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S. Petersburgo, a 31 de octubre de 1838.
Oh, hace mucho, mucho tiempo que no te he escrito, mi
querido hermano... ¡Examen despreciable! Me hizo demorarme
en escribiros, a ti, a papá y en ver a Iván Nikoláievich,1 ¿y cuál
fue el resultado? ¡Me suspendieron! ¡Qué horror! ¡Un año más,
un año suplementario! No me desesperaría de esta manera si no
supiera que fue una infamia, sólo una infamia aquello de lo que
he sido víctima; no lo lamentaría si las lágrimas de nuestro pobre
padre no me abrasaran el alma. Hasta este momento yo
no sabía qué significa el amor propio agraviado. Me hubiera
sonrojado si ese sentimiento se hubiera apoderado de mí... pero
¿sabes? Me gustaría destrozar el mundo entero de una sola
vez.. Perdí, maté tantos días antes del examen, enfermé, enflaquecí,
aprobé el examen espléndidamente, en toda la fuerza y la
extensión de esa palabra, y ¡me suspendieron!... Así lo quería un
profesor (de álgebra) con el cual me porté groseramente a lo largo
del año y que ahora tuvo la bajeza de recordármelo, explicándome
la razón por la cual no pasaba de año... De 10 puntos posibles,
tuve 9,5 y no pasé... Pero al diablo con todo esto... Si hay
que aguantar, aguanto... No voy a desperdiciar papel, pocas veces
converso contigo...
¡Amigo mío! Filosofas como un poeta. Y de la misma manera
irregular que el alma soporta la fuerza de la inspiración, de esa
misma manera es irregular e inexacta tu filosofía. Para conocer
más hay que sentir menos y a la inversa, es una regla irreflexiva,
un desvarío del corazón. ,Qué quieres decir con la palabra conocer?
Conocer ia naturaleza, el alma, a Dios, el amor... Todo esto
se conoce con el corazón y no con la inteligencia. Si fuéramos espíritus
viviríamos, flotaríamos en la esfera de ese pensamiento,
en la cual flota nuestra alma cuando quiere adivinarlo. Pero no
somos sino polvo, y aunque los hombres deben adivinar, no pueden
abarcar de pronto el pensamiento. La inteligencia es la guía
del pensamiento a través de la frágil envoltura hacia los componentes
del alma. La inteligencia es una facultad material... Por
el contrario el alma, o el espíritu, vive del pensamiento que le
susurra el corazón... El pensamiento nace en el alma. La inteligencia
es un instrumento, una máquina que funciona gracias al
fuego del alma... Además (segunda cláusula) la inteligencia del
hombre que se siente atraído por la ciencia actúa independientemente
del sentimiento, por lo tanto, del corazón. Pero si el objetivo
del conocimiento es el amor y la naturaleza, entonces se
abre un campo puro para el corazón. No voy a discutir contigo,
pero te diré que no estoy de acuerdo con tu opinión sobre la
poesía y la filosofía... No hay que suponer a la filosofía como un
simple problema matemático en donde la incógnita es la naturaleza...
Date cuenta de que el poeta, en un arranque de inspiración,
adivina a Dios, por lo tanto cumple con el designio de la
filosofía. Por lo tanto el éxtasis poético es un éxtasis filosófico...
¡Por lo tanto la filosofía es la poesía misma, sólo que en su grado
superlativo!... Es curioso que reflexiones en el espíritu de la
filosofía contemporánea. Cuántos de sus sistemas confusos han
nacido de cabezas inteligentes y fogosas; para obtener un resultado
concreto partiendo de este montón confuso habría que resumirlo
a una fórmula matemática. Esa es la regla de la filosofía
actual. Pero me he puesto a soñar demasiado contigo... Sin aceptar
tu inconsistente filosofía, acepto, no obstante, la existencia
de su inconsistente expresión, con la que no quiero fatigarte...
Hermano, es triste vivir sin esperanza... Miro hacia adelante
y el futuro me horroriza... Me muevo en una atmósfera fría, polar,
hasta la que no ha llegado ni un rayo de sol... Hace mucho
tiempo que no he experimentado los estallidos de la inspiración,
en cambio con frecuencia me encuentro en una situación tal
como, ¿recuerdas', el prisionero de Chillón tras la muerte de sus
hermanos en el calabozo... No me visitará el ave del paraíso de la
poesía, no calentará mi alma ahora fría... Dices que soy reservado;
pero también mis sueños de antaño me han abandonado, y
mis maravillosos arabescos, que alguna vez creé, han perdido su
baño de oro. Aquellos pensamientos que con sus rayos me encendían
el alma y el corazón, ahora han perdido su llama y su calor;
o mi corazón se ha vuelto insensible, o... me horroriza ir más
allá. Me resulta aterrador decir que todo el pasado no fue más que
un sueño dorado, ilusiones floridas...
