Título original: On Heroes, Hero-Worship, and
the Heroic in History.
Traducción: Pedro Umbert.
O
Aguilar, S. A. de Ediciones.
O
Por la presente edición: SARPE, 1985.
Pedro Teixeira, 8. 28020 Madrid.
Traducción cedida por Aguilar, S. A., de Ediciones. Depósito legal: M-6264-1985.
ISBN: 84-7291-767-3 (tomo 9.0).
ISBN: 84-7291-736-6 (obra completa).
Impreso en España-Printed in Spain. .
Imprime: Gráficas Futura.
En
portada: Vaso griego con hazañas de *
Hércules, detalle (Madrid, Museo Arqueológico).
Thomas Carlyle
Thomas Carlyle nació en Ecclefecham, pueblecito del conda-
do
de
Dumfries, en Escocia, el 4 de diciembre de 1795. Hijo de
labradores acomodados, le destinaron a la carrera eclesiástica, y,
al
efecto, estudió teología, literatura, jurisprudencia y lenguas mo-
dernas en la Universidad de Edimburgo.
Aunque la índole de su .
carácter le inclinaba a las abstracciones de la idealidad, estudió,
no obstante, con notable aprovechamiento las matemáticas, hasta
el
de
punto de aceptar años más tarde, y obligado por la necesidad,
una plaza de profesor de esta asignatura en un colegio del conda-
do
Fife. Coincidió esto, seguramente, con la declaración que
hizo a sus padres de su falta de vocación para entrar en las órde-
nes, prefiriendo consagrarse a las letras. «La prensa y la literatura
—decía— son la única Iglesia militante de los tiempos modernos.
¿Por ventura el literato no es un predicador que difunde las ideas
sin circunscripción de tiempos ni de lugares, sino continuamente,
por todas partes y entre todos los hombres?»
Consecuente con estas ideas, se lanzó a toda vela por la co-
rriente literaria, empezando a escribir en la «Edinburgh Cyclopae-
dia» y en la «New Edinburgh Review» artículos sobre Montesquieu,
Montaigne, Nelson, los dos Pitt, etc. También tradujo del francés el
libro Elementos de geometría y trigonometría, de Legendre (1824);
estudió la lengua y la literatura alemanas, y se dedicó luego asi-
duamente a la traducción completa de las obras de Schiller, que
ofreció vanamente a todos los editores londinenses. «London Ma-
gazine» publicó su primer libro importante: una Vida y obra de
Schiller, de estilo clásico, donde empieza a revelarse ya la perso-
nalidad del Carlyle maduro.
El autor, entusiasmado con la litera-
tura y la filosofía alemanas, que tanto habían de influir en su pen-
samiento y en su estilo, fue uno de los primeros escritores ingle-
ses que fomentó en su país la difusión de la cultura germánica en
su
época de mayor esplendor. Trabó conocimiento y amistad con
varios escritores alemanes, y es interesantísima su corresponden
Thomas Carlyle
cia epistolar con Goethe, quien, sin duda, fue uno de los primeros
grandes escritores que se fijaron en el joven Carlyle, escribiendo
la
introducción a la traducción alemana de la obra citada. No dejó
Carlyle de escribir durante toda su vida acerca de la cultura ale-
mana: en 1827 publicó en «La Revista de Edimburgo» un ensayo
sobre Richter; «Foreing Quarterly» y «Fraser's Magazine» publica-
ron, en esos mismos años, una traducción antológica de narrado-
res alemanes (Tieck, Hoffman, Richter, Goethe, etc.) y varios en-
sayos sobre Goethe, Novalis y otros. En 1826 se casó con Johan-
na Welsh, mujer inteligente, aunque de carácter difícil. Los recién
casados se fueron a vivir a un refugio campestre en Craigenput-
tock.
El carácter intransigente y atrabiliario de su esposa chocaba
a
en
menudo con la irritabilidad y carácter nervioso del escritor. Pe-
ro se amaban profundamente, y en el fondo se comprendían. Cuan-
do
1861 contrajo ella una enfermedad mental, que estuvo a
punto de hacerle perder la razón, Carlyle la cuidó con ejemplar
paciencia y afecto. Después de muerta, la honró en sus emocio-
nantes Recuerdos, publicados hacia el fin de su vida. Suponiendo
que la soledad de Craigenputtock influía perniciosamente en el
carácter de Johanna, muy acostumbrada a vivir en sociedad, Carlyle
se
trasladó con ella a Londres en 1883. Pero aquellas relaciones
conyugales siguieron siendo siempre una constante alternancia de
horas serenas y terribles peleas matrimoniales.
La plena expresión de su originalísimo talento fue conquista-
da
por Carlyle al escribir su famosa Filosofía de los trajes, que
incluía el ensayo titulado Sartor Resartus (El sastre remendado),
sin
duda alguna una obra fundamental en la cultura humana del
siglo XIX y una de las más importantes de todos los siglos.
