jueves, 13 de julio de 2023

Ausiàs March Cantos de amor FRAGMENTO




 Ausiàs March renovó las formas de expresión poética

trobadorescas y ofreció nuevos instrumentos intelectuales

para analizar la naturaleza del amor y el mundo interior del

enamorado. Los Cantos de Amor, traducidos por Jorge de

Montemayor, nos proporcionan una guía indispensable para

acceder a este poeta universal.

Ausiàs March

Cantos de amor

ePub r1.0

Titivillus 05.07.2019

Título original: Cants d’amor

Ausiàs March, 1560

Traducción: Jorge De Montemayor

Diseño de cubierta: RLull

Editor digital: Titivillus

ePub base r2.1

Índice

Al muy magnífico señor Mossén Simón Ros

Al lector

Soneto de Micer Christóval Pillicer al intérprete

Soneto de un cavallero valenciano a Jorge de Montemayor

Jorge de Montemayor, a Mossén Ausias March

CANTOS DE AMOR

Síguense las esparsas de Ausias March

Pregunta hecha por Mossén Ausias March a la señora

Ucleta de Borja, sobrina del padre sancto. —

Respuesta de la dicha señora

Syreno a Rosenio. — Rosenio a Syreno

Jorge de Montemayor contra el tiempo

Al muy magnífico señor

Mossén Simón Ros,

Jorge de Montemayor

Quando del trabajo de traduzir este libro no se saque otro

premio sino servir con él a V. M., es harto mayor que nadie

podría ymaginar. Y aunque mi deuda es tan grande, que

para corresponder a ella no menos alto havía de ser el

estylo de la tradución de lo que es el del original, assí como

no hay otro ingenio como el de Ausias March (y sólo podía

hazello), assí no puede haver valor como el de V. M. para

supplir esta falta. Yo he gastado muchos días en él, y

mucho tiempo en informarme de algunos secretos que el

autor dexó reservados a mejores ingenios que el mío. Mas

assí como la vida es corta

ara acaballo de entender, assí también lo será la mía

(por larga que fuesse) para servir tantas mercedes como

cada hora recibo. Y una de las mayores será acceptar este

pequeño servicio, haziéndosela tan grande al libro, en

tomalle debaxo de su amparo, como al intérprete dél ha

hecho, en ponelle en el número de los servidores de V. M.

cuya vida y estado nuestro Señor por muchos años

acresciente.

Al lector

La segunda parte deste libro dexé de traduzir hasta ver

cómo contenta la primera, en la qual también dexé algunas

estanças, porque el autor habló en ellas con más libertad de

lo que aora se usa: cinco originales he visto deste Poeta, y

algunos diffieren en la letra de ciertas estanças, por donde

la sentencia quedava confussa en algo. Yo me he llegado

más al que hizo tresladar el señor don Luis Carroz, bayle

general desta ciudad, porque según todos lo affirman, él lo

entendió mejor que ninguno de los de nuestros tiempos. Yo

he hecho en la tradución todo quanto a mi parescer puede

suffrirse en tradución de un verso en otro. Quien otra cosa

le paresciere, tome la pluma y calle la lengua, que aý le

queda en qué poder mostrar su ingenio.

5

10

Soneto de Micer Christóval Pillicer

al intérprete

Si la toalla es prueva muy entera

por el pintor Parrasio debuxada,

con que fue la ventaja averiguada

que al muy famoso Zeuxis él tuviera;

pues siendo tal artífice qual era,

la toalla que en la tabla vio pintada

quiso quitar con mano apresurada,

creyendo Zeuxis fuesse verdadera.

Quien con Ausias March os ygualare,

illustre Portugués, muy poco haría,

si n’os hiziesse más aventajado.

Pues si el mesmo Ausias resuscitasse,

esta versión, sin falta, pensaría

ser más original que no traslado.

