A más de 100 años, la fecha de nacimiento de Gilberto Owen aún causa confusión
Comunicado No. 217/2012
03 de febrero de 2012
***Algunos manejan que el poeta, maestro y diplomático nació 4 de febrero de 1905
***Javier Velázquez, autor de La llave de su reino, libro de ensayos sobre la obra de Owen publicado por Conaculta, señala que nació el 13 de mayo de 1904
Gilberto Owen se distinguió como poeta, ensayista y viajero incesante, y también por su mística entre lo que escribía y lo que dejaba ver de su vida personal en sus obras. Según fuentes como el sitio oficial del Gobierno de Sinaloa, el autor originario de El Rosario, nació el 4 de febrero de 1905. Sin embargo, voces como la de Javier Velázquez, autor del libro La llave de su reino, publicado por Fondo Editorial Tierra Adentro, manifiestan que Owen nació realmente el 13 de mayo de 1904.
Las dudas sobre la fecha de nacimiento de este poeta no han sido motivo para restar valor a su obra. Por eso Conaculta recuerda al autor de Novela como nube, destacado integrante del grupo de Los Contemporáneos y quien dejó una onda impronta en el panorama artístico mexicano del pasado siglo.
Javier Velázquez aclara que fue Francisco Javier Beltrán Cabrera quien propuso esta otra fecha, tras hallar un comprobante del registro en Toluca, mismo que dio a conocer en su artículo “Gilberto Owen, datos para una biografía” en la revista Castálida (núm. 7, 1996).
A partir de Perseo Vencido, obra más representativa de Owen, Javier Velázquez traza una nueva línea sobre la comprensión de la poética del escritor sinaloense: “sin duda la vida de Owen debió ser fascinante, la de un aventurero que supo conjugar su pasión intelectual con la sed del viaje. Pero yo creo que, a pesar de que algunos rastros de su vida se hallen en su obra, esta debe interpretarse sobre todo a partir de su propio universo”.
¿Considera que La llave de su reino, puede ser la llave para conocer más a Gilberto Owen?
“Nada me daría más gusto. Mi propuesta es simple y trató de poner el acento en un elemento que no había sido advertido: la parálisis que comparten los personajes owenianos: Sindbad, Jacob y Perseo; se trata de un elemento que articula y le da unidad al Perseo vencido. Se trata de una parálisis poética, una postura que asume el poeta ante la poesía: en su lucha contra el lenguaje es derrotado, pero lo importante de esto es la actitud en la lucha, el porte heroico ante la muerte. En una de las versiones superfluas Owen puso la palabra Clave y Segovia interpretó que se trataba de una llave para leer su poesía, pero si bien esto es cierto, la lectura que hizo el crítico no señaló lo medular (puso atención en las comillas de los versos), pues lo que ahí dice Owen es su mensaje: la conciliación de los contrarios en la poesía, como el arco y la lira que señalaba Heráclito”.
En La llave de su reino se hace referencia a interpretaciones por parte de diversos literatos sobre la obra y figura de Owen. ¿Cuál es el motivo principal que inspira a escritores a tratar de descifrar los posibles mensajes de la vida y la obra de otros autores?
“Los intereses pueden ser diversos, pero creo que el común denominador es la curiosidad por hallar los andamiajes secretos de una obra original. Es mi caso por lo menos, aunque también fue un reto que me impuse al leer las más variadas interpretaciones que se han hecho y preguntarme si esta obra podía admitir una lectura más. ¿Qué era lo que no había sido estudiado? La parálisis poética, recordándome el cuento de la carta robada de Allan Poe, por ser obvio no había sido vista. De hecho creo que podrían seguirse haciendo otras elucidaciones, lo cual no sería raro, y mucho menos que contraríen la que yo realizo”.
¿Por qué considera que Perseo vencido es una referencia clave para describir la obra de Gilberto Owen?
