LA LITERATURA RELIGIOSA
por
MIGUEL HERRERO GARCÍA
Catedrático de Literatura
Concepto general
Entendemos por lite ra tu ra religiosa toda expresión n a tu ra l o artísticamen te
bella acerca de las relaciones del hombre con Dios. Tal expresión se ha producido
en to d as las lenguas, objeto de u n a cu ltu ra av anzada; pero las lite ra tu
ra s religiosas 110 cristianas han versado siempre sobre los orígenes de la divinidad,
la creación del mundo o los contactos históricos de ciertos humanos con
los dioses; los rito s y ceremonias h an sido siempre secretos de u n a casta sacerdo
tal, que los ha monopolizado. P o r el contrario, la lite ra tu ra c ristiana amplió
el campo religioso con una vastísima construcción dogmática, una sencilla
e imponente litu rg ia, u n a ascética fina y m atizad a como es sutil y diverso el
espíritu humano, y u n a mística o conocimiento experimental y ex tra n a tu ra l
de Dios.
E n los países católicos, todas estas facetas del Cristianismo dieron por origen
obras literarias de p o sitiva belleza. E n tre ellos sobresale Esp añ a por un
cultivo sin p a r de la lite ra tu ra religiosa debido a que la época histórica de
mayor auge de España coincidió con un estado más refinado del a rte literario.
Sin embargo, se ha restringido mucho el ángulo de visión de n uestra lite ra tu ra
religiosa, reduciéndola a los libros místicos, si bien incluyendo en el concepto
muchas obras, erróneamente colocadas en esa categoría. Lo más urgente, pues,
es rectificar el cuadro general de la lite ra tu ra religiosa española, ampliándolo
en la medida que lo exigen el enorme caudal de nuestros libros, in ten tan d o
a q u ila ta r y clasificar los méritos de todos ellos, establecer una escala de v a lo res
en tre los de un mismo género, v descubrir las condiciones de originalidad
o de imitación que cada uno presenta. Todo ello debe hacerse llegando, aunque
sea sobriamente, al fondo de los problemas, teniendo u n a idea exacta de sus
cuestiones, que es la m ateria o asunto de su h isto ria , y no deteniéndose en los
problemas de mera forma literaria.
División de la materia
Correspondiendo a los tres estados de la v id a so b ren atu ral del cristiano
— vida de gracia h ab itu a l, vida de lucha ascética y vida de gracias e x tra o rd inarias
—, la lite ra tu ra religiosa se despliega en tres grandes ramas, que son:
Catequística, Ascética y Mística. Al primer estado — cuya esencia consiste en
conservar la gracia santificante en el alma libre del pecado, m ediante el elementa
l ejercicio de las virtu d es y el cumplimiento de los deberes inexcusables del
cargo y oficio de cada uno —, dedicaremos la p rimera p a rte de este resumen.
Introducción a la catequística
Todavía h ay en n u e stra lite ra tu ra u n pórtico de e n trad a a este tem a, que
quiere ser filosófico, p u ram en te racional y an te rio r a la Fe. Su objeto es d e m
o strar la racionabilidad de la Fe, la verosimilitud de la Revelación, la congruencia
y n a tu ra lid ad del Misterio. Citemos como más representativos dos
libros que forman este pórtico: la Teología natural, de Raimundo Sabunde
y la Introducción al símbolo de la Fe, de Luis de Granada. La primera, escrita
en latín en pleno siglo xv y trad u c id a posteriormente al castellano por fray Antonio
Ares, y notablemente reformada por él. La obra del p ad re Granada a p a reció
en 1583. Antes de ella corrían por Esp añ a algunas obrecillas de este
género que no llegaban al nivel de la de Sabunde. Un ejemplo es el libro del
cartu jan o fray Andrés Capilla, Consuelo de nuestra peregrinación, apologética
falta de vuelos y no inuv larga de emoción, en estilo de una llaneza tan correcta
como insulsa. E sta escasez impulsó a fra y Luis de Granada a escribir su In tro ducción
al símbolo de la Fe, obra de plena madurez y agilidad de pluma, fru to
de la experiencia y el ejercicio infatigable de escritor del autor.
No por h aber publicado fra y Luis de Granada esta magna obra se a rre d ra ron
otros escritores de tra ta r el mismo tema con distin to plan, método y estilo.
El doctor Rodrigo Dosrna Delgado, maestro extremeño de Teología, publicó
en 1600 unos Diálogos morales, que son ni más ni menos u n a filosófica in tro ducción
a la Fe revelada, manteniendo el discurso dentro de las estrictas leyes
de la razón n a tu ra l. Es obra de lo más en ju ta, bien tra b a ja d a y luminosa que
existe en nuestra lengua. Toda la Teología N a tu ra l se encierra en sesenta y siete
hojas con un brillo y u n atra c tiv o que descubren en el a u to r extremeño un
escritor excelente.