Sus dotes de historiador ilustre, unidas a las de original pensa-
dor y escritor genial, se asociaron brillantemente para producir
en
1834 otra obra inmortal: su Revolución francesa.
Carlyle escribió mucho en periódicos y revistas. También dio
varios ciclos: de conferencias. El más famoso es justamente éste
acerca de Los héroes. Otra de sus mejores obras es La historia
de Federico II de Prusia (1858-1865), que le acreditó como un gran
historiador; gracias al valor científico de sus estudios, unido a sus
magníficas cualidades literarias, pudo rivalizar, y según algunos
Los héroes
superar, con su ilustre contemporáneo Macaulay. Carlyle se preo-
cupó también por cuestiones sociales y la suerte del obrero, y se
adelantó a muchas ideas actuales en obras como las tituladas
Chartism (1840) y Pasado y presente (1843).
La Universidad de Edimburgo le eligió por gran mayoría Lord
Rector en 1865, y cinco años más tarde, durante la guerra franco-
prusiana, el autor de La Revolución francesa abrazó con estusiasmo
el
partido de Alemania. «The Times» y otros periódicos ingleses
publicaron artículos suyos en torno a este tema que, colecciona-
dos luego, vieron la luz en forma de libro, bajo el título: Cartas
sobre la guerra entre Alemania y Francia (1871).
La muerte de su esposa, acaecida poco después, le afectó tan-
to,
da -
que, a partir de entonces, puede considerarse terminada su vi-
de
escritor. Su vida humana se prolongó hasta el día 5 de
febrero de 1881.
La gloria de Carlyle, mientras vivió y, sobre todo, después de
muerto, ha sido inmensa y merecida.
Su enorme influencia como
escritor puede resumirse diciendo que en Inglaterra no volvió a
escribirse después de él como antes se escribía. Su descendencia
intelectual se halla entre los nombres más ilustres del último ter-
cio
del
siglo XIX y comienzos del XX. Y aun sus más enconados
enemigos y detractores, como sucede siempre, no han podido subs-
traerse a su poderoso y benéfico influjo.
«Lo S héroe S» Esta obra consagró la fama europea de Car-
al hyle. Se trata de seis conferencias que abun-
dan en puntos de vista originalísimos; unas veces asombran con
un
diseño vigoroso, otras con un cuadro completo, rico en con-
trastes de claroscuro, o bien con aquellas destemplanzas y ocu-
rrencias suyas que confunden y marean.
No hay cuestión que no
aborde en este libro: la religión, la política, la literatura, palancas
que mueven las grandes fuerzas sociales. El héroe legendario (Odín)
es analizado por él con extraordinaria sagacidad, en lo que de real
pudo tener, a través de las nieblas de la tradición y de las brumas de
Dinamarca; en el profeta (Mahoma), describe con intuición mara-
villosa la influencia ejercida por aquel hijo semibárbaro del desierto
entre las tribus fanáticas y sensuales de Arabia; en el poeta (Dante
Thomas Carlyle
y
la
Shakespeare) estudia con profunda sensibilidad y raro acierto
personalidad del escritor florentino y, con cierta exageración
nacionalista, la del inmortal dramaturgo inglés; en el sacerdote (Lu-
tero y Knox) palpita el drama religioso de la Edad Media, en que
Europa sacudió sus ligaduras mortales al grito del monje alemán;
en
el
escritor (Johnson, Rousseau, Burns) observa las tres perso-
nalidades distintás en que se encarna el héroe literario, la del man-
tenedor de lo caduco, el vidente del porvenir y el idealista; en el
rey (Cromwell y Napoleón) se esfuerza en justificar la política sola-
padá y la ambición tiránica del protector de Inglaterra, ambición
y
política que él considera desde un punto de vista especial, juz-
gándolas nobles manifestaciones de un espíritu a quien acusó de
hipócrita la Historia, y en cambio critica con frases despectivas
el
desenfrenado apetito de gloria y el endiosamiento de un «pig-
meo», Napoleón Bonaparte.
de
Dos grandes ideas resaltan, sin embargo, de este estudio: la
sociedad está sujeta a eterna metamorfosis; los héroes son los agen-
tes
esa transformación, cambio o transfiguración, que el ser
social, cuerpo y alma, experimenta en el curso del tiempo. Carlyle
define tres civilizaciones sucesivas e históricas, dejando aparte, en
las
profundidades de los siglos, la bruma de la prehistoria.
Esas
tres grandes civilizaciones de la Europa histórica las designa con
los nombres de Antigitedad y Paganismo, Cristianismo y Edad Me-
dia, y Tiempos Modernos, tres épocas que contienen dos transi-
ciones; asistimos a la segunda, la cual forzosamente habrá de ser
muy larga, teniendo en cuenta el millar de años que necesitó la
disolución lenta del mundo pagano para dar paso a la elaboración,
lenta también, del cristianismo. Es cierto que los grandes descu-
brimientos modernos nos comunican a los fenómenos sociales ace-
leraciones que desconoció la Antigitedad.
