Byron,
verduras y gaseosa
Se odió siempre por eso. Y arrastró de por vida no
solamente el pie, sino el eco punzante, doloroso, de su primer amor. Una prima
lejana, Mary-Anne, jugosa y deseable a quien oyó decir, desatinada, torpe, a
una de sus doncellas: «¿No pensarás acaso que me puedo enamorar de un pobre
cojo?».
Hubo siempre algo en él de esa doble mirada. Algo del
joven tímido y silencioso, sometido a frecuentes abstinencias por mantenerse
esbelto: hambre, esgrima, verduras y gaseosa; un ateo piadoso —curiosa
conjunción, cómo él decía—, elegante y gallardo. Y el tullido amargado,
libertino y rijoso, que acudía a frecuentes bacanales: alcohol, juegos
perversos y muchachas turgentes a quienes sometía a burlas y ultrajes con los
que se vengaba de la naturaleza y de su prodigalidad con ellas.
El resto fueron relaciones tormentosas. Amor y desamor.
Y la espera, impaciente, fundada certidumbre, de la muerte.
Fue amigo de Shelley, quien, ahogado en el mar, como un
poeta romántico, mientras navegaba, fue comido por los peces; las aguas
devolvieron sus restos a la playa, apenas un despojo. Lo reconocieron por el
libro que llevaba en el bolsillo. Allí, Byron, llorando y maldiciendo,
enmarcado en el gris de la tormenta, ayudó a levantar la pira —troncos,
ramajes, frondas— donde el cuerpo ardió durante horas. Y allí, con el reflejo
naranja de las llamas, se tiró al mar, donde estuvo nadando hasta quedar
exhausto.
Poco después fue ya su propia muerte. Con treinta y
siete años. La muerte de los médicos, del láudano. La de las sanguijuelas en la
frente, baños de agua caliente, compresas, aceite de castor, y seis dosis de
polvo de antimonio. Como no registraba mejoría, píldoras de clorhidrato de
mercurio, y extracto de licor de calabaza. Murió sin apenas decir nada.
Cuando sus restos llegaron a Inglaterra, su albacea no
lo reconoció. Tuvieron que abrir el ataúd y retirar el terciopelo rojo para que
su pie, cojo y deforme, lo delatara.
Fuente:
Fuente: Marchalamo Jesús y
Flores Damián
Editores: Siruela 2010. Editorial : Siruela; 2nd
Edición (9 Febrero 2010)
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