Entre los poetas míos…
Allen Ginsberg
1926-1997
Poeta norteamericano, nacido en Paterson, New Jersey, el 3 de junio de 1926. Hijo de un maestro de escuela y una emigrada rusa, desde pequeño se manifestó rebelde a los valores y modos de vida estable-cidos. Inició estudios de Derecho que cambió por los de Lengua y Literatura Inglesa, cuya licenciatura obtuvo en la Universidad de Co-lumbia en Nueva York. Pionero de la generación beat de los años cincuenta, activista del Flower Power y del movimiento hippy, su voz fue la voz de vagabundos y marginados. Propugnó una literatura libre, el estudio de la filosofía oriental, la libertad sexual y el uso libre de droga. En 1956 publica Aullido y otros poemas, que le supone un jui-cio por obscenidad, a la par que eleva su popularidad, siendo muy conocida la frase inicial: “He visto a las mejores mentes de mi genera-ción destruidas por la locura”.
Viajó por Latinoamérica, la India y Europa, así como por todo el terri-torio de Estados Unidos. De estos viajes brotaron algunas de sus mejo-res obras.
Se opuso activamente a la guerra en Vietnam y apoyó todas las orga-nizaciones defensoras de la libertad de expresión. Fue arrestado en diversas ocasiones por encabezar marchas de protesta y participar en las luchas de su época, en defensa de los derechos sociales e indivi-duales. Fue un iconoclasta, sincero, directo, como su poesía. Ayudó a financiar la School of Disembodied Poetics de Jack Kerouac.
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También fue co-fundador junto al poeta francés Jean Jacques Lebel, de uno de los festivales de poesía más importante del mundo, cono-cido como Poliphonix.
En 1993 el Ministerio de Cultura de Francia le nombró Caballero de la Orden de las Artes y las Letras.
Sus poemas aparecen regularmente en muchas antologías y algunas universidades aún ofrecen cursos de la generación Ginsberg-Beat.
Tras una vida de lucha en pro de la libertad, la igualdad y la justicia, Allen murió en Nueva York en 1997, a los 71 años de edad.
Algunas de sus obras son:
Howl y otros poemas (1956)
Kaddish y otros poemas (1961)
Sandwiches de realidad (1963)
Las cartas de la ayahuasca (1963) - con William S. Burroughs
Noticias del planeta (1968)
Hadda Be Playing on the Jukebox
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América
América, te lo he dado todo y ahora no soy nada. América, dos dólares y veintisiete centavos. 17 de Enero de 1956. No aguanto mi propia mente. América, ¿Cuándo pondremos fin a la guerra entre seres humanos? Que te jodan a ti y a tu bomba atómica. No me siento bien, no me molestes. No pienso escribir este poema hasta que esté cuerdo. América, ¿Cuándo serás angelical? ¿Cuándo vas a desnudarte? ¿Cuándo vas a mirarte a través de la tumba? ¿Cuándo serás merecedora de tu millón de trotskistas? América, ¿Por qué están llenas de lágrimas tus bibliotecas? América, ¿Cuándo enviarás tus huevos a India? Estoy harto de tus absurdas exigencias. ¿Cuándo voy a poder ir al supermercado y comprar lo que necesite
con mi cara bonita? América, después de todo, somos tú y yo los que somos perfectos,
y no el otro mundo. Tu maquinaria es demasiado para mí. Me haces querer ser un santo. Debe haber otra manera de poner fin a esta discusión. Burroughs está en Tánger y no creo que vuelva. Sería demasiado
perverso. ¿Acaso tratas de ser perversa o es sólo una broma de mal gusto? Intentaré ir al grano. Rechazo renunciar a mi obsesión. América, deja de presionarme. Sé lo que estoy haciendo. América, las flores del ciruelo están cayendo. No he leído los periódicos durante meses, cada día alguien es juzgado
por asesinato. América, me solidarizo con los sindicalistas. América, cuando era niño era comunista y no me arrepiento. Fumo marihuana siempre que tengo la oportunidad. Me siento en mi casa durante días enteros contemplando las rosas
en el armario.
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Cuando voy al Barrio Chino me emborracho y nunca me acuesto
con nadie. Estoy convencido de que va a haber problemas. Me deberías haber visto leyendo a Marx. Mi psicoanalista cree que estoy perfectamente bien. No pienso rezar el Padrenuestro. Suelo tener visiones místicas y vibraciones cósmicas. América, aún no te he dicho nada sobre lo que le hiciste a Tío Max
cuando volvió de Rusia. Estoy hablando contigo. ¿O acaso vas a permitir que nuestra vida emocional sea dirigida por
la revista Time? Estoy obsesionado con la revista Time. La leo cada semana. Su portada me mira cada vez que giro la esquina
de la tienda de golosinas. La leo en el sótano de la biblioteca pública de Berkley. Siempre me habla sobre responsabilidad.
