miércoles, 1 de febrero de 2017

Ramón del Valle Inclán. Poesía. La pipa de Kif.


(Fragmento. La pipa de kif. Poesía).


   

   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
Ramón del Valle Inclán.    LA PIPA DE KIF

   

   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
    SOCIEDAD GENERAL ESPAÑOLA DE LIBRERÍA
    FERRAZ, 21. — MADRID.

   

   
   
    LA PIPA DE KIF
    VERSOS DE DON
    RAMON DEL VALLE-
    INCLÁN
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
    MADRID
    MCMXIX

   

   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
    IMPRENTA CLÁSICA ESPAÑOLA. GLORIETA DE CHAMBERÍ. MADRID.

 

La obra poética de Valle-Inclán está reunida en la trilogía Claves líricas (1930), formada por Aromas de leyenda, El pasajero y La pipa de Kif.

Con La pipa de Kif (1919), Valle-Inclán da paso en sus poemas a lo grotesco, a lo esperpéntico. Esta obra ha sido definida como una colección de estampas trágico-humorísticas.
Fuente: N.N.
 ***
LA PIPA DE KIF

 LA PIPA DE KIF
   
   
   
   
    MIS SENTIDOS TORNAN A SER INFANTILES,
    TIENE EL MUNDO UNA GRACIA MATINAL,
    Mis sentidos como gayos tamboriles
    Cantan en la entraña del azul cristal
   
   
    Con rítmicos saltos plenos de alegría,
    Cabalga en el humo de mi pipa Puk,
    Su risa en la entraña del azul del día
    Mueve el ritmo órfico amado de Gluk.
   
   
    Alumbran mi copta conciencia, hipostática
    Las míticas luces de un indo avatar,
    Que muda mi vieja sonrisa socrática
    En la risa joven del Numen Solar.
   
   
    Divino penacho de la frente triste,
    En mi pipa el humo da su grito azul,
    Mi sangre gozosa claridad asiste
    Si quemo la Verde Yerba de Estambul.
   
   
    Voluta, de humo, vágula cimera,
    Tú eres en mi frente la última ilusión
    De aquella celeste azul Primavera
    Que movió la rosa de mi corazón.
   
   
    Niña Primavera, dueña de los linos
    Celestes. Princesa Corazón de Abril,
    Peregrina siempre sobre mis caminos
    Mundanos. Tú eres mi «spirto gentil».
   
   
    ¡Y jamás le nieguen tus cabellos de oro,
    Jarcias a mi barca, toda de cristal:
    La barca fragante que guarda un tesoro
    De aromas y gemas y un cuento oriental!
   
   
    El ritmo del orbe en un ritmo asumo,
    Cuando por ti quemo la Pipa de Kif,
    Y llegas mecida en la onda del humo
    Azul, que te evoca como un «leit-motif».
   
   
    Tu luz es la esencia del canto que invoca
    La Aurora vestida de rosado tul,
    El divino canto que no tiene boca
    Y el amor provoca con su voz azul.
   
   
    ¡Encendida rosa! ¡Encendido toro!
    ¡Encendidos números que rimó Platón!
    ¡Encendidas normas por donde va el coro
    Del mundo: Está el mundo en mi corazón!
   
   
    Si tú me abandonas, gracia del hachic,
    Me embozo en la capa y apago la luz.
    Ya puede tentarme la Reina del Chic.
    No dejo la capa y le hago la +.

   

   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
    ¡ALELUYA!

   

   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
¡ALELUYA!
   
   
   
   
    POR LA DIVINA PRIMAVERA
    ME HA VENIDO LA VENTOLERA
   
   
    De hacer versos funanbulescos—
    Un purista diría grotescos—.
   
   
    Con el punto de extravagancia
    Que Banville ha tenido en Francia.
   
   
    Para las gentes respetables
    Son cabriolas espantables.
   
   
    Cotarelola sien se rasca,
    Pensando si el Diablo lo añasca.
   
   
    Y se santigua con unción
    El pobre Ricardo León.
   
   
    Y Cejador, como un baturro
    Versallesco, me llama burro.
   
   
    Y se ríe Pérez de Ayala,
    Con su risa entre buena y mala.
   
   
    Darío me alarga en la sombra
    Una mano, y a Poe me nombra.
   
   
    Maga estrella de pentarquía
    Sobre su pecho anuncia el día.
   