“Sin duda es una summa poética. Sería simplista de mi parte señalar que su obra anterior ―en un sentido evolutivo― desembocó en el magnífico poema Sindbad el varado que se incluye en Perseo vencido, no obstante creo que es aquí donde Owen ya es dueño absoluto no solo de una técnica, sino de un lenguaje y un universo propio. Quizá sí pueda decirse que las experimentaciones, y no les llamaría tanto así, realizadas en sus novelas y en el libro Línea, e incluso en sus cartas, lo convirtieron en el poeta excepcional de Perseo vencido. Todo poeta, me parece, busca escribir una obra que sintetice su poética y, más allá de esto, formular un universo donde su voz resuene. Owen lo logró, dándonos una obra de la estatura del Cementerio marino o de la Tierra baldía.”
¿Cree que la influencia estética de Owen exista hasta nuestros días, en la obra de otros autores mexicanos o incluso extranjeros?
“Esta es una pregunta difícil de responder porque, en primer lugar, pocos poetas muestran tácitamente sus influencias; más bien, como señala Bloom, buscan deshacerse de ellas de diversos modos, ocultándolas, transgrediéndolas, etcétera. Lo que sí podemos admitir, al menos los mexicanos, es que tanto Owen como el resto de los Contemporáneos renovaron la poesía escrita en el país y le dieron un carácter universal; no por medio de la aspiración nacionalista de una poesía mexicana, sino a partir de anclarla en la tradición poética de la lengua española y retomando de otras latitudes lo que les era más propicio. En todo caso se trata más que de una influencia estética”.
A partir de la investigación literaria. ¿Qué le deja al poeta Javier Velázquez la poesía de Gilberto Owen?
“Una gran lección. Owen fue alguien que supo arder en la escritura; es decir, hace saber que el oficio demanda un compromiso total e irrenunciable. Además, la enseñanza de que el verso libre no lo es tanto: la musicalidad de su poesía se basa en una magistral combinación de metros. Y finalmente, que la pasión y el intelecto no son elementos contrarios en el proceso creador, sino que se debe buscar una armonía, la transparencia del agua. Se trata, pues, de una lección que me esfuerzo por practicar, no sé con qué tan buenos resultados”.
Gilberto Owen fue poeta, novelista, ensayista y diplomático mexicano, quien murió en Filadelfia, Estados Unidos, en 1952 cuando fungía como cónsul. Se distinguió por una original forma de escribir y por una ambición por explorar nuevas tendencias. La poética, el teatro y la cultura de nuestro país lo catalogan como un referente innegable del arte mexicano del siglo XX.
VHV
México / Distrito Federal
03 de febrero de 2012
***Algunos manejan que el poeta, maestro y diplomático nació 4 de febrero de 1905
***Javier Velázquez, autor de La llave de su reino, libro de ensayos sobre la obra de Owen publicado por Conaculta, señala que nació el 13 de mayo de 1904
Las dudas sobre la fecha de nacimiento de este poeta no han sido motivo para restar valor a su obra. Por eso Conaculta recuerda al autor de Novela como nube, destacado integrante del grupo de Los Contemporáneos y quien dejó una onda impronta en el panorama artístico mexicano del pasado siglo.
Javier Velázquez aclara que fue Francisco Javier Beltrán Cabrera quien propuso esta otra fecha, tras hallar un comprobante del registro en Toluca, mismo que dio a conocer en su artículo “Gilberto Owen, datos para una biografía” en la revista Castálida (núm. 7, 1996).
A partir de Perseo Vencido, obra más representativa de Owen, Javier Velázquez traza una nueva línea sobre la comprensión de la poética del escritor sinaloense: “sin duda la vida de Owen debió ser fascinante, la de un aventurero que supo conjugar su pasión intelectual con la sed del viaje. Pero yo creo que, a pesar de que algunos rastros de su vida se hallen en su obra, esta debe interpretarse sobre todo a partir de su propio universo”.
¿Considera que La llave de su reino, puede ser la llave para conocer más a Gilberto Owen?