Así, esos cambios per-
petuos no los juzga Carlyle estéril metamorfosis, ni recesión ni.
decadencia, sino fases grandiosas de una ascensión que irresisti-
blemente prosigue a través de nuestros dolores y de nuestros pla-
ceres, de nuestras dudas y de nuestras esperanzas.
Con respecto al estilo de Carlyle, raramente se ha manifesta-
do, como en este libro, la verdad que expresó Buffon: el estilo es
el
hombre mismo.
El estilo de Carlyle es él; le retrata de pies a
Los héroes
cabeza. Sus ideas, sus entusiasmos y paradojas no podían expre-
sarse en otro estilo. No hay en él la menor contradicción entre
fondo y forma, entre alma y expresión. Sus párrafos desiguales,
entrecortados por paréntesis y digresiones, con sus ritmos entu-
siásticos, con sus frases amplias y agitadas, o. rápidas y seguras;
con el retorno, repetidísimo, de unas pocas ideas centrales, de unas
mismas frases o palabras, refleja su carácter sombrío, atormenta-
do,
contradictorio y a menudo obsesivo. Sus juegos de puntua-
ción, la abundancia de palabras que empiezan con mayúscula, sus
frecuentes subrayados tienen por objeto llamar la atención sobre
los temas principales hacia los cuales, como centro de atracción,
todas las ideas, todas las frases y palabras se polarizan. Esto ha
sido interpretado como defectos, como si Carlyle no supiese escri-
bir y pulir su estilo, o como si buscase la manera de sorprender
y
mixtificar a sus lectores.
El pensamiento mismo de Carlyle es,
desde luego, más musical que discursivo y reflexivo; siente, más
que ve, fulguraciones de intuiciones grandiosas, inexpresables en
palabras. Porque el significado corriente de las palabras no le basta;
el
se
hirviente sentido de lo que él quiere expresar no cabe en ellas;
desborda, se vierte de ellas como un metal deslumbrante, en
ebullición, del cristal que lo contiene.
Los héroes, de Odín a Napoleón
Los antecedentes En la Alta Edad Media, dos gran-
des pueblos amenazaron a Occiden-
te:
normandos —o vikingos— y musulmanes.
Con respecto a los
primeros, los cronistas latinos les dieron el nombre de nordman-
ni,
les
es
decir, hombres del Norte, pero los historiadores modernos
la
llaman también vikingos, del antiguo noruego vikingr, pirata.
De
península escandinava habían salido cimbrios y teuto-
nes, vándalos y godos, hérulos y burgundios, que sucesivamente
invadieron el Imperio romano. En la segunda mitad del siglo II
d.
C.,
los
hérulos aparecieron
en
las
costas del mar de Azov, en
Galia y España; hacia el año 520, una expedición danesa fue aplas-
tada en las costas de Frisia, y en el 574 eran vencidos daneses,
sajones y jutos, también en Frisia, por el duque de Austrasia. Pe-
ro
en
el
siglo IX tomó tal amplitud la expansión guerrera y pacífi-
ca de los pueblos escandinavos, que haría olvidar las alusiones es-
porádicas que de sus rapiñas venían haciendo los cronistas.
Con respecto a los musulmanes, árabes convertidos a la fe de
Mahoma, hay que decir que habían tenido pocos contactos con
el
al
mundo grecolatino antes del siglo VH. Tan sólo los instalados
Norte, cerca de Siria, habían tenido contacto con las civiliza-
ciones griega y aramea, y más tarde con la romana, la bizantina
y
la persa. La península arábiga había estado más aislada de estos
centros políticos y culturales. Habitada por los beduinos, pastores
nómadas con una organización social muy primitiva, divididos en
tribus enfrentadas entre sí, formarán una unidad sólida sólo gra-
cias
y
a
las
doctrinas de Mahoma.
*
Por su parte, la Italia de Dante estaba dividida entre gúelfos
gibelinos, que apoyaban unos al Papa y los otros al Emperador
en la lucha entre Papado e Imperio. Esto provocará enfrentamientos
armados constantes entre ambos bandos, siendo el propio Dante
víctima de ellos. Esta lucha prosigue en el siglo XV, en tiempos
de
Lutero, que, contrariamente a Dante, se sirve de la rivalidad
Thomas Carlyle
entre el Papa y los príncipes alemanes para obtener el apoyo de
éstos a su Reforma religiosa.
Con respecto a la Inglaterra de finales del siglo XVI, enla que
viven Knox y Shakespeare, sufre también problemas religiosos.
En
efecto, reina María Tudor, también llamada María la Católica, que
desarrolla una política exterior de alianza con España y una polí-
tica interior de persecución a los protestantes. Knox será víctima
de
ella.