Los hombres de negocios son serios.
Los productores de películas son serios. Todo el mundo es serio menos yo. Y me da por pensar que yo soy América. Estoy hablando solo otra vez. Asia se alza contra mí. No tengo la más mínima opción. Será mejor que tenga en cuenta mis recursos nacionales. Mis recursos nacionales consisten en dos porros de marihuana, millo-nes de genitales, un literatura privada no publicable
que va a 1400 millas por hora y veinticinco mil sanatorios mentales. No digo nada sobre mis prisiones, ni sobre los millones
de desgraciados que viven en mis macetas
bajo la luz de quinientos soles. Ya he acabado con las casas de putas de Francia,
Tánger es la siguiente. Mi ambición es llegar a ser presidente a pesar de ser católico.
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América, ¿Cómo voy a escribir una santa letanía con tu mal humor? Continuaré, como Henry Ford, ya que mis estrofas son tan personas como sus coches. Más aún, son todas de diferentes sexos. América, te venderé estrofas a 2.500 dólares la pieza.
500 dólares de rebaja por tus estrofas viejas. América, libera a Tom Mooney. América, salva a los republicanos españoles. América, Sacco y Vanzetti no deben morir. América, yo también soy los chicos de Scottsboro. América, cuando tenía siete años mamá me llevaba a las reuniones de la Célula Comunista, nos vendían garbanzos,
un puñado por entrada, una entrada costaba un níquel
y los discursos eran gratis. Todo el mundo era amable y solidario con los trabajadores. ¡Todo era tan sincero! No te haces una idea de lo bueno
que era el partido en 1935. Scott Nearing era todo un gran anciano, un verdadero mensch. Madre Bloor me hizo llorar. Incluso una vez ví a Israel Amter
con mis propios ojos. Todo el mundo debe haber sido espía. América, en realidad tú no quieres la guerra. América, son ellos los rusos malos. Los rusos, los rusos y también los chinos. Y los rusos. Rusia quiere comernos vivos. El poder loco de Rusia.
Quiere sacar nuestros coches de nuestros garajes. Quiere llevarse Chicago. Necesita un Reader’s Digest Rojo.
Quiere tener nuestras fábricas de coches en Siberia.
Con su enorme burocracia controlando nuestras gasolineras. Y eso
no es bueno. Argh. Ellos enseñar a Indios a leer y necesitar grandes negratas.
Ah. Ella hacernos trabajar dieciséis horas al día. ¡Socorro! América, esto es algo bastante serio. América, esta es la impresión que te llevas al ver la televisión. América, ¿Son así las cosas?
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Mejor debería irme al trabajo.
Es verdad que no me quiero apuntar al ejército
o manejar un torno en fábricas de repuestos. De todos modos, soy miope y psicópata. América, trataré de arrimar mi hombro de maricón.
Enero, 1956
Fuente: El Ortiba
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Blues del Banco Mundial
Trabajo para el banco mundial, sí, sí, Mi sueldo eran cien mil de los verdes Conozco mi economía Harvard mejor que tú Nadie sabe que yo hago grandes planes A los líderes de Madagascar les enseño a bailar a leer estadísticas y usar calzoncillos a rayas Las estadísticas emocionales no son mi trabajo Hechos y números, no soy un atorrante pero silvicultura y agricultura son un gran error Este es nuestro plan para estabilizar tu moneda Comercio internacional ahora o después Sigue nuestro consejo lo agradecerás a tu creador ¿Qué tienes para exportar, qué materias primas? Monocultura, diamantes, café, cereales Véndelos en el mercado a las Multinacionales Imperiales Te prestaremos dinero para aumentar tu producción Páganos un interés anual, para tu propia seguridad ajústate el cinturón, no pondremos objeciones
Tira algunos pequeños principios mínimos el servicio de la deuda pago vuelve invencible el trato Hay que poner dólares pero tu moneda es canjeable Pon a la gente a trabajar la tierra del mercado mundial tala todos los bosques, tendrás dinero líquido o superautopistas rentables en lugar de selvas tropicales Con granjas agropecuarias puedes exportar carne Recorta servicios sociales y la ayuda a los pobres
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Afligida, la gente de la selva emigra a las ciudades Ajústate el cinturón vamos a dar un paseo por la costa La producción aumenta, los precios siguen bajando Madera en pasta carne en hamburguesa, café patasabajo Aumenta la producción paga tu deuda al Banco Mundial Al menos los intereses si es todo lo que puedes conseguir Despuebla el Amazonas, no nos has pagado todavía En una década devolverás todo el dinero como servicio de la deuda, porque lo principal, ¡ay! Te prestaremos más, pero no vendas caballo Medidas de austeridad, sueldos más bajos, Las aguas negras de la urbe son un terreno carnal Los autobuses acaban arruinados en los lindes de la ciudad corales y peces muertos residuos de las fábricas, Los indígenas le tomaron el gusto al dólar yanki Fondos de la banca suiza para dictadores en desgracia
