jueves, 18 de diciembre de 2025

EL PENSAMIENTO Y LO MOVIBLE por Henri Bergson

 


EL PENSAMIENTO Y LO MOVIBLE por Henri Bergson 

La vigorosa personalidad de Henri Bergson, que por sí sola ilumina buena parte del campo filosófico moderno; la forma recia y bien fundamentada en que sus teorías están concebidas; la influencia que sus investigaciones han'tenido en el desarrollo del pensamiento contemporáneo, hacen de él, a no dudarlo, el primer filósofo de nuestros días. Su nombre es de aquellos que se imponen con sólo pronunciarlos, de aquellos que no necesitan presentación. Empero, si las calidades que reviste la figura de Bergson son de sobra conocidas en nuestro país, creemos que tal hecho no podría atribuirse a un conocimiento paralelo de sus obras. Se debe, antes que a la lectura de sus escritos, a las publicaciones de diarios y revistas, a la labor vulgarizadora de conferenciantes y estudiosos, a las lecciones explicativas de textos filosóficos. Son contados los que, entre nosotros, han ido a beber en sus propias páginas las ideas del paladín del espiritualismo en estos tiempos de materialismo. La publicación de la obra de Bergson que ahora entregamos al público, obedece a la consideración de la circunstancia anterior. Está en ella contenido todo lo más esencial del método bergsoniano, así como sus ideas sobre lo posible y lo real, sobre la intuición, sobre la verdad y la realidad: vale decir la médula misma de su pensamiento. De aquí que, al darla a la estampa, creemos hacer labor de divulgación y de cultura. EDITORIAL ERCILLA.

miércoles, 17 de diciembre de 2025

Thomas Carlyle Los héroes fragmento

 


Título original: On Heroes, Hero-Worship, and the Heroic in History. Traducción: Pedro Umbert. O Aguilar, S. A. de Ediciones. O Por la presente edición: SARPE, 1985. Pedro Teixeira, 8. 28020 Madrid. Traducción cedida por Aguilar, S. A., de Ediciones. 

 Depósito legal: M-6264-1985. ISBN: 84-7291-767-3 (tomo 9.0). ISBN: 84-7291-736-6 (obra completa). Impreso en España-Printed in Spain. . Imprime: Gráficas Futura. En portada: Vaso griego con hazañas de * Hércules, detalle (Madrid, Museo Arqueológico).

 Thomas Carlyle Thomas Carlyle nació en Ecclefecham, pueblecito del conda- do de Dumfries, en Escocia, el 4 de diciembre de 1795. Hijo de labradores acomodados, le destinaron a la carrera eclesiástica, y, al efecto, estudió teología, literatura, jurisprudencia y lenguas mo- dernas en la Universidad de Edimburgo. 

Aunque la índole de su . carácter le inclinaba a las abstracciones de la idealidad, estudió, no obstante, con notable aprovechamiento las matemáticas, hasta el de punto de aceptar años más tarde, y obligado por la necesidad, una plaza de profesor de esta asignatura en un colegio del conda- do Fife. Coincidió esto, seguramente, con la declaración que hizo a sus padres de su falta de vocación para entrar en las órde- nes, prefiriendo consagrarse a las letras. «La prensa y la literatura —decía— son la única Iglesia militante de los tiempos modernos. ¿Por ventura el literato no es un predicador que difunde las ideas sin circunscripción de tiempos ni de lugares, sino continuamente, por todas partes y entre todos los hombres?» Consecuente con estas ideas, se lanzó a toda vela por la co- rriente literaria, empezando a escribir en la «Edinburgh Cyclopae- dia» y en la «New Edinburgh Review» artículos sobre Montesquieu, Montaigne, Nelson, los dos Pitt, etc. También tradujo del francés el libro Elementos de geometría y trigonometría, de Legendre (1824); estudió la lengua y la literatura alemanas, y se dedicó luego asi- duamente a la traducción completa de las obras de Schiller, que ofreció vanamente a todos los editores londinenses. «London Ma- gazine» publicó su primer libro importante: una Vida y obra de Schiller, de estilo clásico, donde empieza a revelarse ya la perso- nalidad del Carlyle maduro. 

El autor, entusiasmado con la litera- tura y la filosofía alemanas, que tanto habían de influir en su pen- samiento y en su estilo, fue uno de los primeros escritores ingle- ses que fomentó en su país la difusión de la cultura germánica en su época de mayor esplendor. Trabó conocimiento y amistad con varios escritores alemanes, y es interesantísima su corresponden Thomas Carlyle cia epistolar con Goethe, quien, sin duda, fue uno de los primeros grandes escritores que se fijaron en el joven Carlyle, escribiendo la introducción a la traducción alemana de la obra citada. No dejó Carlyle de escribir durante toda su vida acerca de la cultura ale- mana: en 1827 publicó en «La Revista de Edimburgo» un ensayo sobre Richter; «Foreing Quarterly» y «Fraser's Magazine» publica- ron, en esos mismos años, una traducción antológica de narrado- res alemanes (Tieck, Hoffman, Richter, Goethe, etc.) y varios en- sayos sobre Goethe, Novalis y otros. En 1826 se casó con Johan- na Welsh, mujer inteligente, aunque de carácter difícil. Los recién casados se fueron a vivir a un refugio campestre en Craigenput- tock. 

El carácter intransigente y atrabiliario de su esposa chocaba a en menudo con la irritabilidad y carácter nervioso del escritor. Pe- ro se amaban profundamente, y en el fondo se comprendían. Cuan- do 1861 contrajo ella una enfermedad mental, que estuvo a punto de hacerle perder la razón, Carlyle la cuidó con ejemplar paciencia y afecto. Después de muerta, la honró en sus emocio- nantes Recuerdos, publicados hacia el fin de su vida. Suponiendo que la soledad de Craigenputtock influía perniciosamente en el carácter de Johanna, muy acostumbrada a vivir en sociedad, Carlyle se trasladó con ella a Londres en 1883. Pero aquellas relaciones conyugales siguieron siendo siempre una constante alternancia de horas serenas y terribles peleas matrimoniales. 

 La plena expresión de su originalísimo talento fue conquista- da por Carlyle al escribir su famosa Filosofía de los trajes, que incluía el ensayo titulado Sartor Resartus (El sastre remendado), sin duda alguna una obra fundamental en la cultura humana del siglo XIX y una de las más importantes de todos los siglos. 

 Sus dotes de historiador ilustre, unidas a las de original pensa- dor y escritor genial, se asociaron brillantemente para producir en 1834 otra obra inmortal: su Revolución francesa. Carlyle escribió mucho en periódicos y revistas. También dio varios ciclos: de conferencias. El más famoso es justamente éste acerca de Los héroes. Otra de sus mejores obras es La historia de Federico II de Prusia (1858-1865), que le acreditó como un gran historiador; gracias al valor científico de sus estudios, unido a sus magníficas cualidades literarias, pudo rivalizar, y según algunos Los héroes superar, con su ilustre contemporáneo Macaulay. Carlyle se preo- cupó también por cuestiones sociales y la suerte del obrero, y se adelantó a muchas ideas actuales en obras como las tituladas Chartism (1840) y Pasado y presente (1843). 

 La Universidad de Edimburgo le eligió por gran mayoría Lord Rector en 1865, y cinco años más tarde, durante la guerra franco- prusiana, el autor de La Revolución francesa abrazó con estusiasmo el partido de Alemania. «The Times» y otros periódicos ingleses publicaron artículos suyos en torno a este tema que, colecciona- dos luego, vieron la luz en forma de libro, bajo el título: Cartas sobre la guerra entre Alemania y Francia (1871). La muerte de su esposa, acaecida poco después, le afectó tan- to, da - que, a partir de entonces, puede considerarse terminada su vi- de escritor. Su vida humana se prolongó hasta el día 5 de febrero de 1881. La gloria de Carlyle, mientras vivió y, sobre todo, después de muerto, ha sido inmensa y merecida. 

Su enorme influencia como escritor puede resumirse diciendo que en Inglaterra no volvió a escribirse después de él como antes se escribía. Su descendencia intelectual se halla entre los nombres más ilustres del último ter- cio del siglo XIX y comienzos del XX. Y aun sus más enconados enemigos y detractores, como sucede siempre, no han podido subs- traerse a su poderoso y benéfico influjo. «Lo S héroe S» Esta obra consagró la fama europea de Car- al hyle. Se trata de seis conferencias que abun- dan en puntos de vista originalísimos; unas veces asombran con un diseño vigoroso, otras con un cuadro completo, rico en con- trastes de claroscuro, o bien con aquellas destemplanzas y ocu- rrencias suyas que confunden y marean. 

No hay cuestión que no aborde en este libro: la religión, la política, la literatura, palancas que mueven las grandes fuerzas sociales. El héroe legendario (Odín) es analizado por él con extraordinaria sagacidad, en lo que de real pudo tener, a través de las nieblas de la tradición y de las brumas de Dinamarca; en el profeta (Mahoma), describe con intuición mara- villosa la influencia ejercida por aquel hijo semibárbaro del desierto entre las tribus fanáticas y sensuales de Arabia; en el poeta (Dante Thomas Carlyle y la Shakespeare) estudia con profunda sensibilidad y raro acierto personalidad del escritor florentino y, con cierta exageración nacionalista, la del inmortal dramaturgo inglés; en el sacerdote (Lu- tero y Knox) palpita el drama religioso de la Edad Media, en que Europa sacudió sus ligaduras mortales al grito del monje alemán; en el escritor (Johnson, Rousseau, Burns) observa las tres perso- nalidades distintás en que se encarna el héroe literario, la del man- tenedor de lo caduco, el vidente del porvenir y el idealista; en el rey (Cromwell y Napoleón) se esfuerza en justificar la política sola- padá y la ambición tiránica del protector de Inglaterra, ambición y política que él considera desde un punto de vista especial, juz- gándolas nobles manifestaciones de un espíritu a quien acusó de hipócrita la Historia, y en cambio critica con frases despectivas el desenfrenado apetito de gloria y el endiosamiento de un «pig- meo», Napoleón Bonaparte. de Dos grandes ideas resaltan, sin embargo, de este estudio: la sociedad está sujeta a eterna metamorfosis; los héroes son los agen- tes esa transformación, cambio o transfiguración, que el ser social, cuerpo y alma, experimenta en el curso del tiempo. Carlyle define tres civilizaciones sucesivas e históricas, dejando aparte, en las profundidades de los siglos, la bruma de la prehistoria.

