L1]«Perlesía» es parálisis.
[L2]29‑30 En el original: «chi a piu scellerato the collui, / che al giudicio divin passion porta?». Algunos comentaristas refieren estos versos no a los condenados, por adivinos, sino a los que, como Dante, se apenan de sus cuitas, con lo que podríamos traducir. «¿Quién es más criminal que fuera ése / que del juicio divino se apenara?»
[L3]Anfiareo, uno de los siete reyes que combatieron contra Tebas, había huido anteriormente de la lucha, pues sus dotes adivinatorias le hablan predicho que moriría en ella, hasta que se vio obligado a combatir de nuevo por la traición de su esposa Erifile (Purgatorio, XII). Fue entonces cuando la tierra se tragó su carro, provocando la burla de los tebanos (lo cuenta Estacio en Tebaida, VII).
[L4]Tiresias es el más conocido de los adivinos de la antigüedad, sobre todo por su participación en los episodios del ciclo tebano correspondiente a la historia de Edipo. Ovidio cuenta en Metamorfosis (III, 324‑31) que habiendo separado con su vara a dos serpientes que copulaban, fue convertido en mujer durante siete años, hasta que volvió a encontrar a la misma pareja de serpientes y las volvió a separar.
[L5]Aronte fue un arúspice etrusco llamado a Roma durante la guerra civil, y según Lucano (Farsalia, I) predijo la victoria de César.
[L6]Manto fue hija de Tiresias. Tras la caída de Tebas, para huir de Creonte, llevó una vida errante hasta aposentarse, como leemos, en el lugar sobre el que más tarde sería fundada Mantua, llamada así en honor suyo.
[L7]Los obispos de Trento, Verona y Brescia, cuyas sedes confluían en dicho sitio, sobre cuya exacta localización no se ponen de acuerdo los comentaristas.
[L8]Peschiera, fortaleza de Verona contra Bérgamo y Brescia en la orilla sur del lago de Garda, y junto a dicha ciudad nace el río Mincio.
[L9]Sin hacer ningún tipo de rito mágico, como era costumbre en la remota antigüedad. Según Virgilio (Eneida, X), su ciudad natal fue fundada por Ocno, hip del río Tiber y de la propia Manto.
[L10]95‑96 Piamonte dei Bonacolsi arrebató con engaños la señoría de Mantua a Alberto da Casoldi y gobernó la ciudad de 1272 a 1291.
[L11]Euripilo fue un adivino griego en la época en que todos los varones partieron a la guerra de Troya, y junto con Calcante aconsejó el momento propicio para que partiera la flota congregada en Aulide. El pasaje al que alude Virgilio es Eneida, II, ll3‑53.
[L12]ll6‑ll8 Miguel Escotto fue astrólogo de Federico II, al igual que Guido Bonati. Asdente de Parma era zapatero y adivino, y ya lo cita Dante con ironía en Cornvivium, IV‑XVI, 6.
[L13]Dante alude genéricamente a las brujas, muy perseguidas en su tiempo.
[L14]Todavía hay quien ve en las manchas de la luna la figura de un hombre cargado con un haz de leña. Hemos de suponer que nos encontramos a las seis de la mañana del nueve de abril.
CANTO XX
De
nueva pena he de escribir los versos
y
dar materia al vigésimo canto
de
la primer canción, que es de los reos. 3
Estaba
yo dispuesto totalmente
a
mirar en el fondo descubierto,
que
me bañaba de angustioso llanto; 6
por
el redondo valle vi a unas gentes
venir,
calladas y llorando, al paso
con
que en el mundo van las procesiones. 9
Cuando
bajé mi vista aún más a ellas,
vi
que estaban torcidas por completo
desde
el mentón al principio del pecho; 12
porque
vuelto a la espalda estaba el rostro,
y
tenían que andar hacia detrás,
pues
no podían ver hacia delante. 15
Por
la fuerza tal vez de perlesía 16[L1]
alguno
habrá en tal forma retorcido,
mas
no lo vi, ni creo esto que pase. 18
Si
Dios te deja, lector, coger fruto
de
tu lectura, piensa por ti mismo
si
podría tener el rostro seco, 21
cuando
vi ya de cerca nuestra imagen
tan
torcida, que el llanto de los ojos
les
bañaba las nalgas por la raja. 24
Lloraba
yo, apoyado en una roca
del
duro escollo, tal que dijo el guía:
«¿Es
que eres tú de aquellos insensatos?, 27
vive
aquí la piedad cuando está muerta:
¿Quién
es más criminal de lo que es ése 29[L2]
que
al designio divino se adelanta? 30
Alza
tu rostro y mira a quien la tierra 31[L3]
a
la vista de Tebas se tragó;
y
de allí le gritaban: “Dónde caes 33
Anfiareo?,
¿por qué la guerra dejas?”