5

10

Soneto de un cavallero valenciano

a Jorge de Montemayor

Si la opinión de Horacio ha d’estimarse

do alaba aquél por más artificioso,

que juntando lo dulce y provechoso

sabe entre los demás aventajarse;

a Montemayor sólo deve darse

devidamente el premio glorioso,

qu’en verso castellano y sonoroso

á hecho que Ausias March pueda gozarse.

La empresa fue d’ingenio al mundo raro,

qual le pedía la aspereça fiera

de la escabrosa lengua lemosina.

Y aquí Montemayor muestra bien claro

qu’esperiencias d’Amor le abren carrera

por do sólo él tan fácil s’encamina.

5

10

Jorge de Montemayor,

a Mossén Ausias March

Soneto

Divino ingenio que con alto buelo,

tus versos a las nuves levantaste,

y a tu Valencia tanto sublimaste,

qu’Esmirna y Mantua quedan por el suelo.

Con alta erudición divino zelo,

en tal grado tu Musa aventajaste,

que claro acá en la tierra nos mostraste

la parte que ternás allá en el cielo.

No fue Minerva, no, la que ayudava

a levantar tu stylo sobrehumano,

ni uviste menester al roxo Apollo.

Spíritu divino te inspirava,

el qual assí movió tu pluma y mano,

que fuiste, entre los hombres, uno solo.

Cantos de Amor

de Ausiàs March

Las obras del excellentíssimo

poeta Mossén Ausias March

caballero valenciano

traduzidas de lemosín

en castellano

por Jorge de Montemayor

5

10

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20

Canto I

Qui no és trist de mos dictats no cur

No cure de mis versos, ni los lea

quien no fuere muy triste, o lo aya sido;

y quien lo es, para que más lo sea

lugar no pida escuro, ni escondido.

Mis dichos puede oýr, y en ellos vea

cómo sin arte alguna me han salido

del alma, y la razón de mi querella

muy bien la sabe Amor qu’es causa d’ella.

Alguna parte (y mucha) he yo hallado

de gran deleyte al triste pensamiento;

si alguno de dolor me vio cercado,

mi alma acompañó muy gran contento:

en quanto un simple amor m’á conversado,

no creo que hay más bien, ni aun yo lo siento,

y si con atención se mira y siente,

deléytame el dolor mezcladamente.

Muy presto haré vida d’ermitaño

por más honrrar de Amor su grande fiesta,

y a nadie duela mi bivir estraño,

que amor me cita, emplaza, y amonesta.

Yo le amo por sí solo, y no m’engaño:

si el bien me da que puede, ¿qué le resta?;

que si a dexar su mal me determino,

será bivir más triste de contino.

25

30

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40

Jamás pudo negar mi entendimiento

que sus tristezas son mejor partido

que otr’alegría qualquiera, ni contento,

pues trae allá su mal un bien cumplido;

y parte del que a causa suya siento

es el que a qualquier triste es concedido,

que más si él mismo llora se consuela,

que todo el mundo llore, y dél se duela.

De mil gentes seré reprehendido

porque la vida triste alabo y quiero;

mas yo que vi su gloria no he querido

huyr d’un mal do tanto bien espero:

sin esperiencia nadie havrá sabido

el bien que da un querer puro y syncero,

y haviéndose desta arte con su Dama

él mismo se ama a sí en ver que ama.

Amor os dé a entender, señora mía,

que a todo estremo soy por vos llegado:

con sólo mi poder me ha derribado,

el suyo s’escusó con mi porfía.

5

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Canto II

Axí com cell que desija vianda

Como el hambriento, que hartar dessea

su peligrosa hambre en la vianda,

y aunque en un ramo dos mançanas vea,

que ygualmente el desseo le demanda,

jamás lo cumplirá hasta que sea

inclinado el desseo a la una vanda;

assí elegí de dos a quien servía

a vos, en quien Amor sin fin sería.

Si dos ferozes vientos ygualmente

la mar combaten, brama y s’embravesce:

Levante sopla tanto y el Poniente,

qu’el uno vence y otro s’enflaquesce.