 Esas tres grandes civilizaciones de la Europa histórica las designa con los nombres de Antigitedad y Paganismo, Cristianismo y Edad Me- dia, y Tiempos Modernos, tres épocas que contienen dos transi- ciones; asistimos a la segunda, la cual forzosamente habrá de ser muy larga, teniendo en cuenta el millar de años que necesitó la disolución lenta del mundo pagano para dar paso a la elaboración, lenta también, del cristianismo. Es cierto que los grandes descu- brimientos modernos nos comunican a los fenómenos sociales ace- leraciones que desconoció la Antigitedad.

 Así, esos cambios per- petuos no los juzga Carlyle estéril metamorfosis, ni recesión ni. decadencia, sino fases grandiosas de una ascensión que irresisti- blemente prosigue a través de nuestros dolores y de nuestros pla- ceres, de nuestras dudas y de nuestras esperanzas. Con respecto al estilo de Carlyle, raramente se ha manifesta- do, como en este libro, la verdad que expresó Buffon: el estilo es el hombre mismo. 

El estilo de Carlyle es él; le retrata de pies a Los héroes cabeza. Sus ideas, sus entusiasmos y paradojas no podían expre- sarse en otro estilo. No hay en él la menor contradicción entre fondo y forma, entre alma y expresión. Sus párrafos desiguales, entrecortados por paréntesis y digresiones, con sus ritmos entu- siásticos, con sus frases amplias y agitadas, o. rápidas y seguras; con el retorno, repetidísimo, de unas pocas ideas centrales, de unas mismas frases o palabras, refleja su carácter sombrío, atormenta- do, contradictorio y a menudo obsesivo. Sus juegos de puntua- ción, la abundancia de palabras que empiezan con mayúscula, sus frecuentes subrayados tienen por objeto llamar la atención sobre los temas principales hacia los cuales, como centro de atracción, todas las ideas, todas las frases y palabras se polarizan. Esto ha sido interpretado como defectos, como si Carlyle no supiese escri- bir y pulir su estilo, o como si buscase la manera de sorprender y mixtificar a sus lectores. 

El pensamiento mismo de Carlyle es, desde luego, más musical que discursivo y reflexivo; siente, más que ve, fulguraciones de intuiciones grandiosas, inexpresables en palabras. Porque el significado corriente de las palabras no le basta; el se hirviente sentido de lo que él quiere expresar no cabe en ellas; desborda, se vierte de ellas como un metal deslumbrante, en ebullición, del cristal que lo contiene. Los héroes, de Odín a Napoleón Los antecedentes En la Alta Edad Media, dos gran- des pueblos amenazaron a Occiden- te: normandos —o vikingos— y musulmanes. 

Con respecto a los primeros, los cronistas latinos les dieron el nombre de nordman- ni, les es decir, hombres del Norte, pero los historiadores modernos la llaman también vikingos, del antiguo noruego vikingr, pirata. De península escandinava habían salido cimbrios y teuto- nes, vándalos y godos, hérulos y burgundios, que sucesivamente invadieron el Imperio romano. En la segunda mitad del siglo II d. C., los hérulos aparecieron en las costas del mar de Azov, en Galia y España; hacia el año 520, una expedición danesa fue aplas- tada en las costas de Frisia, y en el 574 eran vencidos daneses, sajones y jutos, también en Frisia, por el duque de Austrasia. Pe- ro en el siglo IX tomó tal amplitud la expansión guerrera y pacífi- ca de los pueblos escandinavos, que haría olvidar las alusiones es- porádicas que de sus rapiñas venían haciendo los cronistas. 

 Con respecto a los musulmanes, árabes convertidos a la fe de Mahoma, hay que decir que habían tenido pocos contactos con el al mundo grecolatino antes del siglo VH. Tan sólo los instalados Norte, cerca de Siria, habían tenido contacto con las civiliza- ciones griega y aramea, y más tarde con la romana, la bizantina y la persa. La península arábiga había estado más aislada de estos centros políticos y culturales. Habitada por los beduinos, pastores nómadas con una organización social muy primitiva, divididos en tribus enfrentadas entre sí, formarán una unidad sólida sólo gra- cias y a las doctrinas de Mahoma. 

* Por su parte, la Italia de Dante estaba dividida entre gúelfos gibelinos, que apoyaban unos al Papa y los otros al Emperador en la lucha entre Papado e Imperio. Esto provocará enfrentamientos armados constantes entre ambos bandos, siendo el propio Dante víctima de ellos. Esta lucha prosigue en el siglo XV, en tiempos de Lutero, que, contrariamente a Dante, se sirve de la rivalidad Thomas Carlyle entre el Papa y los príncipes alemanes para obtener el apoyo de éstos a su Reforma religiosa. Con respecto a la Inglaterra de finales del siglo XVI, enla que viven Knox y Shakespeare, sufre también problemas religiosos. 

En efecto, reina María Tudor, también llamada María la Católica, que desarrolla una política exterior de alianza con España y una polí- tica interior de persecución a los protestantes. Knox será víctima de ella. Los antecedentes deben buscarse en la ruptura del rey Eduardo VIII con el Papa, que no aceptaba la anulación de su ma- trimonio con Catalina de Aragón. Un siglo más tarde, en la Ingla- terra de Oliver Cromwell, los problemas son más bien de tipo po- lítico: Carlos 1 y sus ministros Strafford y Laud, defensores a ul- tranza del absolutismo monárquico, exasperan al pueblo con sus tremendos impuestos y su desprecio evidente a la institución par- lamentaria, ya existente en Gran Bretaña. 

El gesto de un noble, que se negó públicamente a pagar.impuestos no autorizados re- gularmente por el Parlamento, suscitará una oleada de apoyo en- - tusiasta. Y otro siglo más tarde, ya hecha la revolución por Oliver Cromwell, la monarquía parlamentaria británica, en la que viven Johnson y Burns, está dominada por el primer ministro whig Ro- bert Walpole, que recurre a todos los medios de presión y corrup- ción de que puede disponer para sobornar a los diputados y go- bernar a favor de la oligarquía financiera, que le apoya. 

 Frente a ella, la Francia del siglo XVII, en que viven Rous- seau y Napoleón, es la época esplendorosa del Absolutismo, del Ancien Régime, criticado o adulado por la Ilustración, y que será finalmente aniquilado por la Revolución francesa, hecha a finales de siglo gracias a las ideas difundidas por hombres como Rous- seau, y al valor y decisión de hombres como Napoleón. Los hechos En poco más de un siglo, el IX, los norman- a dos se hacen dueños de gran parte de Ingla- terra e Irlanda; en nombre de Odín, se asientan en la Galia, des- pués de haber saqueado ampliamente el país; recorren las costas de la península Ibérica y, pasando el Mediterráneo, vuelven a ata- car la Galia, ahora por el golfo de Lyon; por el Atlántico norte, Los héroes se extienden hasta la lejana Islandia, llegando incluso a América; dominan el Báltico y, tras superar la dureza de la estepa rusa, con- siguen llegar a Constantinopla.

 La actividad económica principal de la Arabia del siglo VI, en que vive Mahoma, son las caravanas, el comercio con las zonas vecinas. El propio Mahoma se dedicará a ello hasta que se case con Jadicha. Estas caravanas transportan perfumes, inciensos, me- tales preciosos, ricas maderas, aceite, trigo. La Meca era el princi- pal mercado y depósito de las caravanas que cruzaban Arabia. Ma- homa la convertirá, por eso, en el centro religioso de los musul- manes, uniendo las tribus caravaneras, antes politeístas, en una fe la y unos ideales comunes, con una estructura política unida y! un centro religioso único para todos sus fieles. Con respecto a la Italia de Dante, continúa en vida de Dante lucha entre el Papa y el Emperador. Ambas instituciones se lan- zan por esos años a una publicística trepidante en defensa de sus respectivos puntos de vista. Nadie parece darse cuenta de que el porvenir impondrá una solución: la afirmación de las nacionalida- des, tan alejada del imperialismo guibelino como de la teocracia guelfa. Tanto Dante Alighieri como Martín Lutero serán, en este sentido, nacionalistas ante litteram. Por su parte, la Inglaterra de Shakespeare y Knox vive la «Era Isabelina». 

Muerta María Tudor, le sucede Isabel 1, hija de Enri- que VIII y Ana Bolena, la cual responde inmediatamente a las es- peranzas en ella dépositadas por los protestantes franceses y ho- landeses. Así, la política exterior británica cambia totalmente: de ser aliada de España, Inglaterra se convertirá en la pesadilla de Felipe II. Un siglo más tarde, el absolutismo monárquico recibe un golpe mortal en este país, asestado por Cromwell, el cual orga- niza un ejército regular disciplinado y valiente para defender al Parlamento frente a los absolutistas. Así, vencido en Naseby, el rey Carlos I será ajusticiado y se proclamará la soberanía popular y el sufragio universal en Inglaterra. Ya en el siglo XVII, en época de Johnson y Burns, dos partidos políticos dominan la vida parla- mentaria inglesa: los tories, o conservadores, representantes de los grandes propietarios de tierras y de la nobleza; y los whigs, o liberales, representantes de la nueva clase ascendente británica, Thomas Carlyle la ya burguesía comercial-capitalista.

 La figura del monarca resulta puramente institucional, podría decirse que decorativa. Por el contrario, la Francia de Rousseau y Napoleón está en plena efervescencia por conseguir un régimen similar al inglés. En la segunda mitad del siglo XVIII las ideas de los enciclopedistas hablan ya de los derechos del hombre, tanto como individuo co- mo en condición de ciudadano de un Estado. Estas ideas serán llevadas a la práctica en 1789, al abolir los herederos del espíritu de Rousseau (entre ellos Napoleón) un régimen absolutista e ins- taurar una república del pueblo, gobernada y administrada por él. Las consecuencias A finales del siglo IX, los norman- dos dominan Escocia, Irlanda, Is- landia, Checoslovaquia y amplias zonas de Inglaterra y Francia. Pronto crearán grandes reinos en el norte de Europa, génesis de los actuales reinos escandinavos. 

