domingo, 8 de enero de 2012

JORGE LUIS BORGES: PREMIO CERVANTES 1979.





Premio Cervantes 1979
JORGE LUIS BORGES
Escritor argentino
(Buenos Aires, 1899–Ginebra, 1986)
Junto con su hermana Norah, nacida en
1901 y con quien le uniría siempre una gran amistad, crece en un ambiente familiar
bilingüe español e inglés. Su padre fomenta su temprana vocación de escritor.
En 1914, debido a una ceguera casi total, el padre se jubila y decide pasar una larga
temporada en Europa con su familia. Se instalan en Ginebra donde Borges cursa el
bachillerato. Aprende francés y latín; descubre a los clásicos franceses, también a
Carlyle y Chesterton; aprende alemán por su cuenta, lee a Heine, a Walt Whitman, a
Schopenhauer y a Nietzche.
En 1918 la familia viaja a España y se instalan, primero, en Barcelona y, después, en
Mallorca. En Sevilla, Borges inicia su vida literaria; se une a los poetas ultraístas;
colabora con las revistas Grecia, Hélices, Cervantes, Cosmópolis y Ultra. Viaja a Madrid
e intima con Guillermo de Torre, con quien firma un manifiesto ultraísta. Allí conoce
también a Cansinos Assens, a Ramón Gómez de la Serna, Valle Inclán, Ortega y Gasset
y Gerardo Diego.
En 1921 regresa a Argentina; funda las revistas Proa y Prisma y colabora activamente
en Martín Fierro, revista de los jóvenes vanguardistas. En 1930 conoce a Bioy Casares,
su mejor discípulo, colaborador e íntimo amigo. En 1931 colabora, desde sus inicios,
con la revista Sur fundada por Victoria Ocampo, revista que se convertirá en la más
influyente de América Latina. En esos años publica tres libros de poesía escritos de
versículos de aire whitmaniano: Fervor de Buenos Aires (1923), Luna de enfrente (1926)
y Cuaderno de San Martín (1929).
En 1935, publica Historia Universal de la infamia y, en 1936, su libro de ensayos Historia
de la eternidad. En 1938, muere su padre y él tiene un grave accidente que le
produce una progresiva ceguera que lo hace dependiente de su madre y amigos
para el desarrollo de su labor literaria.
Borges cultivó el cuento, la poesía, el ensayo, la crítica literaria y la novela. La
publicación en 1942 de El jardín de senderos que se bifurcan (luego incorporado a
Ficciones, 1944) marca un hito en el proceso que conducía a la nueva novela.
Admirador de Lugones, Chesterton, Marcel Schwob, Joseph Conrad y Schopenhauer,
entre otros, Borges emerge como el autor más representativo de la literatura
fantástica: Historia universal de la infamia (1935), Ficciones (1944) o El aleph (1949).
En sus cuentos más originales, Borges explora conceptos como lo conjetural o lo
simbólico. Estos cuentos son, de alguna manera, parábolas o apólogos que ilustran la
posibilidad de que todo sea un conjunto de símbolos o hechos repetidos en el decurso
de los tiempos para concluir en otro hecho, tan fortuito o paradójico como el que lo
originó. Borges se nos presenta contemplando la realidad como si fuera un extraño y, a
veces, aterrador rompecabezas que, sin embargo, podría quizás contener indicios de
posibles explicaciones, aunque fuesen de un tipo que nuestra mente está
condicionada a resistir. Lo que mantiene el equilibrio de muchos de sus cuentos es el
humorismo. Pero no es el humorismo nacido del sufrimiento espiritual, sino la expresión
de la conciencia serena y casi juguetona que tiene Borges del absurdo como parte
integral de la condición humana.
Borges se opuso siempre al peronismo en su país y adoptó una actitud conservadora
que le llevó incluso a apoyar a veces las peores dictaduras militares, aunque al final de
su vida apoyó tardíamente los juicios contra sus crímenes. Estuvo casado durante un
breve periodo a una edad avanzada y, poco antes de su muerte, se casó por poderes
con su discípula y acompañante María Kodama.
A partir de los años cincuenta, Borges ha sido traducido a infinidad de lenguas
extranjeras y ha recibido, además del Cervantes, innumerables premios, distinciones y
doctorados honoris causa.

SEGUNDA NOTA BIOGRÁFICO-LITERARIA.

