CÁTEDRA EN EL CAFÉ. DIARIO.
Sábado, 29 de junio de 2024
Hoy iniciamos la lectura del
libro ¨ PORNOGRAFÍA que en verdad es una mala traducción del título y del polaco de la
novela de GOMBROWICZ y que algunos editores así la han traducido. Al menos ese
es el pensamiento del Dr. Raffo. Yo no estoy tan seguro de que sea una mala
traducción y título: supongo que llama a la curiosidad (el título) y es una
manera de mercadotecnia. ¿Será? Nuestro
amigo, Lanfranco solo ha sonreído y ha comentado que los últimos títulos que
hemos leído y disertado son bastante patibularios como el anterior título de la
novela de BARON BIZA: “EL DERECHO DE MATAR”. A mí, en particular —y sin contar
el aspecto publicitario—, me agrada el título de: “LA SEDUCCIÓN” y que es la
traducción que seguiremos de Gabriel Ferrater, año de 1968.
EL hombre no desea ser un dios, o ser
joven, creo que en el fondo lo que desea el hombre es: “saber”, comentó
Lanfranco refiriéndose al texto del prólogo de la novela escrito por
GOMBROWICZ.
***
“El existencialismo se esfuerza por
reinventar el
valor, mientras que para mí lo
sub-valioso, lo insuficiente,
lo subdesarrollado, están más cerca
del hombre
que todos los valores. Me parece que
la fórmula de
que el hombre quiere ser Dios expresa
muy bien las
nostalgias del existencialismo, en
tanto que yo le opongo
otra, desaforadamente desmedida: el
hombre quiere
ser joven”. GOMBROWICZ. LA SEDUCCIÓN.
PRÓLOGO DEL AUTOR.
***
“¿Queda claro? Se dice que una obra
se explica por
sí misma, que los comentarios del
autor son superfluos.
¡Claro que es verdad en principio!
Pero el arte
contemporáneo no siempre es de fácil
acceso, y muchas
veces sería útil que el autor tomara
al lector
de la mano y le sugiriera un camino”
GOMBROWICZ.
***
“La persona,
torturada por su máscara, se
construye en secreto,
para su uso privado, una especie de
subcultura: un
mundo hecho con los desperdicios del
mundo cultural
superior, un dominio de la ratería,
de los mitos informes,
de las pasiones inconfesadas... un
secundario
dominio de compensación. Es allí
donde nace una poesía
vergonzosa, una cierta comprometedora
hermosura...
¿No estamos ya muy
cerca de La seducción?” LA SEDUCCIÓN. GOMBROWICZ WITOLD.
***
“Cuando es el viejo quien
crea al joven, todo marcha a las mil
maravillas, mirado
desde un punto de vista social y
cultural. Pero
cuando el viejo se somete al joven,
¡qué tinieblas!
¡Cuánta perversión y vergüenza! ¡Qué
de trampas!
Pero la verdad es que la juventud,
biológicamente superior,
físicamente más hermosa, no tiene la
menor
dificultad para encantar y ganarse al
viejo, ya infectado
por la muerte”.
GOMBROWICZ W.
***
“En La seducción he renunciado a la distancia
que
proporciona el
humorismo. No es una sátira, sino una
novela, una novela
clásica... La novela de dos señores
de media edad y de una
pareja adolescente: una novela
metafísico-sensual.
¡Qué vergüenza!”
LA SEDUCCIÓN.
GOMBROWICZ.
***
“Citaré todavía de mi Diario lo que
sigue:
“Uno de mis fines intelectuales y
estéticos es el
de encontrar un más abierto y
dramático acceso a la
juventud. Descubrirle lo que la ata a
la madurez, para
que se completen una a otra.”
Y luego:
“No creo en ninguna filosofía
no-erótica. No me fío
de ningún pensamiento desexualizado.
"Claro que es difícil creer que
la Lógica de Hegel
o la Crítica de la Razón pura hubieran
podido concebirse
si sus autores no se hubieran
mantenido a cierta
distancia del cuerpo. Pero la
conciencia pura, en cuanto
se realiza, tiene que sumirse de
nuevo en el cuerpo,
en el sexo, en él Eros; el artista
tiene que zambullir
al filósofo en el embeleso, en el
atractivo, en la gracia”.
GOMBROWICZ. LA SEDUCCIÓN.
***
En cierto momento, el crepúsculo, esa
sustancia
que se come las formas, se puso a
borrarlo,
y él se volvió indistinto en el vagón
lanzado y traqueteante,
que se adentraba en la noche e
invitaba al
no-ser. Pero aquello no atenuó su
presencia, que
sólo para la mirada se hizo
inasequible: él se agazapaba
tras el velo del no ser visto,
exactamente tal
como era. Luego se encendió la luz y
lo trajo de nuevo
a la visibilidad, mostró su barbilla,
las crispadas comisuras
de la boca, y las orejas... pero él
no se sobresaltó,
fijaba los ojos en una cuerda que se
balanceaba,
y existía.
LA SEDUCCIÓN.
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