Los cristianos de estas tierras están desunidos y no consiguen hacerles frente. Sin embargo, una vez establecidos en sus nuevos territorios, el contacto con los in- dígenas llevará a estos feroces guerreros a la sedentarización y, finalmente, a la conversión al cristianismo. Con respecto a Arabia, muerto Mahoma, le sucede el califa Abu Bakr, padre de la última esposa del profeta, Aixa. Abu Bakr so- meterá a las tribus árabes desunidas y marchará hacia Siria y Per- sia. Comienza así la expansión islámica, que llevará a los musul- manes a conquistar el Próximo Oriente, el norte de Africa, casi toda la península Ibérica, parte del Africa subsahariana, la penín- sula Balcánica e incluso el corazón de Asia. Por su parte, la Italia de Dante dará paso, en el siglo XIV, a la Italia comunal, dominada por los nacionalismos locales. En efec- to, la pujanza de las ciudades italianas, facilitada por la expansión europea en el siglo XII, recibirá un fuerte impulso a consecuencia de los choques entre las tres grandes fuerzas hostiles: el Imperio, el Papado y el feudalismo. Lo mismo ocurrirá en la Alemania de después de Lutero.

 Pero, si es incuestionable que el florecimiento de los nacionalismos locales implica la atomización de un país, elementos culturales —una lengua y una literatura comunes, en el caso de Dante; una reforma religiosa que da inicio a una nueva Los héroes Iglesia, en el caso de Lutero— pueden mantener cohesionado, y de hecho lo harán, a un colectivo desunido sólo de derecho. Con respecto a la Inglaterra de Shakespeare y Knox, a la muerte de estos dos hombres ilustres su país se ha convertido en una gran potencia, con una de las mejores flotas del mundo, un territorio unido bajo la férrea voluntad y personalidad de Isabel y posesio- nes coloniales en el Nuevo Mundo. 

A la muerte de Cromwell, In- glaterra ha mejorado todavía más su posición en el mundo: su flo- ta es ahora la primera del planeta en cantidad y calidad, su orga- nización política es más libre y avanzada que la del resto de Occi- dente, todavía dominado por el Antiguo Régimen, y en su expan- sión colonial ha desplazado a Portugal y España como principa- les potencias coloniales, y se enfrenta ahora a Holanda y Francia por el monopolio comercial con América, Asia y Africa. A finales del siglo XVHI, muertos Burns y Johnson, Gran Bretaña se prepa- ra a dominar el mundo: hecha la revolución industrial, su pujanza económica incita al país a buscar nuevos mercados en los cinco continentes. 

Será la consolidación del Imperio Británico, quizá el más extenso de la historia de la humanidad. Frente a ella, Francia vive, a la muerte de Rousseau, momen- tos de conflictos internos: la rivalidad anglo-francesa a lo largo del siglo XVII ha privado a Francia de sus posesiones indias y ameri- canas; la Revolución francesa y la posterior toma del poder por parte de Napoleón agudizarán dicha rivalidad, que terminará en una nueva derrota francesa y en el exilio napoleónico en Santa Elena.

 Pero, a lo largo del siglo XIX, Francia recuperará su anti- guo esplendor, y en una sucesión ininterrumpida de repúblicas, monarquías e imperios, recuperará rápidamente su rango de gran potencia, en un mundo dominado por el capitalismo y la expan- sión imperialista por todos los continentes. Fechas clave 500 Los daneses, adoradores de Odín, habitan las islas de Di- namarca, Ascania y, posteriormente, Jutlandia. 

La expan- sión de este pueblo se inicia como consecuencia de la superpobla- ción de sus áreas originarias y del descontento ante la situación político-económica tras la formación de grandes señoríos territo- riales, lo que incita a muchos reyezuelos y a sus guerreros a emi- grar en sus nuevas naves (gokstad, oseberg) con quilla reforzada y mástil para vela, que sustituye a la vieja embarcación de remos tradicional (nydam, kvalsund). 57 5 Nace Mahoma en La Meca. Pertenece a la importante fa- milia de Hasim, de la tribu mudarí de Qurays, y es hijo de Abd Allah, muerto en Medina. A los seis años pierde a su ma- dre, Amina, y es recogido por su abuelo Abd-al-Muttalib y más tarde por su tío, Abu Talib, cuyo hijo Alí es su compañero de juegos. 5 87 Mahoma marcha en caravana con Abu Talib. En Bosrá ve al la monje cristiano Bahira, que reconoce en él el signo de profecía. 

Se hace pastor, y pronto entra al servicio de la rica Jadicha, pariente lejana suya, cuyas caravanas de camellos condu- ce por algún tiempo atravesando Arabia. 600 Los reyes esviones, o dinastía de los Inglings, extienden su del hegemonía desde el área de Upsala hasta la totalidad territorio sueco. Mahoma se casa con Jadicha, encontrando en ella una fiel colaboradora. El matrimonio le libera económica- mente, lo que le permite consagrarse a la meditación. Sus viajes con caravanas por Arabia, hasta Siria y Palestina, le han puesto en contacto con judíos y cristianos, cuyas doctrinas religiosas han sobreexcitado su inquietud religiosa. 61 0 Mahoma comienza su predicación. 

Convencido de que es necesario renovar la enseñanza de la verdadera fe mono- a los teísta, como resultado de una serie de visiones y relaciones, predi- ca miembros de su tribu la necesidad de creer en un único dios: Alá, el gran padre de todos los musulmanes. Thomas Carlyle 622 La doctrina mahometana, monoteísta, espiritual y ascéti- ca, choca con el fetichismo y materialismo de los merca- deres de La Meca. El ambiente hostil obliga a Mahoma a emigrar a Yatrib el 15 de junio. Esta fecha marca el inicio de la Hégira, punto de partida de la cronología” musulmana. 62 Con los adeptos que le acompañaron de La Meca y los con- «vertidos en Yatrib, Mahoma forma su primera comunidad, de la que él es a la vez jefe político y religioso. Sus enfrentamien- tos 630 con La Meca son cada vez más violentos. Mahoma consigue regresar a La Meca. Suprime el culto idolátrico en la ciudad y el santuario de La Kaaba queda transformado en un centro de piedad islámica. La nueva religión arraiga en toda la península arábiga. 632 Muerte de Mahoma en Medina. 

Su sucesor, el califa Abu Bakr, padre de Aixa, última esposa del profeta, somete las tribus árabes separadas y marcha hacia Siria y Persia. Empieza la expansión islámica por los territorios cercanos. 6 50 Los reyes esviones dominan, junto con los gotlandeses, la cuenca del Báltico (Finlandia, Curlandia, Prusia oriental). -En el siglo VIII es ya este mar un «lago sueco», cerrado al comer- cio frisón y dominado totalmente por los vikingos. 790-840 Saqueos e invasiones normandas a lo largo de las a costas celtas: Lindisfame, Jarrow, Monkwearmouth, Skye, lona. A partir del 799 realizan incursiones al litoral friso- sajón, obligando a Carlomagno a establecer permanente vigilan- cia costera. Son características las acciones alternadas: ataques du- rante la primavera, para retornar al punto de partida en invierno. Tras la muerte de Luis el Piadoso, sin embargo, emprenden las expediciones con potentes ejércitos y establecen campamentos per- manentes en las desembocaduras de los ríos, donde invernan. 840-862 Los vikingos daneses saquean anualmente las ciu- dades francas cercanas a las desembocaduras de los ríos, y emprenden expediciones de pillaje a Asturias, Portugal, Baleares, Provenza y Toscana. Someten también los condados de Northumberland y Anglia oriental. 866-87 A Los vikingos daneses comienzan la conquista me- tódica de Inglaterra desde las bases de Londres y Los héroes - Thanet. Los noruegos ocupan las islas Shetland, Orcadas, Feroes, Hébridas e Irlanda. 

A raíz de la unificación del país por el rey Ha- rold, muchos de sus súbditos abandonan el reino y se establecen en Islandia, que constituye así una colonia vikinga. 980-1000 Nuevos ataques vikingos a Inglaterra, dirigidos por reyes daneses. Los noruegos descubren Groenlandia y una franja septentrional de América (Vinland), que no llegan a colonizar, logrando penetrar en la región de Novgo- rod. Al final del período tiene lugar la cristianización de los vikin- gos y, simultáneamente, su paso al sedentarismo. 12 se B Nace Dante Alighieri en Florencia. Pertenece a una fa- milia de la burguesía gúelfa. De su niñez y adolescencia tienen muy pocas noticias. 127 4 Muere su madre; mientras, estudia en su ciudad natal, siendo discípulo de Brunetto Latini. Entre sus amigos íntimos figura el futuro gran poeta Cavalcanti. Ve por primera vez a una joven llamada Beatriz, un año menor que él, a la que amará platónicamente durante toda su vida. 1294 Termina La vita nuova, especie de diario íntimo en verso y prosa inspirado en su amor a Beatriz. Alterna sus estudios universitarios en.Bolonia con una vida disipada. Ha- cia el año 1290 muere Beatriz. 

Poco después se casa con otra jo- ven florentina, Gemma di Manetto Donati. 129 5-1206 Dante empieza a tomar parte en la vida de Flo- o rencia: es miembro del Consejo del Pueblo y más tarde del Consejo de los Ciento. 1300-1303 Designado embajador en Roma para tratar la ==" " pazcon el papa Bonifacio VIII, éste le retiene junto a sí, hasta que, aliado con Carlos de Valois, consigue el triunfo guelfo en Florencia. 

Sus diferencias políticas obligan a Dante Alighieri al exilio. 1306-1315 Empieza la vida errante de Dante: recorre el norte de Italia, visitando las ciudades de Vero- na, Padua, Rimini, Lucca, Ravena. 1321 Dante Alighieri muere en la ciudad de Ravena el 14 de 1-7 septiembre, al regreso de un viaje a Venecia. Thomas Carlyle 1483 Martín Lutero nace en Turingia. De familia campesina acomodada, se ve muy influenciado por su madre, mu- Jer de sánas costumbres, pero muy supersticiosa. . 1 A9 7 -] 50 5 Estudia Lutero en Magdeburgo, Eisenach y Er- - el a furt. Contra los deseos paternos de que estu- diase Leyes, se licencia'en Letras, para ingresar posteriormente en convento de los agustinos de Erfurt. 1507-1516 Ordenado sacerdote, se doctora en teología y : enseña filosofía, teología y exégesis bíblica. En- viado por su orden en misiones de confianza a Roma, desempe- ñará aquí el cargo de vicario general de los agustinos alemanes. El 1 reformador escocés John Knox nace en Haddington. 51 7 Lutero se opone a la «venta de indulgencias». El 31 de octubre fija en las puertas de la iglesia de Wittenberg sus 95 tesis redactadas en latín, que serán el comienzo de la Re- forma. Para defender su posición predica incansablemente, publi- ca 1 numerosos escritos y discute con los teólogos. 520 Lutero quema en la plaza pública de Wittenberg la bula : - papal en que se le invita a retractarse de sus ideas, y pu- blica «los tres grandes escritos reformadores», base de las iglesias luteranas: Manifiesto a la nobleza cristiana de Alemania, La cau- tividad de Babilonia y De. la: libertad del cristianismo. 15 A6 Tras viajar incesantemente por Alemania predicando sus teorías y buscando adhesiones, sobre todo entre la rea- leza y la nobleza alemana, Lutero muere en su ciudad natal.