   
    Su blanca túnica de Esenio
    Tiene las luces del selenio.
   
   
    ¡Sombra del misterioso delta,
    Vibra en tu honor mi gaita celta!
   
   
    ¡Tú amabas las rosas, el vino
    Y los amores del camino!
   
   
    Cantor de Vida y Esperanza,
    Para ti toda mi loanza.
   
   
    Por el alba de oro, que es tuya.
    ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
   
   
    La gran caravana académica
    Saludo con risa ecuménica.
   
   
    Y con un guiño á hurto de Maura,
    Me responde Clemencia Isaura.
   
   
    En mi verso rompo los yugos,
    Y hago la higa a los verdugos.
   
   
    Yo anuncio la era argentina
    De socialismo y cocaina.
   
   
    De cocotas con convulsiones
    Y de vastas Revoluciones.
    Resplandecen de amor las normas
    Eternas. Renacen las formas.
   
   
    Tienen 1a gracia matinal
    Del Paraíso Terrenal.
   
   
    Detrás de la furia guerrera,
    La furia de amor se exaspera.
   
   
    Ya dijo el griego que la furia
    De Heracles, engendra lujuria.
   
   
    No cambia el ritmo de da vida
    Por una locura homicida.
   
   
    A mayor fiebre de terror,
    Mayor calentura de amor.
   
   
    La lujuria no es un precepto
    Del Padre: Es su eterno concepto.
   
   
    Hay que crear eternamente
    Y dar a1 viento 1a simiente:
   
   
    E1 grano de amor o veneno
    Que aposentamos en el seno.
   
   
    El grano de todas las horas
    En el gran Misterio sonoras.
   
   
    ¿Y cuál será mi grano incierto?
    ¡Tendré su pan después de muerto!
   
   
    Y de mi siembra, no predigo
    ¿Será, cizaña? ¿Será trigo?
   
   
    ¿Acaso una flor de amapola
    Sin olor? La gracia española.
   
   
    ¿Acaso la flor digital
    Que grana, un veneno mortal
   
   
    ¿Bajo el sol, que la enciende? ¿Acaso
    La flor del alma de un payaso?
   
   
    ¡Pálida, flor de la locura,
    Con normas de literatura!
   
   
    ¿Acaso esta musa grotesca—
    Ya no digo funambulesca—
   
   
    Que con sus gritos espasmódicos
    Irrita a los viejos retóricos,
   
   
    Y salta luciendo la pierna,
    No será la musa moderna?
   
   
    Apuro el vaso de bon vino,
    Y hago cantando mi camino,
   
   
    Y a compás de un ritmo trocaico,
    De viejo gaitero galaico,
   
   
    Llevo mi verso a la Farándula:
    Anímula, Vágula, Glándula.

   

   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
    FIN DE CARNAVAL

   

   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
FIN DE CARNAVAL
   
   
   
   
    MIÉRCOLES DF CENIZA.
    FIN DEL CARNAVAL.
    Tarde de lluvia inverniza
    Reza el Funeral.
   
   
    Con ritmos destartalados
    Lloran en tropel,
    Mitrados ensabanados,
    Mitra de papel.
   
   
    Lloran latinos babeles,
    Sombras con capuz.
    Lleva al arroyo rieles
    La taberna en luz.
   
   
    Los pingos de Colombina
    Derraman su olor
    De pacholí y sobaquina
    ¡Y vaya calor!
   
   
    Un Pierrot junta en la tasca
    Su blanco de zin,
    Con la pintada tarasca
    De blanco y carmín.
   
   
    Al pie de un farol, sus flores
    Abre el pañolón
    De la chula: Sus colores
    Alegrías son.
   
   
    ¡Cómo la moza garbea
    Y mueve el pay-pay!
    ¡Cómo sus flecos ondea
    En el guirigay!
   
   
    El curdela narigudo
    Blande un escobón:
    —Hollín, chistera, felpudo,
    Nariz de cartón—.
   
   
    En el arroyo da el curda
    Su grito soez,
    Y otra destrozona absurda
    Bate un almirez.
   
   
    Latas, sartenes, calderos,
    Pasan en. ciclón:
    La luz se tiende a regueros
    Sobre el pelotón.
   
   
    Y bajo el foco de Volta,
    Da cita el Marqués
    A un soldado de la Escolta,
    ¡Talla de seis pies!
   