La fauna muerta por la deuda de Costa Rica Flora desconocida en la desembocadura del Boca Chica Aves del Ecuador, ¿enfermas con los escapes tóxicos? Disturbios por las bolsas de arroz extranjero Arma a tu ejército de chicos con gases norteamericanos Pide dinero prestado para tu carrera de armas propia Familias trasladadas de las tierras fértiles a la selva La gente de la selva en chozas al abrigo de turistas ¿bancarrota de divisas para los puristas del libre mercado? Me acabo de retirar de mi empleo después de 20 años en el Banco Mundial Central con la banda del dinero asisto a las reuniones de AA no quiero morir idiota
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Trabajé en África, las Américas, Vietnam Bangkok también con los grandes del Banco Mundial Ahora estoy retirado y me importa un cuerno Camino por las calles de Washington solo de noche El trabajo que hice, ¿estuvo mal o bien? ¿Se cometieron graves errores sin que los vieran? No era el trabajo de un burócrata como yo comprobar el impacto de la política del Banco Mundial cuando la deuda daba frutos en el árbol del dinero mundial
Febrero de 1997
Versión de Ana Becciu De "Muerte y fama" Editorial Lumen, S.A. 2000
Fuente: http://amediavoz.com/ginsberg.htm
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Buena suerte
Tengo suerte de tener los cinco dedos en la mano derecha Suerte de hacer pipí sin que me duela mucho Suerte que los intestinos se muevan. Suerte, duermo de noche en una cama de capitán, siesta a media
tarde Suerte de pasear por First Avenue Suerte de ganar un par de cien mil al año cantando Eli Eli, escribiendo lo que se me pasa por la cabeza,
grabando garabatos primordiales, enseñando en un colegio
budista,
sacándole fotos con la Leica a la parada del bus por la ventana de mis
ojos
Oigo sirenas de ambulancias, huelo ajo y orín, pruebo nísperos y
lenguado, camino descalzo por el piso del loft, algo insensibilizadas las plantas
de los pies Suerte que puedo pensar y que el cielo puede nevar
8 de enero, 1997
Versión de Ana Becciu De "Muerte y fama" Editorial Lumen, S.A. 2000
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Campanas de diamante
«Luz clara y cuerpo ilusión son uno.»
Cuando oigo vibrar el centelleo de las campanas vacías me doy cuenta de que Napoleón tenía dedos en los pies Frankenstein un dedo gordo Hayagriva caballo cósmico un dedo gordo partido La Virgen María pies blancos se casó con José pies morenos, la inseminó
una blanca paloma transparente con tres dedos en los pies ¿Cuántos dedos tiene Dios? Nadie conoce los pies de Yavé ¿y los de Alá? Mahoma, proféticos diez Jesucristo bien que besó dedos humanos Sealo, el Muchacho Foca que tenía en los hombros manos aletas
con dos dedos podía fumar y escribir a máquina con los diez dedos
de los pies vendía inodorcitos blancos envueltos en papel higiénico, souvenirs
a un dólar Shelly diez puros dedos pálidos Michelangelo tuvo cinco dígitos por pie, Da Vinci trazó diez sobre
sus dos pies Los dedos de las moscas se quedan pegados en las telas de araña Las arañas deslizan sus pies veloces por las redes pegajosas pican las plantas, los dedos se enroscan Me golpeé el cuarto dedo de mi pie descalzo con la escalerita
una noche oscura de un viernes, pero aún se mueve
caminar sobre el barro con nieve es duro, duele la espalda John Madison tiene dedos de chocolate Hitler dedos naturales Buda diez dedos iluminados en sus pies descalzos Apoyar mi cráneo sobre almohadas nocturnas, descansar en el regazo
de Tara entre sus dedos suaves Lama Yab Yum sueña con 20 dedos Vacío billones de dedos innumerables Cuando los hombres envejecen se les ponen duras como marfil
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las uñas de los pies A los cenotafios les crecen uñas muertas Napoleón llevaba uñas del pie dentro de sus botas bien lustradas Las uñas de los pies del elefante chocan con los codos de las matas Así de vibrante es el centelleo de las campanas vacías
30 de diciembre, 1996, 12:55 a.m.
Versión de Ana Becciu De "Muerte y fama" Editorial Lumen, S.A. 2000
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