 Or- denado sacerdote, John Knox se suma a la Reforma y predica las . nuevas ideas en las ciudades de Berwick y Newcastle. 1554-15 59 Al subir al poder María Tudor, Knox huye a 22 2. Ginebra, donde traduce al inglés la llamada «Bi- blia de Ginebra». En 1559 vuelve a su patria, difundiendo. la refor- ma luterana y contribuyendo al establecimiento del presbiterianismo en Escocia y al derrocamiento de María Estuardo. 1 564 William Shakespeare nace en Stratford on Avon. De fa- milia acomodada, es muy poco lo que se sabe de sus años de infancia y adolescencia. 1582 Shakespeare se casa con Ann Hathaway y se traslada a Londres, donde trabaja como actor de teatro. : Los héroes 159 4 Shakespeare consigue sus primeros éxitos como drama- 25 7. turgo. Compone Venus y Adonis y La violación de Lu- crecia.

 Es actor; autor y pronto accionista de la compañía de los Lord Chamberlain's Men, que actúa en el teatro del Globo. 1 599 Oliver Cromwell nace en Huntington. El fervor puritano del ambiente en que se-educa le marca profundamente. 1613 Se incendia el teatro del Globo. Shakespeare ha escrito ya sus mejores obras. El escritor, famoso y rico, se retira a en la Stratford, donde lleva una vida apacible y desahogada. Poco des- pués de redactar su testamento, muere el 26 de abril y es enterra- do iglesia de Stratford on Avon. 1 640 Elegido diputado del Parlamento, Cromwell apoya enér- gicamente al partido puritano en su lucha contra el rey y la iglesia anglicana tradicional. ;... l 1642-1 645 Estalla la guerra civil inglesa. Su talento mili- 22 7 tarse evidencia inmediatamente: al mando de un ejército valiente y disciplinado, vence al partido realista. 1649-1 65 A Se suprime la Cámara de los lores en el Parla- A 7 mento británico y se.condena a muerte al rey. Cromwell se convierte así en amo de las islas. Somete a los rebel- des de Irlanda y Escocia e instaura el régimen de la Commonwealth. Deseoso de aliarse con todas las potencias protestantes, se ve, sin embargo, arrastrado a una guerra contra las Provincias Unidas. Mientras tanto, los desórdenes parlamentarios mueven a Crom- well a disolverlo y a promulgar una nueva Constitución, que con- solida la dictadura militar de un rey sin corona. 16 58 Agotado por una vida demasiado activa, Oliver Cromwell muere en Londres, en el mes de septiembre, tras de- signar como sucesor a su hijo Richard Cromwell. 1709 Samuel Johnson, lexicógrafo, crítico y poeta británico, nace en Lichfeld. Debido a la falta de medios económi- cos, se ve obligado a abandonar sus estudios en la Universidad de Oxford y dedicarse a la enseñanza. 17 12 Jean-Jacques Rousseau nace en Ginebra, en el seno de una familia hugonote. Al nacer queda huérfano de ma- dre, 1 y es educado por el pastor Lambercier. o 73 7-1 7 5 5 Samuel Johnson se traslada a Londres, donde se da a conocer por sus artículos periodísticos Thomas Carlyle en «The Rambler», «The Adventurer» y «The Idler», y por obras como Londres, La vanidad de los deseos humanos, Vida de Sa- vage y, sobre todo, un Diccionario de la lengua inglesa en dos volúmenes. Rousseau viaja a París e Italia, alcanzando la fama en los salones parisinos con su Discurso sobre las ciencias y las artes. 17 59-1 7 62 El poeta escocés Robert Burns nace en Allo- =__ way. Hijo de campesinos, recibe una educación muy superficial, pero pronto se inclina por la poesía. Rousseau trabaja en tres de sus mejores obras: las tituladas La nueva Helot- sa, 1 El contrato social y Emilio o la educación. 

 769 Nace Napoleón Bonaparte en Ajaccio. Estudia en el co- legio de Autún y en la escuela militar de Brienne. Ter- mina sus estudios en París, y es nombrado teniente de un regi- miento de artillería de la capital francesa. 1 7 82-1 7 89 Samuel Johnson publica su última obra, Vidas = -— depoetas, en diez volúmenes, donde demues- tra una gran sagacidad crítica. Muere en Londres poco después. Rousseau escribe sus Confesiones y Meditaciones de un paseante solitario. Muere súbitamente en casa del marqués Girardin, su úl- timo protector, en Ermenonville. Robert Burns se casa con Jean Armour y publica Poemas escritos principalmente en dialecto es- cocés. Al estallar la Revolución francesa, Napoleón Bonaparte mues- tra simpatías por los jacobinos. 

 1793-1798 Robert Burns se traslada a Dumfries, donde si- ==” guecomponiendo baladas escocesas. Pero sus excesos en el trabajo, la bebida y los placeres minan su salud, mu- riendo tras sufrir un grave ataque de fiebre reumática. Napoleón se traslada a Provenza. Colabora con las tropas revolucionarias en la conquista de Tolón, en la campaña de Italia y en la de Egip- to. de Vuelto a Francia, donde el Directorio agonizaba, da un golpe Estado e instaura una férrea dictadura militar. 17 99.1 804 Napoleón es elegido Primer Cónsul mediante ZAS >” plebiscito para un período de diez años.

 Para dar una apariencia democrática a la dictadura militar, se elabora una Constitución. Se reorganiza la administración, la justicia, la economía y la educación. Una nueva campaña en Italia logra la difícil victoria de Marengo: Austria cede otra porción de sus terri- Los héroes torios italianos. Se firma un Concordato con la Iglesia, poniéndo- la sul al servicio del gobierno. Napoleón Bonaparte es proclamado Cón- Vitalicio y, más tarde, Emperador. 1805-181 5 El ejército napoleónico invade Alemania. De- TA 277 rrota austríaca en Ulm. Batallas de Trafalgar y Austerlitz. Paz de Tilsit: Rusia se une al bloqueo continental. Guerra de Independencia española. Campaña de Rusia. Tras la catástrofe del ejército napoleónico y su posterior retirada, Prusia se ne incorpora a la resistencia, aliándose con Austria. Napoleón tie- que retirarse más allá del Rhin. Las tropas aliadas liberan Ale- mania, Holanda y el norte de Italia, llegando hasta París. Napo- león es encarcelado en la isla de Elba, pero consigue escapar y regresar a Francia, donde vuelve a tomar el poder. Batalla decisi- va de Waterloo, en la que queda aniquilado el poder militar fran- cés. Segunda entrada de las fuerzas aliadas en París. Se firma la paz, que pone fin al fugaz Imperio napoleónico. 1821 Bajo protección inglesa, Napoleón es desterrado a la is- la de Santa Elena, donde muere el 5 de mayo. * Bibliografía De Carlyle Héroes, Los. Madrid, Aguilar, 1946.

 Primitivos reyes de Noruega, Los. Espasa Calpe, 1957. Recuerdos. Madrid, Espasa Calpe, 1963. Sartor Resartus. Madrid, Fundamentos, 1976. Trabaja y confía. Madrid, Sintes, 1963. Vida de Schiller. Madrid, Espasa Calpe, Sobre los héroes ANDRAE, T., Mahoma, Madrid, Alianza, 1966. BOSWELL, J., La vida del doctor Samuel Johnson, Madrid, Es- pasa Calpe, 1956. CREMA, E., Dante, 1265-1321, Caracas, Universidad, 1966. DERMENGHEN, E., Mahoma y la tradición islámica, Madrid, Aguilar, 1963. DERMENGHE)N, E., Vida de Mahoma, Barcelona, Agustín Nú- ñez, 1942. DOTOR, S., Dante, Madrid, Compañía Bibliográfica, 1964. DUBY, G., y MANDROU, R., Historia de la civilización francesa, México, Fondo de Cultura Económica, 1966. GABRIELI, F., Mahoma, Madrid, Guadarrama, 1967. GALKINE, 1., y ZOUBOK, L., La revolución burguesa del si- glo XVI en Inglaterra, México, Grijalbo, 1964. GALLARATI SCOTTI, T., Vida de Dante, Barcelona, Montaner y Simón, 1964. GARCIA VILLOSLADA, R., Raíces históricas del luteranismo, Ma- drid, Editorial Católica, 1969. GARCIA VILLOSLADA, R., Martín Lutero, 2 vols., Madrid, Edi- torial Católica, : Thomas Carlyle GAUDEFROY, M., Mahoma, Barcelona, Montaner y Simón, 1962. GAUTIEZ, P., Dante. Su vida y su obra, Buenos Aires, Antonio Zamora, 1965. GODECHOT, J., Las revoluciones, 1770-1799, Barcelona, Labor, 1969. GREINER, A., Lutero, Barcelona, Aymá, 1968. HALLIDAY, F. E., Shakespeare, Barcelona, Destino, 1964. HAMPSON, N., Historia social de la revolución francesa, Madrid, Alianza, 1970. HATZFELD, H., y otros, Dante en su centenario, Madrid, Tau- rus, 1965. HOBSBAWM, E., Las revoluciones burguesas, Madrid, Guadarra- ma, 1964. IRVING, W., La vida de Mahoma, Buenos Aires, Espasa Calpe, 1945. KRABBE, L., Histoire de Danemark, París, Gallimard, 1950. LABROUSSE, E., La sociedad del siglo XVII ante la revolución francesa, Barcelona, Destino, 1958. LARSEN, K., A history of Norway, Princeton, University Press, 1948. LEFEBVRE, G., La revolución francesa y el Imperio, 1787-1815, México, Fondo de Cultura Económica, 1967. LESKO, B., En busca del pensamiento de Martín Lutero, Buenos Aires, La Reforma, 1965. LOCKYER, R., La guerra civil, 1640-1649, Santiago de Chile, Po- maire, 1962. LORTZ, J., Historia de la Reforma, Madrid, Taurus, 1964. MANFRED, A., y SMIRNOV, R., La revolución francesa y el im- perio de Napoleón, México, Grijalbo, 1969. MAUROJS, A., Historia de Francia, Barcelona, Surco, 1956. MAUROJTSS, A., Napoleón, Barcelona, Destino, 1965. MAY, G., Rousseau par lui-méme, París, Editions du Seuil, 1961. MOMIGLIANO, E., Cromwell, Lord Protector de Inglaterra, Bar- celona, Iberia, 1941. MONTALBAN, F., Los orígenes de la reforma protestante, Ma- drid, Razón y Fe, 1942. Los héroes MONTANELLI, 1, Dante y su siglo, Barcelona, Plaza y Janés, 1965. MUSSET, L., Las invasiones. El segundo asalto contra la Euro- pa cristiana, Barcelona, Labor, 1968. MUSSET, L., Les peuples escandinaves au Moyen Age, París, P.U.F., 1951. NICOLLE, P., Historia de Inglaterra, Barcelona, Salvat, 1953. PENÑUELA, J. M., Mahoma, su carácter y su personalidad, Ma- drid, Imprenta de Aguirre y Cía., 1946. PETERSON, A., Oliverio Cromwell, su vida y su carácter, Bar- celona, Montaner y Simón, 1901. PIRENNE, J., Conflicto entre el autoritarismo y el liberalismo en los siglos XVI y XVII, Barcelona, Exito, 1967. PIRENNE, J., La revolución francesa, Barcelona, Exito, 1967. SEGUR, CH., La derrota de Napoleón en Rusia, Madrid, Círculo de Amigos de la Historia, 1969. SMITH, C. M., Les expéditions des Normands, París, A. Colin, 1941. SMYTH, A. P., Scandinavian kings in the British Isles, 850-880, Oxford University Press, 1977. SOBOUL, A., Compendio de la historia de la revolución france- sa, Madrid, Tecnos, 1966. STENTON, F. M., Anglo-Saxon England, Oxford University Press, 1947. SVANSTROM y PALMSTIERNA, C. F., Histoire de Suede, París, P.U.F., 1944. THIERS, A., La revolución francesa, Barcelona, Petronio, 1969. THORN, J., Historia de Inglaterra, Santiago de Chile, Pomaire, 1964. VIEJO, R., Lutero en España y la América española, Burgos, Al- decoa, 1956. l WAIN, J., El mundo vivo de Shakespeare, Madrid, Alianza, 1968. WALSH, A., Scandinavian relations with Ireland during the Vi- king period, Dublín, O'Neill Press, 1922. WATT, W. M., Mahoma, profeta y hombre de Estado, Barcelona, Labor, 1967.

