jueves, 3 de mayo de 2018

ERNESTO SABATO. EL ESCRITOR Y SUS FANTASMAS. HOMENAJE. (MES DEL ESCRITOR SABATO).

EXPLICACIÓN
Cuando Ernesto Sabato publicó El escritor y sus fantasmas ya había explorado sus pesadillas más inquietantes en ficciones y ensayos. Como resultado de esa experiencia, emergen en un texto revelador sus dudas, críticas, teorías, búsquedas y reflexiones literarias.
Con agudeza crítica y aire de «retrato del oficio de un escritor»; con rigor y ritmo de ensayo lírico, cada línea del texto es un ejemplo elocuente de la intensidad con la que el hombre enfrentado a su escritura polemizó con muchas de las ideas de su tiempo y con los límites de la palabra.
La literatura es para Sabato educación del espíritu; descubrimiento y dialéctico ejercicio de pasaje desde la realidad al sueño; el periplo del lenguaje hacia la semilla original de la creación.
Diario de escritor, arte poética, confesión de la intimidad más profunda sobre obsesiones y pasiones, carta a los lectores que se fascinaron con su obra, autoexamen profesional para comprender símbolos y marcas de su estilo, en síntesis: inagotable indagación sobre la vocación artística.
En El escritor y sus fantasmas Sabato desnuda su alma y expone sus más iluminadoras reflexiones sobre el arte de escribir.
Nota del editor.
***
Este libro está constituido por variaciones de un solo tema, tema que me ha obsesionado desde que escribo: ¿por que, cómo y para qué se escriben ficciones? Innumerables veces me he formulado yo mismo estas preguntas, o me las han formulado lectores y periodistas. Y en cada una de esas ocasiones he ido haciendo conciencia de esas oscuras motivaciones que llevan a un hombre a escribir seria y hasta angustiosamente sobre seres y episodios que no pertenecen al mundo de la realidad; y que, por curioso mecanismo, sin embargo parecen dar el más auténtico testimonio de la realidad contemporánea.
No sé qué valor en la estética o en la ontología puedan alcanzar estas notas, pero sí sé que tienen el valor de los documentos fidedignos, pues han sido elaboradas al meditar, reiterada y encarnizadamente, sobre mi propio destino de escritor. Hablo, pues, de literatura como un paisano habla de sus caballos. Mis reflexiones no son apriorísticas ni teóricas, sino que se han ido desenvolviendo con contradicciones y dudas (muchas de ellas persistentes), a medida que escribía las ficciones: discutiendo conmigo mismo y con los demás, en este país o en estos países en que constantemente hay gentes que nos dicen lo que es y lo que debería ser una literatura nacional. Tienen, en suma, algo del «diario de un escritor» y se parecen más que nada a ese tipo de consideraciones que los escritores han hecho siempre en sus confidencias y en sus cartas. Por lo cual he preferido, aparte del «esquema preliminar», mantener esa forma reiterativa y machacante pero viva, un poco el mismo desorden obsesivo con que una y otra vez esas variaciones se han presentado en mi espíritu.
¿Para quién escribo este libro? En primer término, para mí mismo, con el fin de aclarar vagas intuiciones sobre lo que hago en mi vida; luego, porque pienso que pueden ser útiles para muchachos que, como yo en mi tiempo, luchan por encontrarse, por saber si de verdad son escritores o no, para ayudarlos a responderse qué es eso de la ficción y cómo se elabora; también para nuestros lectores, que muy a menudo nos escriben o nos detienen en la calle a propósito de nuestros libros, ansiosos por ahondar en nuestra concepción general de la literatura y de la existencia; y, en fin, para ese tipo de crítico que nos explica cómo y para qué debemos escribir.

En cualquier caso, el que leyere puede tener la certeza de que no está frente a gratuitas o ingeniosas ideas o doctrinas, sino frente a cavilaciones de un escritor que encontró su vocación duramente, a través de ásperas dificultades y peligrosas tentaciones, debiendo elegir su camino entre otros que se le ofrecían en una encrucijada, tal como en ciertos relatos infantiles, sabiendo que uno y sólo uno conducía a la princesa encantada. Leerá, en fin, las cavilaciones de un escritor latinoamericano, y por lo tanto las dudas y afirmaciones de un ser doblemente atormentado. Porque si en cualquier lugar del mundo es duro sufrir el destino del artista, aquí es doblemente duro, porque además sufrimos el angustioso destino de hombre latinoamericano.
ERNESTO SABATO
Santos Lugares, 1961/63

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