jueves, 21 de enero de 2016

Don José del Castillo y Ayensa. Anacreonte, Safo y Tirteo


Anacreonte, Safo y Tirteo, traducidos del Griego en prosa y verso por Don José del Castillo y Ayensa, de la Real Academia Española. Madrid en la Imprenta Real. 1832. 8.º, 2 h. sin foliar, XXXVIII de advertencias y 264 de texto. Lleva, además, cuatro odas de Anacreonte puestas en música, una de ellas por Mr. Mehul y las demás por el profesor D. Ramón Carnicer.
El discurso preliminar contiene noticias de Anacreonte, de Safo y de Tirteo, y breves, pero discretas, observaciones sobre su mérito poético. Respecto a las elegías de Tirteo advierte que aun deben considerarse como canciones de batalla, sino como alocuciones populares, compuestas para recitarse en el foro: son proclamas acomodadas a aquella época, escritas poéticamente, porque entonces aún no se conocían los escritos en prosa». En Safo desecha la calificación de sublime dada por Longino a la segunda oda, aunque, en mi juicio, Longino, ni en este ni en ningún otro pasaje de su tratado, entendió hablar de lo sublime, sino de lo grande, de lo elevado, en cuyo sentido es [p. 330] exacta su apreciación de la oda sáfica. En cuanto a la defensa moral de Anacreonte creo que se molestó en hacerla Castillo y Ayensa, pues ni las odas del viejo de Teos y de sus imitadores pasan de alegres y festivas, sin tendencia inmoral ni perniciosa, ni nadie ha de buscar un curso de ética, aunque sea epicúrea, como quiere Castillo y Ayensa, en poesías tan ligeras y sin trascendencia filosófica. En pos de estas advertencias viene el juicio de las traducciones de Anacreonte, anteriores a la de Castillo y Ayensa, muéstrase este grande admirador de Villegas, y anuncia su propósito de imitar en lo posible el tono y sabor de sus cantilenas.
Fuente: NN.
***

Presento al público la traducción en prosa y en verso de los tres clásicos griegos A n acreonte. Safo y Tirteo; y antes de dar cuenta de mi trabajo, no será superflua para algunos lectores una breve noticia de la vida de estos poetas, ni parecerán inoportunas ciertas observaciones sobre el mérito y calidad de sus obras, considerándolas como los únicos monumentos literarios de una época de los griegos.

Fuente: Imprenta Real. Madrid.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog

Un cuervo llamado Bertolino Fragmento Novela EL HACEDOR DE SOMBRAS

  Un cuervo llamado Bertolino A la semana exacta de heredar el anillo con la piedra púrpura, me dirigí a la Torre de los Cuervos. No lo hací...

Páginas