CARTILLA ELECTRÓNICA DEL ESCRITOR J MÉNDEZ-LIMBRICK. Premio Nacional de Narrativa Alberto Cañas 2020. Premio Nacional Aquileo j. Echeverría novela 2010. Premio Editorial Costa Rica 2009. Premio UNA-Palabra 2004.
sábado, 5 de noviembre de 2016
BORGES PROFESOR Curso de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires.
Clase Nº 2
El Beowulf. Caracterización de los germanos. Antiguos ritos funerarios
En la clase pasada adelantamos que vamos a tratar el poema épi-co Beowulf. El protagonista es un caballero que, como veremos, encarnará las virtudes que se apreciaban en la Edad Media: la lealtad, el valor, todo esto está en el libro de Beda el Venerable. Pero entremos al Beowulf. El nombre es en sí mismo una metá-fora que significa "lobo de las abejas" y el sentido al que apunta es "oso". Es un poema en realidad extenso: tiene más de tres mil doscientos versos, todos regidos por la ley del verso germánico: la aliteración. Su lenguaje es intrincado, utiliza constantemente el llamado hipérbaton, o sea la alteración del orden lógico de la frase. Sabemos que ésa no era la forma usual del germánico y menos de la poesía, porque otro fragmento que se conserva, el "Fragmento de Finnsburh", impresiona por el lenguaje directo que utiliza. Así que se creyó que ese estilo se debía a un estadio primitivo, bárbaro, de la creación poética. Pero posteriormente un germanista descubrió que a lo largo del poema se incluyen o entrelazan algunos versos de la Eneida y que en otros se combi-nan pasajes de la misma, que se entretejen en el texto. Por tanto, nos damos cuenta de que no estamos frente a un poema bárba-ro, sino frente a un experimento erudito y barroco de un sacer-dote; esto es, alguien que tenía acceso a los textos latinos y los estudiaba.
El autor ha tomado una antigua leyenda germánica y hace con ella una epopeya siguiendo las normas sintácticas latinas. Gracias a esos pocos versos intercalados, vemos que el autor se ha propuesto hacer una Eneida germánica. Un indicio claro de esto es el antes mencionado contraste con el lenguaje directo del "Fragmento heroico de Finnsburh" y los otros textos de la épo-ca que poseemos, tales como los conjuros, etcétera.
Pero en ese intento el autor se encontró con un problema: no podía, guardando el decoro de la época, hablar elogiosamente de los dioses paganos. Porque en el siglo VIII se estaba aún muy cer-ca de la era pagana, que estaba viva en las gentes. En los princi-pios de la era cristiana, ocurrió lo mismo. Solamente en el siglo XVII, casi diez siglos después, vemos a Góngora hablar tranqui-lo y sin problemas de los dioses paganos. Pero [el autor del Beo-wulf] tampoco podía hablar, en su intento, de Cristo ni de la vir-gen. El hecho es que no los nombra en parte alguna. Pero hay dos conceptos que aparecen y que no sabemos si el autor com-prendió que se contradecían. Se encuentra la palabra god, "dios", y aparece wyrd, "el destino". El destino, en la mitología germá-nica, era una potencia superior a la de los mismos dioses. Esto lo sabemos por la mitología escandinava. Esta palabra ha sobrevi-vido en inglés moderno: Shakespeare la usa en Macbeth, hablan-do de las brujas. Pero probablemente no tuviera aquí el mismo sentido. De todas maneras, esa palabra no es "bruja" sino "emi-saria del destino", weird sisters, "hermanas del destino". A lo largo del Beowulf los conceptos, el de Dios, el nuevo, y el anti-guo de "wyrd", se entretejen y son usados indistintamente.
El germanista Ker ha censurado el Beowulf ya que a su pa-recer el argumento es infantil. La idea del héroe que mata a un ogro, a la madre del ogro y luego a un dragón es un cuento ap-to para niños. Pero en realidad esos elementos son inevitables y están ahí porque deben estar. Elegida la leyenda, al autor le re-sultaba imposible omitir al ogro, la bruja y el dragón. Éstos eran esperados por el público, que conocería la leyenda. Además, es-tos monstruos eran símbolos de los poderes del mal y eran to-mados muy en serio por el auditorio.