Hermano, he leído tu poesía... Me arrancó algunas lágrimas
del alma y arrulló por algún tiempo mi alma con el murmullo
caluroso de los recuerdos. Dices que tienes una idea para un drama...
Me alegro... escríbelo... Oh, si te han privado hasta de las
últimas migajas del banquete del paraíso, ¿qué más podías hacer?...
Es una lástima que la semana pasada no haya podido ir a
ver a Iván Nikoláievich, ¡estaba enfermo! ¡Escucha! Me parece
que la gloria también contribuye a inspirar al poeta. Byron fue
un egoísta: su idea sobre la gloria era vana, fútil... Pero la sola
idea de que un alma pura, sublimemente bella, se desprenderá
de las cenizas para ir en pos de tu entusiasmo pasado, la idea de
que la inspiración iluminará -misteriosa, celeste- las páginas
sobre las cuales lloraste tú y llorará la posteridad, esta idea, creo,
penetra con precaución en el alma del poeta aun en los momentos
mismos de la creación. El grito vacío de la multitud es insignificante.
¡Ah! Ahora me han venido a la m ente dos versos de
Pushkin en los que habla de la multitud y del poeta:
Y (la multitud) esa/pe sobre el altar en donde arde tu fuego,
Y en 111 vivacidad infantil hace que se balancee tu trípode... *
,No es verdad que es maravilloso? Adiós. Tu amigo y hermano,
F. Dostoievski.
¡Ah! Escríbeme cuál es la idea principal de la obra de Chateubriand
Le Génit du Christiamsmt. Hace poco en El hijo de la
patria leí un artículo del crítico Nisard sobre Victor Hugo. Oh,
en cuán baja estima lo tienen los franceses. Cuán insignificantes
presenta Nisard sus dramas y sus novelas. Son injustos con él, y
Nisard (a pesar de ser un hombre inteligente), miente.' Y otra
cosa: escríbeme cuál es la idea principal de tu drama: estoy convencido
de que es excelente; aunque para madurar los personajes
de una obra de teatro no son suficientes diez años. Por lo menos
eso es lo que pienso. ¡Ah, hermano, cuánto me apena que no
tengas dinero! Las lágrimas acuden a mis ojos. ¿Habíamos estado
alguna vez así? Ah, a propósito, te felicito, querido mío, por
el día de tu santo y por tu reciente cumpleaños.
En tu poesía «Visión de la madre» no comprendo de qué extraño
contorno rodeaste el alma de la difunta. Ese carácter de
ultratumba no está resuelto. Pero en cambio los versos son buenos,
aunque en un lugar hay un yerro. No te enfades por las críticas. Escríbeme
con más frecuencia, yo también seré más ordenado.
Ah, pronto, muy pronto leeré los nuevos versos de Iván Nikoláievich.
¡Cuánta poesía! ¡Cuántas ideas geniales! Ah, también
me había olvidado de decirte: tú, creo, debes saber ya que
Smirdin está preparando el Panteón de nuestra Literatura en un
libro: los retratos de cien escritores y con cada retrato una obra
representativa de cada uno de ellos. E imagínate a Zótov (?!).
Y a Orlov (Alexandr Anfímovich) entre ellos.4 ¡Qué humor! Escucha,
envíame otra poesía. ¡Aquella era preciosa! Los Merkúlov
pronto se marcharán a Penza, si no es que se han marchado ya.
¡Me apena nuestro pobre padre! ¡Qué carácter más extraño!
¡Y cuánto ha sufrido! Es triste hasta las lágrimas, pero no hay
cómo consolarlo. -¿Y sabes? Papá desconoce absolutamente el
mundo: ha vivido en él cincuenta años y no ha modificado la
opinión que hace treinta años tenía de la gente. ¡Feliz ceguera!
Pero está muy decepcionado del mundo. Esto, me parece, es
nuestro sino común. -Adiós una vez más.
Tuyo.
1. Se traía de Iván Nikol.iievic li Sludlovski ( IH16-1872), amiKo de |uvenlud
de Dtrttoievtki (Sobre las rela< iones de Dostoievski con Shidlovski, ver la
ta n a del I d eeneri.de 1840.)
2. Cita del poema de A S. Pushkin A l poeta < I8M)).
i. En lil hiju Je l.i píllela de marzo-abril de 18 48, se publicaron lo* artículos
de lo» critico» iratueses I). Nisard sobre Lamartine y de G. Planche sobre
Huso. Los títulos de los artículos estaban uno junto al otro y eso hizo que
Dostoievski confundiera los nombres de los autores.
4. A. F. Smirdin editó tres tomos de Cien autores rusos (1839-1845). El primer
tomo fue publicado en 1839.
A. A. Orlov (m. 1840): autor de novelas pseudo-populares, que había sido
ridiculizado por la crítica de los años 30.
R. M. Zótov( 1795-1871): autor de novelas históricas y dramas, a quien el
crítico Belinski puso en ridículo.
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