su cuerpo
arrastrado por la tierra.
2
A mi lado va una mujer que lleva un angosto ramo de alhelies,
y el acero de sus carnes mojado por la aurora.
Cargado de cadenas me ve el amanecer, con un leon que bebe mi
sangre rodeado de arroyos.
La curva del rio nos llama por nuestros nombres, y no sabemos
nada, porque estamos en el sueno excedidos.
3
Oh, tu que te alimentas de mis pobres ojos y me dices: Siempre
pensare en ti, hasta que se seque mi piel al sol y mi lengua se
destruya bajamente por la arena.
Repitelo, quiero estar protegido porque mi corazon se ha acostumbrado
a la desdicha.
Nadie te ha visto a mi lado como no se ve la savia de algunas
flores;
te cubres de mi, andas por dentro para vivir sin peligro,
y el aliento de tu voz se mezcla con el mio, igual que dos hojas
de donde ha de brotar un narciso.
No pienso nada mas que en ti, por eso busco la lluvia
y las orillas de los rios donde crece el azafran.
5
4 de abril de 1939.
Huye el dia, pero la noche te encuentra conmigo; veo llegar las
lunas llenas; ya oigo el clamor del agua que empapa las lenguas
asperas de los venados y acosa las raices del desierto.
Quisiera que me lamentarafn como a muerto, porque he sentido
por mi piel correr la sangre de mis amigos.
Que me espera vivir, si ya no he de ver los p ajaros volando por
el cielo, ni deseo larga vida a las flores.
Pero !ay ! quisiera saber aun como duermes.
Mundos de la Madrugada, 1943
IMAGEN POETICA DEL MUNDO
El Libro del Genesis comienza con estas palabras: g En el principio
crio Dios los cielos y la tierrah . De acuerdo a la historia
sagrada, Dios creo el mundo en el transcurso de cinco dias; en
el sexto fue creado el hombre del polvo de la tierra y del aliento
divino insuflado en su nariz. Y al septimo dia, el Creador descanso.
De todas estas consideraciones se extrae una evidencia, no
por descontada, menos significativa; y es que cuando el hombre
nacia, el mundo ya estaba creado. Mas tarde, Dios se lo entrego
a su mas eminente criatura, para que este multiplicandose y realizando
su ser, se ensenoreara de aquel. Trasladando el sentido de
este fundamento historico a las formas del pensar actual, resulta
que ser hombre es tener conciencia de estar situado en el mundo,
y es tener que contar con este para hacerse la personalidad. De
manera que la articulacion yo-mundo, como estructura existencial
del hombre, tiene un abolengo genesiaco. Y en la misma forma,
cuando ahora aseveramos que existir es existir entre cosas; convivir
con los otros, estamos asumiendo y acatando aquella genesiaca
voluntad de Dios. Estamos en el mundo, mas a causa de la
existencia nos vemos obligados a plantearnos problemas; respecto
de nosotros mismos, del no yo, y frente a la paradoja de Dios.
Toda gran poesia refiere su preocupacion hacia el misterio de
la unidad constitutiva de los terminos yo-mundo; aun mas, encarna
su espiritu genesiaco. Tal referencia puede ser advertida en
tres momentos asistidos por poderosas intuiciones cosmogonicas:
el momento de la poesia clasica, de la renacentista, y mas cerca
de nuestro tiempo, el de la eclosion del espiritu romantico. Es
significativo, al respecto, citar la idea de Schelling, segun la cual,
la naturaleza seria el espiritu que se busca a si mismo asumiendo
las diversas formas de la vida. Esta g Odisea del Espirituh , como
Ja designara el filosofo aleman, en la que el espiritu lucha por
reencontrarse, no es otra cosa que el conato de fusion de este
con esa razon primordial y viviente que el filosofo romantico
advertia en la naturaleza humana. En otras palabras, seria la
odisea del espiritu preso en las cosas por comunicarse con el
espiritu del hombre, alcanzando asi la suprema libertad. Tanto la
filosofia como la poesia romanticas, son ricas en intuiciones metafisicas
acerca del hallazgo de un paso de union, o mejor, de
reunion, entre el ser de las cosas y el del hombre, al tiempo
que denotan esa impaciencia por cumplir sus grandes lineamientos
en el plan mistico del Universo, cuyo horizonte teleologico
comprende el advenimiento de un Universo conciente. g El sistema
de la naturaleza es al mismo tiempo el sistema de nuestro espiritu.
