miércoles, 23 de diciembre de 2020

Louis Aragon Los ojos de Elsa

 


Los ojos de Elsa, publicado por Louis Aragon en 1942, es el libro más reconocido del autor y considerado una de las obras mayores de la poesía francesa del siglo XX. Los ojos de Elsa constituye uno de los más bellos cantos de amor que un poeta haya jamás escrito. Inspirado en Elsa Triolet, su mujer y una de las más importantes escritoras francesas de origen ruso, comprende veintiún poemas de excepcional belleza, transidos de historia íntima, imágenes conmovedoras y una penetrante sensibilidad. Durante la Segunda Guerra Mundial, Louis Aragon tomó partido por la resistencia contra el nazismo. Denominado el último poeta cortés, Aragon rememora la gloria de los viejos trovadores provenzales a través de su canto a la mujer amada. Precisamente escribe estos poemas en la zona no ocupada del sureste francés, el mismo territorio donde floreció la lírica occitana trovadoresca, que el poeta considera un símbolo de cultura propia y motivo de orgullo nacional ante el invasor. Convencido de que la poesía puede ser una efectiva arma de combate, Los ojos de Elsa supone una contribución poética a la resistencia francesa y un himno desgarrado de amor a Francia.

 

Louis Aragon

Los ojos de Elsa

Título original: Les jeux d’Eisa

Louis Aragon, 1942

Traducción: Raquel Lanseros

Editor digital: Titivillus

ePub base r1.2

 

EL AMOR SOBREVIVE

Cuando Louis Aragon conoció a Elsa Triolet en 1928 en el café La Coupole de París, frecuentado por muchos artistas y escritores de la época, su vida cambió para siempre. Pero no se trató tan sólo de un cambio amoroso y sentimental, sino también poético, puesto que Elsa se convirtió desde entonces en su musa, la mujer que le insuflaba energía y fomentaba sus poderes creativos.

Los ojos de Elsa, el poemario que están ustedes a punto de leer —o releer— es el primero de un largo ciclo de libros de poesía consagrados por Aragon a su compañera, con la cual formó una pareja mítica hasta la defunción de Eisa en 1970. Es, además, el libro más leído, estudiado, conocido y admirado de todos los que escribió el poeta, y unánimemente considerado una de las obras mayores de la poesía francesa del siglo XX. Publicado en 1942, reúne veintiún poemas dispuestos siguiendo el orden cronológico en el que fueron escritos, desde diciembre de 1940 hasta febrero de 1942. El propio autor indicó que poco importaba saber el lugar exacto de la zona no ocupada de Francia donde los escribió, apuntando no obstante algunos sitios como Carcassone, Villeneuve-lès-Avignon y Niza.

Los ojos de Elsa constituye uno de los más bellos cantos de amor que un poeta haya jamás escrito. En palabras de Aragon, «un hombre no tiene nada mejor, ni más puro, ni más digno de ser perpetuado que su amor». Amor verdadero, historia íntima, imágenes emocionantes habitan estos poemas transidos de sensibilidad y de belleza. Las palabras del poeta trascienden sus versos y llegan al corazón del lector con la fuerza que mana de la verdad, la más profunda y clara, que sólo acierta a verbalizar el alma cuando está conectada con el latido del universo.

El último poeta cortés fue uno de los apelativos que mereció Aragon, tras componer tantos maravillosos poemas en honor de la mujer amada. Y no se trata de un apelativo baladí, porque el propio poeta recuerda explícitamente en sus poemas la gloria de los antiguos trovadores provenzales que hicieron florecer en la Edad Media este concepto de amor rendido, sincero, noble y caballeresco hacia una mujer a veces desdeñosa o imposible, a la que cantaron en la melodiosa lengua occitana, forjando una visión del amor que, con sus cambios y transformaciones, ha permanecido en el imaginario colectivo hasta nuestros días. Entre las numerosas referencias a distintos géneros de las canciones de trovadores, Aragon menciona por ejemplo el descort (que expresa un desacuerdo) o la reverdie (canción caracterizada por la alegría del advenimiento primaveral).

Es importante recordar que es en este territorio mítico del sureste francés donde el poeta escribe los poemas que compondrían Los ojos de Eisa. En medio de la ocupación nazi de Francia, que Aragon vivencia con profundo dolor como la más cruel humillación a su país, crece su admiración por la tierra de los poetas trovadores occitanos que desde el siglo XI con Guillermo IX, duque de Aquitania, hasta el XIV imprimieron a la literatura medieval europea su propio sentido del honor, del erotismo y del amor. En el remoto florecimiento de su propia lírica, el poeta ve un símbolo de cultura propia y motivo de orgullo nacional ante el invasor.