   
    Juntan su hocico los perros
    En la oscuridad:
    Se lamentan de los yerros
    De la Humanidad.
   
   
    Por la tarde gris y fría
    Pasa una canción
    Triste. La melancolía
    De un acordeón.
   
   
    Los faroles de colores
    Prende el vendaval.
    Vierte el confetti sus flores
    En el lodazal.
   
   
    Absurda tarde. Macabra
    Mueca de dolor.
    Se ha puesto el Pata de Cabra
    Mitra de Prior.
   
   
    Incerteza vespertina,
    Lluvia y vendaval:
    Entierro de la Sardina,
    Fin de Carnaval.

   

   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
    MARINA NORTEÑA

   

   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
MARINA NORTEÑA
   
   
   
   
    PASA EL GATO SONANDO LAS BOTELLAS
    DE UN ANAQUEL DE PINO POR LO ALTO:
    El cielo raso tiene dos estrellas
    Pintadas, y una luna azul cobalto
   
   
    ¡Taberna aquella de, contrabandeos
    Con los guisotes bajo sucios tules,
    Eran allí pictóricos trofeos
    Azafrán, pimentón, fuentes azules!
   
   
    Entra el viento. Revuela la cortina
    Y la vista del mar da a la taberna.
    Una negra silueta que bolina
    Sobre el ocaso, enciende su lucerna.
   
   
    Con la tristeza de la tarde muerde
    Una lima el acero. De la fragua
    Brotan las chispas. Tiene una luz verde
    Ante la puerta, la cortina de agua.
   
   
    Escruta el mar con la mirada quieta
    Un marinero desde el muelle. Brilla
    Con el traje de aguas su silueta
    Entre la boira gris, toda amarilla.
    Viento y lluvia del mar. La luna flota
    Tras el nublado. Apenas se presiente,
    Lejana, la goleta que derrota
    Cortando el arco de la luz poniente.
   
   
    Se ilumina el cuartel. Vagas siluetas
    Cruzan tras las ventanas enrejadas,
    Y en el gris de 1a tarde las cornetas
    Dan su voz como rojas llamaradas.
   
   
    Su pentágrama el arco policromo
    Proyecta tras los pliegues del chubasco,
    Y alza en el vano de esmeril su domo
    Arrecido de cuervos, un peñasco.
   
   
    Las olas rompen con crestón de espuma
    Bajo el muelle. Los barcos cabecean
    Y agigantados en el caos de bruma
    Sus jarcias y sus cruces fantasean.
   
   
    La triste sinfonía de las cosas
    Tiene en la tarde un grito futurista:
    De una nueva emoción y nuevas glosas
    Estéticas, se anuncia la conquista.
   
   
    Su escaparate la taberna alumbra,
    Y del alto anaquel lo acecha el gato:
    Esmeraldas de luz en la penumbra
    Los ojos, y la cola un garabato.
   
   
    Vahos de mosto del zaguán terreño,
    Voces de marineros a la puerta,
    Y entre rondas de vino que dan sueño,
    El tabaco, los naipes, la reyerta...
   
   
    De un quinqué de latón la luz visunta
    El tubo ahumado con un grito raja,
    Y está en la puerta el hombre que pregunta:
    ¿Quién quiere sacar filo a la navaja?

   

   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
    BESTIARIO

   

   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
BESTIARIO
   
   
   
   
    ROMÁNTICA CASA DE FIERAS
    DEL BUEN RETIRO, HE VUELTO A VER
    La alegría de tus banderas,
    Bajo la tarde, como ayer!...
   
   
    Y me detuve emocionado
    Ante aquel viejo carcamal
    Estilizado
    En el escudo nacional.
   
   
    ¡Viejo león que entre las rejas
    Bostezando agitas la crin,
    Sobre tus cejas
    Sus arrugas puso el esplin!
   
   
    El canguro antediluviano
    Huyó con saltos de flin-flan:
    Es australiano
    Y tiene trazas de alemán.
   
   
    Temeroso esconde las crías
    En el buche de acordeón:
    Antipatías
    Tiene el canguro, de embrión.
   
   
    El tigre se agita ondulante
    Tras los hierros de su cubil:
    Belfo tremante:
    Garra rampante y ojo hostil.
   