martes, 16 de diciembre de 2025

WILLIAM BLAKE LIBROS PROFÉTICOS II TRADUCCIÓN, PREFACIOS Y GLOSARIO BERNARDO SANTANO) prólogo

 


Milton: poema en dos libros (1804)

 El texto de Milton: Poema en dos libros constaba inicialmente de cuarenta y cinco planchas grabadas en relieve, según la técnica personal que Blake ya había empleado en otras ocasiones. 

Aunque en la portada figura la fecha de 1 804, el proceso de elaboración de la obra se prolongó hasta 1811, y hacia 1818 se añadieron algunas láminas más hasta completar un total de cincuenta. Se conocen cuatro ejemplares de la obra, tres de ellos producidos en 18u , los llamados A, B y C, y el cuarto en 1818, el ejemplar D, conservado en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. En este texto, que de algún modo representa la idea final de Blake sobre el poema, se basa la presente edición en inglés, a partir de la cual se ha realizado la traducción española. El poema está dividido en dos libros, aunque la idea inicial de Blake pudo ser la de desarrollar el tema en doce libros, según se deduce de la portada, en la que parece dis tinguirse el número 12. 

La composición gira en torno a dos visiones del poeta. La primera de ellas, narrada en el primer libro, aconteció cuando aún vivía en Lambeth, antes de trasladarse a Felpham. Sin duda le causó una honda impresión, pues la representó en tres láminas (números 17, 32 y 37). En éstas se representa cómo un meteoro penetra a través del pie izquierdo del poeta: «primero lo vi en el Cénit como un meteoro, / descendiendo perpendicular, veloz como veloz vencejo o golondrina; / y cayéndome en el pie izquierdo sobre el tarso, entró por ahí; / pero del pie izquierdo me surgió una tenebrosa nube que se extendió por Europa» (1. 17). 

De este modo penetra Mil ton en el cuerpo de Blake, aunque éste aún no es consciente de que se trata de Milton: «Pero no supe que era Milton, pues no puede saber el hombre / lo que ocurre en sus miembros hasta qué períodos de Espacio y Tiempo / revelan los secretos de la Eternidad...» (1. 23); no obstante, es entonces cuando los sentidos del poeta adquieren la capacidad de percibir de un modo distinto:

 «Y todo este Mundo Vegetativo me apareció en el Pie izquierdo, / como una reluciente sandalia hecha inmortal de piedras preciosas y oro. / Me agaché y me la até para transitar por la Eternidad» (1. 23). La razón por la que Milton inicia este periplo es esencialmente la de volver a reunirse con su emanación a fin de redimirse. Lo explica al principio en los siguientes términos: «¿Qué movió a Milton, que vagó por la Eternidad /[...] desdichado aunque en el cielo [...]/ contemplaba su séxtuple Emanación, esparcida por la profundidad, /[...] a des cender al abismo para redimirla y perecer él? / ¿Qué causa movió al final a Milton a esta empresa sin par? / ¡El Canto profético de un Bardo!» (1. 2). Este canto profético del Bardo se convierte en un elemento fundamental del primer libro, ya que aquí re vela la razón por la que Milton inicia su viaje. La segunda visión se narra en el libro segundo y se centra en la aparición de la vir gen Ololon, una niña de doce años que se presenta frente al jardín de Blake en Felpham y busca a Milton. Entonces aparece la sombra de Milton y Blake contempla una serie de elementos simbólicos, algunos de ellos con claros tintes apocalípticos e imágenes propias de la Revolución industrial, que representan de algún modo las ideas erróneas que Milton había mantenido en su vida y de las que tiene que purificarse.

 Esencialmente, ésa es la razón de su periplo y de su necesidad de reintegrarse con Ololon, su emanación. En el apoteósico final del poema, Ololon, convertida en alondra, y el to millo silvestre, mensajero de Los en el Edén, se elevan juntos. Éstos son los elementos básicos sobre los que se construye la trama del poema, pero Milton entraña una extrema complejidad. Blake aprovecha para fundir en sus vi siones muchos otros detalles autobiográficos que se entremezclan con la narración. Un episodio concreto de este tipo es el enfrentamiento entre William Hayley, su amigo y mecenas, a quien Blake representa como Satán, y él mismo, que en el poema se en carna en Palamabron. Blake aprovecha para llevar a cabo numerosas digresiones que, de manera a veces forzada, integra en el flujo de la narración como si el poema creciera orgánicamente, pues considera que todo aquello que genera su mente creadora debe formar parte del texto.

lunes, 15 de diciembre de 2025

Alexandrian Historia de la filosofía oculta Traducción Francisco Torres Oliver FRAGMENTO.

 


La doctrina del siglo dorado Entonces aparece en Francia un hombre que encarna el espíritu de la Kabbala filosófica del Renacimiento, el cual se sirve de ella para crear un sistema personal que concilia el cristianismo, el judaismo y la filosofía árabe: Guillermo Postel, erudito prodi gioso, al que Francisco I y la reina de Navarra consideraron el sabio más grande de su tiempo, y al que Carlos IX llamó «mi filó sofo». Nacido en 1501 en Dolerie, cerca de Avranches, huérfano a los ocho años, Postel fue primero maestro de escuela en un pue blo, antes de ser, en París, doméstico del colegio de Santa Bárba ra. Durante sus horas libres estudió griego y hebreo. 

Señalado por su inteligencia, lo asignaron en 1537 ajean de la Forest, encarga do de concertar una alianza con Solimán en Constantinopla; Pos tel aprovechó la ocasión para visitar Grecia, Asia Menor y parte de Siria, perfeccionarse en árabe y coleccionar manuscritos. De este viaje trajo un ejemplar de la Kabbala que le había regalado un médico judío del sultán. A su regreso a París, Postel publicó en 1538 doce alfabetos orientales, Linguarum duodecim characteri- bus, la primera gramática árabe de Europa, Grammatica arabica, y un tratado destinado a demostrar que todas las lenguas, incluso el griego y el latín, procedían del hebreo. Desde 1539, nombrado profesor de matemáticas y de lenguas orientales del Colegio real (el actual Colegio de Francia), se benefició del favor del canciller Poyet que le concedió el deanato de treinta y dos parroquias de la diócesis de Angers. Pero después, Postel se creyó llamado por Dios para llevar a cabo la paz universal, y con este propósito escribió De orbis terrae concordiae (1544). Pensaba que todos los hombres debían estar reunidos cristianamente bajo la autoridad religiosa del papa y la autoridad temporal del rey de Francia, único aspirante legítimo al título de rey del mundo, en cuanto descendiente por línea directa del hijo primogénito de Noé.

 «El primer hombre nacido en este mundo después del Diluvio es Gomer, hijo de Jafet, hijo de Noé; el cual Gomer es padre y fundador de la raza y jurisdicción galas y celtas145». Postel fue a Fontainebleau con el propósito de conven cer a Francisco I de que reivindicara la monarquía universal; lue go, decepcionado por su actitud, abandonó su cátedra del Cole gio real, y partió para Roma con el propósito de ganar para su idea a Ignacio de Loyola; se ordenó sacerdote en el seno de la Compañía de Jesús, pero Loyola lo expulsó al cabo de dieciocho meses, exasperado por su obstinación en ver en él al papa angélico de la concordia final. Postel fue encarcelado, y a su salida se refu gió en Venecia en 1547, donde se hizo capellán del hospital San Giovanni e San Paolo. 

El nuncio Della Casa lo nombró censor de los libros en hebreo impresos en esta ciudad. Postel se procuró un manuscrito del Zohar e hizo una tra ducción cuyo original está en el Museo Británico, la copia en la Biblioteca de Múnich y los prefacios en la de Gotinga. Tradujo igualmente el Bahir, una parte del Bereshit Rabba, publicó De Nativitate Mediatoris ultima, 1547 (El último nacimiento del Mediador), que afirma haber escrito al dictado del Espíritu Santo, Absconditorum clavis a constitutiones mundis, 1547 (Clave de las cosas ocultas desde la constitución del mundo) y, bajo el seudónimo de Elias Pandochacus, un tratado de la «panthenosía» (o reconci liación de las discrepancias), Postel había tomado de la Kabbala la creencia en la era mesiánica, que realiza la redención final de la humanidad. Pretendía preparar «el Estado de Restitución y Con cordia en el que todas las cosas volverán a su estado primitivo». 