Un rasgo curioso del poema es que se localiza primero en Dinamarca y luego en Suecia, en las regiones del sur. Esto signi-fica que al cabo de 300 años de ocupar nuevas tierras, los anglo-sajones sentían todavía la nostalgia de sus antiguas patrias del mar Báltico y esto lleva a suponer una afinidad entre los escan-dinavos y los anglosajones. Los personajes del poema son escan-dinavos: el héroe mismo es príncipe de Suecia. Esto supone pa-ra el investigador una tentación: en la tradición del pueblo godo se encuentra la leyenda de su origen, tal que lo hace descender del norte de Europa. Pero no hay prueba ninguna de ello. Se ha comprobado que las primeras noticias que de ellos se tienen los ubican en el sur del Danubio. Pero, sin embargo, Carlos XII de Suecia creyó en ella. Tanto así que, en un problema con el Papa, le escribió que no se sintiera tan seguro, que si sus antepasados ya una vez habían entrado en Roma, sus descendientes no ha-bían perdido el valor. Esto aludía a una posible invasión que re-pitiera la que los godos habían hecho en Italia. Ahora, si obser-vamos el nombre "geata", vemos que es fácilmente asimilable a "godo". Por tanto, si identificáramos a los geatas con los godos, los españoles serían parientes de los escandinavos. ¡Por tanto, todos los descendientes de españoles seríamos parientes de Beo-wulf!
En la Odisea y en la Ilíada encontramos que los hechos que priman son los de sangre, los bélicos. Al poeta del Beowulf le in-teresaban, más que los hechos militares, la hospitalidad, la cortesía, los regalos, los juglares; esto es, lo que actualmente llamaría-mos la vida social. Todo esto era apreciado en esa época. Debía agradarles a los sajones, que vivían en un tiempo violento y en una tierra inhospitalaria. Europa era más fría. Esto se sabe por-que las investigaciones han demostrado que animales que vivían antes en regiones del sur de Europa, actualmente se encuentran sólo al norte. Así los renos, que vivían en Alemania, ahora sólo se encuentran en Escandinavia. Inglaterra era un país pantanoso. Los germanos vieron en esa tierra algo terrible, maléfico. Pobla-ron todo ese territorio de pantanos con seres del mal, demonios. Eran, además, un pueblo cuya psicología se demuestra en que contaran los años por inviernos, los días por noches. El frío que reinaba en esas tierras es lo que aparece constantemente en los textos; siempre se habla de los terrores de la nieve, del rigor del invierno. La llegada de la primavera era saludada como un gran acontecimiento.
Volviendo al poema, el primer episodio se ocupa extensa-mente de un rey mítico de Dinamarca, llamado Scyld Scefing, que quiere decir "escudo de la espiga". Este nombre proviene de la leyenda de su origen. Un cierto día llega en un barco misterio-so un bebé a las costas de Dinamarca. Nadie conducía el barco y en su fondo estaba el niño, acostado sobre un lecho de armas, es-pigas y joyas. Este niño prodigioso llega a ser rey y se hace tan fuerte que llevó la grandeza a su pueblo. Esto es, en el concepto de la época, "un buen rey": inspira terror a sus vecinos, es fuer-te, es luchador, sus guerreros lo temen y respetan. Y el tiempo pasa, el rey envejece y siente que la hora de su destino se acerca. Entonces prepara sus funerales y da órdenes para que éste se cumpla según sus instrucciones. Estas son preparar una nave, que reproduce las características de aquella en que vino, y que lo coloquen junto al mástil, rodeado de armas y joyas, y que luego lo empujen al mar.
Todos los pueblos han pensado que los territorios de la muerte estaban más allá del mar. Se relacionaba la vida oscura-mente con el curso del sol y —si el sol nace en Oriente y muere en Occidente—, se hizo una similitud con la vida humana y se pensó que al concluir ésta se iba a las tierras donde moría el sol, al oeste, más allá del mar. Así, en las leyendas celtas, se pensaba el Paraíso como situado en Occidente. En la mitología griega, los dominios de la muerte estaban más allá de las aguas, que ha-bía que atravesar para llegar a ellos. Así que esta nave que empu-jan al mar tiene este sentido. Sigue a esto una descripción de la nave y luego del rey junto al mástil y de los súbditos que, lloran-do, empujan la nave hacia el mar. Esta es una de las escenas más fuertes de todo el poema. No podemos saber si en la mente del poeta, que ha sentido realmente esta escena, este rey que es em-pujado al mar por el que llegó es un símbolo del hombre, que misteriosamente vuelve al lugar del que misteriosamente vino. De todas maneras, este rito de lanzar la nave al mar no es una in-vención del poeta sino una costumbre germánica. Se han encon-trado en el fondo del mar naves en las que había esqueletos de hombres y de animales. Esto nos permite deducir que no sólo se lanzaba al muerto al mar, sino que en el último viaje le acompa-ñaban sus servidores y sus animales favoritos. Era una costum-bre germánica enterrar a los muertos con un perro a los pies. En el libro Beau Geste, el protagonista dice: "Ha tenido un entie-rro de viking", es decir, con un perro a los pies. Alude a un sar-gento que yace tendido. En un antiguo texto se registra el hecho de que, al empujar la nave al mar, se le prendía fuego.