Miembro hasta su muerte del Partido Comunista Francés, Aragon estuvo entre los poetas que tomaron partido, durante la Segunda Guerra Mundial, por la resistencia contra el nazismo. Convencido de que la poesía puede ser una efectiva arma de combate, Los ojos de Elsa es una contribución poética a la resistencia francesa, un doble himno que canta por igual el amor a su amada y el amor a Francia, invadida y mortificada.

También Elsa entró en la resistencia y colaboró activamente en la elaboración y difusión de periódicos. Es importante remarcar el alto nivel intelectual y literario de la figura de Elsa Triolet, una de las más importantes escritoras francesas de origen ruso. Nacida en Moscú como Elza Yúrievna Kagán en el seno de una familia acomodada y cosmopolita, su hermana mayor Lilia Brik fue amiga íntima y musa poética de Vladimir Maiakovski, y bautizada por Pablo Neruda como «la musa de la Vanguardia Rusa». El propio Aragon, en el segundo poema de su «Cántico a Elsa» dice en claro homenaje a ambos: «Y Lili como tú hecha para canciones / Escucha para siempre a su poeta que yo amo / Muerto una hermosa tarde sobre su poema».

La torrencial poesía que contienen estos prodigiosos versos está repleta de alusiones culturales de todo tipo: históricas, poéticas, populares y geográficas, que hacen de su poesía un complejo y rico entramado. Superviviente de las dos guerras mundiales —en ambas fue condecorado por su valentía con una Cruz de Guerra— Aragon es uno de los más destacados y comprometidos poetas franceses del siglo XX, y uno de los que mejor supieron cantar el amor por la patria y el deseo inaplazable de libertad. La patria y la mujer amada se entremezclan en Los ojos de Eisa para componer un canto poético único, hímnico y poderoso, a la vez que tierno y desesperado, rebosante de desencanto y de fe.

Este libro que ustedes sujetan entre sus manos supone la primera vez que Los ojos de Elsa se ha traducido íntegramente al español, en la exacta versión original que se publicó en 1942. Les confieso que siento como un auténtico privilegio la oportunidad de haber vertido a mi lengua materna, para disfrute de los lectores en español, uno de los más grandes libros de amor de la historia y un emblema imprescindible de la poesía francesa. Un libro, en suma, para el que no existe el tiempo, porque, como canta Louis Aragon: «el amor sobrevive».