Y
no dejó de rodar por el valle
hasta
Minos, que a todos los agarra. 36
Mira
cómo hizo pecho de su espalda:
pues
mucho quiso ver hacia adelante,
mira
hacia atrás y marcha reculando. 39
Mira
a Tiresias, que mudó de aspecto 40[L4]
al
hacerse mujer siendo varón
cambiándose
los miembros uno a uno; 42
y
después, golpear debía antes
las
unidas serpientes, con la vara,
que
sus viriles plumas recobrase. 45
Aronte
es quien al vientre se le acerca, 46[L5]
que
en los montes de Luni, que cultiva
el
carrarés que vive allí debajo, 48
tuvo
entre blancos mármoles la cueva
como
mansión; donde al mirar los astros
y
el mar, nada la vista le impedía. 51
Y
aquella que las tetas se recubre,
que
tú no ves, con trenzas desatadas,
y
todo el cuerpo cubre con su pelo, 54
fue
Manto, que corrió por muchas tierras; 55[L6]
y
luego se afincó donde naci,
por
lo que un poco quiero que me escuches: 57
Después
de que su padre hubiera muerto,
y
la ciudad de Baco esclavizada,
ella
gran tiempo anduvo por el mundo. 60
En
el norte de Italia se halla un lago,
al
pie del Alpe que ciñe Alemania
sobre
el Tirol, que Benago se llama. 63
Por
mil fuentes, y aún más, el Apenino
ente
Garda y Camónica se baña,
por
el agua estancada en dicho lago. 66
En
su medio hay un sitio, en que el trentino 67[L7]
pastor
y el de Verona, y el de Brescia,
si
ese camino hiciese, bendijera. 69
Se
halla Pesquiera, arnés hermoso y fuerte, 70[L8]
frontera
a bergamescos y brescianos,
en
la ribera que en el sur le cerca. 72
En
ese sitio se desborda todo
lo
que el Benago contener no puede,
y
entre verdes praderas se hace un río. 75
Tan
pronto como el agua aprisa corre,
no
ya Benago, mas Mencio se llama
hasta
Governo, donde cae al Po. 78
Tras
no mucho correr, encuentra un valle,
en
el cual se dilata y empantana;
y
en el estio se vuelve insalubre. 81
Pasando
por allí la virgen fiera,
vio
tierra en la mitad de aquel pantano,
sin
cultivo y desnuda de habitantes. 84
Allí,
para escapar de los humanos,
con
sus siervas quedóse a hacer sus artes,
y
vivió, y dejó allí su vano cuerpo. 87
Los
hombres luego que vivían cerca,
se
acogieron al sitio, que era fuerte,
pues
el pantano aquel lo rodeaba. 90
Fundaron
la ciudad sobre sus huesos;
y
por quien escogió primero el sitio,
Mantua,
sin otro augurio, la llamaron. 93[L9]
Sus
moradores fueron abundantes,
antes
que la torpeza de Casoldi, 95[L10]
de
Pinamonte engaño recibiese. 96
Esto
te advierto por si acaso oyeras
que
se fundó de otro modo mi patria,
que
a la verdad mentira alguna oculte.» 99
Y
yo: «Maestro, tus razonamientos
me
son tan ciertos y tan bien los creo,
que
apagados carbones son los otros. 102
Mas
dime, de la gente que camina,
si
ves alguna digna de noticia,
pues
sólo en eso mi mente se ocupa.» 105
Entonces
dijo: «Aquel que desde el rostro 106[L11]
la
barba ofrece por la espalda oscura,
fue,
cuando Grecia falta de varones 108
tanto,
que había apenas en las cunas
augur,
y con Calcante dio la orden
de
cortar en Aulide las amarras. 111
Se
llamaba Euripilo, y así canta
algún
pasaje de mi gran tragedia:
tú
bien lo sabes pues la sabes toda. 114
Aquel
otro en los flancos tan escaso,
Miguel
Escoto fue, quien en verdad 116[L12]
de
los mágicos fraudes supo el juego. 117
Mira
a Guido Bonatti, mira a Asdente,
que
haber tomado el cuero y el bramante
ahora
querría, mas tarde se acuerda; 120
Y
a las tristes que el huso abandonaron, 121[L13]
las
agujas y ruecas, por ser magas
y
hechiceras con hierbas y figuras. 123
Mas
ahora ven, que llega ya al confín
de
los dos hemisferios, y a las ondas
bajo
Sevilla, Caín con las zarzas, 126[L14]
y
la luna ayer noche estaba llena:
bien
lo recordarás, que no fue estorbo
alguna
vez en esa selva oscura.» 129
Así
me hablaba, y mientras caminábamos.
