martes, 28 de junio de 2022

Frontispicio 20 Thomas Mann. GENIOS. HAROLD BLOOM.




 [223]

Frontispicio 20

Thomas Mann

Goethe sabía que, fuerte o débil, también sonaría este“ ouf”el día de su

muerte. Se sentía como ejemplo de aquella grandeza que tanto glorifica

como oprime. La corporeizó en la figura más apacible y pacífica que podía

adoptar: en la de un gran poeta. Pero incluso en ella no fue cómoda a sus

contemporáneos, y suscitó, al lado de amor y asombro, confusión y

desprecio26.

En su reflexión sobre “La carrera de Goethe como hombre de letras”

, en 1932, un año antes de que Hitler asumiera el poder, Mann aún

era libre de considerar a su antecesor como un fenómeno estético. En

1938, Mann en el exilio dictó una conferencia sobre el Fausto de Goethe

en la Universidad de Princeton y concluyó en un tono muy diferente:

Aun cuando una “palabra pura” nos parezca ineficaz hoy en día, una

palabra de buena voluntad sea brutalmente desatendida por el acontecer

mundial que va sucediéndose sin ni fijarse en ella; nosotros queremos

creer, movidos por nuestra fe antidiabólica, que en el fondo la Humanidad

tiene un oído muy fino y que las palabras que han nacido del esfuerzo

propio le puedan ser gratas y que no sucumbirán en su corazón27.

¿Qué tan relevante es el humanismo ilustrado de Goethe y de Mann

para nosotros, dos generaciones después? En la estela de los sucesos del

11 de septiembre del 2001 hubo balidos que clamaban que “ cese la ironía”

, pero desaparecieron rápidamente. Todo es ironía en esa novísima

era de guerras religiosas y terror domesticado. En 1938 Mann quería

resaltar la utilidad de la literatura para la vida y esa utilidad trasciende el

duelo. La grandeza de Goethe tenía mucho que ver con la escala de sus

especulaciones y con su énfasis en la salvación secular que nuestro propio

impulso intelectual podría inducir. Mann, que lo sucedió, pasó de

la ambivalencia hacia el genio de su precursor y una ironía defensiva en

relación con Goethe a una certeza combativa de la labor del humanismo

en la preservación del valor y en el mantenimiento de una fe antidiabó[

224]

lica. Suelo urgir a mis estudiantes y a los lectores que vienen a las presentaciones

públicas de mis libros a que regresen a La montaña mágica en

estos momentos de conflicto. El propio genio de Mann consiste en enseñar

a aplicar “un oído muy fino” sin el cual seríamos más fácilmente

seducidos por la brutalidad.

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