Los antecedentes deben buscarse en la ruptura del rey
Eduardo VIII con el Papa, que no aceptaba la anulación de su ma-
trimonio con Catalina de Aragón. Un siglo más tarde, en la Ingla-
terra de Oliver Cromwell, los problemas son más bien de tipo po-
lítico: Carlos 1 y sus ministros Strafford y Laud, defensores a ul-
tranza del absolutismo monárquico, exasperan al pueblo con sus
tremendos impuestos y su desprecio evidente a la institución par-
lamentaria, ya existente en Gran Bretaña.
El gesto de un noble,
que se negó públicamente a pagar.impuestos no autorizados re-
gularmente por el Parlamento, suscitará una oleada de apoyo en- -
tusiasta. Y otro siglo más tarde, ya hecha la revolución por Oliver
Cromwell, la monarquía parlamentaria británica, en la que viven
Johnson y Burns, está dominada por el primer ministro whig Ro-
bert Walpole, que recurre a todos los medios de presión y corrup-
ción de que puede disponer para sobornar a los diputados y go-
bernar a favor de la oligarquía financiera, que le apoya.
Frente a ella, la Francia del siglo XVII, en que viven Rous-
seau y Napoleón, es la época esplendorosa del Absolutismo, del
Ancien Régime, criticado o adulado por la Ilustración, y que será
finalmente aniquilado por la Revolución francesa, hecha a finales
de
siglo gracias a las ideas difundidas por hombres como Rous-
seau, y al valor y decisión de hombres como Napoleón.
Los hechos En poco más de un siglo, el IX, los norman-
a dos se hacen dueños de gran parte de Ingla-
terra e Irlanda; en nombre de Odín, se asientan en la Galia, des-
pués de haber saqueado ampliamente el país; recorren las costas
de la península Ibérica y, pasando el Mediterráneo, vuelven a ata-
car la Galia, ahora por el golfo de Lyon; por el Atlántico norte,
Los héroes
se
extienden hasta la lejana Islandia, llegando incluso a América;
dominan el Báltico y, tras superar la dureza de la estepa rusa, con-
siguen llegar a Constantinopla.
La actividad económica principal de la Arabia del siglo VI, en
que vive Mahoma, son las caravanas, el comercio con las zonas
vecinas. El propio Mahoma se dedicará a ello hasta que se case
con Jadicha. Estas caravanas transportan perfumes, inciensos, me-
tales preciosos, ricas maderas, aceite, trigo. La Meca era el princi-
pal mercado y depósito de las caravanas que cruzaban Arabia. Ma-
homa la convertirá, por eso, en el centro religioso de los musul-
manes, uniendo las tribus caravaneras, antes politeístas, en una
fe
la
y
unos ideales comunes, con una estructura política unida y! un
centro religioso único para todos sus fieles.
Con respecto a la Italia de Dante, continúa en vida de Dante
lucha entre el Papa y el Emperador. Ambas instituciones se lan-
zan por esos años a una publicística trepidante en defensa de sus
respectivos puntos de vista. Nadie parece darse cuenta de que el
porvenir impondrá una solución: la afirmación de las nacionalida-
des, tan alejada del imperialismo guibelino como de la teocracia
guelfa. Tanto Dante Alighieri como Martín Lutero serán, en este
sentido, nacionalistas ante litteram.
Por su parte, la Inglaterra de Shakespeare y Knox vive la «Era
Isabelina».
Muerta María Tudor, le sucede Isabel 1, hija de Enri-
que VIII y Ana Bolena, la cual responde inmediatamente a las es-
peranzas en ella dépositadas por los protestantes franceses y ho-
landeses. Así, la política exterior británica cambia totalmente: de
ser aliada de España, Inglaterra se convertirá en la pesadilla de
Felipe II. Un siglo más tarde, el absolutismo monárquico recibe
un golpe mortal en este país, asestado por Cromwell, el cual orga-
niza un ejército regular disciplinado y valiente para defender al
Parlamento frente a los absolutistas. Así, vencido en Naseby, el
rey Carlos I será ajusticiado y se proclamará la soberanía popular
y
el
sufragio universal en Inglaterra. Ya en el siglo XVII, en época
de Johnson y Burns, dos partidos políticos dominan la vida parla-
mentaria inglesa: los tories, o conservadores, representantes de
los
grandes propietarios de tierras y de la nobleza; y los whigs,
o
liberales, representantes de la nueva clase ascendente británica,
Thomas Carlyle
la
ya
burguesía comercial-capitalista.
La figura del monarca resulta
puramente institucional, podría decirse que decorativa.
Por el contrario, la Francia de Rousseau y Napoleón está en
plena efervescencia por conseguir un régimen similar al inglés. En
la
segunda mitad del siglo XVIII las ideas de los enciclopedistas
hablan ya de los derechos del hombre, tanto como individuo co-
mo en condición de ciudadano de un Estado. Estas ideas serán
llevadas a la práctica en 1789, al abolir los herederos del espíritu
de
Rousseau (entre ellos Napoleón) un régimen absolutista e ins-
taurar una república del pueblo, gobernada y administrada por él.
