MARI FLOR AGUILAR RIVERO TEORÍA DE LA IDEOLOGÍA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 1984 DR © 1984, Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad Universitaria. 04510 México, D. F.
Dirección General de Publicaciones, Impreso y hecho en México, ISBN 968-837-300-
1 Cuando en 1973 tuvimos la oportunidad de leer una edición colombiana del ensayo “Ideología y Aparatos Ideológicos del Estado” 1 (Ensayo) no eran tantos los problemas teóricos relacionados con la ideología. Entonces no comprendíamos en forma cabal el significado teórico y político de este texto para la coyuntura política francesa y mucho menos para regiones fuera de Francia. Hoy lo sospechamos. La intervención de Althusser tenía que ver directamente con una desesperación política. El movimiento político francés de mayo y junio del 68 repercutió considerablemente en la teoría política marxista, en particular en el desarrollo del pensamiento althusseriano.
Las viejas preocupaciones teóricas de Althusser acerca de la cientificidad del marxismo quedaron relativamente desplazadas. La rea parición de masas revolucionarias enfrentadas al Estado planteó nuevas formas de articulación de la teoría marxista con la práctica de la clase obrera. La materialidad de los hechos mostraba que el éxito de movimientos políticos del tipo de 68 no dependía solamente de la recuperación del núcleo científico de la teoría marxista, sino también de la comprensión del funcionamiento de la maquinaria estatal que logra “resistir” (Gramsci) las crisis económicas y el cuestionamiento de movimientos políticos de masas.
De ahí que aquel texto de Althusser sorprendiera en general por el cambio de tono que representaba respecto de textos suyos anteriores. En él, también, Althusser mostraba su sorpresa ante la eficacia del mecanismo del funcionamiento ideológico que logra ligar a los hombres con sus prácticas de manera consciente y voluntaria hasta el punto de que ellos mismos “marchen solos” en la realización de sus actividades y, por ello, en la reproducción de las relaciones sociales de producción. Esta realidad pasmosa, Althusser la liga con la especificidad de la ideología, a la cual considera imaginaria (en el sentido psicoanalí- tico) y, por tanto, incidiendo directamente en la parte del inconsciente individual que tiene que ver con las identificaciones con el exterior.
Para Althusser, la ideología es un conjunto de normas- imágenes en las cuales los individuos se reconocen y se comportan 1 Ediciones Oveja Negra. de manera que corresponda con esas imágenes. Esta concepción de la ideología se extiende a todas las sociedades —de dase o no— y a todos los individuos (sujetos ideológicos). Esta concepción de la ideología combate las teorías según las cuales la ideología es una concepción falsa de la realidad o sólo un conjunto de creencias o ideas; no excluye, sin embargo, la posibilidad de pensar las ideologías de clase, lo que hace es sugerir un tipo de análisis diferente, que parta no de las ideas de los individuos, de los discursos que expresan o de lo que dicen que corresponde a su conciencia, sino de sus prácticas reales.
La lucha ideológica se postula, así, no como un combate entre ideas u opiniones, sino como un combate en el que se trata de modificar las fuentes generadoras de imágenes normativas de las prácticas diversas. La tesis acerca de la ideología según la cual ésta son prácticas organizadas en torno de imágenes normativas, polemizaba con las concepciones clásicas de la ideología, en especial con la sostenida en La ideología alemana, según la cual la ideología era la conciencia falsa de los hombres generada por la división social del trabajo, necesaria en las sociedades de clase. Con esta tesis se eliminaba la posibilidad de pensar la ideología como una instancia necesaria de la conformación de toda estructura social y como el lugar en el que los grupos sociales dominados se representan sus condiciones reales de existencia. De ahí que consideremos importante la crítica que lleva a cabo Althusser a los planteamientos acerca de la ideología en La ideología alemana. De ahí, también, que en la segunda parte de este trabajo analicemos con detenimiento este texto para encontrar los fundamentos de la crítica althusseriana. Pero para aceptar la propuesta de Althusser de conceptuar a la ideología como conjunto de prácticas, no basta con revisar el texto de Marx. Althusser propone dicha tesis después de un largo e importante trabajo teórico en el cual se había referido a la ideología de muchas otras maneras. Había, pues, que saldar cuentas con el propio Althusser para que la nueva propuesta quedara libre de la “culpa” de un pasado teoricista.
Una vez llevado a cabo este trabajo de contex- tuación teórica (que realizamos en la cuarta parte de este trabajo), pasamos entonces a desarrollar algunas implicaciones que sugieren las tesis que Althusser anuncia en el Ensayo que nos interesa. Nuestra lectura del Ensayo no es ingenua. En él se pueden encontrar tesis acerca de la teoría del Estado, de la teoría de la estructura social, del partido, etcétera. Lo que nosotros buscamos en él son, sobre todo, las tesis que sugieren una manera de desarrollar una teoría materialista de la subjetividad o, en otras palabras, una teoría materialista del sujeto ideológico.
Por este motivo, y siguiendo las indicaciones del propio Althusser, recurrimos en un momento dado a la exposición de algunos aspectos de la teoría psicoanalítica lacaniana, sin perder de vista el carácter conflictual de la articulación de ambas teorías —la marxista y la psicoanalítica. Quiero expresar públicamente mi gratitud a mis amigos: Estela Maldonado, Cesáreo Morales, Luis Salazar y Eugenio Palomo, quienes tuvieron la paciencia de leer total o parcialmente este trabajo, y cuyas sugerencias, correcciones y críticas me fueron de gran utilidad. Pero, sobre todo, reconozco el estímulo amistoso que me ofrecieron para seguir adelante en cada una de las etapas de elaboración del trabajo, el cual me fue indispensable para continuar hasta el final.

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