   
    ¡Qué triste el oso se espereza
    Sobre las pajas de su coy!
    ¡Cuando bosteza
    Recuerda al Conde de Tolstoy!
   
   
    Tiene un gesto de omnipotencia
    El leopardo bengalés,
    La impertinencia
    De su gesto dicta al inglés.
   
   
    Sonríe el lobo. Tras la reja.
    Con un guiño de curial
    Rasca la oreja
    Y la estameña del sayal.
   
   
    Y la romántica jirafa,
    Solterona que bebe hiel,
    Las rosas chafa
    En 1a cúpula del laurel.
   
   
    ¡Arquitectura bizantina,
    Imposible de razonar,
    De la divina
    Silueta de Sara Bernhardt!
   
   
    Un disparate pintoresco,
    Maravilloso de esbeltez,
    El arabesco
    Del caballo del ajedrez.
    Ruge encendida la pantera
    Su ensueño de arenas y sol,
    Sabe la fiera
    Un aljamiado de español.
   
   
    Recuerda el índico elefante
    Los bosques sagrados de Anám,
    Sueña el gigante
    Como un fakir ebrio de bahám.
   
   
    Meditaciones eruditas
    Que oyó Rubén alguna vez:
    Letras sánscritas
    Y problemas del ajedrez.
   
   
    ¡Viejo elefante de Sumatra
    Sueñas acaso con Belkis,
    Con Cleopatra,
    O con un. circo de Paris?
   
   
    ¿Añoras la torre guerrera
    Sobre tus hombros de titán,
    O la litera
    De las reinas del Indostán?
   
   
    ¡Tú, que a mi musa decadente
    Brindas la torre de marfil,
    Resplandeciente,
    Como una torre de las Mil!...
   
   
    Encumbrado sobre una rama
    El triunfo del pavo-real,
    Es una llama
    Del Paraíso Terrenal.
   
   
    Un ensueño de surtidores,
    Un cuento de viejo jardín
    Con los olores
    De la albahaca y el jazmín.
   
   
    ¡El negro opio de la China,
    Sabe tu verso ornamental,
    Ave divina
    De un Paraíso Artificial!
   
   
    El mono acrobático salta
    Y hace del mundo trampolín.
    Mima y esmalta
    Cada salto con un mohín.
   
   
    Y la cotorra verdigualda,
    Retaleandosu papel,
    Luce una falda
    Que fué de la Infanta Isabel.
   
   
    Feminista que disparata
    En la copa del calamac,
    Bajo su pata
    Las ramas secas hacen crac.
   
   
    Y a Dionisio Aereopagita
    En penitencia sobre un pie,
    Desacredita
    La cigüeña falta de fe.
   
   
    Caricatura del milagro,
    En un fondo de azul añil
    Esprimeel magro
    Y cabalístico perfil.
   
   
    Sobre una pata se arrebuja,
    Y en el tejado hace oración,
    Como una bruja
    Que escapó de la Inquisición.
   
   
    Esponja el flamenco la pluma
    Y su absurdo monumental
    Trémulo esfuma
    Sobre dos rayas de coral.
   
   
    La cabra dibuja una aldea,
    Dando vaho de la nariz.
    ¿Es de Judea
    La aldea o de Arabia Feliz?
   
   
    La cabra contempla la vida,
    Con los ojos muertos de luz,
    Una dormida
    Visión de Oriente en el testuz.
   
   
    Y el cocodrilo faraónico
    Las fauces abre en el fangal
    Al sol, que irónico
    Hace llorar su lacrimal.
   
   
    ¡Olvidada Casa de Fieras,
    Con los ojos de la niñez
    Tus quimeras
    Vuelvo a gozar en la vejez!
   
   
    Muere la tarde. —Un rojo grito
    Sobre la fronda vesperal.—
    Y abre el círculo de su mito
    El Gran Bestiario Zodiacal.

   

   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
    EL CIRCO DE LONA

   

   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
EL CIRCO DE LONA
   
   
   
   
    I
   
   
    TARDE DE OCASO ROSADA:
    LA FERIA. UN CIRCO DE LONA.
    Cobra en la puerta la entrada
    Una Pepona.
   
   
    El agrio y desvencijado
    Organillo, se atropella:
    Golfo viejo enamorado
    De una estrella.
   
   
    La chusma negra y pelona,
    En torno se arremolina
    Atisbando a la Pepona
    Sibilina.
   
