Método para experimentar con Chejov y otros 49 genios de la literatura alba Razones de este método de eficacia comprobada para narradores y poetas Quiero sacar de ti tu mejor tú. Pedro Salinas «Imitar a tu manera» un texto de un escritor que te atrape es un valioso modo de sacar a la luz el libro que ya existe en ti, como decía Proust. Por lo tanto, doy cuenta aquí de esa manera.
Unos la llaman «influencia»; otros, «inspiración»; otros, «identificación»; otros, «parodia»; para otros es el tan temerario «plagio». Como verás, puedes realizar la práctica con distintos propósitos y en distintas direcciones. Se aprende a escribir y a reescribir leyendo, consulta tus dudas leyendo entre líneas, a tus escritores admirados, no para detenerte en el tema, sino en como escriben ese tema; no para imitarlos, sino para constatar aciertos. Y verás en los capítulos de este libro que también ellos aprendieron así.
A mis nueve o diez años, leía escondida debajo de la mesa del salón o detrás de los enormes cortinados de cretona que enmarcaban las cortinas de voile. Cuando era yo la que ocupaba la carroza de la protagonista, me iba al patio trasero de la casa y en un cuaderno de contabilidad de los que utilizaba mi padre continuaba la historia protagonizada por mi. Habrás reparado en que los consagrados dicen que leer es el mejor taller de escritura para un escritor. Lo que no dicen es como y para que «lee» cada uno de ellos. Hay una gran diferencia entre leer como lector y leer como escritor. De eso se trata. A fin de cuentas, los pintores se inician copiando (de hecho, es conocido aquello que afirmö Picasso: «Los grandes artistas copian, los genios roban»), y puesto que escribir es resignificar las palabras de todos, ser copista literario es algo natural. Sé muy bien de que hablo. Ya en la universidad, con mi grupo de compañeros de Grafein, fundamos el método de Taller de Escritura y de Taller de Lectura. Cada uno tenía que aportar un texto por semana «a la busca de la voz propia». Las críticas mutuas eran feroces. A mí, durante varias sesiones, me «acusaron» de un exceso de lirismo, motivo por el que mis historias no avanzaban. Entonces, recurrí a La mala hora, de García Márquez, copie la gramática y la sintaxis de las primeras 35 páginas con mis propias palabras sin detenerme. Nadie se percató de la copia y me aprobaron con elogios. Entonces, pensé: «He practicado una reescritura creativa», lo instaure desde entonces como método enriquecedor a lo largo de los años y sugiero su práctica en las diversas vertientes que te propongo en los capítulos siguientes. Es un incomparable estímulo para la creación literaria. De este método han salido en mis talleres varias novelas publicadas.
De hecho, leer es la primera llamada del deseo de escribir. Atrapo al vuelo las chispas que saltan mientras leo, así sea una novela, un ensayo, un poema, un reportaje y hasta las contraportadas de los libros. Escribo a mano y capto así de modo más sensitivo lo «mío propio» que extraigo de cada lectura. Y si bien los temas son unos pocos que se repiten en la vida, y por consiguiente también en la literatura, el secreto consiste en buscar un tratamiento distinto, desde una mirada única, la tuya.
Indagando en miles de textos y preguntando directamente a escritoras y escritores durante las numerosas entrevistas directas que tuve oportunidad de hacer a los famosos para la revista que dirigía, Escribir y Publicar, he podido comprobar que todos han sabido ser copistas de aquellos a quienes admiraban. Por lo tanto, en este libro revelo (con ejemplos claros) las claves para apropiarse de los mejores mecanismos, recursos, estrategias de cada escritor o escritora a partir de los diversos aspectos literarios que domina cada uno y propongo ejercicios específicos en un apartado para cuentistas y novelistas y otro para poetas.
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