lunes, 6 de junio de 2016

Creatividad y enfermedad en Freud y Thomas Mann. Óscar Espinosa Restrepo. SEGUNDA PARTE.


Creatividad y enfermedad en Freud y Thomas Mann.
Óscar Espinosa Restrepo. SEGUNDA PARTE.

En Un recuerdo infantil de Leonardo
da Vinci Freud demostró que la libertad
de Leonardo tuvo que ver con la intensa
necesidad de saber que devoraba su mente
y hasta le impedía terminar sus obras
,puesconstantemente se veía impelido a
nuevas y nuevas búsquedas, no por ligero
o inconstante sino por el contrario por
una gran riqueza de posibilidades , todas
muy profundas , entre las que vacila la
elección del artista en una incoercible aspiración
de perfección ideal. Dicha aspiración
lo hacía indiferente al bien y al mal
e incluso a toda tentación carnal.
La clave de la que parte Freud en su
análisis para resolver el enigma de
Leonardo es un aforismo que aparece en
sus escritos : " nessune cosa si puó amare
ne odiare , se prima non si ha cognition
di quella " . Leonardo es pues una especie
de Doctor Fausto en contravía pues el
personaje de la leyenda que retoma
Goethe para su genial drama es el sabio
que anhela revertir diabólicamente el saber
en libido , mientras que Leonardo ,
al igual que el doctor Faustus de Mann ,
es el paradigma de la conversión de la
libido en ansia de saber, conversión que
de paso transforma la vida en obra.
Sabemos que tales transformaciones
de la potencia instintiva en actividades
creadoras no son realizables sin una pérdida
; el amor no se puede aplazar hasta
después del conocimiento sin que el conocimiento
sustituya al amor. Esto es lo
que plantea Th. Mann en la elaboración
de protagonistas que encarnan creadores
desde Tonio Kroger hasta el Doctor
Faustus e igualmente en sus estudios de
los grandes y amados escritores recogidos
en el volumen El artista y la sociedad
( Guadarrama 1975 ) .Es algo siempre actual
que se rescata del melodrama del
genio loco , de moda en las postrimerías
del romanticismo.
La lucidez de Freud nos revela el proceso
mismo mediante el cual una pasión
perturba otra, el proceso que en Leonardo
permite que la mente del investigador paralice
la mano del pintor; se trata de una
desviación dela libido , quel se concentra
en el acontecer físico del mundo con un
poder de observación y una curiosidad
frente a la naturaleza que inevitablemente
debemos considerar ligada a la investigación
sexual infantil, la cual en vez de
sucumbir ante el fracaso como en la mayoría
de los niños , escapa a la represión,
sublimándose desde un principio en necesidad
imperiosa de conocimiento. La
pulsión originalmente poderosa de por sí
, en vez de ser reprimida, sufre un incremento
. En el caso particular de Leonardo
la curiosidad sexual infantilpudo llegar a
convertirse en un verdadero sustitutivo
de la actividad sexual, mas por efecto de
la completa diferencia de los procesos
psíquicos desarrollados - sublimación en
lugar de retorno desde lo reprimido- el
instinto puede actuar libremente transformado
en pura actividad intelectual tanto
cognoscitiva como creadoraen el arte y en
la invención de posibles o fantásticas
máquinas para 1 paz y la guerra.
En la solución freudiana el genio es
portador de una lucidez y de una anticipación
que la sociedad no soporta en su
seno y califica de locura , esta locura no
es por lo tanto el origen de la creatividad
sino una categorización social, que puede
llegar a considerar como un crimen el
pensamiento . No en vano el psicoanálisis
surge cuando Freud encuentra el funcionamiento
normal del psiquismo
estudiando la psicopatología y borra la
frontera entre ésta y la psicología. A partir
de ahí las distinciones morales
entresalud y enfermedad no son pertinentes.
Y es Th. Mann quien se convierte en
el defensor de Freud cuando su visión es
calificada de irracionalista ; proclamó que
Freud era el enemigo número uno del
irracionalismo, puesto que su pensamiento
lo explica , no lo promueve, lo disuelve
, no lo extiende , y pretende reducir
suinfluencia en la conducta humana hasta
donde sea humanamente posible. Allí
donde ello estaba he de advenir yo , es la
consigna que hace estallar los mitos adorados
por Hitler . No sin razón dijo un
día Th. Mann que la furia con que Hitler
se apoderó de Viena tenía como blanco
principal a S. Freud , quien podía considerarse
como su enemigo personal.
El debate interior que exalta la prosa
de Th. Mann entre el irracionalismo del
' pathos post-romántico y la lucidez
freudiana, que también es fruto tardío del
romanticismo alemán, es un debate entre
la "genialidad demoníaca " y la "voluntad
de poder " , o poder sobre sí mismo
convertido en saber o pensamiento.
Aquícabe desstacar en Mann la crítica de
la pseudo neutralidad científica que pretende
definir la enfermedad sólo desde
el enfoque mezquinamente biológico y
médico. Por consiguiente también la salud
es algo que se sale de las manos del
poder médico contemporáneo y de la concepción
recreativa de la vida y se inscribe
como gravedad de la existencia, en lucha
ardua contra todo lo que la amenaza interiormente.
Antes del nazismo , durante su tiranía
y después de su derrumbe, Mann denunció
en sus escritos laglorificación de
la salud médica como una idea bárbara
de la cual no es raro que se desprendan