   
    La Pepona con mitones,
    Moño y rizos de canela,
    Y el talle con alusiones
    De vihuela.
   
   
    El mono, sobre e1 tinglado,
    Mima al gato un gesto astuto,
    Y lanza el gato, erizado,
    Su exabruto.
   
   
    La nota verde rabiosa
    De la cotorra, asesina
    Sobre el escarlata y rosa
    De la cortina.
   
   
    Bárbaras bolas doradas
    Cuelgan por el cielo raso,
    Y evocan las carcajadas
    Del payaso.
   
   
    Un cuento maravilloso
    Anuncia el circo de lona,
    Con la lucha del Coloso
    Y la Leona.
   
   
    ¡Tarde! Rojas sinfonías,
    Un toro en el horizonte,
    Azules las lejanías
    Sin un monte.
   
   
    ¡Quitasolesremendados
    Abiertos en los caminos,
    Sobre los sables dorados
    de los chinos!
   
   
    Vuelo de gayas banderas
    Que en la azulada neblina,
    Se tienden por mis quimeras
    De cannavina.
   
   
    ¡Gran parasol remendado,
    Pobre Caballero Andante
    Con el escudo dorado
    Del Atlante!
   
   
   
   
    II
   
   
    Ríen dos gitanas,
    Caras africanas,
    Dos verdes manzanas
    De oriental jardín.
    Luces de claveles,
    Flecos, arambeles,
    Hablar por babeles
    Y no tener fin.
   
   
    Amores y toros,
    Recuerdos de moros,
    Y más lejos coros
    Del centauro azul,
    Las voces remotas
    De míticas flotas,
    Y las chirigotas
    Del griego gandul.
   
   
    Ancha la corriente,
    Romana la puente,
    Cenceña la gente,
    Las sombras de añil.
    Ruge la, leona
    Y el tambor pregona
    El drama gentil.
   
   
    En marea serena
    La grada se llena,
    Revierte la arena
    Sedes de calor.
    De olor de catinga
    El aire se pringa
    Y el Diablo respinga:
    Le gusta ese olor
   
   
    Saluda en la pista
    El famoso artista
    HercoleBarrista:
    Medalla de Siam.
    ¡Y sale la blonda
    Enriqueta, oronda,
    Pechoray redonda
    Bailando el can can!
   
   
    Y danzan los brillos
    De falsos anillos,
    Peines y brinquillos
    Por el redondel.
    ¡Dicen la quimera
    De una vida entera,
    Sueño de ramera
    Triste, en el burdel!
   
   
    Desfachaday franca,
    Rebotada el anca,
    La pechuga blanca,
    Por el aire el pie...
    ¡Ideal amoroso
    Para un venturoso
    Jugador garboso
    Que afloje el parné
   
   
    Bate su estribillo
    El viejo organillo,
    Y es un tabardillo
    Con aquel resol.
    El negro lanudo
    De gesto hocicudo
    Sopla, en el embudo
    Y arranca un bemol.
   
   
    Y al mono le arranca
    Un grito, la blanca
    Pechuga, y el anca
    De yegua real.
    El oso asturiano,
    Siempre en aldeano,
    Se mira la mano,
    se rasca el frontal.
   
   
   
   
    Y el pelado cuello
    Estira el camello,
    Con largo resuello
    Que termina: en U.
    Lo enarca y lo apura,
    Lo exprime y lo augura,
    Toda la figura
    Esun Gurugú.
   
   
    La Pepona al mono.
    Grita, sube el tono,
    Por mayor encono
    Le habla en catalán.
    Y bajo la silla
    El otro se humilla,
    Que esto fué en Castilla
    Tiempos que aun están.
   
   
    Y siguen azares
    De los estelares
    Juegos malabares
    Que ama el japonés.
    Y con el restallo
    De la fusta, el callo
    Se oyó, de un caballo
    Que vino después.
   
   
    Al fin sale al cosa
    El mono vicioso,
    Que se hace el gracioso
    Y no lo hace mal.
    Puja de anarquista
    Y es el gran fumista,
    Exhibicionista
    Internacional.
   
   
    Y viene el cucaña
    Patitas de Araña,
    Estrella en España
    del cante andaluz.
    Y nota moderna,
    Pegado a su pierna
    Rasca, la cuaderna
    Negro Micifuz,
    El viejo payaso,
    Gloria en el ocaso,
    Sale haciendo el paso
    Seguido de un can:
    Se rasca el. Cogote
    Fingiéndose el zote,
    pega un gran bote
    Que acaba en flin-flán.
   
