miércoles, 18 de marzo de 2015

Los perros del fin del mundo. Homero Aridjis.


Los perros del fin del mundo.
Acompañado por Pek, un perro solo con quien dialoga animadamente, José Navaja busca a su hermano, que quizá haya sido asesinado. La búsqueda lo lleva del Distrito Federal a Ciudad Juárez y al Inframundo de los mexicas, y en esos lugares conoce a toda una gama de personajes siniestros y espectrales: narcos, buchonas, policías sicópatas, secuestradoras perseguidas hasta la muerte, dioses del panteón azteca, sicarios rabiosos y niños huérfanos que esperan crecer para convertirse en depredadores. Esta novela es una suerte de thriller mitológico, pero también es mucho más que eso: una lograda conjunción de pasado y presente, de representación del México brutal de hoy y del antiguo mundo sobrenatural de dioses, sacerdotes y sicarios donde se practican tanto ritos solares como sacrificios humanos, finalmente, es asimismo un homenaje a los ancestros previos al mestizaje, a su habla y su cosmovisión, que han atravesado varios siglos y resuenan en nuestro presente.
Fuente: N.N.
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Los perros del fin del mundo. Homero Aridjis.

José Navaja es un jubilado de más de 70 años, viudo y sufriendo el constante recuerdo de su querida esposa Alis; hace cinco años desapareció su perro xoloitzcuintle Pek, pero una tarde reaparece y descubre que puede hablar con él. Pek hace notar a José que ha regresado para llevarlo a Mictlán.

La Ciudad de México ofrece un marco desolador, las constantes erupciones de la Montaña Humeante mantienen el cielo gris, espeso por los gases y cenizas arrojadas, el aire está contaminado, la certeza de un temblor devastador mantiene en estado de letargo a los habitantes. Además, las muertes violentas a manos de sicarios que controlan al país mantienen un ambiente social de inseguridad y desolación.

Una noche, José busca en la Zona Rosa a su hermano Lucas y se encuentra con una nota dejada por los secuestradores de éste, diciendo que para rescatarlo deberá viajar a Ciudad Juárez y pagar en efectivo una fuerte cantidad de dinero.

Así comienza el calvario de José, donde verá soplones, sicarios, prostitutas, secuestradores, drogadictos, narcos… y terminará emprendiendo una travesía al inframundo que inicia en el drenaje de aguas sucias de la antigua Tenochtitlán.



–Homero Aridjis. Nació en Contepec, Michoacán. Ha sido embajador de México en Holanda y Suiza, así como en la UNESCO. Fue director general del Instituto Michoacano de Cultura y profesor en las universidades de Nueva York, Indiana, Colombia y California. Fue becario del Centro Mexicano de Escritores y de la Fundación Guggenheim, y es Creador Emérito del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.

Fue elegido presidente internacional del PEN Club en 1997 y en 2000. Sus novelas y sus poemas han sido traducidos a 15 idiomas. Entre sus libros están La Santa Muerte (relatos) y las novelas La montaña de las mariposas, La Zona del Silencio, El hombre que amaba el Sol y Sicarios, publicadas por Alfaguara. Ha recibido los premios literarios Xavier Villaurrutia (1964), Diana-Novedades (1988), Grinzane-Cavour (1993), Roger Callois (1997) y la Llave de Oro de Smederevo (2002).

Fuente: http://www.sinembargo.mx/14-05-2012/228099

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