“Nada me daría más gusto. Mi propuesta es simple y trató de poner el acento en un elemento que no había sido advertido: la parálisis que comparten los personajes owenianos: Sindbad, Jacob y Perseo; se trata de un elemento que articula y le da unidad al Perseo vencido. Se trata de una parálisis poética, una postura que asume el poeta ante la poesía: en su lucha contra el lenguaje es derrotado, pero lo importante de esto es la actitud en la lucha, el porte heroico ante la muerte. En una de las versiones superfluas Owen puso la palabra Clave y Segovia interpretó que se trataba de una llave para leer su poesía, pero si bien esto es cierto, la lectura que hizo el crítico no señaló lo medular (puso atención en las comillas de los versos), pues lo que ahí dice Owen es su mensaje: la conciliación de los contrarios en la poesía, como el arco y la lira que señalaba Heráclito”.
En La llave de su reino se hace referencia a interpretaciones por parte de diversos literatos sobre la obra y figura de Owen. ¿Cuál es el motivo principal que inspira a escritores a tratar de descifrar los posibles mensajes de la vida y la obra de otros autores?
“Los intereses pueden ser diversos, pero creo que el común denominador es la curiosidad por hallar los andamiajes secretos de una obra original. Es mi caso por lo menos, aunque también fue un reto que me impuse al leer las más variadas interpretaciones que se han hecho y preguntarme si esta obra podía admitir una lectura más. ¿Qué era lo que no había sido estudiado? La parálisis poética, recordándome el cuento de la carta robada de Allan Poe, por ser obvio no había sido vista. De hecho creo que podrían seguirse haciendo otras elucidaciones, lo cual no sería raro, y mucho menos que contraríen la que yo realizo”.
¿Por qué considera que Perseo vencido es una referencia clave para describir la obra de Gilberto Owen?
“Sin duda es una summa poética. Sería simplista de mi parte señalar que su obra anterior ―en un sentido evolutivo― desembocó en el magnífico poema Sindbad el varado que se incluye en Perseo vencido, no obstante creo que es aquí donde Owen ya es dueño absoluto no solo de una técnica, sino de un lenguaje y un universo propio. Quizá sí pueda decirse que las experimentaciones, y no les llamaría tanto así, realizadas en sus novelas y en el libro Línea, e incluso en sus cartas, lo convirtieron en el poeta excepcional de Perseo vencido. Todo poeta, me parece, busca escribir una obra que sintetice su poética y, más allá de esto, formular un universo donde su voz resuene. Owen lo logró, dándonos una obra de la estatura del Cementerio marino o de la Tierra baldía.”
¿Cree que la influencia estética de Owen exista hasta nuestros días, en la obra de otros autores mexicanos o incluso extranjeros?
“Esta es una pregunta difícil de responder porque, en primer lugar, pocos poetas muestran tácitamente sus influencias; más bien, como señala Bloom, buscan deshacerse de ellas de diversos modos, ocultándolas, transgrediéndolas, etcétera. Lo que sí podemos admitir, al menos los mexicanos, es que tanto Owen como el resto de los Contemporáneos renovaron la poesía escrita en el país y le dieron un carácter universal; no por medio de la aspiración nacionalista de una poesía mexicana, sino a partir de anclarla en la tradición poética de la lengua española y retomando de otras latitudes lo que les era más propicio. En todo caso se trata más que de una influencia estética”.
A partir de la investigación literaria. ¿Qué le deja al poeta Javier Velázquez la poesía de Gilberto Owen?
“Una gran lección. Owen fue alguien que supo arder en la escritura; es decir, hace saber que el oficio demanda un compromiso total e irrenunciable. Además, la enseñanza de que el verso libre no lo es tanto: la musicalidad de su poesía se basa en una magistral combinación de metros. Y finalmente, que la pasión y el intelecto no son elementos contrarios en el proceso creador, sino que se debe buscar una armonía, la transparencia del agua. Se trata, pues, de una lección que me esfuerzo por practicar, no sé con qué tan buenos resultados”.
Gilberto Owen fue poeta, novelista, ensayista y diplomático mexicano, quien murió en Filadelfia, Estados Unidos, en 1952 cuando fungía como cónsul. Se distinguió por una original forma de escribir y por una ambición por explorar nuevas tendencias. La poética, el teatro y la cultura de nuestro país lo catalogan como un referente innegable del arte mexicano del siglo XX.
México / Distrito Federal