Martes 11 de diciembre de 1956. Come en
casa Borges. BORGES: «Algunas
personas escriben un poema o un verso
admirable. Se dice que eso vale
toda la obra de otro. Se compara una
pieza muy breve con una obra
como la de Dickens o la de Hugo. Se
finge que en la comparación la ventaja
está del lado de la obra grande. Esto es
falso. Un verso, un poema, a
cualquiera puede salirle bien, sin
languideces; en una obra vasta tiene
que haber altos y bajos».
***
Miercoles, 12 de diciembre de 1956.
BORGES: «¿Será peor que Antonio
Machado? Sí». BIOY: «LO malo es
que es peor que Capdevila, a quien él
tanto desprecia».
***
Admira obras y autores por la idea
(general) que
tiene de ellos».
***
Leemos a Baroja: el primer capítulo
de El árbol de la ciencia. Es notablemente
insulso, pobre; todo parece de lejos;
hay alguna sensación de
realidad, porque nada es divertido,
ni extraño, ni hermoso. BORGES:
«Quién sabe contra cuántos libros
está escrito. Para admirarlo hay que
pensar, quizá, en Ricardo León, quizá
en los imitadores de Cervantes. Baroja
dijo que Unamuno era deshonesto, que
atacaba a Goethe y sin inconveniente
admiraba la prosa de un presidente
Pérez, general de la
pampa (Sarmiento). Durante la primera
guerra, al menos, fue germanófilo.
Escribió Horas solitarias: el título
era un desafío porque Baroja tenía
fama de onanista». Recuerda que
cuando leyó, hace muchos años, El
árbol de la ciencia, le gustó
enormemente.
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