   
    ¡Saltos atrevidos
    de cuerpos fornidos,
    Alegres bramidos
    Cuando es el vencer!
    ¡Trapecios volantes,
    Vuelos arrogantes,
    Almas expectantes,
    Volver a nacer!...
   
   
    Luz en la taquilla,
    Cuentan calderilla
    En la ventanilla
    Manos de hospital,
    Íbaseel enjambre,
    Y dió en el alambre
    La sombra del hambre
    Un salto mortal.
   
   
    III
   
   
    Candileja de bencina,
    Lloroso cabo de vela,
    Sombra que se encalabrina
    Por la, tela.
   
   
    Silla que se desbarata,
    Mesa que se escachifolla,
    Jaleo, risa, bravata
    Y bambolla.
   
   
    Las mamparas claudicantes
    Las siluetas transparentan,
    Y las risas maleantes
    Lo comentan.
   
   
    El payaso ante el espejo
    Se despinta con cerote,
    Y se arranca el entrecejo
    De pelote.
   
   
    A su lado una mozuela,
    Luciendo el roto zancajo,
    Recose la lentejuela
    De un pingajo.
   
   
    Y las falsas pantorrillas,
    Dando gritos de falsete,
    Se tuercen en las canillas
    Bajo un siete.
   
   
    Tose Patitas de Araña
    Y cecea un chicoleo
    Que ya dijo en Eritaña
    Paco el Feo.
   
   
    Vestida una saya rota,
    Tira la blonda Enriqueta
    A1 domador, de la bota
    Que le aprieta.
   
   
    Riñas, sordas libaciones,
    Lamen los platos los perros,
    Se esperezan los leones
    Tras los hierros.
   
   
    Los cofres con cantoneras
    De metal, hablan de trenes,
    Estaciones y galeras
    Con vaivenes.
   
   
    ¡Circos! ¡Cantos olvidados
    De fabulosas edades!
    ¡Bárbaros versos dorados
    De Alcidiades!

   

   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
    EL JAQUE DE MEDINICA

   

   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
EL JAQUE DE MEDINICA
   
   
   
   
    LA LLAMA ARREBOLA LA NEGRA COCINA,
    PONE MARITORNES MAGRAS DE CECINA
    En las sopas cáusticas de ajo y pimentón.
    El Jaque se vuelve templando el guitarro,
    A la moza tose por que sirva un jarro
    Y oprime los trastes pulsando el bordón.
   
   
    La jeta cetrina, zorongo a la cuca,
    Fieltro de catite, rapada la nuca,
    El habla rijosa, la ceja un breñal.
    Cantador de jota, tirador de barra,
    Bebe en la taberna, tañe la guitarra.
    La faja violeta esconde un puñal.
   
   
    Crepúsculo malva. Puerta de la villa
    Sobre los batanes. Bajan a la orilla
    Del Ebro, las recuas. Lento tolondrón.
    Templa la guitarra el gañán avieso,
    Y el agudo galgo roe sobre un hueso
    En la laureada puerta del figón.
   
   
    Al coime que pone vino en las corambres
    Enseña las ligas de azules estambres
    La moza encorvada sobre el fogaril.
    Y por amarillos vanos de pajares
    Los mozos de mulas llevan sus cantares,
    Disputas por naipes y gay moceril.
   
   
    El jaque merienda con dos bigardones
    De fusta, zamarro, roñosos zajones
    Y gorra orejera de pelo de can.
    Hecha la merienda juegan al boliche,
    En medio del juego hablan sonsoniche,
    Demandan el gasto, pagan y se van.
   
   
    Tejados haldudos de lejana villa,
    Que en el horizonte es toda amarilla
    Sobre la desnuda corva de un alcor...
    En el campanario la flaca cigüeña
    Esconde una pata y el misterio enseña:
    La villa amarilla toda, es resplandor.
   
   
    Figón del Camino: Votos arrieros,
    Piensos de cebada, corral con luceros,
    Por los corredores la luz de un candil.
    Lejanas estrellas hacen gorgoritos
    En el cielo zarco. En los monolitos
    Del camino, fuma la Guardia, Civil.

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