sábado, 22 de abril de 2017

(Fragmento inédito. Novela: PRINCIPIOS NOCTURNOS).


(Fragmento inédito.  Novela: PRINCIPIOS NOCTURNOS). J. Méndez Limbrick.

"Confieso que el bastón vibró con poca fuerza en el tiempo que estuvimos en la embajada. El Literómetro hacía una labor excepcional pero muy discreta. Su débil vibrato me confirmaba lo hablado con Belfegor. Es cierto que no podía, en medio de las presentaciones de escritores, académicos, poetas, preguntar a Belfegor de quiénes se trataban aquellas personas en verdad y por qué no vibraba el bastón aunque aquellos escritores se pavoneaban como si ya la semana siguiente fueran a ser los ganadores de los Premios Cervantes o del Nobel de Literatura. No fue sino que, llegando a la Rutland-Hall de Barrio Amón y estando ambos en el scriptorium, Belfegor preguntó:
–Su señoría, espero que el Literómetro le haya servido. Porque en verdad es un Literómetro y no un bastón. Finge ser bastón pero es un Literómetro. Digo que “finge” porque está vivo. Posee forma de bastón pero es un ser pensante, viviente, su alimento es la literatura. Basta con ponerlo en un grupo de libros y de inmediato absorbe sus conocimientos. ¡No creo que nadie sepa tanto de Literatura en el mundo como este ser excepcional, de este espíritu encerrado en el bastón y que yo le he llamado Literómetro! Ha estado conmigo desde siglos atrás leyendo y leyendo. Desde que me otorgaron el título de Belfegor el Retórico, ha estado conmigo, juntos hemos recorrido la Historia Literaria Universal –aseguró Belfegor. Hizo una pausa y agregó–: Es un demonio menor porque su verdadera y única función es esa: la lectura, atrapar el Conocimiento Literario, no más. De ahí que sea un demonio menor porque la verdadera labor demoníaca –el de tentar a los hombres– no está en él. Es decir... su función cardinal es dar testimonio de cuanta persona se acerca y declararla como un verdadero escritor o por el contrario, desenmascararla y desenmascarar su literatura como una pobre literatura, jejeje. Y vive allí... en ese bastón...no puede hablar, no puede salir, confinado eternamente a su espacio de madera y plata, jejeje. Cómo se dio esa situación y su confinamiento en el Literómetro... su señor... recuérdeme más adelante que le cuente la historia, hoy no pero recuérdeme que le narre esta historia, es una historia bastante curiosa, jejeje. –Y Belfegor por segunda o tercera vez dejó de hablar. Yo no dije ni comenté nada a la extraña historia que a medias me contaba del Literómetro. Sentía una extraña sensación a las últimas palabras de Belfegor y la historia del Literómetro y su condena a un espacio físico tan reducido. Agregó Belfegor con burla–: ¡Espero que el hormigueo de la mano y por el vibrato del Literómetro se le haya terminado jejeje!
Pues a decir verdad vibró con mezquindad, se mantuvo con una gran calma, pasivo, inerte, estático, yacente.
No dejé de pensar en las últimas palabras de Belfegor. Sentía un enorme respeto cuando me aseguró que el Literómetro no era un simple bastón vibratorio sino que dentro de él existía vida, la vida de un demonio".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog

Un cuervo llamado Bertolino Fragmento Novela EL HACEDOR DE SOMBRAS

  Un cuervo llamado Bertolino A la semana exacta de heredar el anillo con la piedra púrpura, me dirigí a la Torre de los Cuervos. No lo hací...

Páginas