martes, 25 de noviembre de 2014

Jorge Guillén. Poeta de la Generación del 27 española.


LULA GÓMEZ.
Dentro de la colección dirigida por José Caballero Bonald de los mejores poetas del siglo XX en castellano, pone a la venta una antología de los poemas del vallisoletano Jorge Guillén (1893-1984), una de las voces más personales de España, según Rafael Alberti.

El literato, perteneciente a la generación del 27, es considerado el máximo representante español de la poesía pura, que él mismo define como "matemática y química y lo que permanece en un poema después de haber eliminado todo aquello que no es poético".

Su primera poesía se da a conocer a través de la Revista de Occidente, donde se publica la primera edición de Cántico, con 75 poemas, que crecería hasta las 334 composiciones de la cuarta y última edición (1950). Se trata de una obra vitalista y entusiasta que exalta la perfección del universo: "El mundo está bien hecho", dice Guillén.

Las guerras, dictaduras, injusticias, muerte y tiranías de mediados del siglo pasado marcan un giro en la visión del mundo del poeta que, a pesar de mantener su espíritu inicial, se tiñe más amargo y melancólico. Esa actitud se refleja en Clamor, que lleva como subtítulo 'Tiempo de historia' y que a su vez se subdivide en Maremágnum (1957), Que van a dar la mar (1960), Y a la altura de las circunstancias (1963). Por el contrario, en Homenaje (1967) vuelve al enfoque de primera poesía con versos dedicados a la cultura, el amor y la amistad.

Sus últimos trabajos fueron Y otros poemas (1973) y Final (1981), en donde, según el propio autor, aclara toda su obra. En su último libro las reflexiones sobre el mundo le llevan a consagrar su fe en la poesía, en la libertad y en la paz, para acabar su obra con un contundente: "Paz, queramos paz".

En 1977, un año después de recibir el Premio Cervantes, regresa de Estados Unidos a España. Vuelve del exilio al que le condenó la Guerra Civil. "Estalló entonces el acontecimiento / después de cuarenta años implacables, / a los cuarenta en punto de la Historia. / El exilio voluntario había concluido".

Como crítico, el poeta prologó Obras completas de Federico García Lorca y de Pedro Salinas, y estudió a Gonzalo de Berceo, Góngora, san Juan de la Cruz y Gustavo Adolfo Bécquer. Destacan sus ensayos Federico en persona y Semblanza y epistolario. Fue traductor de Paul Valéry, Paul Claudel y Jean Cassou.

El prólogo de la antología que se vende mañana junto con EL PAÍS es del escritor Mario Hernández.

http://elpais.com/diario/2009/03/10/cultura/1236639607_850215.html

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