ESCRITOR: ALFONSO CHASE.
En los relatos de Alfonso Chase destaca la preocupación por el
problema del tiempo. Aparece, en primer lugar, una reflexión sobre
su transcurrir, como sucede en el cuento “Los relojes”, incluido
en Mirar con inocencia (1975), en el que el narrador recuerda un
episodio triste de su infancia. Se trata del embargo de los bienes
familiares de los cuales él logra salvar únicamente los relojes de
todos: “- No ve, mamá, los relojes. Lo único que no nos pudieron
quitar fueron los viejos tiempos”.
En Los juegos
furtivos (1968) hay una reflexión reiterada y múltiple sobre dicho
problema, que el texto mismo se encarga de explicitar. “ Mi vida
como una carta sellada que hoy, mañana, otro día, debo abrir para
buscar el tiempo que he perdido en laberintos o callejuelas”. En
esta novela quien habla va recordando en forma desordenada varios
episodios de su infancia y adolescencia. Cada recuerdo es como un
hilo, que conduce a otro, y así va tejiendo su biografía y
encontrando su identidad. De esta manera, el personaje toma forma a
medida que progresa el relato de sus recuerdos. Por un lado, las
remembranzas y el tiempo dan origen al personaje: somos los que
podemos recordar, parece decir la novela. Por otro lado, el personaje
solo puede surgir cuando acaba el relato de sus recuerdos.
Pero la referencia
al problema del tiempo no termina allí. Los juegos furtivos consiste
en una narración compleja que mezcla datos de la historia nacional.
Hay pasajes relativos a la guerra civil de 1948, menciones a la
cultura de la época, críticas a los burócratas, la clase media
consumista costarricense y al Partido Liberación Nacional. Sin
embargo, dichos datos no se presentan únicamente como partes de una
realidad externa (la historia) sino como elementos de una biografía
personal.
Una tercera
referencia al tiempo en la novela de Chase es la constante alusión a
la música. Más allá de la mención explícita a obras musicales,
los capítulos, así como la obra en su totalidad, se intentan
estructurar musicalmente (“Allegro vivace”, “Adagio” y
“Finale”). Desde el punto de vista de la audición, la música se
presenta como un fenómeno lineal: uno escucha las notas una tras
otra, es decir, la parte melódica. Pero, a la vez, cuando se trata
de varios instrumentos o voces que suenan simultáneamente, existe la
parte armónica, es decir, la coincidencia de varios sonidos en el
mismo momento. Por esta razón, la música se escribe en un
pentagrama y una partitura.
La novela sigue un
principio de composición semejante.
Así, la obra
literaria se sirve de una narración que dispone los hechos como si
fuera un mosaico, lo que produce un efecto de disgregación. En Los
juegos furtivos lo anterior se relaciona, además, con otro tipo de
complejidades técnicas, como por ejemplo el hecho de que en algunas
partes el narrador se dirija explícitamente a un interlocutor – el
tú – que a veces parece ser él mismo cuando era niño: “Tienes
ocho años y te escondes debajo de la mesa. Oyes las discusiones”.
El aparente desdoblamiento del narrador recuerda el motivo del
espejo, constante en relatos y poemas de Chase.
El personaje de Los
juegos furtivos es un joven escritor; lo mismo sucede en un cuento
posterior, “Prontuario del servidor” (El hombre que se quedó
adentro del sueño, 1994). En este relato se alternan fragmentos
impresos en dos distintos tipos de letras. La diferencia gráfica
sirve para sugerir que se trata de dos versiones sobre la realidad,
dos modos opuestos de considerar la vida. Por un lado, la versión
oficial del escritor como un burócrata conforme con el sistema; por
otro, su propia aversión a ese sistema.
Sin embargo, ya la
misma versión oficial deja ver entre líneas la realidad alienante.
Los juegos que se van construyendo a lo largo de los distintos
fragmentos conducen a una confusión acerca de la realidad y a una
situación como de espejos dentro de espejos. Como dice el epígrafe
del cuento, las varias maneras de escribir reflejan diferentes
maneras de concebir la realidad. Pero nunca se logra llegar a saber
cuál de ellas es la verdadera.
Fuente:
100 años de literatura costarricense tomo II
Páginas: 820, 821,822,823.
Margarita Rojas. Flora Ovares.
Editorial Costa Rica - Editorial UCR. 2018.-
100 años de literatura costarricense tomo II
Páginas: 820, 821,822,823.
Margarita Rojas. Flora Ovares.
Editorial Costa Rica - Editorial UCR. 2018.-
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