[L1]«Perlesía» es parálisis.
[L2]29‑30 En el original: «chi a piu scellerato the collui, / che al
giudicio divin passion porta?». Algunos comentaristas refieren estos versos no
a los condenados, por adivinos, sino a los que, como Dante, se apenan de sus
cuitas, con lo que podríamos traducir. «¿Quién es más criminal que fuera ése /
que del juicio divino se apenara?»
[L3]Anfiareo, uno de los siete reyes que combatieron contra Tebas, había
huido anteriormente de la lucha, pues sus dotes adivinatorias le hablan
predicho que moriría en ella, hasta que se vio obligado a combatir de nuevo por
la traición de su esposa Erifile
(Purgatorio, XII). Fue entonces cuando la tierra se tragó su carro,
provocando la burla de los tebanos (lo cuenta Estacio en Tebaida, VII).
[L4]Tiresias es el más conocido de los adivinos de la antigüedad, sobre
todo por su participación en los episodios del ciclo tebano correspondiente a
la historia de Edipo. Ovidio cuenta en Metamorfosis
(III, 324‑31) que habiendo separado con su vara a dos serpientes que copulaban,
fue convertido en mujer durante siete años, hasta que volvió a encontrar a la
misma pareja de serpientes y las volvió a separar.
[L5]Aronte fue un arúspice etrusco llamado a Roma durante la guerra civil,
y según Lucano (Farsalia, I) predijo
la victoria de César.
[L6]Manto fue hija de Tiresias. Tras la caída de Tebas, para huir de
Creonte, llevó una vida errante hasta aposentarse, como leemos, en el lugar
sobre el que más tarde sería fundada Mantua, llamada así en honor suyo.
[L7]Los obispos de Trento, Verona y Brescia, cuyas sedes confluían en dicho
sitio, sobre cuya exacta localización no se ponen de acuerdo los comentaristas.
[L8]Peschiera, fortaleza de Verona contra Bérgamo y Brescia en la orilla
sur del lago de Garda, y junto a dicha ciudad nace el río Mincio.
[L9]Sin hacer ningún tipo de rito mágico, como era costumbre en la remota
antigüedad. Según Virgilio (Eneida,
X), su ciudad natal fue fundada por Ocno, hip del río Tiber y de la propia
Manto.
[L10]95‑96 Piamonte dei Bonacolsi arrebató con engaños la señoría de Mantua
a Alberto da Casoldi y gobernó la ciudad de 1272 a 1291.
[L11]Euripilo fue un adivino griego en la época en que todos los varones partieron
a la guerra de Troya, y junto con Calcante aconsejó el momento propicio para
que partiera la flota congregada en Aulide. El pasaje al que alude Virgilio es Eneida, II, ll3‑53.
[L12]ll6‑ll8 Miguel Escotto fue astrólogo de Federico II, al igual que Guido
Bonati. Asdente de Parma era zapatero y adivino, y ya lo cita Dante con ironía
en Cornvivium, IV‑XVI, 6.
[L13]Dante alude genéricamente a las brujas, muy perseguidas en su tiempo.
[L14]Todavía hay quien ve en las manchas de la luna la figura de un hombre
cargado con un haz de leña. Hemos de suponer que nos encontramos a las seis de
la mañana del nueve de abril.
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