Las consecuencias A finales del siglo IX, los norman-
dos dominan Escocia, Irlanda, Is-
landia, Checoslovaquia y amplias zonas de Inglaterra y Francia.
Pronto crearán grandes reinos en el norte de Europa, génesis de
los
actuales reinos escandinavos.
Los cristianos de estas tierras
están desunidos y no consiguen hacerles frente. Sin embargo, una
vez establecidos en sus nuevos territorios, el contacto con los in-
dígenas llevará a estos feroces guerreros a la sedentarización y,
finalmente, a la conversión al cristianismo.
Con respecto a Arabia, muerto Mahoma, le sucede el califa Abu
Bakr, padre de la última esposa del profeta, Aixa. Abu Bakr so-
meterá a las tribus árabes desunidas y marchará hacia Siria y Per-
sia.
Comienza así la expansión islámica, que llevará a los musul-
manes a conquistar el Próximo Oriente, el norte de Africa, casi
toda la península Ibérica, parte del Africa subsahariana, la penín-
sula Balcánica e incluso el corazón de Asia.
Por su parte, la Italia de Dante dará paso, en el siglo XIV, a
la Italia comunal, dominada por los nacionalismos locales. En efec-
to, la pujanza de las ciudades italianas, facilitada por la expansión
europea en el siglo XII, recibirá un fuerte impulso a consecuencia
de los choques entre las tres grandes fuerzas hostiles: el Imperio,
el
Papado y el feudalismo. Lo mismo ocurrirá en la Alemania de
después de Lutero.
Pero, si es incuestionable que el florecimiento
de
los nacionalismos locales implica la atomización de un país,
elementos culturales —una lengua y una literatura comunes, en
el
caso de Dante; una reforma religiosa que da inicio a una nueva
Los héroes
Iglesia, en el caso de Lutero— pueden mantener cohesionado, y
de
hecho lo harán, a un colectivo desunido sólo de derecho.
Con respecto a la Inglaterra de Shakespeare y Knox, a la muerte
de estos dos hombres ilustres su país se ha convertido en una gran
potencia, con una de las mejores flotas del mundo, un territorio
unido bajo la férrea voluntad y personalidad de Isabel y posesio-
nes coloniales en el Nuevo Mundo.
A la muerte de Cromwell, In-
glaterra ha mejorado todavía más su posición en el mundo: su flo-
ta
es
ahora la primera del planeta en cantidad y calidad, su orga-
nización política es más libre y avanzada que la del resto de Occi-
dente, todavía dominado por el Antiguo Régimen, y en su expan-
sión colonial ha desplazado a Portugal y España como principa-
les potencias coloniales, y se enfrenta ahora a Holanda y Francia
por el monopolio comercial con América, Asia y Africa. A finales
del siglo XVHI, muertos Burns y Johnson, Gran Bretaña se prepa-
ra
a
dominar el mundo: hecha la revolución industrial, su pujanza
económica incita al país a buscar nuevos mercados en los cinco
continentes.
Será la consolidación del Imperio Británico, quizá el
más extenso de la historia de la humanidad.
Frente a ella, Francia vive, a la muerte de Rousseau, momen-
tos de conflictos internos: la rivalidad anglo-francesa a lo largo del
siglo XVII ha privado a Francia de sus posesiones indias y ameri-
canas; la Revolución francesa y la posterior toma del poder por
parte de Napoleón agudizarán dicha rivalidad, que terminará en
una nueva derrota francesa y en el exilio napoleónico en Santa
Elena.
Pero, a lo largo del siglo XIX, Francia recuperará su anti-
guo esplendor, y en una sucesión ininterrumpida de repúblicas,
monarquías e imperios, recuperará rápidamente su rango de gran
potencia, en un mundo dominado por el capitalismo y la expan-
sión imperialista por todos los continentes.
Fechas clave
500 Los daneses, adoradores de Odín, habitan las islas de Di-
namarca, Ascania y, posteriormente, Jutlandia.
La expan-
sión de este pueblo se inicia como consecuencia de la superpobla-
ción de sus áreas originarias y del descontento ante la situación
político-económica tras la formación de grandes señoríos territo-
riales, lo que incita a muchos reyezuelos y a sus guerreros a emi-
grar en sus nuevas naves (gokstad, oseberg) con quilla reforzada
y
mástil para vela, que sustituye a la vieja embarcación de remos
tradicional (nydam, kvalsund).
57 5 Nace Mahoma en La Meca. Pertenece a la importante fa-
milia de Hasim, de la tribu mudarí de Qurays, y es hijo
de
Abd Allah, muerto en Medina. A los seis años pierde a su ma-
dre, Amina, y es recogido por su abuelo Abd-al-Muttalib y más tarde
por su tío, Abu Talib, cuyo hijo Alí es su compañero de juegos.
