Tú eres un adicto al poder como todo político, vives y no vives. ¿Entonces, la Codicia no está en ti, bribón? ¿No sientes el dolor, tampoco el hambre, ni la sed? Mientes. Ven, recuéstate de nuevo en mi palma, remedo de hombre, acurrúcate, abrígate de los murmullos que te rodean, duerme por un momento, ¡mentiroso!
Fragmento. Novela. En proceso. EL VUELO DE LA URRACA.
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