 En su Absconditorum clavis dice que hay cuatro edades de la Igle (145) Guillaume Postel, Les Raísons de la monarchie (París, 1551). sia: la edad de la ley de la naturaleza, la de la ley escrita, la de la ley de la gracia, y la de la Concordia que reintegra al hombre a su condición anterior al pecado original. Pero mientras que la Kab bala hacía del judaismo el principio rector de la era mesiánica, Postel atribuía este papel al cristianismo, absorbiendo a las demás religiones de manera que fuese «la Comunión perfecta de todos los hombres piadosos». En el hospital de San Giovanni e San Paolo, Postel fue el confesor de la cocinera Joanna, una quincuagenaria analfabeta. Sorprendido ante lo elevado de sus propósitos, le preguntó de qué maestro había aprendido a expresarse así: «Del que está vivo en mí y en quien yo estoy muerta», respondió ella; es decir, de su «dulce esposo Jesús»; para serle fiel había hecho voto de virgini dad y entrega a los pobres. Maravillado de sus profecías, Postel vio en Joanna a «la Madre sagrada del mundo», destinada a salvar el anima (la parte inferior, sensual, del alma humana), a restituir la al animus (la parte superior, espiritual, hasta ahora la única res catada del pecado original). El encuentro con Joanna incitó a Postel a adoptar una curiosa idea del Zohar: la pretensión de que había dos Mesías, y que la era mesiánica empezaría con la apari ción del segundo Mesías. Le pareció, pues, que este nuevo Mesías era la madre Joanna, que completaba la obra del primero. El Zohar decía así: «Alma y Espíritu, he ahí el varón y la hembra». Para Postel, el espíritu femenino del hombre, el anima, compro metido por el pecado de Eva, no había sido objeto de redención de Cristo: hacía falta un Mesías mujer, en este caso Joanna, que lo redimiera. Sus relaciones exaltadas con la madre Joanna molestaron a sus superiores, que lo alejaron de ella. 

La Inquisición examinó su doctrina y lo declaró amens (loco). En 1549, Postel empren dió una nueva peregrinación a Oriente que le llevó de Constan- tinopla a Jerusalén, de donde volvió con el embajador de Fran cia provisto de manuscritos destinados a componer una Biblia políglota. A su regreso a Venecia, en 1551, se enteró de que Joanna había muerto; Postel perdió las ganas de comer y de beber, cayó enfermo de consunción, sintió que ella le enviaba desde el más allá «el sobrevestido de la redención y la restitu ción», y que una fuerza invisible envolvía su ser para hacer de él «el primogénito del mundo restituido». Su éxtasis fue tal que pudo mirar el sol fijamente durante una hora. Escribió en ita liano la Virgen veneciana, apología de la madre Joanna, y desde entonces asumió enteramente ese tipo de relación entre muerto y vivo que la Kabbala llamaba el gilgoul: el alma de Joanna se reencarnó en él, y él se sintió habitado por ella al extremo de someter toda su personalidad. Postel regresó a París, y reanudó su enseñanza en el colegio de los lombardos. Acudían tantos a escuchar a este majestuoso maestro de barba gris (le llegaba a la cintura) que, como no cabían en la sala, tenían que acomodarse en el patio, y él les hablaba desde una ventana. Publicó La Doctrine du siecle doré (1553), donde decía que el mundo había sido hecho para el hombre y no el hombre para el mundo, y enseñaba a purificarse de las malas ambiciones mundanas; el «siglo dorado» era el que había visto morir a la madre Joanna y comenzar la era de la Res titución. Esta era arrancaba de 1551, fecha de la muerte de Joan na. Isaac Luria, contemporáneo de Postel, la sitúa en 1568; este kabbalista cristiano y este kabbalista judío son de la misma fami lia espiritual. En Les Raisons de la monarchie, donde vuelve a la idea de la monarquía universal, demuestra «cómo por derecho de primogenitura, por derecho de institución, por derecho divi no y bendición profética, por derecho de todas las gentes y de la natural ocupación, en razón de la celestial influencia y del méri to soberano merecedor de soberanía y elección primera, la Monarquía pertenece a los príncipes elegidos y aprobados por los pueblos galos». Aconsejó al rey de Francia, «pues él solo des de Adán puede llamarse en verdad Monarca del mundo», orga nizar un concilio, a fin de que «en todo el mundo se lleve a cabo primeramente la victoria de los corazones autorizada por la razón». Postel provocó un escándalo al revelar en Merveilleuses victoires des femmes du Nouveau monde (1553) que la madre Joanna era el segundo Mesías y que desde su muerte se identifi caba con él. Como era difícil hacer que los parisinos, ignorantes de la Kabbala, admitiesen este caso de gilgoul único en la litera tura francesa, Postel tuvo que huir otra vez. Se hizo profesor de la Universidad de Viena, y colaboró en la edición del Nuevo Testamento siríaco. Pero la madre Joanna había hecho de él «el que comprende» y «el que viaja», de modo que Guillaume Postel volvió a emprender viaje, estuvo en Venecia, en Pavía, en Roma (donde fue encarcelado una vez más) y en Basilea, polemizó en 1561 con los prelados del concilio de Trento, y no regresó defi nitivamente a Francia hasta 1562. 

A causa de sus teorías, el gran humanista fue tachado de ateo, de padre de los deístas, y sufrió las peores injurias sobre todo de los calvinistas; fue llamado perro por Lambert Daneau, mons truo execrable por Henri Estienne, cloaca de todas las herejías por Béze, y acusado por Flaccius Illyricus de estar poseído por una legión de demonios. Para que le dejaran tranquilo, Postel escribió Retractaciones, donde confesó que ya no estaba habitado por la madre Joanna: el gilgoul había puesto fin. Se retiró en 1564 al monasterio de Saint-Martin-des-Champs, donde pasó el resto de su vida meditando, y donde no se cansaba de rezar el rosario en el jardín, ni de tocar el violín. El padre Marrier escribe: «Era afable y su conversación estaba llena de gravedad. El sonido de su voz, la expresión de su rostro, su larga barba, todo su exterior predispo nía en su favor a las personas que se acercaban a él... Los príncipes y los grandes del reino, los sabios sobre todo, y los literatos, lo visitan a menudo146». 

Murió en 1581, en presencia de amigos tales como el doctor Filesac, decano de la Sorbona. Postel tuvo discípulos eminentes, como Blaise de Vignére, Palmin Cayet (futuro historiógrafo de Enrique IV), Guy Le Févre de La Borderie, autor de La Galliade (1578), sobre «la revolución de las artes y las ciencias»; tuvo tantos que se habló de una secta de «postelianos». Su originalidad consiste en haber vivido y recreado en él mismo la Kabbala, más que analizado, mostrando que no era especialidad de una etnia, sino uno de los medios uni versales de investigación del terreno de lo oculto.

domingo, 14 de diciembre de 2025

Antonio Alegre LA SOFÍSTICA Y SOCRATES Ascenso y caída de la polis PRÓLOGO


 


Introducción 

Escribir un libro sobre los sofistas y Sócrates es, aquí y ahora, tarea apasionante por tres razones: la una, por la impor tancia del tema en sí; en segundo lugar, porque hay pocas obras sobre ellos en los idiomas del Estado Español; sea la tercera razón que tanto la sofística como Sócrates plantearon una serie de problemas de validez eterna y que poseen sor prendente modernidad. 

Hemos incluido a los sofistas y Sócrates en un mismo libro. La única desventaja de tal fusión son las pocas páginas de que disponemos. Por lo demás, todo son ventajas: los sofistas y Sócrates viven el mismo tiempo, y de idénticos problemas por tal tiempo planteados arrancan sus respuestas. En cualquier caso, la especificidad y preocupaciones de tal época desplaza ron las investigaciones sobre la naturaleza al campo de lo humano político-social y del lenguaje.

 Este libro, por la razón supramentada de la inexistencia de bibliografía originaria en nuestros idiomas (tampoco hay exce sivas traducciones sobre el tema), nos plantea un difícil reto: la claridad y fluidez deben entretejerse con abundante erudi ción. Lo solucionaremos con un aparato de notas y bibliográfi co que necesariamente debe ser amplio. Quisiéramos que el libro arribare a dos buenos puertos: que sea de lectura amena y globalmente informativo, pero también índice documentado para ulteriores investigaciones por parte del lector. Nuestro libro es fundamentalmente histórico. Y así debe ser, pues deseamos evitar caer en una tentación harto frecuen 9 te, a saber, construir brillantes teorías que, cual castillo de naipes, no se fundamentan en datos positivos. La traducción de los textos es nuestra, salvo indicación en contrario.

sábado, 13 de diciembre de 2025

¿Clásicos? Por: Dr. Enrico Pugliatti en colaboración con Méndez-Limbrick.

 


La frase cuestiona un mito muy extendido: la idea de que los clásicos son obras “intocables” y “perfectas”. En realidad, lo que los convierte en clásicos no es su perfección formal, sino su capacidad de seguir generando preguntas, lecturas y debates a lo largo del tiempo.

Comentario

La Ilíada de Homero:

Contiene contradicciones narrativas (por ejemplo, variaciones en la genealogía de héroes o en la cronología de los combates).

La Ilíada presenta varias contradicciones narrativas, como genealogías distintas de héroes, cronologías imprecisas de los combates y variaciones en la intervención de los dioses. Estas inconsistencias reflejan que el poema es resultado de una tradición oral acumulada y no de un único autor con control absoluto.

 Ejemplos de contradicciones en La Ilíada

1. Genealogías de héroes

Diomedes: en algunos pasajes se le presenta como descendiente directo de Tideo, pero en otros se confunden las generaciones y se le atribuyen ancestros distintos.

Eneas: aparece como hijo de Anquises y Afrodita, pero en otros relatos épicos posteriores se le vincula con otras genealogías, lo que genera tensiones dentro del mismo ciclo troyano.

2. Cronología de los combates

El poema se centra en unas pocas semanas del décimo año de la guerra, pero introduce referencias a batallas anteriores y posteriores que no encajan en la secuencia temporal.