5 87 Mahoma marcha en caravana con Abu Talib. En Bosrá ve
al
la
monje cristiano Bahira, que reconoce en él el signo de
profecía.
Se hace pastor, y pronto entra al servicio de la rica
Jadicha, pariente lejana suya, cuyas caravanas de camellos condu-
ce
por algún tiempo atravesando Arabia.
600 Los reyes esviones, o dinastía de los Inglings, extienden
su
del
hegemonía desde el área de Upsala hasta la totalidad
territorio sueco. Mahoma se casa con Jadicha, encontrando
en ella una fiel colaboradora. El matrimonio le libera económica-
mente, lo que le permite consagrarse a la meditación. Sus viajes
con caravanas por Arabia, hasta Siria y Palestina, le han puesto
en contacto con judíos y cristianos, cuyas doctrinas religiosas han
sobreexcitado su inquietud religiosa.
61 0 Mahoma comienza su predicación.
Convencido de que es
necesario renovar la enseñanza de la verdadera fe mono-
a
los
teísta, como resultado de una serie de visiones y relaciones, predi-
ca
miembros de su tribu la necesidad de creer en un único
dios: Alá, el gran padre de todos los musulmanes.
Thomas Carlyle
622 La doctrina mahometana, monoteísta, espiritual y ascéti-
ca,
choca con el fetichismo y materialismo de los merca-
deres de La Meca. El ambiente hostil obliga a Mahoma a emigrar
a
Yatrib el 15 de junio. Esta fecha marca el inicio de la Hégira,
punto de partida de la cronología” musulmana.
62
Con los adeptos que le acompañaron de La Meca y los con-
«vertidos en Yatrib, Mahoma forma su primera comunidad,
de la que él es a la vez jefe político y religioso. Sus enfrentamien-
tos
630
con La Meca son cada vez más violentos.
Mahoma consigue regresar a La Meca. Suprime el culto
idolátrico en la ciudad y el santuario de La Kaaba queda
transformado en un centro de piedad islámica. La nueva religión
arraiga en toda la península arábiga.
632 Muerte de Mahoma en Medina.
Su sucesor, el califa Abu
Bakr, padre de Aixa, última esposa del profeta, somete las
tribus árabes separadas y marcha hacia Siria y Persia. Empieza
la
expansión islámica por los territorios cercanos.
6 50
Los reyes esviones dominan, junto con los gotlandeses, la
cuenca del Báltico (Finlandia, Curlandia, Prusia oriental). -En el siglo VIII es ya este mar un «lago sueco», cerrado al comer-
cio
frisón y dominado totalmente por los vikingos.
790-840 Saqueos e invasiones normandas a lo largo de las
a costas celtas: Lindisfame, Jarrow, Monkwearmouth,
Skye, lona. A partir del 799 realizan incursiones al litoral friso-
sajón, obligando a Carlomagno a establecer permanente vigilan-
cia costera. Son características las acciones alternadas: ataques du-
rante la primavera, para retornar al punto de partida en invierno.
Tras la muerte de Luis el Piadoso, sin embargo, emprenden las
expediciones con potentes ejércitos y establecen campamentos per-
manentes en las desembocaduras de los ríos, donde invernan.
840-862 Los vikingos daneses saquean anualmente las ciu-
dades francas cercanas a las desembocaduras de
los ríos, y emprenden expediciones de pillaje a Asturias, Portugal,
Baleares, Provenza y Toscana. Someten también los condados
de
Northumberland y Anglia oriental.
866-87 A Los vikingos daneses comienzan la conquista me-
tódica de Inglaterra desde las bases de Londres y
Los héroes -
Thanet. Los noruegos ocupan las islas Shetland, Orcadas, Feroes,
Hébridas e Irlanda.
A raíz de la unificación del país por el rey Ha-
rold, muchos de sus súbditos abandonan el reino y se establecen
en
Islandia, que constituye así una colonia vikinga.
980-1000 Nuevos ataques vikingos a Inglaterra, dirigidos
por
reyes
daneses.
Los
noruegos descubren
Groenlandia y una franja septentrional de América (Vinland), que
no
llegan a colonizar, logrando penetrar en la región de Novgo-
rod. Al final del período tiene lugar la cristianización de los vikin-
gos y, simultáneamente, su paso al sedentarismo.
12
se
B
Nace Dante Alighieri en Florencia. Pertenece a una fa-
milia de la burguesía gúelfa. De su niñez y adolescencia
tienen muy pocas noticias.
127 4 Muere su madre; mientras, estudia en su ciudad natal,
siendo discípulo de Brunetto Latini. Entre sus amigos
íntimos figura el futuro gran poeta Cavalcanti. Ve por primera vez
a
una joven llamada Beatriz, un año menor que él, a la que amará
platónicamente durante toda su vida.
