sábado, 21 de septiembre de 2019

Los manuscritos, Chaucer,Los trabajos de Persiles y Sigismunda, Mallarmé,Verlaine , Leemos «El almohadón de pluma». Bioy Casares. Diarios íntimos. Borges.


Domingo, 7 de abril.  1963.
Come en casa Borges.
Dice, mientras orina en mi baño: «En cierto modo la invención de la imprenta fue perjudicial.
¿Te das cuenta? Los manuscritos serían raros, difíciles de conseguir. Leerlos
sería muy importante. Además, exigirían un esfuerzo material para la
lectura: la letra a veces sería mala o confusa; habría errores. La lectura se
haría a toda conciencia». Habla de Chaucer, que llegó a Inglaterra con
los manuscritos de la Divina Comedia, de Petrarca y de Boccaccio: «Estuve
leyendo Troilus and Criseyde: es lo mejor de Chaucer. Yo he sido injusto
con él. Todo juicio adverso es previo. Aborrecemos a un autor porque no
lo hemos leído; no lo hemos leído, porque lo aborrecemos. Siempre es
así. A lo mejor Lope de Vega es bueno. Tiene que ser bueno, si escribió
los sonetos. ¿Un día descubriremos que Calixto Oyuela es admirable?
No, la capacidad de admiración no llega para tanto».

***
Miércoles, 1º de mayo. 1963.
(...)
Leemos Los trabajos de Persiles y Sigismunda. BORGES: «Cervantes comprendió
la unidad esencial de los hombres. Hace que todos hablen igual:
el relator, Periandro, Taurisa». Leemos el prólogo, la dedicatoria. BORGES:
«Esto está bien. Hay algo vivo. Pero el Persiles está muerto. Los primeros
capítulos son una orgía de disparates».

***
Lunes, 20 de mayo. 1963.
(...)
Habla de Mallarmé: «Suele ser cursi y dulzón: dado el tipo de poesía
que se propone, eso está muy mal:
C'était le jour béni de ton premier baiser.
[...]
et j'ai cru voir la fée au chapeau de clarté [...].1
Es como los escritores norteamericanos: quieren ser duros y son meramente
cursis y sentimentales».

***
Miércoles, 22 de mayo. 1963.
(...)
BORGES: «Éste es mucho mejor». Agrega: «Qué raro: parece de Toulet.
Lo que nos da un gran poeta es único, irremplazable. El placer que
nos da Verlaine no podemos encontrarlo en otros».
Leemos a Góngora. BORGES: «ES más duro, más viril. Bueno, por momentos
es duro como almidonado, como acartonado: duro y seco.
¡Oh gran río, gran rey de Andalucía,
de arenas nobles, ya que no doradas!».
BIOY: «El motivo de la salvedad debe ser el gusto por el ya que no, por
el movimiento mental impuesto. Les encantaba el vaivén dialéctico».
BORGES: «SÍ: las formas del pensamiento, no la práctica».1

***
.
Lunes, 27 de mayo. 1963.

Come en casa Borges. BORGES: «Mastronardi me
contó el último cuento de Bernárdez; es un cuento perfecto, porque
prueba más de una cosa, todas contra Bernárdez. El propio Bernárdez se
encargó de difundirlo. Parece que al saber que el intendente Prebisch
había leído su poema "La casa", Bernárdez le envió un juego de fotografías
de la casa en cuestión, que está en La Calera, en Córdoba. Este
cuento muestra, ante todo, el afán de adulación de Bernárdez; luego, su
engreimiento, al suponer que Prebisch tendrá destino para esas fotografías;
que es importante la casa que él canta en su poema, la casa donde
el poeta vivió. Es un cuento perfecto, porque revela fácilmente el carácter
de Bernárdez, que es astuto, ávido y tonto».
Afirma que misteriosamente el prestigio de Bernárdez es sólido, y
que lo fue desde el comienzo. Por ejemplo, siempre se lo consideró su-

1. El Guadalquivir, a diferencia del Dauro, no llevaba oro. Cf. declaración en FERRARI
(1987): 173: «Con Bioy Casares hemos discutido aquello de: "Oh, gran río, gran rey de Andalucía,
/ de arenas nobles, ya que no doradas" [...] y Bioy me dijo que precisamente esa
idea de tal cosa, aunque no otra, era lo que le gustaba a Góngora».
1963

superior a González Lanuza; éste aparece como un pelafustán de las letras,
en comparación con Bernárdez, que encarna al poeta. Aunque últimamente
haya escrito periodismo, esto no lo afecta. «Está tan seguro —comenta—
que puede usar cualquier palabra, como tratativas.» Cuando alguien
es muy amistoso con uno es difícil hacerlo a un lado. Borges señala
más que nadie los defectos de Bernárdez; pero cuando le dan una comida
a Bernárdez, asiste.
Tiene la peor opinión de Quiroga. Leemos «El almohadón de
pluma», extraordinariamente débil. BORGES: «Leer ese cuento es poco saludable;
persuade al lector de la imposibilidad de escribir. Para toda sucesión
de tres palabras hay un cambio de sujeto. A veces recurre al pronombre
él, a veces uno cree que quien entró en el cuarto es la alfombra.
La factura del cuento no es mejor. Muchos detalles del principio no tienen
ninguna razón de ser al final; hay mucha arquitectura, pero los personajes
parecen solos en el mundo, sin familia ni amigos. La sirvienta, que
aparece al final, no existió hasta ese momento. El autor padece de la manía
de colocar el sujeto al fin de la frase, lo que produce momentos de suspenso
poco estimulantes, en que uno no sabe a quién corresponde lo que
va leyendo. Para concluir hay un párrafo, que no parece de cuento, sino
de recomendaciones de un periódico para las amas de casa».1
Después leemos dos cuentos de Los desterrados: «El hombre muerto» y
«La cámara oscura». El argumento del primero no es de cuento, sino de
poema;2 el segundo, a pesar de algunas ambigüedades, es pobre; pero
la verdad es que ambos están bien escritos, sobre todo si se los compara
con «El almohadón de pluma». BIOY: «Creo que habrá pasado un tiempo
entre la publicación del primero y de los segundos; en ese tiempo Quiroga
aprendió a escribir. Me congratulo de haber sacado de la lista de mis
obras los libros anteriores a La invención de Morel Juzgado por ellos yo también
sería un animal». BORGES: «LO que se ve es la voluntad de escribir
cuentos. De escribirlos, aun sin ideas, sin argumento, sin nada».

Ficha técnica:

Autor: ADOLFO BIOY CASARES
Título: BORGES
Edición al cuidado de Daniel Martino
Destino, 2006, 1ª edición – Colección Imago Mundi, 101
Cartoné editorial y sobrecubierta ilustrada – 1663 páginas – 23x15 cm

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