El Universo es la razon viviente mismah . He aqui uno de los
conceptos claves de la filosofia romantica de Schelling, de indudable
resonancia en el quehacer poetico de su epoca. La poesia
de Ricardo E. Molinari, heredera en grados diversos de aquella
triple insercion cosmogonica en la poesia, que ya hemos senalado
como clasica, renacentista, y romantica, tambien establece con el
mundo esa relacion espiritual del amante con lo amado, exhumando,
a su manera, aquella creencia en la unidad primordial y
mistica del mundo, el espiritu, y la divinidad. Estamos ante una
poesia que revela una inclinacion a lograr el reencuentro magico
del hombre con el espiritu primordial del cosmos, posibilitandonos
todas las condiciones para restablecer el nexo inteligible con
los otros entes del Universo; es decir, que en orden al sentimiento
del mundo impreso en dicha poesia, lo que se trata de intuir son
pistas del sendero perdido que conduce al centro del misterio del
ser. La intuicion del ser comienza por una apertura. Alguna secreta
revelacion debe haber asistido a Molinari, cuando en un poema
pudo expresar gMi vida se abre igual a una granadah . Y es que
mas alla de esa intuicion del ser objetivado por la razon especulativa,
tiene vigencia otra vision del ser, esta vez redimido en su
proyeccion magica y viviente mediante la poesia. Cuando Molinari
se refiere o nombra a seres del mundo, lo hace como sintiendo
cuales son las entranables correspondencias que lo conectan
con ellos. En otro sentido, esta admitiendo una mutua participacion
en el destino final de un Universo conciente, espiritualizado,
tal como sonaran los poetas del romanticismo.
g !Oh, seres, delgados vientos de la desesperacion,
que sabeis de mi como de los pajaros, de las
lucientes y movedizas hojas, de los felices rio s!
Vosotros me habeis visto crecer y angustiar para
nadie los miembros,
y vivir .vivir. entre paredes, y caminar por
la tierra igual que entre amigosh .
Se advierte la proyeccion mistica en esta forma de hacer participe
a la naturaleza misma de la vicisitud de su alma. Es esa
religacion que resulta de la actitud del poeta cuando concibe
cada cosa, cada ser, como una emanacion del Ser de Dios. Al
mismo tiempo, es menester que sienta al mundo como un cuerpo
unico sensible, como previo paso para poder transferirle su propia
angustia de hombre. La poesia de Molinari permite un amplio
margen de posibilidades para indagar en este paradojico comercio
metafisico de los entes. El mismo poeta adopta una actitud inquisidora
de misterios, mediante la utilizacion constante de sus g queh ,
g comoh , y g dondeh , correspondientes a preguntas por el origen
de las cosas y sus situaciones. Son meteoros de incertidumbre que
cruzan vertiginosamente el espacio poetico de sus odas. Respecto
del mundo, la poesia de Molinari nos refiere al sentimiento primordial
del mito. Como poeta metafisico que es, aquel se ha vuelto
previamente nino antes de situarse frente al no-yo en su caracter
de hombre especulativo; cifrando el valor de sus testimonios
del mundo en las hondas leyes del asombro y la perplejidad, tanto,
como si todo cuanto se le manifestara a sus ojos fuera inedito,
resultado de una pristina vision. Pero, .acaso lograria el poeta
conocer la mirada de la esfinge sin remitirse a la inocencia impoluta
de la infancia? .No es mas facil el paso de cien ninos por
el ojo de una acruja, que no el de un hombre ya desencantado? El
hombre que esta de regreso de todos los mitos, y que se maneja
en todos sus instantes por las formulas objetivas de una edad
tecnocratica como la nuestra, es ciego a la vision espiritual de
lo eterno. Sin embargo, en la libertad de la poesia todo es posible;
y sino, adviertase en esta vision poetica de Molinari la presencia
de seres intangibles.
g Los angeles andan por el espacio derramados;
unos llevan fasces de trigo, otros escogen
amapolas rojas,
y los demas traen simientas a unos pajaros entre
los desnudos arbolesh .
