miércoles, 14 de enero de 2015

Xavier Villaurrutia: cuestión de ánimo y melancolía


Xavier Villaurrutia: cuestión de ánimo y melancolía
El libro Nostalgia de muerte de Xavier Villaurrutia es la introducción de un concepto que logra una unidad contundente: la melancolía.

 Javier de la MoraJavier de la Mora.

El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española nos dice que la palabra «ánimo» (del lat. anĭmus, y este del gr. ἄνεμος, soplo) posee cuatro acepciones que en el uso diario aplicamos indistintamente: alma en cuanto principio de la acción humana, energía, voluntad y pensamiento. En efecto, «ánimo» es un término que utilizamos para referirnos a la intención de hacer algo o para expresar deshago en las aflicciones por medio de la esperanza o la conformidad: “tengo mucho ánimo” o “estoy desanimado”. En otras palabras: el ánimo es esa facultad instintivo-afectiva a través de la cual podemos realizar nuestros proyectos, hacer todo cuanto nos proponemos en la vida y llevar a cabo nuestros sueños; sin embargo, el ánimo es resultado de un delicado equilibrio entre humores que puede ser alterado con facilidad por las violentas tempestades de lo real y cuyo desorden puede provocar las consecuencias más nefastas: desde la depresión improductiva hasta la demencia y el suicidio.
            A Villaurrutia le pasó lo que a la figura alada del grabado de Durero: “Un genio con alas que no va a desplegar, con una llave que no usará para abrir, con laureles en la frente pero sin sonrisa de victoria” (Klibansky, p. 309). La melancolía de la que Xavier fue víctima enturbió sus relaciones consigo mismo. Víctima de una tristeza incierta pero aguda, sosegada pero incurable, el poeta vivía sumido en un estado de inseguridad amurallado por las limitaciones del lenguaje y la nula posibilidad de decir.
            Y esto es así porque —como dice Roger Bartra invocando a Kant— “las sensaciones no se sustentan principalmente en las ‘cosas externas’ sino más bien en los sentimientos de cada hombre, cuyas raíces se hunden en los temperamentos y en los humores” (Bartra, p. 37). [Así vemos a un Cioran retraído ante su obra, pero también ante sí mismo: una voluntad que desea, pero que no emprende el camino.]
El libro Nostalgia de muerte de Xavier Villaurrutia es la introducción de un concepto que logra una unidad contundente: la melancolía. Y es que casualmente aparecen casi de manera simultánea los libros Muerte sin fin de José Gorostiza, y Muerte de cielo azul de Bernardo Ortiz de Montellanos. Libros con distintas suertes pero que toman como columna vertebral un mismo tema. Lo curioso es que tales obras están lejos de la concepción mexicana de la muerte. El mismo Villaurrutia ubica este acto como algo ajeno a la tierra, pues ésta se consuma no a través de un entierro, como obedece en una concepción occidental e hispana de la muerte, sino con la huida, con el exilio, con el destierro. Los argumentos constantes de su poemario ocurren en dualidad: vigilia y sueño, vida y muerte, presencias y ausencias, lo que es y lo que no, la melancolía provocada por el deseo incumplido de hacer. Y la muerte, por supuesto, es el origen de tal nostalgia.
Nostalgia de la muerte construye un mundo lleno de gritos, estatuas, esquinas, heridas, silencios, noches, sueños, insomnios y deseos. Un mundo que desde la vigilia observa y sufre por lo que en la noche es posible, por lo que en la noche ocurre: momentos en que la carne se petrifica, el hombre se vuelve figura que debe soportar el sufrimiento.

Soñar, soñar la noche, la calle, la escalera
y el grito de la estatua desdoblando la esquina.
Correr hacia la estatua y encontrar sólo el grito,
querer tocar el grito y sólo hallar el eco
querer asir el eco y encontrar sólo el muro
y correr hacia el muro y tocar un espejo.

Las imágenes desde luego se recrean en un mudo onírico que obliga necesariamente a pensar en que se trata de poemas surrealistas. Un libro que tiene que ver con una concepción del mundo ofrecida por el inconsciente y guiada por el poeta y no a través de él, aunque Nostalgia de la muerte será la expiación del autor mismo. Es decir, la creación del mundo onírico se debe a las necesidades no manifiestas del inconsciente pero que necesariamente están vinculadas con la vigilia. La explicación más coherente tiene que ver con una cuestión íntima, muy lejana de la que Paz podría citar. Nostalgia de la muerte es un poemario, en toda su extensión, que habla del deseo carnal y preferencia de Xavier Villaurrutia. Dada esta situación, no es difícil entender el mundo nocturno de las bocas, las heridas, las petrificaciones, los gritos, los silencios y esa dualidad entre la vida y la muerte. El juego de palabras latente a lo largo del libro es el concepto francés del orgasmo, la petit mort, al que es reducido la muerte. Y de ahí el título: hay un sentimiento de melancolía por no estar en el lugar de origen que es la muerte, el lugar al que se le ha exiliado por ser algo no permitido, socialmente señalado, pero que es un placer que lo mata, que lo aniquila, porque la eyaculación tiene claramente su origen en el empuje del viento (Aristóteles, p. 89).
Cada poema es la explicación de lo que a Villaurrutia le ocurre, de cada uno de sus deseos y tristezas. Los nocturnos son, todos, confidencias y revelaciones de un acto carnal que le trastorna el ánimo. Paz se equivocaba al decir que sólo el “Nocturno de los ángeles” era uno de los pocos poemas eróticos de Villaurrutia. Aunque este poema es también esencial para el entendimiento del libro. El “Nocturno de los ángeles” es un poema que manifiesta el sentir del contemporáneo sobre México, su patria. Hay una algarabía y efusividad por un lugar, fuera de su país, poblado de ángeles, que comparten el secreto del nocturno y de la muerte (la petit mort) sin miedo alguno. “La angustia, la soledad, la noche, el silencio, las calles solitarias, los muros, las sombras, el sueño, todo ese mundo nervalesco asido a su pluma confirmaba la intensidad de su presencia en quien sabía que vivir es estar cumpliendo con la ineludible destrucción interior” (Chumacero, p. XV), que vivir es una cuestión de ánimo o una cuestión perdida de consecuencias nefastas, para vivir la muerte muriendo a todas horas.


Bibliografía

AGAMBEN, Giorgio, Estancias. La palabra y el fantasma en la cultura occidental, Pre-Textos, Valencia, 2006.
ARISTÓTELES, El hombre de genio y la melancolía (Problema XXX), Acantilado, Barcelona, 2007.
BARTRA, Roger, El duelo de los ángeles. Locura, tedio y melancolía en el pensamiento moderno, Pre-Textos, Valencia, 2004.
KLIBANSKY, et. al., Saturno y la melancolía, Alianza, Madrid, 1991.
PAZ, Octavio, Primeras letras, editorial Vuelta, México, 1992.
___________, Xavier Villaurrutia. En prosa y en persona, FCE, México, 1978.
VILLAURRITUA, Xavier, ‘Nostalgia de la muerte’, en: Obras, Prólogo de Alí Chumacero, FCE, Letras Mexicanas, México, 1996, pp. 44 a 73.

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