martes, 31 de mayo de 2016

THOMAS MANN. LA MONTAÑA MÁGICA.LECTURAS-FRAGMENTOS.


THOMAS MANN. LA MONTAÑA MÁGICA. PÁGINAS 269-270.
"La imagen de la señora Chauchat había flotado ante los ojos del joven cuando, despierto en la madrugada, había contemplado la habitación que se iba desvelando lentamente, o por la tarde, en el crepúsculo que moría. A la misma hora en que Settembrini, encendiendo súbitamente la luz, había entrado en la habitación, ella flotaba completamente distinta, y por esta causa la llegada del humanista había hecho ruborizarse a Hans Castorp.
Durante las diferentes horas del día, había pensado en la boca de la bella mujer, en sus pómulos, en sus ojos, cuyo color, forma y posición le conmovían, en sus hombros lánguidos, en la postura de su cabeza, en la vértebra cervical, en el escote de la nuca, en los brazos tan transfigurados por la fina gasa, y esas horas habían transcurrido sin sentir, y por eso nosotros hemos tomado parte en la inquietud de su conciencia, mezclada en la espantosa fidelidad de esas imágenes y visiones. Pues un recelo, una verdadera angustia se mezclaba en eso, una esperanza que se perdía en el infinito y la aventura, en la alegría y el miedo; que no tenía nombre, pero que a veces comprimía tan bruscamente el corazón del joven —su corazón en el propio sentido fisiológico— que se llevaba una mano a la región de ese órgano, la otra a la frente en forma de visera por encima de sus ojos y murmuraba:
—¡Dios mío!
Detrás de su frente había pensamientos y semipensamientos y eran éstos los que prestaban a las imágenes su dulzura exagerada, refiriéndose a la languidez y la falta de comedimiento de madame Chauchat, a su enfermedad, al relieve y a la importancia aumentada que la enfermedad daba a su cuerpo, al atractivo carnal que prestaba a su ser. Y Hans Castorp, por decisión de esa facultad, iba a participar en este mal, y por eso comprendía la libertad con que la señora Chauchat al volverse y sonreír desafiaba a las conveniencias sociales, según las cuales estaban obligados a ignorarse como si los dos no fuesen seres sociales".

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