AL QUE LEYERE
Recojo en este volumen algunos de mis escritos apare cidos en los pasados años, cuando imperaba una aparien cia de paz y yo era colaborador asiduo de «La Nación» de Buenos Aires. Breves y ligeros, no limitados en los temas, extendiéndose a diversas literaturas y hasta a la música, contienen pequeños estudios de características, esbozos de paisajes, fantasías, sueños y confesiones que espero no serán enojosos para el lector y llegarán a despertar cierto interés. En la obligada separación en que vivimos, hechas infranqueables las barreras entre los pueblos por la guerra que nos destroza, establecer comunicación es una cosa como para desesperarse.
A lo he conseguido recuperar otros trabajos míos que reposan en tas imprentas — un Petrarca, un Tasso, un Chateaubriand, divagaciones sobre Europa y sobre América —; probablemente no los veré más y se perderán. Todo lo que ofrezco, fruto de investigación nada fatigosa y de pensamiento no atormentado, refleja, incluso en la rápida y fácil exposición, mi propia naturaleza, mi estilo propio, la impresión sencilla y el puro aliento de mi alma.
'No quisiera que se me juzgase vacuo y superficial, más atento a divertir que a persuadir. Algunas pequeñas cosas han sido añadidas a los artículos de «La Nación» para que se completase el cuadro de la cultura y de la vida que imaginaba. Ni he desdeñado incluir, vestidos de otra manera, variantes de otros escritos, parlamentos por radio pronunciados por mí antes de surcar el Océano. Ha llegado el atardecer de mi vida, y conviene prepararme para la última despedida, reunir las pobres cosas dispersas para que aún me hagan compañía y me conforten revelando al público, que he respe tado y amado, cuanto vivió en mi corazón y ocupó mi mente en el largo peregrinar por este mundo dolorido, repleto de arcanos y de misterios.
Arturo Farinelli Torino, 1944.
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