jueves, 31 de diciembre de 2020

(Fragmento. Novela. "Principios Nocturnos" III-Premio Nacional de Narrativa Alberto Cañas 2020).



(Fragmento. Novela. "Principios Nocturnos" III-Premio Nacional de Narrativa Alberto Cañas).
"En ocasiones, al emprender mis labores en la Rutland-Hall de Argentina y, se comenzaban a filtrar las sombras crepusculares como las finas sedas de un cortinaje negro y, escuchaba el reloj de péndulo en mi habitación y ya despierto, no podía dejar de meditar que, aquellos mis sirvientes a los pocos minutos de enterarse que me hallaba en el salón de la Rutland-Hall; empezarían sus recorridos de un lado para el otro.
Me imaginaba a mis servidores sin hablar, furtivos se desplazarían de salón en salón porque, nadie deseaba perturbar mis inicios vespertinos con ruidos innecesarios.
En oportunidades me parecía observarlos en mis primeras caminatas de la tarde y, por los diferentes pasadizos como sombras veloces y de seda que, en fuga solo acariciaban el aire apenas respirable de la mansión.
Un quietismo agónico y delirante consumía aquellos minutos crepusculares.
En esos primeros momentos los demonios no me hablaban, en un ritual esperaban que yo me posesionara en mi sillón preferido y encendida una lámpara de pie, iban apareciendo en un orden y protocolo establecido... y aquel aliento frío y de sombras desaparecía por completo.
Pero, esta sensación... ese letargo, esa agonía del inicio de todos los días-vespertinos, esa abulia –si se le puede llamar así- fraguaba el terror de lo insospechado, de lo no-conocido por mortal alguno: una danza demoníaca estaba ahí aunque, no lo quisiera aceptar. Lo maravilloso y armónico de una vida de luces en un teatro se encendían ante el público pero, puertas adentro lo apoteósico se volvía en una lenta agonía del temor a lo desconocido: ¿me condenaría? ¿Podría cumplir con el Pacto?"

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