Marqués de
Sade
Historietas, cuentos y fábulas
Título
original: Historiettes, Contes et Fabliaux
Marqués de
Sade, 1926
Traducción:
Luis Rutiaga
Prólogo
Donatien Alphonse François, marqués de Sade (París,
1740-Charenton, Francia, 1814), es un escritor y filósofo francés. De origen
aristocrático, se educó con su tío, el abate de Sade, un erudito libertino y
volteriano que ejerció sobre él una gran influencia.
Alumno de la Escuela de Caballería, en 1759 obtuvo
el grado de capitán del regimiento de Borgoña y participó en la guerra de los
Siete Años. Acabada la contienda, en 1766 contrajo matrimonio con la hija de un
magistrado, a la que abandonó cinco años más tarde.
En 1768 fue encarcelado por primera vez acusado de
torturas por su criada, aunque fue liberado al poco tiempo por orden real.
Juzgado y condenado a muerte por delitos sexuales en 1772, consiguió huir a
Génova. Regresó a París en 1777, donde fue detenido a instancias de su suegro y
encarcelado en Vincennes.
En 1784 fue trasladado a la Bastilla y en 1789 al
hospital psiquiátrico de Charenton, que abandonó en 1790 gracias a un indulto
concedido por la Asamblea surgida de la Revolución de 1789.
Participó entonces de manera activa en política,
paradójicamente en el bando más moderado. En 1801, a raíz del escándalo
suscitado por la publicación de La
filosofía del tocador, fue internado de nuevo en el hospital psiquiátrico
de Charenton, donde murió.
Escribió la mayor parte de sus obras en sus largos
periodos de internamiento. En una de las primeras, el Diálogo entre un
sacerdote y un moribundo (1782), manifestó su ateísmo.
Posteriores son Los 120 días de Sodoma (1784), Los
crímenes del amor (1788), Historietas, cuentos y fábulas (1788), Justine (1791)
y Juliette (1798).
Calificadas de obscenas en su día, la descripción
de distintos tipos de perversión sexual constituye su tema principal, aunque no
el único: en cierto sentido, Sade puede considerarse un moralista que denuncia
en sus trabajos la hipocresía de su época.
Su figura fue reivindicada en el siglo XX por
los surrealistas.
Luis Rutiaga
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