Assí es mi pensamiento, a do se siente

que dos desseos combaten, y él se offresce

a luego elegir uno, el qual se inflama

derechamente en vos, do bive y ama.

Y no creáys que soy tan innocente,

que vuestra gran ventaja no he sabido,

mas muere el cuerpo triste porque siente

que su deleyte solo va perdido;

y de su parte alega (astutamente)

qu’el fuego allí primero es encendido,

y qu’él siente más gloria, o más tormento,

y no hay que hazer más, si él es contento.

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El casto entendimiento acude presto

y su razón deshaze a gran porfía,

diziéndole que amo, con prosupuesto

con que un raposo o lobo amar podría:

límite hay en su amor, y no es honesto,

sino appetito bruto y osadía.

Si en fuego el que assí ama está caýdo,

no sea llorado, no, ni defendido.

Su gran sensualidad vence contino;

si aquél no es el primero movimiento,

allí está el ser, allí el juyzio fino,

la voluntad se rinde en un momento.

Querer contradezillo es desatino,

ni obrar la voluntad sin su contento,

el señorío le otorga, y si es astuta,

se dexará vencer quando hay disputa.

Al cuerpo dize, ¿aún tu desseo porfía?

Tu amor es vano, y tu desseo incierto;

en un punto es enojo tu alegría,

cansado quedas y enojado cierto.

No havrá plazer en ti que ture un día,

ni sirve al buen amor tu desconcierto;

el bien querer es bueno de contino,

y deste bien no aciertas el camino.

Si el mundo tiene en sí un bien cumplido

por mí lo alcança (en fin) el hombre humano,

quien algo sin mí espera está tenido

por loco, nescio, o del todo vano;

que quanto el entender es más subido,

tanto es aquel deleyte más que humano:

¡quán subtil arte el pensamiento tiene

si de manjares finos se mantiene!

60

Dulce señora mía, yo no veo

plazer sin vos que pueda dar contento;

en vos los mis deleytes aposiento,

vuestra alma sola es fin de mi desseo.

5

10

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20

Canto III

Algú no pot haver en si, etc.

¿Quién hay que piense, o qué hombre pretende

hazer a otro amar a su despecho?

¿Quién hay que pueda, o qué ingenio entiende

los ñudos deshazer que amor ha hecho?

¿Qué loco al que no ama reprehende

o culpa al que de amor se ha satisfecho?:

pues nunca fue el amor jamás forçado,

no puede el que no ama ser culpado.

¡O, verdadero Amor do el ser se afina!,

suplícote me des, pues me heriste,

aquel ungüente que es la medicina

de quien el mal de Amor sanar quesiste.

Las manos puestas pido a la contina

piedad, pues que tu siervo me heziste,

y no pido merced, sino el servicio,

pues nadie como yo hizo su officio.

¡O!, tú que das dolor muy brabo y fuerte,

y no el querer ygual con la ventura!,

antes de tal dolor vea yo mi muerte;

¡qué dulce será entonces su amargura!

La lumbre d’esperar me quepa en suerte,

y no la que das siempre, pues no tura;

llegada a la razón sea mi esperança,

jamás sea vana en mí la confiança.

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30

35

40

Como el enfermo cree que bivir puede

quando lo está de un mal en él usado,

que quando otro accidente le succede,

ya muerto se ymagina y enterrado;

assí fuy yo, qu’el mal que me procede

de Amor sostuve siempre; mas mi hado

me dio otro nuevo, que es tan insuffrible,

que muerte no podrá ser más terrible.

¡O, tú, Amor, passión tan preeminente,

que a un niño hazes viejo en el sentido,

al más sabio le buelves innocente,

y al qu’es más fuerte dexas por vencido!;

tú eres aquel ayre pestilente

que al mundo ha inficionado y destruydo;

cegar antes del golpe bueno fuera,

qu’el medio del herido es que se muera.

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