martes, 22 de septiembre de 2020

Conrad, lobo de mar. 44 ESCRITORES DE LA LITERATURA UNIVERSAL.

 

 


Conrad, lobo de mar- 


Conrad, Joseph (Berdichev, Polonia, actualmente en Ucrania, 1857-Bishopsbourne, Inglaterra, 1924). Novelista británico de origen polaco, su verdadero nombre era Józef Teodor Konrad Korzeniowski. Fue capitán de la marina mercante. Cuando tuvo que retirarse, por problemas de salud, comenzó una próspera carrera literaria con títulos como Lord Jim, Nostromo o El agente secreto. Su novela El corazón de las tineblas inspiró a Francis Ford Coppola una de sus más conocidas películas: Apocalypse Now, estrenada en 1979. Siruela ha publicado la selección de artículos Fuera de la literatura y El corazón de las tineblas.

***

  Febrero de 1892. Józef Teodor Konrad está embarcado en el Torrens, un clíper que cubre la ruta australiana. En el viaje conoce a un pasajero, W. H. Jacques, que viaja hacia el sur huyendo de la tuberculosis. Una tarde, apoyados en la borda, hablan de libros, y se anima a entregarle un manuscrito que llevaba años escribiendo por medio mundo. En pensiones, tabernas, oficinas consignatarias, estaciones y camarotes de barcos con nombres de leyenda: el Mont-Blanc, el Saint-Antoine, el Skimmer. Porque la vida de Conrad, tiene, así de entrada, un lejano regusto a calafate y asperón de cubierta, a velamen y jarcia, y a lugares con nombres de café torrefacto: el Bósforo, Martinica, cabo de Buena Esperanza… Cuando se cruzaba por primera vez el Ecuador —esa línea discontinua de los mapas—, bañaban a los novatos en un tonel lleno de agua putrefacta, el barbero les rapaba el pelo, y después los emborrachaban con grog. Le jeune polonais, llamaban a aquel aprendiz de capitán, de ojos oscuros, pendenciero y bravucón, incapaces de pronunciar su segundo apellido, Korzeniowski.

Allí en el Torrens pasó los días enfrascado en sus tareas de primer oficial, esperando el dictamen del joven Jacques que, cuando terminó la lectura, le dijo que sí le había gustado. Y así fue como terminó su primera novela, La locura de Almayer, siempre con un cigarrillo entre los dedos. Porque fumaba tanto que muchos de sus libros tienen una marca, blancuzca, de ceniza, algún rastro circular de quemaduras. Y no solo los libros, sino sábanas, servilletas, manteles. Una vez se le quemó un manuscrito, otra vez una alfombra, otra un trozo de mesa tras estallar una lámpara de petróleo. Tal era el peligro, tan persistente el riesgo, que su mujer, la encantadora Jessie que, con más voluntad que destreza, pasaba sus manuscritos a máquina, con dos dedos, llenó toda la casa de un sinfín de jarras llenas de agua por si sobrevenía una emergencia. Pasó los últimos treinta años de su vida en tierra, escribiendo en su estudio, vestido la mayor parte del tiempo con un albornoz gastado, y un monóculo, sufriendo crisis creativas, depresiones, tristezas, varias y llamativas estrecheces.

Un día, terrible, cayó en un coma febril y delirante, y empezó a hablar en polaco, con acento. Debió de ser una visión impresionante: despeinado, los ojos cristalinos, humeantes, hablando en un idioma incomprensible. Se le pasó. Al final, su fama se extendió por todos los confines literarios, y le obligó a ser un hombre sonriente.

La noche de su muerte llovió. Lo que se interpretaba entonces como un gesto solidario de la naturaleza. Estaba sentado en una butaca, dijo apenas «aquí», y se escuchó un golpe seco. Había caído, muerto. Solo un par de periódicos, al día siguiente, consiguieron publicar bien su segundo apellido, Korzeniowski, erizado de consonantes como una mina naval.

FUENTE:

Ficha técnica

Nº de páginas:

236

Editorial:

SIRUELA

Idioma:

CASTELLANO

Encuadernación:

Tapa dura

ISBN:

9788416964406

Año de edición:

2017

Plaza de edición:

MADRID


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog

FRAGMENTO. NOVELA. EN PROCESO. EL VUELO DE LA URRACA.

  Tú eres un adicto al poder como todo político, vives y no vives. ¿Entonces, la Codicia no está en ti, bribón? ¿No sientes el dolor, tampoc...

Páginas