Penetrar en la poesia con imagen del mundo de Molinari mediante
la certidumbre de que alli todo es posible, es encontrarse
confirmado ante la aparicion de las mas extranas combinaciones
magicas, con las cuales se conectan a las cosas entre si; es pulsar,
como resultado de sus significativas imagenes, las oscilaciones mas
recatadas del alma del mundo. Como se revela en g Los discipulos
en S a ish , de Novalis, tambien podria expresarse que el poeta g oye,
ve, toca y piensa a un tiempo. Ora las estrellas parecenle hombres,
ora los hombres parecenle entrellas; las piedras animales,
y las nubes plantas. Juega con las fuerzas y los fenomenosh . Hay
un momento en que el mundo sentido por Molinari va a culminar,
por su misma gravitacion mistica, en un simbolo situado mas alla
de las leyes espaciales, puesto que sus valores objetivos han sido
holgadamente sobrepasados en la posibilidad del sueno. Ahora el
poeta no enfila su mirada hacia los objetos reales; antes bien, nos
remite a la comarca de las esencias, a la realidad espectral de las
cosas, alli donde la poesia ejercita su clarividencia. Una vez liberado
de la necesidad del mundo, abstraido de la preocupacion del
tiempo, Molinari suena disuelto en la atmosfera del ser universal,
tanto, como para percibir los rasgos entranables de la muerte en
un arbol.
g Oh Dios, Oh Dios
mio!
Pasa el verano como
la espuma
del cielo por la tarde,
coronado de flores y bosques.
Y yo estoy viendo
un arbol seco;
lo estoy mirando,
obscuro y altanero,
fuera de su corazon,
elevadoh .
Segun la concepcion de Aristoteles, expuesta en su fisica, la
naturaleza es materia y forma, y ambas se mueven por el conato
comun de alcanzar la perfectibilidad en la forma suprema de lo
inteligible, es decir, de lo espiritual. La gran poesia siempre le
confiere a la naturaleza una tercera dimension espiritual. Es una
colonizacion del yo del poeta en las cosas y en los seres, a tal
punto, que los pajaros, arboles, el paisaje, todo puede adquirir
voz y hasta peculiaridades humanas, como para mantener la
mitica comunicacion de ser a ser saltando por sobre los abismos
ontologicos. En otras palabras, el mundo pasa a convertirse en
un ente conciente por causa de haberselo concebido merced a un
acto de amor. Como se advierte, el vinculo que liga a Molinari
con el mundo es de origen afectivo, por lo mismo es mas eminente
y fecundo que si su relacion fuera estetica, es decir, a firmada
solo en el placer sensorial. No es tampoco la relacion del
pasajero que divaga observando el paisaje desde la ventanilla de
un tren. Es mucho mas honda; ese pajaro, aquel arbol, esa piedra,
podrian ser tocados por la melancolia del poeta mediante
la transferencia sentimental. Y esto es asi, porque en Molinari
esta presente la proyeccion sentimental del mundo, de manera
que la naturaleza tambien puede recibir el temblor de su espiritu.
Mundo personalizado, conciente, vivo, tal es la sensacion
que resulta el contacto de la poesia de Ricardo E. Molinari.
g Que honda, sutil, el alma
en suavidad unida
a estos arboles.'f
El poeta se situa asi, en circulos de transferencia mistica donde
todo es percibido a la luz de una nueva clarividencia. Nada de
cuanto existe puede ya ser extrano para el; y tanto es el gozo
sentido, que no intentara dar siquiera el mas imperceptible salto
que lo pueda extraviar de su situacion. Este mundo que brota de
la poesia de Molinari trasciende al mundo caido de la objetividad,
ese receptaculo de cosas inertes; es mas real porque es
del espiritu. El mundo objetivado por la ciencia, siendo un
mundo de cosas sin proyeccion magica, no puede participar en
la vision genesiaca del poeta; para lograrlo, habria que salvar
la distancia que media entre el hombre y el objeto, arrojandole
a este la boya del sentimiento transferido. Esta proyeccion afectiva
que el poeta le confiere a los objetos, hasta humanarlos, es
el paso, el puente primordial que conduce al sentimiento genesiaco
del mundo, cuyo espiritu esta presente en toda la poesia de
Molinari. Ello puede advertirse, sea en forma de ingredientes
esteticos, o ya miticos. Cuando incide lo estetico, el poeta ejercita
el procedimiento analogico para concebir una imagen.