1294 Termina La vita nuova, especie de diario íntimo en
verso y prosa inspirado en su amor a Beatriz. Alterna
sus estudios universitarios en.Bolonia con una vida disipada. Ha-
cia el año 1290 muere Beatriz.
Poco después se casa con otra jo-
ven florentina, Gemma di Manetto Donati.
129 5-1206 Dante empieza a tomar parte en la vida de Flo-
o rencia: es miembro del Consejo del Pueblo y
más tarde del Consejo de los Ciento.
1300-1303 Designado embajador en Roma para tratar la
==" "
pazcon el papa Bonifacio VIII, éste le retiene
junto a sí, hasta que, aliado con Carlos de Valois, consigue el triunfo
guelfo en Florencia.
Sus diferencias políticas obligan a Dante
Alighieri al exilio.
1306-1315 Empieza la vida errante de Dante: recorre el
norte de Italia, visitando las ciudades de Vero-
na,
Padua, Rimini, Lucca, Ravena.
1321 Dante Alighieri muere en la ciudad de Ravena el 14 de
1-7 septiembre, al regreso de un viaje a Venecia.
Thomas Carlyle
1483 Martín Lutero nace en Turingia. De familia campesina
acomodada, se ve muy influenciado por su madre, mu-
Jer de sánas costumbres, pero muy supersticiosa. .
1 A9 7 -] 50 5 Estudia Lutero en Magdeburgo, Eisenach y Er- -
el
a furt. Contra los deseos paternos de que estu-
diase Leyes, se licencia'en Letras, para ingresar posteriormente
en
convento de los agustinos de Erfurt.
1507-1516 Ordenado sacerdote, se doctora en teología y
:
enseña filosofía, teología y exégesis bíblica. En-
viado por su orden en misiones de confianza a Roma, desempe-
ñará aquí el cargo de vicario general de los agustinos alemanes.
El
1
reformador escocés John Knox nace en Haddington.
51 7 Lutero se opone a la «venta de indulgencias». El 31 de
octubre fija en las puertas de la iglesia de Wittenberg
sus 95 tesis redactadas en latín, que serán el comienzo de la Re-
forma. Para defender su posición predica incansablemente, publi-
ca
1
numerosos escritos y discute con los teólogos.
520 Lutero quema en la plaza pública de Wittenberg la bula : -
papal en que se le invita a retractarse de sus ideas, y pu-
blica «los tres grandes escritos reformadores», base de las iglesias
luteranas: Manifiesto a la nobleza cristiana de Alemania, La cau-
tividad de Babilonia y De. la: libertad del cristianismo.
15 A6 Tras viajar incesantemente por Alemania predicando sus
teorías y buscando adhesiones, sobre todo entre la rea-
leza y la nobleza alemana, Lutero muere en su ciudad natal.
Or-
denado sacerdote, John Knox se suma a la Reforma y predica las .
nuevas ideas en las ciudades de Berwick y Newcastle.
1554-15 59 Al subir al poder María Tudor, Knox huye a
22 2.
Ginebra, donde traduce al inglés la llamada «Bi-
blia de Ginebra». En 1559 vuelve a su patria, difundiendo. la refor-
ma luterana y contribuyendo al establecimiento del presbiterianismo
en
Escocia y al derrocamiento de María Estuardo.
1
564 William Shakespeare nace en Stratford on Avon. De fa-
milia acomodada, es muy poco lo que se sabe de sus
años de infancia y adolescencia.
1582 Shakespeare se casa con Ann Hathaway y se traslada a
Londres, donde trabaja como actor de teatro.
:
Los héroes
159 4 Shakespeare consigue sus primeros éxitos como drama-
25 7. turgo. Compone Venus y Adonis y La violación de Lu-
crecia.
Es actor; autor y pronto accionista de la compañía de los
Lord Chamberlain's Men, que actúa en el teatro del Globo.
1
599 Oliver Cromwell nace en Huntington. El fervor puritano
del ambiente en que se-educa le marca profundamente.
1613 Se incendia el teatro del Globo. Shakespeare ha escrito
ya sus mejores obras. El escritor, famoso y rico, se retira
a
en
la
Stratford, donde lleva una vida apacible y desahogada. Poco des-
pués de redactar su testamento, muere el 26 de abril y es enterra-
do
iglesia de Stratford on Avon.
1
640 Elegido diputado del Parlamento, Cromwell apoya enér-
gicamente al partido puritano en su lucha contra el
rey y la iglesia anglicana tradicional.
;...
l
1642-1 645 Estalla la guerra civil inglesa. Su talento mili-
22 7 tarse evidencia inmediatamente: al mando de
un
ejército valiente y disciplinado, vence al partido realista.
1649-1 65 A Se suprime la Cámara de los lores en el Parla-
A 7 mento británico y se.condena a muerte al rey.
Cromwell se convierte así en amo de las islas. Somete a los rebel-
des de Irlanda y Escocia e instaura el régimen de la Commonwealth.