Por ejemplo, se narran muertes de héroes que en otros cantos o tradiciones sobreviven más tiempo (como Sarpedón, cuya muerte se anticipa en la Ilíada, aunque otras fuentes lo ubican en combates posteriores).

3. Intervención de los dioses

Los dioses cambian de bando de manera contradictoria: Apolo apoya a los troyanos en ciertos momentos, pero en otros parece favorecer a los aqueos.

Zeus promete proteger a los troyanos, pero permite que Héctor muera, lo que contradice su aparente compromiso inicial.

4. Inconsistencias narrativas internas

La cólera de Aquiles es el eje del poema, pero en algunos pasajes se diluye con episodios secundarios que no guardan relación directa con su furia.

El catálogo de las naves (Libro II) presenta un listado exhaustivo de ejércitos y líderes, pero varios de ellos apenas vuelven a aparecer en la acción, lo que rompe la coherencia narrativa.

 Interpretación

Estas contradicciones no son “errores” en el sentido moderno, sino el resultado de una tradición oral acumulativa: distintos aedos transmitieron y adaptaron la historia durante siglos antes de fijarse por escrito. Por eso, La Ilíada es más un mosaico de voces que una narración lineal y perfecta.

En conclusión: Las contradicciones en genealogías, cronologías y acciones divinas muestran que La Ilíada es una obra viva, producto de una tradición múltiple, y precisamente esa riqueza es lo que la convierte en un clásico discutible y fascinante.

Fuentes: análisis de La Ilíada en un Profesor y Mitología Universal.

Su visión de la guerra oscila entre la glorificación heroica y la denuncia del sufrimiento humano. Esa ambigüedad es lo que la hace rica, no perfecta.

Don Quijote de Cervantes:

Es una obra que juega con la ironía y la parodia, pero también con la contradicción entre locura y lucidez.

El propio narrador se contradice, y la obra está llena de digresiones que rompen la linealidad.

Estas “imperfecciones” son parte de su fuerza: muestran la complejidad de la realidad y del lenguaje.

El valor de lo discutible:

Los clásicos no son dogmas, sino laboratorios de sentido.

Su vigencia proviene de que admiten múltiples interpretaciones y que sus ambigüedades permiten que cada época los relea desde nuevas perspectivas.

 Conclusión

Decir que los clásicos son intocables y perfectos es un mito. Lo que los hace clásicos es precisamente lo contrario: su apertura a la discusión, sus contradicciones y su capacidad de dialogar con el presente.

Manifiesto contra la sacralización de los clásicos 

Basta ya de repetir como papagayos que La Ilíada de Homero o el Don Quijote de Cervantes son obras “intocables” y “perfectas”. Esa frase es un dogma vacío. Los clásicos no son estatuas de mármol que debemos venerar en silencio: son textos vivos, llenos de grietas, contradicciones y ambigüedades que los hacen precisamente inmortales.

Homero se contradice en genealogías y cronologías, y su épica oscila entre glorificar la guerra y mostrar su horror. ¿Eso es perfección? No: es humanidad.

Cervantes juega con narradores poco fiables, digresiones interminables y un protagonista que es a la vez loco y lúcido. ¿Eso es un defecto? No: es la riqueza de lo inacabado.

Los clásicos no son perfectos porque la perfección mata el diálogo. Lo que los convierte en clásicos es que nunca se cierran, nunca se agotan, nunca se dejan domesticar. Cada época los relee, los discute, los contradice.

 Decir que son “intocables” es convertirlos en reliquias muertas. 👉 Reconocer sus fisuras es devolverles la vida.

Los clásicos no son dogmas, son campos de batalla. Y en esas batallas se juega nuestra capacidad de pensar, de cuestionar y de reinventar el mundo.

HISTORIA DE LA FILOSOFÍA ANTIGUA Antonio Alegre Gorri prólogo



 HISTORIA DE LA FILOSOFÍA ANTIGUA Antonio Alegre Gorri 

 EDITORIAL DEL HOMBRE HISTORIA DE LA FILOSOFIA ANTIGUA Diseño gráfico: GRUPO A Primera edición: marzo 1988 © Antonio Alegre Gorri, 1988 Edita: Editorial Anthropos. Promat, S. Coop. Ltda. Vía Augusta, 64, 08006 Barcelona ISBN: 84-7658-071-1 Depósito legal: B. 8.576-1988 Impresión: Novagráfik. Puigcerdá, 127, 08019 Barcelona Impreso en España - Printed in Spain Todos los derechos reservados.

 Esta publicación no puede ser repro ducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial. A don Emilio Lledó, filósofo y maestro de filósofos, escritor exi mio, humanista, es decir, hombre crítico y antidogmático, propulsor de la philía y de la paz en un mun do de sombras e intereses, amigo; y maestro por sus cualidades men cionadas.

 PROLOGO El libro que el lector tiene en sus manos posee algu nas características especiales que conviene aclarar. Se trata de un trabajo que, en su día, presenté para el con curso-oposición a la plaza de Profesor Titular de Histo ria de la Filosofía Antigua (así rezaba el título oficial para la actividad docente, y el título oficial de su perfil de investigación rezaba Historia de la Filosofía Griega), en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Barce lona en noviembre de 1986, concurso-oposición y plaza que gané brillantemente. Desde entonces soy Profesor Titular Numerario de Historia de la Filosofía Antigua en las mencionadas Facultad y Universidad. 

Sin embar go, desde mucho tiempo antes ya profesaba en esta Fa cultad como profesor no numerario de Historia de la Filosofía Antigua. Para concursar a la oposición a una plaza de profe sor titular de Universidad hay que presentar, entre otras cosas, ante un tribunal, por escrito, y defenderla luego oralmente y someterse a las preguntas pertinentes del tribunal, una memoria o programa docente original so bre la materia a la que se oposita, memoria-programa en la que el opositor explica cómo entiende la materia, 9 cuál es el programa de la misma que ofrece, cómo se debe impartir a los alumnos, y qué proyectos de inves tigación está llevando a cabo, los cuales enriquecerán la docencia, ya que no hay docencia solvente sin investiga ción; también hay que presentar un curriculum donde se especifican méritos, como años de docencia en la Uni versidad y publicaciones del concursante; posteriormen te hay que presentar, para exponer y defender, una lección magistral sobre algún tema del programa; lec ción magistral que debe ser fruto de la investigación del opositor. Mis colegas, es decir, los profesores de Univer sidad conocen bien tales pormenores; pero no los cono ce todo el público lector amante de la cultura y la filoso fía griegas. Y yo aspiro a que mi libro sea leído, no sólo por mis colegas y alumnos, sino por un público muchí simo más amplio. Esta es la razón por la que he expli cado sumariamente el proceso atinente a oposiciones, el cual tiene que ver con la confección de este libro. 

Sucede, por lo antementado, que en este libro, fondo y forma están esencialmente entretejidos. Este libro se publica tal y como fue pensado y escrito para una opo sición. Ahora bien, acontece que cuando escribí esta me moria para presentarla como material original para una oposición lo hice, además, pensando en una publicación futura, como libro, feliz acontecimiento que ahora ocurre por obra y gracia de la editorial Anthropos de Barcelona. El hecho de que una memoria-programa sea publicada puede reportar algunas ventajas a mu chas gentes. En primer lugar, mostrará al público lec tor cómo se trabaja e investiga en la Universidad, que es de todos, puesto que todos la financiamos con nuestros impuestos; en segundo lugar, puede servir de guía a todos aquellos que piensen opositar a plazas de profesores titulares de la Universidad española.

 Es tas dos razones me impulsaron a decidirme a ofrecer para su publicación esta memoria-programa, tal y como fue escrita. Acontece, a menudo, que algunos trabajos que se realizan en las facultades —tesis, memorias, se minarios, etc.— son retocados para convertirlos en li 10 bros. Ello sucede porque, por ejemplo —y este caso lo entenderá todo el mundo—, unos apuntes de clase, aun siendo muy buenos, poseen, por esencia, su especifici dad: son escritos para ser explicados oralmente, comen tarlos con los alumnos, ampliarlos, profundizarlos en una u otra dirección según los intereses de los que los escuchan, etc. La especificidad de un texto-libro es otra: su acabado perfecto y artístico, estético. Ahora bien, lo deseable es conjuntar trabajo académico y publicación; así, el quehacer de la Universidad se difunde y llega a todo lector. Aclarado todo lo anterior, sólo me resta ex plicar la estructura de este libro, ahora que el lector sabe de su génesis. 

Consta de cinco partes. La primera es una larga introducción en la que se explica cómo hay que estudiar e investigar la filosofía antigua, especialmente la griega. Ésta, como la filosofía de todas las épocas, es un discurso especial que surge en estrecha relación dia léctica de dependencia e influjo con la sociedad, la cultu ra, la ciencia, especulativa y técnica, el mito y el len guaje. Esta temática es la abordada en la introducción. La segunda parte es la descripción del programa espe cífico, pormenorizado y comentado en notas, de la his toria de la filosofía antigua. Pero no se trata sólo de un índice —tal cosa no tendría excesivo valor— sino de un índice comentado amplísimamente en notas, que cons tituyen, por ser una explicación total del índice, una real historia de la filosofía antigua. El índice no es el que se suele ver en la mayoría de los manuales, ya que ofrece algunas novedades, explicadas y justificadas en las notas: por ejemplo, la conveniencia de dividir la his toria de la filosofía griega, no en presocráticos y postso- cráticos, sino en preparmenidismo y posparmenidismo; la de tratar el tema y problema del paso del mito al lo gos a la luz de la distinción entre filosofía prepolítica y política (en el sentido etimológico de polis), distinción que se ha revelado de una gran potencia explicativa; la de incluir en una historia de la filosofía griega la trage dia, las teorizaciones políticas, los oradores, la religión, las ciencias, las técnicas, la literatura, el arte. Es decir, 11 la filosofía griega no se puede comprender sin conocer la cultura griega. Las notas de este libro dibujan el cuadro de esa cultura. Ahora bien, el discurso filosófico griego no es identificable totalmente a los otros campos que hemos mencionado; pero nace de ellos e influye en ellos, transformándolos. 