g El aire igual que un rio
desierto bajaba bramando entre las vivientes frondas.h
Buscando el mismo efecto, utiliza la comparacion; como cuando
percibe a unas ramas, amarillas,
g sobre el empapado cesped,
brillantes
y perdidas como un pajaro
lejos de su bandada.h
La presencia mitica se revela como impregnacion espiritual en
las cosas y en los seres. Lo inerte, se agita; lo que esta ciego, ve.
g Cantaba un pajaro a la tarde,
las hojas lo miraban,
S i lo sabre, amor mio.
que el laurel lo miraba.h
En ocasiones la analogia no se emplea entre seres del mundo,
sino entre un objeto y un sentimiento, como cuando expresa:
g Y en mi orgullo despiadado
y solitario,
igual que un arbol quemado.h
Pero la resonancia mitica alcanza su mayor poder de seduccion
cuando el poeta transfiere su propio sentimiento a la
tierra; convirtiendola en un continente del espiritu melancolico.
gAlla, donde aun pasean, !oh d ia s!, el espacioso
espiritu, melancolico de la tierra
y las apartadas horas de algunos hombres,
hay un dia distinto; con la piel huida, separado
del verano; de aquel tiempo.h
O cuando imagina a la tierra una madre amantisima quebrada
por el dolor de la muerte de sus frutos entranables.
gAlli, donde a veces llega la tierra, hambrienta, a
llorar la perdicion de sus otros hijos.h
Los instrumentos de cateo poetico que posee Molinari le permiten
transitar por los dominios claroscuros del ser de las co sa s;
una veces mediante el auxilio de la vision clarividente, y otras,
mediante los oficios de la palabra, cuya mision es otorgar fundamento
al ser. El poeta busca el camino mas corto para arribar
a destino, apelando al concurso de su personal codigo de simbolos
y metaforas; pero por sobre todas estas cosas, apela al sentimiento,
que es la manera existencial por excelencia para lograr la transmision
personal. Molinari. como todo poeta tocado por el misterio
que emana de las cosas, explora el ser de estas interrogando
sin tregua; siempre dubitativo, rehuyendo los arteros llamados de
las respuestas faciles. Sus odas estan construidas por temblorosos
encadenamientos de interrogaciones, que parecen esperar replicas
venidas de otra dimension del mundo.
g .Donde morais, horas felices, luciendo los extremos
y embellecidos o jo s ? h
g !Quien viene por la tarde tanendo su laud sobre las
nubes, como dentro de su morada!
!Quien lo tane, que vuelve las hojas de los arboles/h
Preguntar. en la poesia de Molinari es, en sus ultimidades. un
preguntar por fundamentos: una veces por aquella conexion primordial
y genesiaca del hombre con el mundo; en otras, por si
mismo, por su posibilidad, y por el destino final de todo lo que
existe. Incertidumbre antes que definicion eso es lo que transmite
ese sistema simbolico levantado por Molinari para revelar la
apasionante situacion del ser en el mundo.
Hemos llegado, finalmente, a una altura en nuestras consideraciones,
que nos fuerza efectuar esta pregunta: .Que significa
la palabra mundo, en la poesia de Ricardo E. Molinari? Hemos ya
discurrido acerca de esa busqueda mistica de la intersubjetividad
entre el poeta y las cosas del mundo, por asi decir. Sin embargo,
la imagen del mundo no se limita en Molinari a la sola devocion
por la naturaleza, en lo que esta importa de testimonio del ser. La
naturaleza es el ser de los entes, pero el mundo es la pluralidad
de estos, y entre todos ellos se halla ubicado el hombre. El poeta,
sin duda, apunta hacia una imagen mas plena.
g El mundo. El mundo. El mundo.
Todo el mar, toda la pena,
las esferas; el profundo
horror-intacto en la arena.h
El mundo, en el sentimiento del poeta, es la totalidad, de
acuerdo a la raiz etimologica de la palabra: lo objetivo y tambien
lo sensiente, el hombre y Dios. El mundo es el poeta y todo lo
que el no es, y son todos los hombres, preocupados por dejar a
buen recaudo el ser. El mundo es la nostalgia, la melancolia, el
desasimiento, la angustia de Dios y la dialectica silenciosa del
tiempo; la vida, la muerte, y la resurreccion. Mejor aun, todo
esta comprendido en el mundo. Aquello que Molinari recibe y
traduce esta dado, pues, en el concepto imagen del mundo, que
de acuerdo a Heidegger no es la copia fiel de cuanto uno ve, sino
la representacion, o mejor, la resonancia. Molinari esta al tanto
del mundo, es decir, se ha instalado en el conjunto, y lo conoce
y lo siente como ante si. Es claro que la participacion de su vida
subjetiva en dicha imagen le permite extraer conclusiones dramaticas
acerca del estar y del ser en situacion, como cuando
expresa su preferencia por la estacion otonal,, siendo ella el
equivalente al cambio, a la mutacion de lo que existe. El espectaculo
de esa ley inexorable que revela la presencia del tiempo,
imprime en la poesia de Molinari sus notas mas graves. El poeta
reconoce el principio inmutable de la vida, pero siente en su
contorno la fluidez, la inutil empresa de aferrarse a las cosas, y
la agonia del hombre que debe pagar su tributo de tiempo a la
existencia.
