viernes, 5 de junio de 2015

UNA OBRA LITERARIA. J.Méndez-Limbrick.


UNA OBRA LITERARIA. J.Méndez-Limbrick.
1. Una obra literaria no se valora por un premio.
2. Una obra literaria se agiganta o se empequeñece como un enano dependiendo si es buena o mala, si gusta o no gusta ya sea en la Academia o por el público...
3. Existen obras literarias que no necesitan de Premios, ni de compadrazgos para llegar al gran público y que la Crítica Literaria será unánime por su valor intrínseco.
4. El crítico literario es el que tiene la obligación moral de estudiarla lejos de la pomposa adulación de sus amigos.
5. Muchas obras han caído en el olvido porque solo fueron glorificadas por sus contemporáneos o sus compañeros y el Tiempo terminó desnudando su verdadero valor: ninguno.
6. Una verdadera obra literaria camina sola en el Tiempo... brillando con luz propia, por su propio “peso” literario.
7. Una verdadera obra literaria camina inmune al chisme, la envidia e incluso a la maledicencia de críticos mezquinos que la han querido envilecer.
8. Una verdadera obra literaria, es aquella que no necesita de padrinos que con su fanfarria tratan de maquillarla como en una Feria de Vanidades.
9. Una verdadera obra literaria es aquella que perdura en la memoria de los Hombres aunque, sea por un tiempo y después fenezca como todas las cosas en este Universo.
10. Quizá sea un consuelo baladí pero, como nota marginal de la Comedia o de la Tragedia que es esta vida llena de pomposa y estrafalaria vanidad y que, algunas personas la adornan con más altanería, recuerdo este fragmento de los “Detectives salvajes” como glosa altisonante y cruel de que al final, todo es perecedero... ¡Una gran reflexión!
Iñaki Echavarne, bar Giardinetto, calle Granada del Penedés, Barcelona, julio de 1994. Durante un tiempo la Crítica acompaña a la Obra, luego la Crítica se desvanece y son los Lectores quienes la acompañan. El viaje puede ser largo o corto. Luego los Lectores mueren uno por uno y la Obra sigue sola, aunque otra Crítica y otros Lectores poco a poco vayan acompasándose a su singladura. Luego la Crítica muere otra vez y los Lectores mueren otra vez y sobre esa huella de huesos sigue la Obra su viaje hacia la soledad. Acercarse a ella, navegar a su estela es señal inequívoca de muerte segura, pero otra Crítica y otros Lectores se le acercan incansables e implacables y el tiempo y la velocidad los devoran. Finalmente la Obra viaja irremediablemente sola en la Inmensidad. Y un día la Obra muere, como mueren todas las cosas, como se extinguirá el Sol y la Tierra, el Sistema Solar y la Galaxia y la más recóndita memoria de los hombres. Todo lo que empieza como comedia acaba como tragedia.

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