lunes, 9 de noviembre de 2015

Las alegres comadres de Windsor. Comedia. William Shakespeare.


The Merry Wives of Windsor, 1599
Grandes comedias
También traducida como “Las alegres casadas de Windsor”. Reaparece como protagonista Sir John Falstaff, elemento cómico (y sabio) en Enrique IV. Por lo tanto, se puede considerar un spin-off o derivaje de su predecesora. Una leyenda atribuye a la reina Isabel el encargo de escribirla. Algunos de sus pasajes están basados en Il pecorone (El bobo), libro de relatos de finales del siglo XIV escrito por Giovanni Fiorentino, un imitador de Boccaccio y su Decamerón.
Comienza con la trama secundaria, cuando el juez Shallow (que ya figuraba, como algunos otros personajes, en Enrique IV) quiere concertar la boda de su sobrino Slender con una bella dama llamada Ana Page, cuyo padre está de acuerdo. Falstaff, por su parte, urde cortejar a dos señoras, la de Ford y la de Page (madre de Ana), para manejar sus fortunas. Las dos mujeres están casadas, y los lacayos insatisfechos de Falstaff avisan a sus respectivos maridos. Éste es el arranque de la trama principal, protagonizada por esas dos damas, que dan título a la obra.
Ana Page tiene, además de Slender, otros dos pretendientes: el médico Doctor Caius, favorito de la madre, y el joven caballero Fenton, al que Ana prefiere.
Las dos comadres reciben cartas idénticas de Falstaff, se las muestran entre sí, y planean vengarse fingiendo que aceptan su amor, y sin contárselo a sus maridos. Page se fía completamente de su mujer, pero Ford maquina interrogar a Falstaff con una identidad falsa. Mistress Quickly, la sirvienta del Doctor Caius y confidente de Ana, actúa de alcahueta para las esposas, y cita a Falstaff con la señora Ford, añadiendo que la señora Page también está enamorada de él.
Ford, bajo otro nombre, habla con Falstaff en su domicilio, la posada de la Jarretera. Le dice que pretende a la señora Ford y entrega dinero a Falstaff para que la corteje y así demostrar que no es fiel. Falstaff le confiesa que esa misma noche tiene cita con ella y él cree que su mujer lo engaña. Pero las dos señoras pueden llevar a efecto su plan antes de que el celoso Ford llegue a su casa con testigos, y sacan a Falstaff mediante dos criados en una cesta de ropa sucia, que tienen el encargo de arrojar al Támesis.
Las comadres preparan un nuevo escarmiento para Falstaff y la señora Ford concierta una cita con él de nuevo. Ford (en su peronalidad falsa) vuelve a entrevistarse con Falstaff a la mañana siguiente, y éste le cuenta todo lo ocurrido, añadiendo de su cosecha que estuvo besándose con la señora Ford. Se repite el enredo, ésta vez con la variante de la canasta sin Falstaff y su salida de la casa vestido de mujer y duramente apaleado por Ford, que cree que es una vieja alcahueta a la que odia.
Pero ahí no acaban las tretas de las dos protagonistas. Cuentan todo a sus maridos y vuelven a citar a Falstaff, esta vez disfrazado y en el bosque, para tenderle una trampa consistente en pincharle y quemarle mediante varios personajes disfrazados de reina de las hadas (Ana page), duendes (varios niños) y otros seres de la noche. Ana recibe el encargo de su padre de vestirse de blanco para que sea raptada por Slender, y de su madre de vestirse de verde para serlo por Caius. Les ha dicho a los dos que sí, mintiéndoles, y ha informado de todo a su prometido Fenton, que también tiene un plan para irse con ella y casarse.
En la refriega del bosque (donde Falstaff recibe su escarmiento final), Slender se lleva a un hada blanca y Caius a un hada verde; las dos resultan ser muchachos disfrazados. Ana y Fenton vuelven casados, y sus padres aceptan.
Una comedia, parece ser, escrita al gusto de la época, que tiene momentos graciosos pero que tampoco es nada del otro mundo. Resulta a veces ciertamente enrevesada, aunque tendremos en cuenta que al estar llena de juegos de palabras intraducibles, pierde carga humorística. Los estudiosos dicen que este Falstaff no tiene nada que ver con el de Enrique IV (y cuya muerte se narra en Enrique V), porque allí su personaje era poliédrico, sabio, hondo. Aquí comparece un Falstaff víctima de un agravio tras otro, que no actúa con la gracia del otro, ni defiende con aquel verbo certero su dignidad.
Parte de su texto reaparece en la película de Welles Campanadas a medianoche (ver Enrique IV); y en 2003 Leila Hipólito hizo en Brasil su película As alegres comadres, que adapta la obra. También se han escrito varias óperas basadas en esta comedia, como Falstaff (1893), de Giusseppe Verdi.

Fuente:
Antonio Tausiet.

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