Cuanto venimos a decir, demuestra de que manera ha logrado
Molinari sortear la mundanidad del mundo; el acecho de su
trivialidad sobre el ser, cuando se sabe y siente viviendo entre
cosas, pero no volviendose cosa el mismo. Al hombre mundanizado
ese mundo le depara como una seguridad de ser. Aun mas, es
propio del filisteo buscar esa seguridad, sumandose a las cosa?
a fin de erradicar de su conciencia la mordedura del tiempo. En
Molinari el mundo es la causa de un entranable temblor; su
secreta correspondencia con el espiritu genesiaco del cosmos, no
llega, sin embargo, a disolver la energica exigencia de su yo
puesto en la busqueda de la distincion y la inmortalidad. En ocasiones,
la enfermedad del tiempo comprime su esperanza, y es
cuando urde el desasimiento en el todo, o ya, la despersonalizacion;
pero luego retorna a ser el, en compania de sus antiguas
zozobras.
g Yo tengo un gran deseo en Ia garganta
.nostalgia o viento.
clamor que se endurece: ser otra persona,
playa que no quiere ser escuchada.
Vispera sin memoria,
luna sin agua.h
En Molinari se aprecian dos maneras de comportarse en el
mundo; la sucesion de dos movimientos cardiacos: como una
donacion del yo al ser universal, y como un retorno al fondo
subjetivo, buscando alli las necesarias certidumbres acerca de su
destino. Es ese movimiento dialectico del yo problematizado que
anhela fundarse en otra cosa, y al mismo tiempo siente la culpa
de su propia perdida. Es el haber adquirido conciencia de que
su autenticidad debe ser jugada sobre el mundo, y al que no es
posible desautorizar en nombre de ninguna evasion. Todo es posible
en lo imaginario, en la arquitectura de su sobrerrealidad;
hasta olvidarse de la muerte, haciendole una mueca tragica al ser.
Pero es inutil, el poeta esta signado ya a reanudar
gEl lamento de toda mi existencia, lo que a mi solo
me interesa; >
el muro violento, la llanura, mi pais,
una, mujer perdida
en una plaza
llena de pescadoras; el rio, el Oeste,
mi malhumor y un sello de correos
L a distancia de hoy, la cercania de manana, el vacio,
toda mi vida inutil, presente
como un juego de copas, como un sobretodo
en un dia de calor. Cuando vuelvo
obediente a la memoria, al temblor del ser,
a la dicha de vivir,
deseo-siempre-escoger una claridad absoluta, un
cielo transparente
para ofrecerlo a un lugar donde el cansancio ya no
sea cansancio, donde haya una larga estacion
de luz. . . h
La conversion hacia planos subjetivos es, en Molinari, otra tentativa
desesperada de avistar lo absoluto; un absoluto que no esta
totalmente resuelto en la cosmica pesquisa. Si el testimonio de la
voluntad de Dios se percibe en el mundo, su voz solo se oye en el
fondo del ser. Pero .que pasa cuando este acusa una necesidad
de absoluto que no logran complacer totalmente ni el intercambio
magico con las cosas, ni la inquisicion por los fondos de la persona?
La consecuencia es la actitud estetica, el encendimiento de
la melancolia en el espiritu. Ahora es cuando la mirada que se
dirige sobre el mundo adquiere, como lo habia senalado Maeterlinck,
esa intensidad propia de lo que se mira en el ultimo dia
de la existencia. Una mirada en cuyo fondo se dan un estrecho
abrazo la nostalgia y la melancolia de ese hombre que se reconoce
huesped del mundo.
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