Ha sido intención del autor [del Beowulf] registrar distintos ritos funerarios de los pueblos germanos. Esto se evidencia en el final del poema, en el que se realiza el entierro de Beowulf en una pira funeraria frente al mar, tan alta que desde el mar sea di-visada por los navegantes y ornada con armas, escudos, yelmos. Este rasgo también puede encontrarse en la Odisea; es también un rito funerario.
En la próxima clase seguiremos con el estudio del Beowulf y probablemente con el "Fragmento de Finnsburh"
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Archivo del blog
- enero (5)
- febrero (2)
- marzo (1)
- julio (2)
- agosto (2)
- septiembre (2)
- octubre (4)
- febrero (5)
- marzo (5)
- abril (4)
- mayo (4)
- junio (5)
- julio (3)
- agosto (4)
- septiembre (4)
- octubre (4)
- noviembre (4)
- diciembre (4)
- enero (14)
- febrero (41)
- marzo (25)
- abril (32)
- mayo (22)
- junio (6)
- julio (2)
- agosto (1)
- septiembre (2)
- octubre (18)
- noviembre (28)
- diciembre (18)
- enero (30)
- febrero (17)
- marzo (22)
- abril (26)
- mayo (30)
- junio (20)
- julio (7)
- agosto (21)
- septiembre (26)
- octubre (34)
- noviembre (19)
- diciembre (9)
- enero (22)
- febrero (16)
- marzo (27)
- abril (27)
- mayo (31)
- junio (16)
- julio (9)
- agosto (24)
- septiembre (27)
- octubre (28)
- noviembre (18)
- diciembre (17)
- enero (20)
- febrero (17)
- marzo (23)
- abril (31)
- mayo (36)
- junio (40)
- julio (27)
- agosto (33)
- septiembre (27)
- octubre (31)
- noviembre (28)
- diciembre (27)
- enero (31)
- febrero (25)
- marzo (25)
- abril (12)
- mayo (24)
- junio (39)
- julio (38)
- agosto (32)
- septiembre (26)
- octubre (26)
- noviembre (27)
- diciembre (20)
- enero (18)
- febrero (26)
- marzo (22)
- abril (23)
- mayo (26)
- junio (18)
- julio (18)
- agosto (21)
- septiembre (4)
- abril (18)
- mayo (25)
- junio (19)
- julio (24)
- agosto (19)
- septiembre (28)
- octubre (15)
- noviembre (22)
- enero (15)
- febrero (21)
- marzo (29)
- abril (23)
- mayo (24)
- junio (17)
- julio (8)
- agosto (20)
- septiembre (11)
- octubre (19)
- noviembre (18)
- diciembre (19)
- enero (13)
- febrero (2)
- marzo (8)
- abril (23)
- mayo (30)
- junio (21)
- julio (18)
- agosto (32)
- septiembre (26)
- octubre (30)
- noviembre (8)
- diciembre (13)
- enero (16)
- febrero (17)
- marzo (13)
- abril (10)
- mayo (21)
- junio (9)
- julio (1)
- agosto (8)
- septiembre (21)
- octubre (23)
- noviembre (11)
- diciembre (6)
- enero (5)
- febrero (15)
- marzo (11)
- abril (22)
- mayo (12)
- junio (23)
- julio (9)
- agosto (12)
- septiembre (17)
- octubre (17)
- noviembre (22)
- diciembre (12)
- enero (16)
- febrero (14)
- marzo (9)
- abril (16)
- mayo (14)
- junio (20)
- julio (18)
- agosto (13)
- septiembre (22)
- octubre (25)
- noviembre (13)
- diciembre (20)
- enero (24)
- febrero (15)
- marzo (7)
- abril (16)
- mayo (2)
- junio (9)
- julio (18)
- agosto (24)
- septiembre (7)
- octubre (1)
FILOSOFÍA Y LITERATURA
FILOSOFÍA Y LITERATURA. Ejemplos de Novelas Filosóficas: "El Extranjero" de Albert Camus Resumen: La historia de Meursault, un h...
No hay comentarios:
Publicar un comentario