cultosracistas y sistemas totalitarios de
control de la individualidad .
El mejor aliado que tuvo Mann en su
esfuerzo por separar la paja del
irracionalismo del grano de la verdad psíquica
, de la verdad del inconsciente, fue
Freud. Después de Freud todo dilema entre
biología y trascendencia es falso puesto
que sus descubrimientos establecieron
firmemente la unidad de cuerpo yespíritu
y develaron la compleja integración que
involucra la enfermedad y la salud en lo
espiritual humano.
Thomas Mann con Freud aprendió a
sopesar diferencia cualitativas con diferencias
cuantitativas , al igualque Hans
Castorp , el protagonista de La Montaña Mágica ,
aprendió de su estada en el sanatorio
y de su observación personal que
los enfermos del Berghof no eran sólo tísicos
y que lo que sucedía en sus
pulmonestenía sentido y no sólo causas ,
porque hay transmutaciones perpetuas y
de doble vía entre organismo ymente .
Treinta años después en el Doctor Faustus
se afirma que " es necesario admitir una
cierta fuerzamilagrosa y naturalmente
emanada del alma, una facultad de acción
sobre lo orgánico y lo corporal apta a
condicionarlos y modificarlos ." Th.
Mann le da al inconsciente freudiano la
dimensión de un "daimón " que en el sentido
griego es el inspirador que abre las
compuertas detrás de las cuales el hombre
mantiene retenido el conocimiento
profundo en arte, literatura y filosofía .
Pero TH. Mann como todo gran
creador , como aquellos creadores de su
permanente referencia , se mueve en sus
invenciones en terrenos simbólicos y no
sólo en lo puramente imaginario . Así en
la trama del Doctor Faustus queda claramente
establecido que b hetaira
contagiante es un instrumento de la vocación
de Adrian Leverkhun , el músico
faústico , por lo más extremo de las posibilidades
espirituales de la carne ; la prostituta
no es la seductora, ella apenas había
insinuado una caricia , leve como el posarse
de una mariposa sobre lafrente del
músico, y tímida de admiración y de respeto;
el seductor es el artista que premedita
largamente un nuevo encuentro ,
desprecia la advertencia amorosa de la
joven sobre el peligro que ofrece su cuerpo
y haciendo gala del orgullo " más cerebral
" asume el contagio como un pacto
que le forzará a canalizar toda su libido
hacia la meta de un trabajo creador capaz
de dar cuenta del destino humano. Se trata
de unaespiritualidad orgullosa que solo
acepta un ascenso desde el infierno mediante
un sí nietzcheano al instinto .
Es una lucidez helada capaz de mirar
a la cara sus orígenes diabólicamente carnales
; con ella T. Mann denuncia a la cultura
alemana , por haber caído en
complicidad con la barbarie debido a las
mentiras quealimentaban su soberbia.
Adrian no es pues simplemente un per-
sonaje imaginado ,es un símbolo que relaciona
la crisis del arte con la crisis de la
civilización industrial que llega a su fin
engendrando infiernos solo aparentemente
contrapuestos entre el comunismo y el
neoliberalismo . El narrador de la obra no
deja duda de que la cultura alemana ,
Freud lo afirmó de toda cultura, ha ido
dejando espacios a la barbarie, que siempre
está lista para aprovecharlos, irguiéndose
entre los escombros de las utopías
y de las ilusiones humanistas. La única
defensa es enfrentar la verdad, aceptar la
libertad de reconocer los orígenes
irracionales de la razón, los sueños
goyescos de la razón. Es necesario el saber
freudiano que previene contra las reconciliaciones
absolutas de lo instintivo
con lo espiritual humano , o mejor , con
la espiritualidad potencial del pedazo
denaturaleza que es el hombre. Este reconocimiento
de Leverkhun está muy cerca
del Malestar en la Cultura de Freud .
Para concluir : jamás la obra creada
ha sido fruto de generación espontánea.
Está hecha de trabajo artístico en pos de
la apariencia y de la elaboración de la pregunta
por el estado actual de nuestra conciencia
, por nuestro sentido de la verdad
, por la legitimidad de su relación con
lo incierto y problemático. La obra
tambiénpregunta por el estado de desarmonía
de nuestras actuales condiciones
sociales y cuestiona si toda apariencia no
ha devenido hoy una mentira. El arte quiere
dejar de ser juego y apariencia y acceder
alconocimiento lúcido, aspira a un
sometimiento liberador, valga la paradoja,
a la escritura rigurosa que sería
la"expresión no disfrazada del dolor en
el instante mismo de su realidad " ; este
arte conocimiento quiere con Freud enfrentar
las pulsiones y no solamente los
humores, los afectos , es decir enfrentar
una realidad trágica.
T. Mann terminó por darle la razón
plena a Freud en su concepción seriamente
demistificadora de la cultura ; Freud
llegó a ser para él en su madurez lo que
Schopenhauer en su juventud : su educador
. El psicoanálisis ya no es la psicología
de la noche y de la muerte que nos
presenta en La Montaña Mágica , sino un
punto de amarre del saber que se afirmará
cada nuevo día en su trabajo de novelista
y ensayista , trabajo que sitúa a T.
Mann en la exigencia freudiana de " advenir
ahí donde ello estaba ". En síntesis
: al final de su vida Mann nos incita a escuchar
el reclamo exigente de Freud al final
de la suya : " sed sobrios y vigilad ".

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