Raquel Lanseros

LOS OJOS DE ELSA

LOS OJOS DE ELSA

Tus ojos son tan hondos que me incliné a beber

Y vi todos los soles venir a contemplarse

Arrojarse a morir a los desesperados

Tus ojos son tan hondos que pierdo la memoria

A la sombra del pájaro está turbio el océano

De repente el buen tiempo surge y tus ojos cambian

El estío labra nubes en mandiles de ángeles

Nunca es azul el cielo como lo es sobre el trigo

El viento sigue en vano las penas del horizonte

Tus ojos más claros que él cuando brillan con lágrimas

Tus ojos ponen celoso al cielo tras la lluvia

Nunca es azul el vidrio como cuando se quiebra

Madre de los siete dolores oh, luz mojada

Siete espadas punzaron el prisma de colores

El día más doloroso despunta entre las lágrimas

Fresado en negro el iris más azul por el luto

En el dolor tus ojos abren la doble brecha

Por donde se repite el milagro de los Reyes

Cuando vieron los tres —su corazón latiendo—

El manto de María colgado en el pesebre

Una boca abastece a mayo de palabras

Por todas las canciones y todos los suspiros

Muy poco firmamento para millones de astros

Les faltaban tus ojos y sus gemelos íntimos

El niño acaparado por las bellas imágenes

Abre mucho los suyos menos grandiosamente

Cuando fijas los ojos yo no sé si tú mientes

Parece un aguacero que abre flores silvestres

Quizá ocultan relámpagos en la lavanda donde

Los insectos deshacen sus amores violentos

Estoy preso en la red de las estrellas fugaces

Como un marino que muere en el mar en agosto

Partiendo la pecblenda he obtenido este radio

Me he quemado los dedos en el fuego prohibido

Oh, paraíso cien veces recobrado perdido

Tus ojos mi Perú mi Golconda mis Indias

Sucedió que una noche se quebró el universo

Sobre los arrecifes de hogueras de piratas

Y yo veía brillar por encima del mar

Los ojos de Elsa los ojos de Elsa los ojos de Elsa

LAS NOCHES

LA NOCHE DE MAYO

Los espectros rehuían el camino por donde pasé

Pero la bruma de los campos delataba su aliento

La noche se hizo tenue sobre la llanura

Después de haber dejado los muros de La Bassée

El fuego de una granja arde al fondo de este desierto

En las hierbas de las cunetas se agacha el silencio

Un avión reza el rosario y te arroja

Un proyectil por encima de Ablain Saint-Nazaire

Los espectros perdidos confunden sus propias huellas

Los pasos cien veces dados agotan su razón

Bocanadas de miedo suben al horizonte

Sobre las casas de Arras presa de los tanques Arras

Interferencias de dos guerras os veo

Aquí está la necrópolis y aquí está la colina

Aquí la noche se suma a la noche huérfana

A las sombras de hoy las sombras del pasado

Nosotros que tan bien soñamos en la hierba sin coronas

La tierra un agujero la fecha y el nombre sin aquí yace

Va a haber que renacer a vuestras mitologías

Sin embargo ya no se oye el chirrido de los cicerones

Oh, fantasmas lívidos de Vimy veinte años después

Muertos a medias Yo soy el camino del alba hélice

Que gira en torno al obelisco y me arriesgo

Donde vosotros vagáis Maldormidos Malenterrados

Panorama del recuerdo Tan sufrido

Ah, se acabó Descanso Quién de vosotros gritó No

Al ruido recuperado del cañón Falso Trianon

De un calvario real de cruces blancas y alfombra verde

Los vivos y los muertos se parecen si tiemblan

Los vivos son los muertos que duermen en sus camas

Esta noche los vivos son exhumados

Y los muertos reanimados tiemblan y se les parecen

Se hizo de noche alguna vez tan perfectamente de noche

Dónde se fueron Musset tu Musa y tus pesadillas

Flota en alguna parte un perfume de laburno

Es mil novecientos cuarenta y es la noche de mayo

LA NOCHE DE DUNKERQUE

Francia bajo nuestros pies como una tela usada

Se ha ido poco a poco negando a nuestros pasos

En el mar donde muertos y algas se entremezclan

Están barcos volcados como mitras de obispo

Cien mil hacen vivac en el borde del cielo

y el agua extiende al cielo la playa de Malo

Sube a la noche donde los caballos se pudren

Un son de pisoteo de animales que migran

El paso a nivel sube sus dos brazos a rayas

Redescubrimos nuestros corazones aislados

Cien mil amores latiendo en el pecho de los Juan-sin-tierra

Se quedarán por siempre cien mil veces callados

Oh, San Sebastianes que la vida acribilla

Cómo os parecéis a mí cómo os parecéis

Sólo me oirán seguro quienes tengan el ánimo

De siempre anteponer la herida al corazón

Yo al menos gritaré este amor que declaro

Se ven mejor de noche las flores del incendio

Gritaré gritaré en la ciudad que arde

Hasta de los tejados tirar a los sonámbulos

Proclamaré mi amor igual que de mañana

El afilador canta sus Cuchillos Cuchillos

Gritaré gritaré Mis ojos que yo amo dónde

estáis dónde estás mi alondra mi gaviota

Gritaré gritaré más fuerte que las bombas

Que los heridos y que los borrachos

Gritaré gritaré Tu labio el vaso donde

Yo bebí el largo amor igual que el vino tinto

La yedra de tus brazos a este mundo me ata

Yo no puedo morir Aquel que muere olvida

Me acuerdo de los ojos de los que se embarcaron

Quién podría olvidar su amor por Dunkerque

No consigo dormir con estos proyectiles

Quién podría olvidar el alcohol que lo embriaga

Los soldados cavaron hoyos de altura real

Y parecen probarse la sombra de las tumbas

Rostros petrificados Gestos de dementes

Aparenta su sueño siempre un presentimiento

Los vahos de primavera la arena los ignora

Así agoniza mayo en las dunas del Norte

LA NOCHE DE EXILIO

Qué importa al exiliado si son colores falsos