El discurso filosófico griego en su especificidad, a saber, como discurso sobre el ser y lo que de suyo le corresponde, y sobre la verdad, es decir, la filosofía como descripción de la gran cadena del ser: eso es lo que tratamos en la tercera parte (que reza: Justificación del Programa). Otra de las aportaciones de este libro consiste en que analizamos la filosofía antigua, especialmente la griega, a la luz de su lenguaje. Todo discurso, científico, artísti co o político, posee su propio lenguaje; la filosofía tam bién. En la aurora de la filosofía, es decir, en la filosofía griega, tal método de análisis del lenguaje es de una gran potencia explicativa, pues analizar unos términos con siste en perforar la significación superficial de los mis mos, la estructural o posicional, tecnificada ya, y dar cuenta del significado extrafilosófico que poseían, de la razón y de cómo algunos pensadores —los filósofos— transformaron en filosóficos esos términos. La cuarta parte del libro contiene los proyectos de investigación que actualmente estoy llevando a cabo. Como poseen un interés por sí mismos, es decir, como rebasan lo académico-oposicional, los presento tal y como los redacté para el concurso-oposición. La quinta parte es una extensísima bibliografía so bre la historia de la filosofía antigua. No me vanaglorio por la extensión de la lista bibliográfica. Cualquiera pue de, acudiendo a un ordenador —práctica que a menu do se usa para desgracia del lector— obtener una lar guísima como inane lista. 

Me vanaglorio porque esta bi bliografía será de gran utilidad a cualquier persona que desee adentrarse en la historia de la filosofía antigua, especialmente en la historia de la filosofía griega en ge neral o en cualquiera de sus aspectos en particular, ya que está organizada por temas y brevemente comenta 12 da; y sólo he citado aquella bibliografía de la que pue do dar cabal cuenta, es decir, aquella que conoz co. Sólo así una bibliografía puede ser operativa y útil para el lector estudioso. He de decir que la he amplia do para la publicación. El mundo griego genera conti nua bibliografía y hay que procurar estar al tanto de las novedades. En el apartado bibliográfico hay un subapar- tado de los repertorios bibliográficos más importantes y de las grandes obras de conjunto, así como de los dic cionarios, y otro de las principales revistas de la histo ria de la filosofía antigua (también de filología clásica, arqueología, etc.), agrupadas por países. Ambos subapar- tados pueden ser de gran utilidad. El lector encontrará en este libro, por las razones ya explicadas, terminología y expresiones que aluden al concurso-oposición, como, por ejemplo, programa, me moria, proyectos de investigación, etc. Por las razones también apuntadas no las hemos substituido: estoy se guro de que a ningún lector van a perturbar. Este libro no es una historia de la filosofía antigua tradicional; quiero decir, no es un despliegue cronológi co de los filósofos y sus teorías; aun cuando, evidente mente, las teorías aparecen en su esencia —muchas ve ces con detalle—, no era mi intención ofrecer una des cripción de los filósofos griegos y sus teorías; se trata, más bien, de un libro especulativo-metodológico, es de cir, en él reflexiono sobre la filosofía antigua, ofrezco perspectivas metodológicas de análisis en algunos casos novedosas, para abordar fructíferamente tan importan te período; por lo tanto, se requiere que el lector que intente adentrarse en él posea un mínimo conocimiento de las positividades de la filosofía antigua; quiero decir, debe conocer, siquiera mínimamente, las teorías y el lenguaje de los filósofos de la Antigüedad. 

La filosofía antigua (aquella que es fuente de nuestro pensar occidental; con tal puntualización descarto, por ejemplo, la filosofía china y otras) tiende su arco desde la época micénica hasta San Agustín. El lector notará que trato con más intensión y extensión la filosofía grie 13 ga propiamente dicha, en su división, ya clásica, de filo sofía griega arcaica, clásica y helenística. Por supuesto que también me refiero al cristianismo, a la filosofía de la época romana, a la patrística, etc. Sobre el cristianis mo he escrito poco, pero creo haber formulado ideas relevantes. Podría haberme excusado diciendo que to dos estos movimientos se inspiran en la filosofía griega anterior, por ejemplo, en Platón, en Aristóteles, en el epicureismo, en el estoicismo antiguo, lo cual es cier to; ahora bien, la razón de peso es que fundamentalmen te soy especialista en historia de la filosofía griega. Deseo que este libro arribe a dos buenos puertos: que sirva de reflexión y acicate a los ya conocedores del mundo antiguo, y de incitación a adentrarse en él a aquellos que lo conozcan menos. Por último, me parece oportuno resaltar que este li bro es excitante; quiere ello decir que ha sido conce bido y escrito para ser no solución de problemas ni ex plicación, siempre opinable, de ellos, sino presentación, clara y exhaustiva, de los problemas efundentes de la filosofía y cultura griegas; el lector, en la medida en que yo haya alcanzado la gracia de la claridad de la formulación, se verá incitado y excitado para imbri carse en esos problemas; la presente obra pretende des correr, apenas, pero sustancial y significativamente, el velo tras el cual se hallan los caminos a seguir para dar con la luz; y lo hace en forma de sugerencias y median te la oferta de una importante, selecta y adecuada bi bliografía para cada caso. 

Se trata, pues, de una obra que incita a la participa ción investigadora del lector. Es mi obligación avisar de la necesidad de leer todas las notas; de lo contrario se perderá irremisiblemente la trama intelectual de la obra. Tengo que agradecer a Rosa Rius Gatell su inesti mable ayuda en la corrección de las galeradas; ayuda prestada con generosidad, sensibilidad y mucha sabi duría. 14 Debo agradecer a la editorial Anthropos el haberse atrevido a publicar este libro de estructura no tradicio nal y de compleja composición, dadas las numerosísi mas notas y su desmesurada extensión. Antonio Alegre Gorri Barcelona, 26 de octubre de 1987

jueves, 11 de diciembre de 2025

EL CASTILLO FRANZ KAFKA ANÁLISIS DR ENRICO PUGLIATTI Y MÉNDEZ LIMBRICK



El castillo de Franz Kafka es una novela inconclusa que explora la lucha del individuo contra sistemas opacos de poder y burocracia. Su protagonista, K., encarna la tensión existencial entre el deseo de pertenencia y la imposibilidad de acceder a un orden superior, convirtiendo la obra en una metáfora de la alienación moderna.

📖 Contexto y características

  • Escrita en 1922, publicada en 1926 tras la muerte de Kafka, la novela quedó inconclusa.

  • Protagonista: K., un agrimensor que intenta acceder a las autoridades del Castillo, símbolo de un poder inaccesible.

  • Espacio narrativo: El Pueblo y el Castillo, escenarios sin coordenadas geográficas claras, funcionan como metáforas del mundo terrenal y celestial.

  • Estilo: Modernista y existencialista, con un tiempo narrativo irracional y una atmósfera de incertidumbre.

🔎 Temas centrales

  • Burocracia y poder: El Castillo representa un sistema administrativo inalcanzable, donde las reglas son arbitrarias y el acceso siempre negado.

  • Alienación existencial: K. simboliza al individuo moderno que busca sentido en un mundo indiferente.

  • Religión y teología: Algunos críticos interpretan el Castillo como metáfora del camino hacia Dios, inaccesible y lleno de obstáculos.

  • Inconclusión como sentido: El hecho de que la novela no tenga final refuerza la idea de que la búsqueda de sentido nunca se completa.

📚 Comparación crítica

AspectoValor en El castillo
BurocraciaLaberinto opaco, símbolo del poder moderno
ExistencialismoK. como figura del hombre alienado
ReligiónEl Castillo como metáfora del mundo celestial
Estilo narrativoTiempo irracional, atmósfera de incertidumbre
InconclusiónRefuerza la imposibilidad de alcanzar respuestas

⚖️ Crítica literaria

  • Fortalezas: La novela logra convertir la burocracia en un símbolo universal de alienación, anticipando debates filosóficos del siglo XX.

  • Debilidades: Su inconclusión puede frustrar a lectores que buscan resolución narrativa.

  • Legado: El castillo es considerado una obra de culto, más que de ventas, porque su fuerza está en la densidad simbólica y la capacidad de interpelar al lector sobre la condición humana.

📉 Crítica negativa de El castillo

  • Inconclusión frustrante: La novela quedó sin terminar y eso se percibe como una debilidad. El lector nunca obtiene resolución ni cierre narrativo, lo que puede generar sensación de obra incompleta más que de misterio deliberado.

  • Estilo excesivamente opaco: La prosa de Kafka en El castillo es densa, repetitiva y cargada de burocracia interminable. Para muchos lectores, esto se traduce en monotonía y agotamiento más que en profundidad filosófica.

  • Personajes planos: El protagonista, K., y los habitantes del pueblo carecen de desarrollo psicológico. Se convierten en figuras casi mecánicas, lo que puede alejar al lector que busca humanidad y complejidad emocional.

  • Simbolismo hermético: El Castillo como metáfora del poder, de Dios o de la burocracia resulta demasiado abstracto. La falta de claridad puede ser vista como un defecto: el texto exige interpretaciones constantes y no ofrece recompensas narrativas inmediatas.

  • Experiencia de lectura árida: Más que una obra que atrape, El castillo puede sentirse como un ejercicio intelectual frío, que sacrifica emoción y ritmo narrativo en favor de la alegoría.

⚖️ Balance crítico

Aunque El castillo es considerado un clásico por su valor simbólico y filosófico, desde una perspectiva negativa puede verse como una obra inacabada, árida y frustrante, más cercana a un borrador que a una novela lograda.

miércoles, 10 de diciembre de 2025

Bioy Casares. Diarios íntimos. Borges.


 

Bioy Casares. Diarios íntimos. Borges.

NOTA: SOBRE BORGES, AL FINAL  BORGES Y BIOY CASARES HOMBRES DE CARNE Y HUESO CON SUS VIRTUDES, ODIOS, DEFECTOS.
Viernes 10 de agosto de 1956.
BIOY: «Si viviera cien años ya no podría publicar en ninguna parte. Parece
lo contrario de Mallea, quien, insistiendo con sus novelas ilegibles,
se mantiene en el recuerdo. Mientras viva, Mallea será un escritor de algún
nombre; después se hundirá en el olvido, como si fuera de plomo.
¿Quién se atreverá a reeditar sus novelas? Nadie. Sabato también desaparecerá,
sin dejar rastro, después de la muerte. Es curioso el caso de Sabato:
ha escrito poco, pero ese poco es tan vulgar que nos abruma como
una obra copiosa». BORGES: «Nunca le tuve afecto.
Página 187.
Editorial: Destino.

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EL PENSAMIENTO Y LO MOVIBLE por Henri Bergson

  EL PENSAMIENTO Y LO MOVIBLE por Henri Bergson  La vigorosa personalidad de Henri Bergson, que por sí sola ilumina buena parte del campo f...

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