Deseoso de aliarse con todas las potencias protestantes, se ve, sin
embargo, arrastrado a una guerra contra las Provincias Unidas.
Mientras tanto, los desórdenes parlamentarios mueven a Crom-
well a disolverlo y a promulgar una nueva Constitución, que con-
solida la dictadura militar de un rey sin corona.
16 58 Agotado por una vida demasiado activa, Oliver Cromwell
muere en Londres, en el mes de septiembre, tras de-
signar como sucesor a su hijo Richard Cromwell.
1709 Samuel Johnson, lexicógrafo, crítico y poeta británico,
nace en Lichfeld. Debido a la falta de medios económi-
cos, se ve obligado a abandonar sus estudios en la Universidad
de
Oxford y dedicarse a la enseñanza.
17 12 Jean-Jacques Rousseau nace en Ginebra, en el seno de
una familia hugonote. Al nacer queda huérfano de ma-
dre,
1
y
es
educado por el pastor Lambercier.
o
73 7-1 7 5 5 Samuel Johnson se traslada a Londres, donde
se da a conocer por sus artículos periodísticos
Thomas Carlyle
en
«The Rambler», «The Adventurer» y «The Idler», y por obras
como Londres, La vanidad de los deseos humanos, Vida de Sa-
vage y, sobre todo, un Diccionario de la lengua inglesa en dos
volúmenes. Rousseau viaja a París e Italia, alcanzando la fama en
los salones parisinos con su Discurso sobre las ciencias y las artes.
17 59-1 7 62 El poeta escocés Robert Burns nace en Allo-
=__ way. Hijo de campesinos, recibe una educación
muy superficial, pero pronto se inclina por la poesía. Rousseau
trabaja en tres de sus mejores obras: las tituladas La nueva Helot-
sa,
1
El contrato social y Emilio o la educación.
769 Nace Napoleón Bonaparte en Ajaccio. Estudia en el co-
legio de Autún y en la escuela militar de Brienne. Ter-
mina sus estudios en París, y es nombrado teniente de un regi-
miento de artillería de la capital francesa.
1
7 82-1 7 89 Samuel Johnson publica su última obra, Vidas
= -— depoetas, en diez volúmenes, donde demues-
tra una gran sagacidad crítica. Muere en Londres poco después.
Rousseau escribe sus Confesiones y Meditaciones de un paseante
solitario. Muere súbitamente en casa del marqués Girardin, su úl-
timo protector, en Ermenonville. Robert Burns se casa con Jean
Armour y publica Poemas escritos principalmente en dialecto es-
cocés. Al estallar la Revolución francesa, Napoleón Bonaparte mues-
tra
simpatías por los jacobinos.
1793-1798 Robert Burns se traslada a Dumfries, donde si-
==” guecomponiendo baladas escocesas. Pero sus
excesos en el trabajo, la bebida y los placeres minan su salud, mu-
riendo tras sufrir un grave ataque de fiebre reumática. Napoleón
se
traslada a Provenza. Colabora con las tropas revolucionarias
en la conquista de Tolón, en la campaña de Italia y en la de Egip-
to.
de
Vuelto a Francia, donde el Directorio agonizaba, da un golpe
Estado e instaura una férrea dictadura militar.
17 99.1 804 Napoleón es elegido Primer Cónsul mediante
ZAS >” plebiscito para un período de diez años.
Para
dar una apariencia democrática a la dictadura militar, se elabora
una Constitución. Se reorganiza la administración, la justicia, la
economía y la educación. Una nueva campaña en Italia logra la
difícil victoria de Marengo: Austria cede otra porción de sus terri-
Los héroes
torios italianos. Se firma un Concordato con la Iglesia, poniéndo-
la
sul
al
servicio del gobierno. Napoleón Bonaparte es proclamado Cón-
Vitalicio y, más tarde, Emperador.
1805-181 5 El ejército napoleónico invade Alemania. De-
TA 277 rrota austríaca en Ulm. Batallas de Trafalgar
y
Austerlitz. Paz de Tilsit: Rusia se une al bloqueo continental.
Guerra de Independencia española. Campaña de Rusia. Tras la
catástrofe del ejército napoleónico y su posterior retirada, Prusia
se
ne
incorpora a la resistencia, aliándose con Austria. Napoleón tie-
que retirarse más allá del Rhin. Las tropas aliadas liberan Ale-
mania, Holanda y el norte de Italia, llegando hasta París. Napo-
león es encarcelado en la isla de Elba, pero consigue escapar y
regresar a Francia, donde vuelve a tomar el poder. Batalla decisi-
va de Waterloo, en la que queda aniquilado el poder militar fran-
cés. Segunda entrada de las fuerzas aliadas en París. Se firma la
paz,
que pone fin al fugaz Imperio napoleónico.
1821 Bajo protección inglesa, Napoleón es desterrado a la is-
la
de
Santa Elena, donde muere el 5 de mayo.
*
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