Juraría dice que es París, si uno

No se negara a creer en las apariciones

Oigo el violín preludiar en la orquesta

Es la Ópera dice este fuego fatuo cambiante

Me habría gustado fijar en mis ojos medio abiertos

Esos balcones iluminados esos bronces ese tejado verde

Esa esmeralda apagada y ese zorro de plata

Reconozco dice estas bailarinas de piedra

La que las guía lleva una pandereta

Pero quién pone en su frente esos reflejos submarinos

El durmiente despierta y se frota los ojos

Medusas dice lunas halos

Bajo mis dedos finos despliegan sin fin su palidez

En la Ópera adornada con ópalos y lágrimas

La orquesta entera imita mis sollozos

Me habría gustado fijar en mi memoria loca

Esa rosa dice esa malva desconocida

Ese dominó fantasma al final de la avenida

Que cambiaba de ropa cada noche sólo para nosotros

Esas noches te acuerdas Recordarlas me duele

Tenían tantos relámpagos como el ojo negro de las palomas

Nada nos queda ya de esas joyas de sombra

Ahora sabemos lo que es la noche

Quienes se aman sólo tienen el amor por morada

Ytus labios mantenían cada noche la apuesta

De un cielo de ciclamen por encima de París

Oh, noches apenas noches color de la ternura

El firmamento se abovedaba de diamantes para ti

Yte jugué mi corazón en igualdad de probabilidades

Sol giratorio de los bulevares luces de Bengala

Cuántas estrellas por tierra y sobre los tejados

Cuando lo pienso hoy las estrellas hacían trampa

El viento arrastraba muchos sueños a la deriva

Ylos pasos de los soñadores resonaban en las calles

Los amantes se abrazaban bajo las puertas cocheras

Poblábamos los dos el infinito de nuestros brazos

Tu blancura encendía la penumbra eterna

Yyo no podía ver al fondo de tus pupilas

Los ojos de oro de las aceras que no se apagaban

Siguen pasando las carretas de verduras

Entonces los percherones se iban lentamente

Con hombres lívidos durmiendo en las coliflores

Los caballos de Marly se encabritaban en la bruma

Hacen allí los lecheros un alba de hojalata

Y amanece San Eustaquio en los ganchos de las tiendas

Los carniceros cuelgan animales fantásticos

Prendiendo la escarapela en sus vientres sangrientos

Acaso decidió callarse para siempre

Cuando la dulzura de amar desapareció una noche

La gramola mecánica en la esquina de nuestra calle

Que por diez monedas francesas tocaba una canción

Volveremos a ver alguna vez el paraíso lejano

Les Halles la Ópera la Concordia y el Louvre

Esas noches te acuerdas cuando la noche nos cubre

La noche que viene del corazón y no tiene mañana

LA NOCHE EN PLENO DÍA

Reina en la ciudad una noche negadora

El Arlequín blanco y negro ahora negro y blanco

No ve aquí ningún cambio, salvo que las actrices

Cuelgan por medio de imperdibles

La sombra de los rayos X en su hombro desnudo

Ecuación fantasma de bellas incógnitas

Estos días se inauguró el Carnaval de Niza

Pero nadie excepto yo se acordó

Una luz inversa mancha de tinta la mascarada

Bajo las mimosas oscuras un follaje de leche

Da a los jardines maquillados su brillo de ensalada

Suspendidos bajo las estrellas enfermas

Un chal de resplandor cubre sus chalets

En su cesta de flores inmóvil ballet

Fútbol petrificado bajando hacia el fondeadero

Los vecinos de las casas toman aspecto palaciego

Rascacielos florentinos Miniaturas de Kremlin

Laberinto de Delhi Póquer de ases con cien dados

Alhambras delirantes Villas Arquitecturas

Venecia a pequeña escala Schönbrunn caricatura

Pesadilla mil novecientos Palacios de orquídeas

Donde Peleas deletrea un oscuro a b c d

Y con el pelo revuelto sueña con formas de estuco

En camisón Melisande acodada

Balcones cerúleos decorados con figurillas

Porcelanas de Saxe desarraigadas Tanagras y amuletos

El cisne de medianoche viene a buscar a Lohengrin

Y Lanzarote del Lago que una Manon aflige

Mira fijamente en el recodo a una falsa María

Bashkirtseva que estaba charlando con las valquirias

Bedlam o Charenton Cerca de la Fornarina

Desdémona sorprendió a Otelo su marido

El gesto al ralenti que hizo el discóbolo

Lanza una luna opaca entre su época y nosotros

Que los bailarines provenzales bailan

La sospecha comienza donde se urde la trama

Donde dominós blancos parecen albornoces

Juan Tenorio a quien persiguen las locas

Le quita el lobo a una y se queda mudo

No es para rezar por lo que se arrodilla

Amor confiemos a las tinieblas mentales

Su carnaval imaginario Tengo bastante

Con el mundo tal y como es en las postales

La gesticulación de las sombras monumentales

Comenta el sol sobre su hipertrofia

Los transeúntes con nariz falsa se desafían entre sí

Oh, noche en pleno día de eclipses totales

Triste como los reyes en sus fotografías

FIESTAS GALANTES[1]

Se ven marqueses en bicicleta

Se ven proxenetas a caballito

Se ven mocosos con velo

Se ve a los bomberos quemar los pompones

Se ven palabras arrojadas a la red viaria

Se ven palabras puestas por las nubes

Se ven los pies de los hijos de María

Se ve la espalda de las rapsodas

Se ven coches de gasógeno

Se ven también ricksaws

Se ven muchachos a quienes las largas narices estorban

Se ven cobardes de dieciocho quilates

Se ve aquí lo que se ve en otro lado

Se ven damiselas descarriadas

Se ven rufianes Se ven voyeurs

Se ve bajo los puentes pasar a los ahogados

Se ve descansar a los vendedores de zapatos

Se ve morir de hastío a los examinadores de huevos

Se ven fracasar los valores seguros

Y huir la vida deprisa y corriendo

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