viernes, 27 de marzo de 2015

Apostillas literarias. Breves ideas sobre la Novela Negra y el Laberinto del Verdugo.

(Foto: en el orden usual, los escritores: Guillermo Fernández, Daniel Quirós, J.Méndez-Limbrick y Carlos Cortés).

Apostillas literarias. Breves ideas sobre la Novela Negra y el Laberinto del Verdugo.
La refundición de la actual novela negra.
Ideas expuestas en la Feria Internacional del Libro. Antigua Aduana. Año: 2014.

Siempre he sido un escéptico a los cánones.  Porque al final: ¿qué es un canon?  Un canon  es – a mi entender – un modelo de características perfectas en el Arte.
Los cánones literarios occidentales se remontan a la época greco-latina y así seguiría el Arte en general durante muchos siglos, mirando a estas dos grandes culturas como modelos.

Sin embargo, hoy por hoy existen zonas grises, zonas en las que el Arte en general – en este caso la Literatura y sus diferentes géneros -  no se pueden clasificar con facilidad. En este caso preciso: la novela negra, la novela policial o gótica.
Quizá los que mejor han entendido este tema o problemática son los académicos Dra Nadina Olmedo y el Dr Osvaldo Di Paolo.

Di Paolo doctor en Literatura y profesor de la Universidad de Austin Peay conjuntamente con la doctora Olmedo, han elaborado toda una teoría sobre la refundición de los géneros literarios (novela negra, gótica y policial) en lo que han llamado muy acertadamente: novela negrótica.

Dice el citado profesor:
“En La novela policial (1968), P. Boileau y T. Narcejac puntualizan la relación entre la novela criminal y de terror, ya que en varias ocasiones ambas utilizan un componente básico —el miedo-delito— como eje de sus sucesos. Para ambos críticos “el miedo provoca la investigación y la investigación hace desaparecer el miedo”. Claro que sus conclusiones son pertinentes a la mitad del siglo XX, en la cual la novela policial clásica predomina en el mercado editorial. En la actualidad, la paulatina transformación de la novela detectivesca clásica en novela negra no siempre incorpora una investigación que valide de manera exclusiva esta aserción.  A su vez, si bien en La novela criminal (1991), Valles Calatrava señala que “hay hechos delictivos en Drácula de Bram Stoker o el Frankenstein de Mary Shelley por ejemplo, o elementos terroríficos en Los crímenes de la calle Morgue, pero tales componentes figuran como un elemento temático no excesivamente relevante, como un aditamento”; hoy en día es posible afirmar que existen textos en los que el miedo y el delito operan como cimientos narrativos constantes, productos de la evolución de la novela negra y de la gótica.

Especialmente en tiempos contemporáneos, estos dos géneros se fusionan homogéneamente para dar origen a la “novela negrótica”, la cual se vale de los elementos inherentes a cada uno—detective, criminal, crimen (en la vertiente negra) y castillos, vampiros, fantasmas, laberintos (en la corriente gótica). Al mismo tiempo, estas dos tendencias bien demarcadas comparten recursos comunes—suspenso, nociones del bien y del mal, asesinos, terror, violencia, peligro, víctimas y victimarios, personajes supernaturales, marginalidad, venganzas, espacios en ruinas y decadentes e identidades dobles— y, en un mismo texto, resaltan su convergencia posmoderna para vociferar los terrores de la sociedad contemporánea. En otras palabras, esta disolución genérica entre el gótico y la novela negra vuelve a coagularse en un negrótico posmoderno. Esta mutación (1) resalta las áreas subterráneas que yacen detrás de las experiencias cotidianas y que preocupan al individuo y al seno social en su conjunto, (2) cuestiona los miedos, creencias y prejuicios que repercuten en la sociedad y (3) presenta una estética sombría producto de la intranquila experiencia colectiva. Para escudriñar estas aseveraciones, este ensayo explora la metamorfosis del vampiro-asesino contemporáneo en El laberinto del verdugo (2009) de Jorge Méndez Limbrick y resaltar la problemática actual de la sociedad costarricense”.
Spanish American Studies
Session:
Metamorfosis: bestias, vampiros y posthumanidad. Universidad de Kentucky, USA.

Más, estos conceptos – de zonas grises y penumbrosas -  no son totalmente de principios del siglo XXI  porque, el genio de la literatura polaca Wietkiewicz, en la primerísima mitad del siglo XX, poseyó conceptos interesantísimos acerca de la novela como género, dice:

“ Por esa misma razón, una novela puede ser cualquier cosa, independientemente de las leyes de la composición, empezando por una aventura psicológica...” No transcribo literalmente el fragmento en mención puesto que,  es demasiado extenso.
Lo importante de la anterior afirmación del escritor polaco es que afirma sin tapujos que en una novela existen y siempre existirán zonas grises en donde lo clasificación es imposible.

Pienso entonces que, lo importante de un texto narrativo no es su clasificación per se,  sino si está bien o mal escrito, y si entretiene  al lector, lo demás sobra.
Sin embargo, retomando la idea de los académicos Olmedo y Di Paolo, en efecto hoy en día se puede percibir una refundición de géneros y en especial en la novela negra y lo que han definido como novela negrótica.

Veamos:
1. En la Novela Negra siempre los  ambientes son oscuros, tenebrosos, no así en la Novela Policíaca. En el Laberinto del Verdugo se da siempre un clima oscuro, incluso la mayoría de las narraciones la acción transcurre en la noche. Es un mundo nocturno.
2. En la Novela Negra  la solución del misterio no es lo importante, sino lo que se desarrolla, lo que se cuenta. En el Laberinto del Verdugo, en efecto, lo importante no es la solución de los crímenes.
3. En ambas corrientes (novela negra y policial)  la violencia está presente. Sin embargo,  pienso que en la Novela Negra, la violencia es una violencia larvada a diferencia de la policial. Este último es un rasgo típico de El laberinto del verdugo: la violencia es una violencia oculta, poco descriptiva.
4. Una zona que se difumina en ambos géneros son los personajes que por lo general son personajes derrotados, de los bajos fondos. En el Laberinto del verdugo, la mayoría de los personajes, chapotean en los bajos fondos.
5. En la Novela Negra es más importante ahondar en la psique humana no así en la novela policíaca que lo importante es resolver el crimen. En El laberinto del verdugo, se hace un extenso cuadro psicológico de Henry de Quincey. Los crímenes se dejan de lado, son un pretexto para contar otras historias, una historia de un San José oculto entre otras.
6. En la Novela Negra se retratan las debilidades humanas. En El laberinto del verdugo, se hace un estudio del por qué de los asesinatos y las flaquezas humanas, principalmente las de don Julián Casasola Brown. Además, existe un amplio análisis de lo ético y lo moral.

Hoy por hoy – vuelvo a repetir- el Arte en general deja a un lado los conceptos clásicos del canon y se refunde o se funde con otros géneros algo impensable varias décadas atrás.

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