Jorge Luis Borges
(Argentina, 1899-1986) 
 Escritor argentino cuyos desafiantes poemas y cuentos vanguardistas le consagraron como una de las figuras prominentes de las literaturas latinoamericana y universal. Nacido el 24 de agosto de 1899 en Buenos Aires, e hijo de un profesor, estudió en Ginebra y vivió durante una breve temporada en España relacionándose con los escritores ultraístas. En 1921 regresó a Argentina, donde participó en la fundación de varias publicaciones literarias y filosóficas como Prisma (1921-1922), Proa (1922-1926) y Martín Fierro en la que publica esporádicamente, escribió poesía lírica centrada en temas históricos de su país, que quedó recopilada en volúmenes como Fervor de Buenos Aires (1923), Luna de enfrente (1925) y Cuaderno San Martín (1929). De esta época datan sus relaciones con Ricardo Güiraldes, Macedonio Fernández, Alfonso Reyes y Oliveiro Girondo. En la década de 1930, debido a una enfermedad hereditaria, comenzó a perder la visión hasta quedar completamente ciego. A pesar de ello, trabajó en la Biblioteca Nacional (1938-1947) y, más tarde, llegó a convertirse en su director (1955-1973). Conoce a Adolfo Bioy Casares y publica con él Antología de la literatura fantástica (1940). A partir de 1955 fue profesor de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires. Durante esos años, fue abandonando la poesía en favor de los relatos breves por los que ha pasado a la historia. Aunque es más conocido por sus cuentos, se inició en la escritura con ensayos filosóficos y literarios, algunos de los cuales se encuentran reunidos en Inquisiciones. La historia universal de la infamia (1935) es una colección de cuentos basados en criminales reales. En 1955 fue nombrado académico de su país y en 1960 su obra era valorada universalmente como una de las más originales de América Latina. A partir de entonces se suceden los premios y las consideraciones. En 1961 comparte el Premio Fomentor con Samuel Beckett, y en 1980 el Cervantes con Gerardo Diego. Murió en Ginebra, el 14 de junio de 1986. 
Las posturas políticas evolucionaron desde el izquierdismo juvenil al nacionalismo y después a un liberalismo escéptico desde el que se opuso al fascismo y al peronismo. Fue censurado por permanecer en Argentina durante las dictaduras militares de la década de 1970, aunque jamás apoyó a la Junta militar. Con la restauración democrática en 1983 se volvió más escéptico. A lo largo de toda su producción, Borges creó un mundo fantástico, metafísico y totalmente subjetivo. Su obra, exigente con el lector y de no fácil comprensión, debido a la simbología personal del autor, ha despertado la admiración de numerosos escritores y críticos literarios de todo el mundo. Describiendo su producción literaria, el propio autor escribió: -No soy ni un pensador ni un moralista, sino sencillamente un hombre de letras que refleja en sus escritos su propia confusión y el respetado sistema de confusiones que llamamos filosofía, en forma de literatura-. 
Ficciones (1944) está considerado como un hito en el relato corto y un ejemplo perfecto de la obra borgiana. Los cuentos son en realidad una suerte de ensayo literario con un solo tema en el que el autor fantasea desde la subjetividad sobre temas, autores u obras, se trata pues de una ficción presentada con la forma del cuento en el que las palabras son importantísimas por la falsificación (ficción) con que Borges trata los hechos reales. Cada uno de los cuentos de Ficciones está considerado por la crítica como una joya, una diminuta obra maestra. Además, sucede que el libro presenta una estructura lineal que hace pensar al lector que el conjunto de los cuentos conducirán a un final con sentido, cuando en realidad llevan a la nada absoluta. Otros libros importantes del mismo género son El Aleph (1949) y El hacedor (1960). 


DISCURSO: PREMIO CERVANTES.
- 1 -
Majestades, señoras y señores: El destino del escritor es extraño, salvo que todos los
destinos lo son; el destino del escritor es cursar el común de las virtudes humanas, las
agonías, las luces; sentir intensamente cada instante de su vida y, como quería Wolser,
ser no sólo actor, sino espectador de su vida, también tiene que recordar el pasado, tiene
que leer a los clásicos, ya que lo que un hombre puede hacer no es nada, podemos
simplemente modificar muy levemente la tradición; el lenguaje es nuestra tradición. El
escritor tiene una desventaja: el hecho de tener que operar con palabras, y las palabras,
según se sabe, son una materia deleznable. Las palabras, como Horacio no ignoraba,
cambian de connotación emocional, de sentido; pero el escritor tiene que resignarse a
este manejo, el escritor tiene que sentir, luego soñar, luego dejar que le lleguen las
fábulas; conviene que el escritor no intervenga demasiado en su obra, debe ser pasivo,
debe ser hospitalario con lo que le llega y debe trabajar esa materia de los sueños, debe
escribir y publicar, como decía Alfonso Reyes, para no pasarse la vida corrigiendo los
borradores, y así trabaja durante años y se siente solo, vivo en una suerte de
sueñosismo; pero si los astros son favorables, uso deliberadamente las metáforas
astrológicas, aunque detesto la astrología, llega un momento en el cual descubre que no
está solo. En ese momento que le ha llegado, que le llega ahora, descubre que está en el
centro de un vasto círculo de amigos, conocidos y desconocidos, de gente que ha leído
su obra y que la ha enriquecido, y en ese momento él siente que su vida ha sido
justificada. Yo ahora me siento más que justificado, me llega este premio, que lleva el
nombre, el máximo nombre de Miguel de Cervantes, y recuerdo la primera vez que leí
el Quijote, allá por los años 1908 ó 1907, y creo que sentí, aún entonces, el hecho de
que, a pesar del titulo engañoso, el héroe no es don Quijote, el héroe es aquel hidalgo
manchego, o señor provinciano que diríamos ahora, que a fuerza de leer la materia de
Bretaña, la materia de Francia, la materia de Roma la Grande, quiere ser un paladín,
quiere ser un Amadís de Gaula, por ejemplo, o Palmerín o quien fuera, ese hidalgo que
se impone esa tarea que algunas veces consigue: ser don Quijote, y que al final
comprueba que no lo es; al final vuelve a ser Alonso Quijano, es decir, que hay
realmente ese protagonista que suele olvidarse, este Alonso Quijano. Quiero decir
también que me siento muy conmovido, tenía preparadas muchas frases que no puedo
recordar ahora, pero hay algo que no quiero olvidar, y es esto: me conmueve mucho el
hecho de recibir este honor en manos de un Rey, ya que un Rey, como un Poeta, recibe
un destino, acepta un destino y cumple un destino y no lo busca, es decir, se trata de
algo fatal, hermosamente fatal, no sé cómo decir mi gratitud, solamente puedo decir mi
innumerable agradecimiento a todos ustedes ...
Muchas gracias.

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